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Crítica teatral: Cançó per tornar a casa, en la Sala Beckett

El Festival Grec de Barcelona nos permite disfrutar en la Sala Beckett de un nuevo espectáculo de T de Teatre, Cançó per tornar a casa, en el que la compañía ha sido dirigida por Denise Despeyroux, responsable también de la escritura del texto.

Cançó per tornar a casa mezcla dos realidades argumentales, la historia de Renata, Rita y Greta, tres antiguas amigas y ex-actrices en plena crisis existencial que se reúnen de nuevo en el lugar donde disfrutaron de su primer y único éxito vital. Ninguna de ellas ha conseguido construir una vida satisfactoria desde entonces. La casualidad quiere que el dramaturgo con el que debutaron hace 26 años se haya refugiado cerca de ellas, y un nexo en común hará que su realidad se vincule a la de un hipnólogo huido de la justicia y su ayudante.

La nueva propuesta de T de Teatre tiene un efecto ambivalente en el espectador. Si por un lado uno siempre agradece una obra «T de Teatre», con todos los elementos que ello comporta y que incluyen la tragicomedia fresca y a veces alocada tan propia de la compañía, al mismo tiempo la dramaturgia de Despeyroux nos hace recorrer un camino algo fantasioso y estrambótico en un texto escrito especialmente para la ocasión.

Cançó per tornar a casa_1

Si bien la dirección de Despeyroux se ha integrado muy bien al adn de la compañía, constituyendo un paso adelante más en su ya larga trayectoria, el argumento peca de excentricidad. Algunas de las situaciones que acontecen sobre el escenario no son demasiado creíbles, hecho este que potencia la comicidad de algunas de las situaciones. En este apartado el formato T de Teatre funciona bien, estableciéndose un flujo actoral intenso, como es acostumbrado, entre Mamen Duch, Marta Pérez y Àgata Roca. Pero es cuando se integran las dos historias y se suman al relato Carme Pla y Jordi Rico cuando la propuesta se hace más extraña.

Y es aquí donde se advierte más el peso de Despeyroux, al llevar la trama hacia el ámbito de los vínculos entre las personas y los acontecimientos, y donde se impone más la tragedia del binomio tragicómico tan propio de T de Teatre y el toque sobrenatural.

En esta ocasión la compañía ha escogido una sala más pequeña, la Beckett, para la representación de la obra, lo que permite al espectador observar más de cerca, un acierto, la evolución de los acontecimientos. La compañía ha apostado también por una escenografía algo más minimalista en la que destaquen más las interpretaciones que los ambientes. Y como decía antes, el apartado de las interpretaciones es el correcto, si bien algo iterativo en ocasiones, aunque en definitiva el flow de la compañía y una clave de su éxito.

Cançó per tornar a casa es una obra sin excesivas pretensiones que nos hace reflexionar sobre lo vacío, a veces, de la existencia y de como todo lo que pasa está conectado, o puede estarlo, de una forma u otra. Una oportunidad de desconectar un poco de los calores del verano, que lo son y mucho, y de meditar sobre el teatro, la vida y las ¿casualidades?.

«Cançó per tornar a casa» se representa en la Sala Beckett del 2 al 28 de julio de 2019.

Autoría y dirección: Denise Despeyroux
Traducción: Sergi Belbel
Reparto: Mamen Duch, Marta Pérez, Carme Pla, Jordi Rico y Àgata Roca
Escenografía: Alejandro Andújar
Vestuario: Mamen Duch
Iluminación: Rubèn Taltavull
Sonido: Roger Ábalos
Producción: T de Teatre

Horario: de martes a sábado a las 21:00 horas y domingos a las 18:00 horas
Precio: de 11€ a 22€
Duración: 1 hora y 30 minutos
Idioma: catalàn
NOTA CULTURALIA: 6,5
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Jorge Pisa

Crítica teatral: Paraules encadenades, en La Villarroel

¡El terror que se desencadenó hace casi veinte años vuelve a repetirse! ¡Dos personas distintas!, ¡Un escenario diferente! La línea entre el bien y el mal vuelve a cruzarse… El monstruo interior ha despertado. El camino hacia la libertad está plagado de trampas… ¡Comienza Paraules Encadenades!

Esto podría ser anunciado por una potente voz en off en la presentación de un posible tráiler de la obra teatral que nos ocupa, pues Paraules Encadenades, creada por Jordi Galceran, se representó con gran éxito hace ya casi veinte años. El autor nos ha dado después obras brillantes como El mètode Gronholm o El Crèdit, entre muchas otras.

Un psicópata ha secuestrado a una psicóloga a la que mantiene amordazada y atada a una silla. Le ha anunciado los planes que tiene para ella y no son nada halagüeños. La chica esta en inferioridad de condiciones y tendrá que usar su ingenio para sobrevivir. Va a dar comienzo el juego del gato y el ratón, va a empezar el terror…

La obra nos sumerge, ya al cruzar el umbral de la sala, en el escenario del secuestro que es precisamente un viejo teatro, con lo que nos integramos más en la acción que nos mantendrá en vilo durante toda la función. Pronto conoceremos a su captor y entre los dos únicos personajes de la obra se establecerá una batalla dialéctica con el objetivo de salvar la vida.

El actor David Bagés, rostro muy conocido en series de televisión, borda el papel de tipo normal y algo apocado al que se le han cruzado los cables y busca respuesta a sus preguntas interiores. Su carta de presentación es un video, porque en esta obra lo audiovisual esta cuidado e integrado, en el que muestra su talento para construir con su forma de expresarse, palabras y gestos, un asesino sonado, sin empatía, que da miedo. El video inicial ya coloca en situación y presagia que la chica secuestrada lo va a tener crudo. Y ya desde este inicio provoca algunas risas nerviosas en el público, porque lo que cuenta es terrible, pero nos puede parecer cercano o cotidiano y lo que siente puede ser entendible, y ese pensar nuestro, que sus sensaciones pueden ser muy reales e incluso hasta podrían ser las nuestras, ya puede darnos miedo.

Paraules encadenades_La VillarroelMima Riera interpreta a la psicóloga secuestrada, una actriz con amplia experiencia en el teatro y en películas, y que da credibilidad al papel de atrapada, en inferiores condiciones, pero no desarmada y con una gran fortaleza interior.

El escenario con poco atrezo consigue crear el ambiente sobrio, de angustia y decadente del sótano de un viejo teatro, a lo que ayudan buenos juegos de intensidad en la iluminación, o con el haz de luz de la linterna. La obra usa los tópicos y lugares comunes de las películas del género de asesino, con pocos recursos de decoración. Y no solo en esto, sino también en la utilización de diversas situaciones escénicas.

Paraules Encadenades asusta porque lo que nos narra el psicópata con su falta de humanidad, frialdad y amable normalidad, lo podemos entender y como hemos dicho sus ocurrencias y reflexiones también. Pero la obra es un viaje por los recovecos de la mente y el poder de las palabras. Nos presenta una confrontación dialéctica e intensa entre los dos personajes. Un viaje peligroso para saber por qué uno es como es, por qué actúa así, por qué al mirar el pasado podemos ver cosas diferentes que antes no vimos, porque elegimos ciertos caminos. Remordimientos, miedos, traiciones, mentiras, sospechas, amor, odio, deseo, asco, violencia, perdón, un torbellino de emociones azotan la función. Sufriremos hasta el final para saber si la protagonista se salva o no, porque nada está claro, como en un partido de ping pong. Y por encima de todo, un juego, el de las Paraules Encadenades, que se torna una competición de supervivencia.

Si te gustan las películas de psicópata que mantiene secuestrada a su víctima y establecen una conversación con vínculos, en que el desastre esta siempre latente, no lo dudes. No hay sustos, ni efectos, pero si tensión dosificada y latente, muy poco espacio para el humor aunque algo hay para aligerar los nervios, pero no te vas aburrir. Paraules encadenades es una caja de sorpresas (a veces demasiadas), una montaña rusa que te puede explotar en la cara. Una obra dura y sin concesiones, sin buen rollito. Y que incluso nos hará pensar en las relaciones de pareja. Dos personas y su interior, la balanza entre el bien y el mal, entre la cordura y la locura, es muy fina e intercambiable, o eso nos puede parecer.

«Paraules encadenades» se representa en La Villarroel hasta el próximo 6 de agosto de 2017.

Autor: Jordi Galceran
Dirección: Sergi Belbel
Reparto: David Bagés y Mima Riera
Escenografía: Max Glaenzel
Iluminación: Kiko Planas
Espacio sonoro: Jordi Bonet
Caracterización: Toni Santos
Producción: Bitò

Horarios: de martes a sábado a las 20:30 horas y domingos a las 18:00 horas
Precio: 24€
Idioma: catalán
Duración: 1 hora y 30 minutos
NOTA CULTURALIA: 8

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Escrito por Taradete

Recomendación teatral: Homes, la comèdia musical, en el Teatre Condal

¿Qué piensan los hombres?
¿Por qué no saben qué quieren las mujeres?
¿Y por qué resulta tan complicado entenderlos?

A partir de relatos cortos basados en situaciones cotidianas, Hombres, la comedia musical reflexiona sobre la masculinidad y la relación entre hombres y mujeres.

El Teatre Condal estrena Homes, la comèdia musical, un montaje de nueva creación y autoría catalana firmado por el tándem Carol López y Sergi Belbel y que se inspira en el fenómeno teatral de 1994 Homes! de T de Teatre.

Homes la comedia musical_1Una comedia musical fresca y actual con música original de Marc Parrot, protagonizada por cinco actrices: Anna Barrachina, Agnès Busquets, Mireia Portas, Alba Florejachs y Glòria Sirvent.

El montaje apela directamente al público y, mediante un texto ácido y canciones originales interpretadas en directo, nos hace reflexionar sobre qué supone ser un hombre y una mujer hoy en día, y si los dos sexos están condenados a no entenderse.

Homes, la comèdia musical se representa en el Teatre Condal hasta el 21 de mayo de 2017.

Autores: Sergi Belbel y Carol López
Música original y dirección musical: Marc Parrot
Dirección: Carol López
Reparto: Anna Barrachina, Agnès Busquets, Alba Florejachs, Mireia Portas y Glòria Sirvent
Escenografía y vestuario: José Novoa
Iluminación: Mingo Albir
Espacio sonoro: Tomàs Pérez
Producción: Focus y Misògines

Horarios: de martes a viernes a las 20:30 horas; sábados a las 18:00 y a las 21:00 horas y domingos a las 18:30 horas
Precio: Desde 24€ a 28€
Duración: 1 horay 30 minutos aprox.
Idioma: catalán

Crítica teatral: En la solitud dels camps de cotó, en el TNC

Pocas veces se puede ver sobre los escenarios un duelo interpretativo como el que Ivan Benet y Andreu Benito, actores con un curioso juego de apellidos, llevan a cabo en En la solitud dels camps de cotó, obra escrita por el dramaturgo francés Bernard-Marie Koltès, dirigida por Joan Ollé y estrenada en el TNC el pasado 19 de enero, una experiencia teatral que reduce la ilusión escénica al mínimo para abrirnos una puerta a los abismos de la esencia humana.

En la solitud dels camps de cotó es, así, una apuesta descarnada donde asistimos al enfrentamiento entre dos personajes opuestos de los cuáles no conoceremos demasiado, que se encuentran por la noche en un callejón oscuro de la ciudad y que inician un duelo verbal, casi existencial. Si bien, nunca sabremos quiénes son ni qué es lo que realmente ansían, tan solo seremos testigos de la relación que se establece entre ellos, una negociación o intercambio dominado por la voluntad de subyugar al adversario.

Lo primero que destaca de la obra es el texto. En la solitud dels camps de cotó es una pieza de ingeniería textual, en el que Koltès transmuta la prosa en poesía, elaborando diálogos firmes e impenetrables, centrados más en la situación que se establece entre los dos protagonistas que en los personajes.

en-la-solitud-dels-camps-de-cotoUna vez que comienza la representación los motivos y las razones que mueven a los personajes desaparecen, y lo único que queda expuesto ante el espectador son las palabras y las intenciones, aunque estas últimas nunca llegarán a definirse del todo. Así, los diálogos escritos magistralmente por Koltès arremeten no tan solo contra los protagonistas sino también contra los espectadores, que inútilmente intentarán descifrarlos a lo largo de la representación.

La acertada dirección de Ollé se observa en lo definido y lo sólido de las actuaciones y en la consistencia de la puesta en escena, creando una obra casi desde la nada. A esto se ha de sumar unas interpretaciones despiadadas y en algunos momentos también violentas. Un Benito enorme y magistral que aporta, además, una gran presencia sobre el escenario. Y un Benet que avanza con pasos firmes en su carrera y que nos muestra  una réplica al rojo vivo.

La acción de la obra, o mejor dicho, la situación escénica, se desarrolla en un espacio sin forma, configurado tan solo por un sutil juego de luces y sustentado por una plataforma móvil, que acompaña el movimiento de los actores y que confirma la idea de un abismo, en el que lo único auténtico son las palabras y las emociones.

En la solitud dels camps de cotó es, como decía, una experiencia teatral, un tour de force entre dos grandes actores que juega con los elementos propios del teatro para llegar directamente a la conciencia del espectador. Una ocasión para disfrutar de la interpretación de Benito y Benet y de una propuesta innovadora tanto en su escritura como en la forma que adopta sobre el escenario. Una oportunidad imposible de rechazar.

«En la solitud dels camps de cotó» se representa en el TNC hasta el 19 de febrero de 2017.

Autor: Bernard-Marie Koltès
Dirección: Joan Ollé
Traducción: Sergi Belbel
Reparto: Ivan Benet y Andreu Benito
Escenografía: Sebastià Brosa
Vestuario: Míriam Compte
Iluminación: Lionel Spycher
Sonido: Damien Bazin
Movimiento: Andrés Corchero
Caracterización:  Núria Llunell
Producción: Teatre Nacional de Catalunya

Horarios: de miércoles a sábado a las 20:00 horas y los domingos a las 18:00 horas
Precio: 23€
Duración: 1 hora y 15 minutos, sin entreacto
Idioma: catalán

NOTA CULTURALIA: 8.5
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Jorge Pisa

Crítica teatro: Maria Estuard, en el Teatre Lliure

Hasta el próximo 5 de junio el Teatre Lliure de Gràcia programa Maria Estuard, una de las obras escritas por el dramaturgo e historiador alemán Friedrich Schiller, que repasa los últimos días de la vida de la reina de Escocia Maria Estuardo y el entramado de intrigas e intereses políticos que llevaron a su muerte.

“Con la ayuda de nobles de su séquito, María Estuardo, reina de Escocia y prisionera en el castillo de Talbot por orden de su prima Isabel I de Inglaterra, conspira para salvar su vida y recuperar el poder político. Un enfrentamiento entre dos reinas, dos religiones, dos naciones, pero también, y sobre todo, entre dos mujeres con poder.

Veinticinco años después del montaje de Josep Montanyès en el Teatre Lliure, con las espléndidas Anna Lizaran y Maife Gil a la cabeza, queremos revisitar una pieza capital de la literatura dramática europea. Sílvia Bel y Míriam Alamany serán María e Isabel, respectivamente”.

La propuesta del Lliure, liderada por Sergi Belbel, nos plantea un entorno político-histórico clásico, que no es otro que el de la lucha por el poder, en el caso de la obra de Schiller, el disputado por dos grandes reinas, la escocesa María Estuardo y la inglesa Isabel I.

La obra, que posee una marcada influencia shakesperiana, está planteada en una nueva lectura que contempla tan solo la presencia de siete de los personajes originales. De esta forma Maria Estuard, nos lleva des del principio a la raíz del conflicto político y humano que se vierte sobre el escenario, y que no es otro que el enfrentamiento entre dos reinas, y dos mujeres, por la idea del poder y de la legalidad, en un momento, el siglo XVI, en el que la lucha por la imposición de la autoridad real y la disputa religiosa entre católicos y protestantes se extendía por Inglaterra y por gran parte de Europa.

Maria estuard
Este conflicto entre reinas desatado sobre el escenario nos permite, asímismo, reflexionar sobre el contexto político que vivimos actualmente tanto en Cataluña como a nivel nacional, ya sea la situación que ha llevado a la repetición de las elecciones en el Parlamento español, como sobre la tentativa en Cataluña de crear un nuevo estado independiente, desacreditada desde su mismo inicio por su propia naturaleza claramente partidista.

Maria Estuard es un acierto por muchas razones. La primera de ellas, por la elección de un texto escrito por Schiller, no solo dramaturgo, sino también historiador, lo que permite realizar una lectura más profunda y enriquecedora del conflicto que nos es narrado. La segunda es la de la dirección. Belbel versiona y dirige la obra de forma competente y con un tono acorde con los importantes temas que se debaten sobre el escenario. La tercera, por el excelente trabajo actoral en el que destacan las dos actrices que dan vida a las reinas enfrentadas, la bella Silvia Bel que encarna a una emotiva e infortunada María Estuardo intrigando para salvar su vida, y la esplendida Miriam Alemany, que da el do de pecho para encarnar a Isabel I de Inglaterra, dubitativa pero implacable a la hora de defender sus derechos al trono inglés. A Bel y Alemany les acompañan Alex Casanovas, el único miembro del reparto que no muestra un tono interpretativo adecuado; Carles Martínez, que encarna al despiadado enemigo de Estuardo; Jordi Banacolocha; Fina Rius y Marc Rius.

También se ha de destacar la realización de una escenografía minimalista que potencia la efectividad de la obra, y que nos muestra tanto el encierro de María Estuardo, como la vacuidad que recorre las venas de la política de “alto” nivel, tanto la de antes como la de ahora.

Por último, en la obra la rivalidad entre María Estuardo e Isabel no se nos muestra solo como una lucha entre dos reinas, sino también como el enfrentamiento entre dos mujeres y el empeño de cada una de ellas por sobrevivir en un mundo dominado por hombres. Algo que también pone en contacto la representación con la estructuración política y social que vivimos en la actualidad, afectada de desigualdad y de episodios de violencia de género cada vez más habituales.

Maria Estuard es una nueva muestra de lo acertado, a veces, de la programación del Teatre Lliure, y de la capacidad de los clásicos de proporcionarnos elementos y cavilaciones válidas para interpretar la realidad que rodea nuestras existencias.

Maria Estuard” se representa en el Teatre Lliure de Gràcia del 5 de mayo al 5 de junio de 2016.

Autor: Friedrich von Schiller
Versión y dirección: Sergi Belbel
Reparto: Míriam Alamany, Jordi Banacolocha, Sílvia Bel, Àlex Casanovas, Carles Martínez, Fina Rius y Marc Rius
Escenografía: Max Glaenzel
Vestuario: Mercè Paloma
Caracterización: Toni Santos
Iluminación: Kiko Planas
Sonido: Jordi Bonet
Producción: Teatre Lliure

Horarios: de miércoles a viernes a las 20:30 horas; sábados a las 17:30 y a las 21:00 horas y domingos a las 18:00 horas
Precio: 15 – 29 €Idioma: catalán
Duración: 2 horas sin pausa

NOTA CULTURALIA: 8.5
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Jorge Pisa

Crítica teatral: Caiguts del cel, en el Teatre Condal

Caiguts del cel_1A nadie se le escapa lo importante que es el dinero en la sociedad en la que vivimos, ni lo sorprendente que sería que halláramos cantidades ingentes de dinero en nuestro hogar sin una causa u origen aparente. Seguramente nuestro comportamiento y nuestros hábitos se verían seriamente afacetados por este inesperado hallazgo. Esta es la idea que subyace a Caiguts del cel, una comedia con toques de fantasía trágica que se representa en el Teatre Condal hasta el 22 de noviembre.

«La vida tranquila y feliz de una pareja pequeñoburguesa de mediana edad se ve trastornada bruscamente cuando, un buen día, sin motivo ni explicación aparente, empieza a aparecer dinero dentro del comedor de su casa. La situación se lía cuando se ven implicados la mujer de la limpieza de la pareja, que es extranjera, y un peculiar vecino muy inquietante. Y todo, para llegar a un final absolutamente inesperado».

Caiguts del cel es principalmente una comedia que parece escrita para ser interpretada por un un actor como Jordi Bosch. La propuesta posee de esta forma los ingredientes necesarios para hacer reír, y pasar un buen rato, al público: una situación que mezcla fantasía y misterio; el salón de una vivienda con su inexcusable sillón y una suma de situaciones y despropósitos relacionados con un dinero que comienza a aparecer enigmáticamente y que por supuesto afectará a las tranquilas existencias de los protagonistas.

La comedia pretende, además, hacernos reflexionar sobre nuestra capacidad para reaccionar ante situaciones inesperadas, y lo que es más importante aún, sobre cómo gestionamos nuestras emociones, sentimientos y egos en situaciones que nos superan y/o desequilibran. Y no creo que haya en elemento más desequilibrador en la vida de una persona que la aparición de grandes cantidades de dinero así, como por arte de magia. De esta forma Sébastien Thiéry, el autor de la obra, se explaya a sus anchas revolcándose, teatralmente hablando, en una situación poco usual pero con un gran potencial cómico y perturbador.

Caiguts del cel_2Si hasta aquí todo parece que camina hacía buen puerto, la materialización del proyecto no acaba de ser todo lo acertada que debería. Para empezar parece que el casting no es el más apropiado para la obra. Si Bosch consigue fácilmente hacerse creíble, como siempre, en un papel cómico, su pareja artística, Emma Vilarasau parece no estar en el tono correcto, lo que hace que la química entre los dos personajes se resienta. Los secundarios tienen un papel bastante reducido en el global de la obra, si bien Carles Martínez está uno o dos tonos de voz por arriba de lo que su personaje requiere, aunque su vis cómica se hace evidente a lo largo de la representación. Por último Anna Barrachina está más que correcta en su papel de «asistenta» rusa.

La obra intenta explotar, pues, ese miedo a lo desconocido que nos caracteriza a la mayoría de nosotros y nos provee de las excusas necesarias para reírnos de los aciertos y de las equivocaciones de los personajes ante una situación tan «bizarra» como la que se nos muestra sobre el escenario. Y yendo un poco más allá, nos permite reflexionar sobre qué haríamos nosotros en una situación similar y transgresora. ¿Seríamos codiciosos?

Una obra que además posee un final (tranquilos, no se los revelaré) que no creo que se ajuste demasiado al tono y la naturaleza de la representación, por lo que se convierte en un elemento no orgánico de la misma, y que por tanto les aseguro que les sorprenderá.

Caiguts del cel es una excusa para divertirnos viendo los problemas, de dinero, de los otros, No busquen mucho más, y saldrán de la representación satisfechos por haber pasado 1 hora y 45 minutos de una forma agradable, aunque, puede ser, que algo ilusoria también.

«Caiguts del cel» se representa en el Teatre Condal del 4 de septiembre al 22 de noviembre de 2015.

Autor: Sébastien Thiéry
Versión y dirección: Sergi Belbel
Reparto: Emma Vilarasau, Jordi Bosch, Carles Martínez y Anna Barrachina
Escenografía: Max Glaenzel
Iluminación: Kiko Planas (A.A.I.)
Vestuario: Mercè Paloma
Espacio sonoro: Jordi Bonet
Producción: Focus y Trasgo Producciones

NOTA CULTURALIA: 7
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Jorge Pisa

“Frank V (opereta d’una banca privada)” al Teatre Lliure: La Banca ni juga ni guanya.

No és el mateix netejar que treure la pols. Aquells que sigueu mestres de casa sabeu quina n’és la diferència. No passa el mateix amb els que us limiteu a complir com a mestressos (també de casa): Només us mou l’ànim de sortir corrent després d’haver passant fugaçment el drap pels desconsolats mobles.

El teatre, l’art d’emmirallar la brutícia humana dins la intimitat de la cambra en què es converteix la platea, reclama que l’escenari exposi sense prejudicis l’atractiu d’allò que és reprovable per a la moral i que converteixi l’espectador en convidat incòmode perquè, com a mínim, hi haurà de passar el dit.

Per això, els intents de maquillar la lletjor esdevenen inútils i fútils. I no ens podem prendre seriosament el “FRANK V” de Friedrich Dürrenmatt si no el sentim com a furiosa comèdia que escupi mala bava des dels seus primers compassos.

L’aparent contradicció rau en el fet que si en Dürrenmatt es va decidir a les darreries dels anys cinquanta a atacar el sistema capitalista des d’una perspectiva àcida i perversa, més de mig segle després de la seva estrena no ve al cas fer-ne un entremès per passar el vespre. Si l’objectiu d’en Friedrich era abraçar l’esperpent, en Sergi Belbel ara no ha de conformar-se signant una versió descafeïnada i rància. Això és el que trobem aquests dies al Teatre Lliure barceloní.

La crònica de la caiguda i enfonsament d’un magnat menyspreable i del seu seguici d’acòlits repulsius s’encalla també en mans de Josep Maria Mestres, incapaç de donar personalitat escènica al producte final: D’una banda, perquè la trama és pueril actualment malgrat alguns detalls faceciosos (l’empleat corrupte que desitja ser engarjolat per poder viure feliç i tranquil; el líder oficial de la colla obligat a mantenir l’anonimat poc després de presentar-se al públic). De l’altra, perquè la posada en escena n’accentua la manca de frescor: El ritme de l’obra és morós; els actors estan incòmodes interpretant-la i la música sona amb pobresa.

Les idees que apunta el text de Dürrenmatt, si s’haguessin potenciat amb un retrat més ferotge dels personatges (la MacbethMónica López de la funció sembla la Bruixa Avorrida; el passerell David Verdaguer aparenta més ingenuïtat encara quan s’integra a la colla) anant més enllà de la comicitat simplista, haurien pogut desembocar en una Casa dels Horrors grotesca i inquietant. I també estem convençuts que el joc de seducció impossible entre el bavejant Ferran Rañé i la maula Laura Aubert ens hauria sacsejat d’entusiasme si el director hagués deixat entrar en la foscor alguna espurna billywilderenca…

 Per Juan Marea

 

FRANK V (OPERETA D’UNA BANCA PRIVADA) es representa al Teatre Lliure de Barcelona fins al 17 de maig.
http://www.teatrelliure.com/ca/programacio/temporada-2014-2015/frank-v-opereta-duna-banca-privada

 

Crítica teatral: Fedra, en el Teatre Romea.

image El teatro es, como ya saben, una suma de emociones: las sufridas por los autores y directores, que se transportan a través del texto y de las interpretaciones de los actores hacia un público que las recibe con el objetivo de cerrar él mismo su significado. Y si hablamos de pasiones, seguramente pocos las han sabido plasmar de forma tan brillante como los autores clásicos, aquellos que en los inicios del teatro supieron captar sus raíces vitales y comunicarlas de forma apasionada, no tan solo a los públicos de entonces, sino también a los futuros.

Y uno de sus frutos más representativos es, seguramente, Fedra, obra adaptada en 1677 por Racine a partir de las tragedias de Eurípides y Séneca, y que nos muestra las fatales consecuencias de la pasión enfermiza y descontrolada de una mujer que afectan trágicamente a todos aquellos que la rodean.

«Fedra, enamorada de su hijastro Hipólito y empujada por su confidente, Enona, confiesa su pasión. Herida por el rechazo de Hipólito, ella no puede esconder sus sentimientos ante su esposo y rey de Atenas, Teseo. Azotada por un profundo sentimiento de culpa, Fedra se adentra en un infierno personal. Su pasión desbordante e irrefrenable la conducirá, a ella y al resto de personajes, a un trágico destino».

Con la Fedra de Racine, dirigida por Belbel y acompañada por un nutrido cuerpo de contrastados actores y actrices, asistimos al atropello de pasiones, deseos y tumultos que tan del gusto era de los antiguos, y que a los espectadores del siglo XX les queda, puede, algo lejos, si no es en lo que se refiere a la creatividad artística, la puesta en escena y el registro de las interpretaciones. En el caso que nos toca, no todo está a la misma altura.

image(6)Hablemos primero de una puesta en escena que alcanza unos altos valores estéticos, con un escenario que comunica con la platea y que nos muestra un territorio desolado, como los sentimientos y los efectos de las pasiones que se desarrollarán sobre él, iluminado por la mortecina luz de una gran esfera solar que se irá eclipsando, como indicando la fatalidad de la acción, y un juego de luces que provee a la obra de un tamiz casi apocalíptico. Sobre este inquietante escenario es donde falla una parte importantísima de la obra, que no es otra que el de las interpretaciones y con ellas la dirección. Aunque el reparto de actores y actrices es magnífico, solo hay que citarlo para darse cuenta de ello (Emma Vilarasau, Mercè Sampietro, Lluís Soler, Xavier Ripoll y Jordi Banacolocha entre otros), algo no funciona. Vilarasau compone una interpretación demasiado impostada y artificial, que le roba magnificencia a su papel, primordial en la obra. Su yerro solo es equilibrado, en parte, por la actuación de otros actores, como Soler, Banacolocha o Ripoll, que sí que saben impregnar sus intervenciones con la soberbia e intensidad que el texto y las pasiones que este mueve se merecen.

Hay que ser conscientes, por otra parte, de que la interpretación de la obra se embellece, a la par que se dificulta, con la plasmación de los originales versos alejandrinos escritos por Racine, adaptados por el propio Belbel, que parecen aún no asumidos en la declamación por los actores, algo comprensible la noche del estreno, y que a veces complica la comprensión de un texto riquísimo y complejo por sí mismo.

De todo ello podemos resumir que, si bien la forma es muy bella, al espectáculo le falta precisión y aroma interpretativos. Esperemos que su propia desenvoltura en el tiempo sea lo necesariamente corregidora para llegar a la simbiosis dramática que requiere el espectador, no por otra Fedra nos habla de las pasiones, en este caso la amorosa y la sexual, del sentimiento de culpa, del amor no correspondido, de los tabús que acompañan a la civilización y de las consecuencias trágicas de nuestros hechos, sean estos los que sean, algo que desde siempre y por siempre acompañarán al ser humano en su singladura existencial.

Así, pues, a la Fedra de Belbel y Vilarasau le queda aún recorrido por hacer. Esperemos que lo alcance y nos muestre la radiación que un trágico elaborado en las manos de Eurípides y Séneca, urdido en la pluma de Racine y adaptado en el Romea en este siglo XXI se merece.

«Fedra» se representa en el Teatre Romea del 20 de enero al 15 de marzo de 2015.

Autor: Jean Racine
Traducción y dirección: Sergi Belbel
Reparto: Emma Vilarasau, Mercè Sampietro, Lluís Soler, Xavier Ripoll, Jordi Banacolocha, Queralt Casasayas y Gemma Martínez
Escenografía: Max Glaenzel
Iluminación: Kiko Planas
Vestuario: Mercè Paloma
Espacio sonoro: Jordi Bonet
Caracterización: Toni Santos
Producción: Teatre Romea

Horarios: de martes a sábado a las 20:30 horas y domingos a las 18:00 horas.
Precio: 18 – 28 €
Duración: 2 horas y 15 minutos
Idioma: catalán
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Jorge Pisa

Crítica teatral: Vells Temps, en la Sala Beckett.

Vells temps_sala beckettUna obra de teatro siempre tiene algo que decir al público. Una vez que se alza el telón, metafóricamente hablando, porque ya casi nunca se levantan, se inicia una conexión entre la obra y el espectador que perdura, de una forma u otra y normalmente con altibajos, hasta el final de la representación. Si además, Harold Pinter está en el meollo, está conexión se transforma es un estado en el que la obra fluye atrapando al espectador en una tela de araña escénica que se apodera de él hasta el final de la función. Algo que podemos apreciar en Vells Temps, obra programada en la Sala Beckett en el marco del Festival Grec 2014, dirigida por Sergi Belbel e interpretada por Carles Martínez, Míriam Alamany y Sílvia Bel.

El matrimonio formado por Kate (Míriam Alamany) y Deeley (Carles Martínez) recibe la visita de Anna (Sílvia Bel), una amiga de juventud de la primera. El reencuentro de las dos mujeres les permitirá rememorar los viejos tiempos, cuando ambas trabajaban como secretarías; compartían piso en Londres y llevaban una vida de trabajo y ocio recorriendo las plateas de los mejores teatros de la ciudad. A medida que ambas mujeres evocan el pasado Deeley comienza a sentir celos de una relación antigua pero intensa que, al parecer, se entrelaza también con sus propios recuerdos.

La Sala Beckett se anima a programar Vells temps, un Pinter que tiene que ver mucho con la memoria, el teatro y el cine (musical) y con una tempestiva relación amorosa a tres bandas. La estructura de la obra sigue el modelo pinteriano de la llegada de un extraño a un espacio y/o realidad a la que no pertenece, como pudimos ver este año en obras como L’encarregat o Terra de Ningú. Una vez que este elemento externo hace acto de presencia la realidad queda, de alguna forma, afectada, un efecto del que seremos consciente a través de la conversación que mantienen los tres protagonistas y que girará en torno al pasado, lo que moverá a un duelo dialectico entre Deeley y Anna por demostrar quién tiene más ascendencia personal sobre Kate y nos hará evidente la naturaleza efímera y sutil de la memoria y de los recuerdos.

La obra se construye, además, en un espacio y un tiempo escénico que se confunde a lo largo de la representación. Al espectador le costará distinguir si lo que pasa sobre el escenario se está produciendo en el presente o se produjo en el pasado, algo que se complica aún más al referirse los tres protagonistas a los mismos hechos con recuerdos diferentes y algo distorsionados. Lo que va dando forma a un limbo escénico en el que la realidad y los recuerdos se atropellan unos a otros, obligando al espectador a intervenir y darles forma.

Por encima de este fluir de situaciones y recuerdos la obra nos habla de las relaciones y más concretamente de las relaciones de pareja, tanto aquella formada por Kate y Deeley como la que mantuvieron, supuestamente, Kate y Anne cuando eran jóvenes. Asimismo, el teatro también estará muy presente en la representación, ya que los personajes femeninos recordarán a lo largo de la obra su asistencia a los espectáculos de teatro y danza del antiguo Londres y los protagonistas se lanzarán a canturrear en un momento de la obra algunos éxitos del teatro musical.

La propuesta cocinada por la Sala Beckett está diseñada para darle a la obra la naturaleza fantasmagórica que un Pinter requiere. El escenario está constituido por una extensa plataforma elevada que se apodera de uno de los extremos largos de la sala, ocupada tan solo por una serie de ventanas, dos sofás-cama y una butaca, ubicados sobre el escenario de forma triangular, una representación física del triángulo amoroso existente (o que existió) entre los tres personajes. Estos están interpretados por Carles Martínez (Deeley), Míriam Alamany (Kate) y Sílvia Bel (Anna). El primero oprime a su personaje para darle una solidez a veces exquisita; la segunda interpreta un personaje que a veces parece que no esté sobre la escena, un hecho del que se nos habla en la propia obra y la tercera encarna a una mujer elegante y atractiva que parece que quiere recuperar algo de su pasado.

Sergi Belbel lleva a cabo una destacada dirección de actores que provee a sus interpretaciones de esa neblina adecuada para una obra-situación de Pinter, y da forma a una representación donde el presente y el pasado se mezclan irremisiblemente y en la que, como afirma uno de los personajes «hay cosas que recuerdas aunque puede ser que no hayan pasado nunca«. Algo que tendrán que descubrir cada uno de ustedes, hilvanando todo lo que se dice y todo lo que se hace sobre el escenario de la Sala Beckett. Un auténtico reto teatral.

«Vells temps» se representa en la Sala Beckett del 2 al 27 de julio de 2014.

Autor: Harold Pinter
Dirección: Sergi Belbel
Traducción: Joan Sellent
Interpretación: Carles Martínez, Míriam Alamany y Sílvia Bel
Escenografía: Max Glaenzel
Vestuario: Mercè Paloma
Iluminación: Kiko Planas
Espacio sonoro: Jordi Bonet
Caracterización: Toni Santos
Producción: Grec 2014 Festival de Barcelona y la Sala Beckett / Obrador Internacional de Dramatúrgia

Horarios: de martes a sábado a las 21:30 horas y domingos a las 18:30 horas.
Duración: 75 minutos
Idioma: catalán
Precio: 20 €
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Jorge Pisa Sánchez

Crítica teatral: El crèdit, en La Villarroel.

credit_080Seguramente lo más natural en una época de crisis económica como la que vivimos es encuadrar una obra de teatro en los ejes de coordenadas cotidianos que el momento requiere. Algo que Jordi Galceran ha hecho con El crèdit, su nuevo exitazo teatral en forma de comedia «bancaria» dirigida por Sergi Belbel e interpretada por Jordi Bosch y Jordi Boixaderas.

La obra desarrolla una trama bien simple que se complica a medida que avanza la representación. Todo arranca en un despacho de una oficina bancaria en la que Jordi Bosch, el director de la misma, deniega un crédito a Jordi Boixaderas ya que su solicitud no posee los avales necesarios. El solicitante, en una situación desesperada, la cual nunca llegaremos a conocer, decide jugar su última carta: si no se le aprueba el préstamo se verá obligado a tomar «medidas de fuerza» con el objetivo de desbaratar la vida del director de la oficina. La amenaza determina que los acontecimientos se encaminen en una nueva y mordaz dirección, muy diferente, claro está, a la que habría debido ser en otras circunstancias.

Galceran y Belbel nos presentan un nuevo éxito arrollador a juzgar por la masiva asistencia de espectadores a las representaciones de la obra, hecho que ha urgido a la sala a habilitar sillas supletorias. La razón: Galceran es un autor ya con experiencia en lo que respecta a los grandes éxitos. Suyo es el texto de El mètode Gronholm (2003), uno de los grandes éxitos teatrales catalanes de los últimos años que analizaba los a veces extravagantes sistemas de selección de personal desde una perspectiva humorística. A ello se suma, como decía antes, la actualidad y la resonancia del tema que trata la obra. ¿Quién no ha solicitado nunca un crédito al banco? ¿Quién no ha sufrido ningún disgusto con su entidad bancaria?

016_t_elcredit_046-1El crèdit va más allá de una simple puesta en escena humorística sobre una denegación bancaria, ya que se toma la revancha, es decir, pone al infame colectivo de banqueros y financieros contra las cuerdas, ya que en esta ocasión son sus vidas las que, metafóricamente hablando, correrán peligro, las que se derrumban frente al ciudadano desahuciado. Solo por eso, por ese grado de «justicia social» y por sus ansias de revanchismo vestidas de comedia, se puede comprender, en parte, la gran aceptación de la que disfruta la obra.

Pero es que a lo comentado hasta ahora se suman varias cosas más. La primera un autor, Galceran, con un gran olfato para extraer de la realidad más cercana sus ideas teatrales y poseedor de una gran capacidad para desarrollarlas con buen pulso humorístico, lo que genera un gran interés en el público, al que además no defrauda. A lo que se suma la dirección acorde y afinada de Sergi Belbel, el cual conoce bien el mundo creativo del dramaturgo.

La segunda, la arquitectura actoral compuesta por Bosch y Boixaderas, dos referentes del teatro catalán actual que además se conocen muy bien ya que han colaborado sobre los escenarios en varias ocasiones destacando entre las últimas El misantrop (2011), Els jugadors (2011) o La Bête (2012). Ambos actores crean un divertimento teatral casi de la nada, demostrando de nuevo su conexión escénica marcada por el touch humorístico de Bosch, que borda cada uno de los personajes a los que da vida, y el buen hacer de Boixaderas, que en esta ocasión encarna a un personaje algo más grave aunque en clave de comedia.

Por lo que respecta al escenario, este toma forma como un espacio central rodeado en todos sus lados por gradas de butacas. Además parte de él gira poco a poco sobre sí mimo, con la intención de que todos y cada uno de los espectadores pueda encarar de frente a los actores en algún momento de la representación. Algo que ayuda a conectar al público con el desarrollo de la obra.

Si bien, y esto es ya una opinión personal, El crèdit, aunque baraja todos los elementos indicados, basa su atractivo en una situación con un alto grado de irrealidad aunque potencialmente cómica e irónica, hecho este que impide que el público se implique en ella todo lo que debiera. Pero, ahora que lo pienso, eso es lo que caracteriza en su esencia a las comedias ¿no? Siendo, pues, así, solo puedo felicitar a Galceran, Belbel, Bosch y Boixaderas y al acierto de la sala Villarroel que han logrado cocinar un nuevo éxito, el que seguramente será el éxito de la temporada.

«El crèdit» se representa en La Villarroel desde el 14 de setiembre de 2013.

Autor: Jordi Galceran
Dirigida: Sergi Belbel
Reparto: Jordi Boixaderas y Jordi Bosch
Escenografía: Max Glaenzel
Iluminación: Kiko Planas
Espacio sonoro: Jordi Bonet
Producción: Bitò Produccions y La Villarroel

Horarios: martes, miércoles y jueves a las 20:30 horas; viernes a las 21:00 horas, sábados a las 18:00 y a las 20:30 horas y domingo a las 18:00 horas
Precio: De 26 a 32,5 €
Idioma: catalán
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Jorge Pisa Sánchez