La Sala Beckett estrena en el marco del Festival Grec 2025El Monstre, de Josep Maria Miró, una historia interpretada por Àurea Márquez, Joan Negrié y Albert Prat sobre la necesidad de tener miedo. ¿Por qué necesitamos construir monstruos? ¿De qué nos protegemos? Estas son algunas de las preguntas que formula la obraa través de un ambicioso juego formal e interpretativo.
Una madrugada, Santi y Berta, incapaces de conciliar el sueño, se desvelan y mantienen una conversación. Algo les inquieta. Tiene que ver con lo que son hoy y con el pequeño pueblo en el que viven. También con la reaparición en sus vidas de alguien a quien en el pueblo bautizaron como “el Monstre” después de su desaparición hace casi veinte años y de uno de los capítulos más oscuros y turbios ocurridos en este sitio.
El Monstre es un texto para tres intérpretes que transita por la oscuridad individual y colectiva de una comunidad, en una apuesta radical y esencial por el lenguaje como vertebrador de la teatralidad. La obra ha obtenido el XXXII Premio Jardiel Poncela de textos teatrales y el XVIII Premi Quim Masó de proyectos teatrales en lengua catalana.
“El monstre” se representa en la Sala Beckett del 3 al 27 de julio de 2025.
Autoría y dirección: Josep Maria Miró Reparto: Àurea Márquez, Joan Negrié y Albert Prat Escenografía y vestuario: Albert Pascual Iluminación: Toni Ubach Composición musical: Yair Karelic Producción: Sala Trono
Horarios: de martes a sábado a las 19:30 horas y domingos a las 18:00 horas Duración: 1h y 35min Idioma: catalán Precio: de 11 € a 22 €
El Festival Grec irrumpe de pleno en la cadenciosa actividad estival de Barcelona, con un aire cultural y artístico que se mantendrá hasta finales del mes de julio. Una actividad que comenzamos a reseñar aquí con Macho grita y que continuamos con El Misantrop, de la compañía La Brutal.
«En 1666 Molière, abandonado por su mujer y enfermo, escribe la que seguramente será, junto con el Tartufo, su obra maestra, El misántropo, una crítica a la hipocresía y a los intereses individualistas de la sociedad de la época. Alceste, está enamorado de Célimène, una mujer expansiva y vital que se mueve como pez en el agua en los ambientes cortesanos. Sus grandes aptitudes sociales chocarán con la forma traumática que tiene Alceste de relacionarse con la hipocresía y la falta de valores de la sociedad. Por eso, reprochará a Célimène sus flirteos con otros hombres, y a sus amigos, su falta de sinceridad. Constantemente sentirá hacia el género humano una profunda desconfianza y un gran desprecio».
Pues ya lo veis, volvemos a los clásicos, siempre los clásicos, que nos hablan de la sociedad y las formas de vida actuales para hacer una crítica, a veces feroz, del comportamiento humano. Porque no nos engañemos, las formas cambian, las formas de vestir y la tecnología también, pero la base del comportamiento humano es siempre la misma.
David Selvas y Sergi Pompermayer reubican la trama de El misántropo en una discografía que está a punto de hacer aguas debido al carácter de Alceste, uno de los propietarios. Su trato con los demás, basado en la franqueza y en la falta de tacto social, están llevado a la discográfica El Misantrop a la quiebra. A partir de aquí, y de la voluntad de Alceste de mantener sus convicciones morales hasta sus últimas consecuencias, se originará el drama vital que es la clave de la obra de Molière.
La Brutal nos presenta una propuesta que pretende analizar la sociedad digital del siglo XXI a partir de un texto que nos muestran los usos sociales del XVIII. Y lo consigue con nota. El texto que mantiene una bella rima a lo largo de su desarrollo de la mano de Pablo Macho, se ha actualizado para soportar la realidad actual y para analizar cómo vivimos, o mejor dicho, como viven las nuevas generaciones en un contexto digital y postmoderno.
Y de esto que se traten temas como la hipocresía, la fidelidad, la gestión de los valores individuales en una sociedad líquida, la carga que representan las redes sociales o la adicción a las pantallas tan habitual hoy en día, cuando nuestras simples vidas suelen parecer grises si las comparamos con todo lo que pasa en las vísceras digitales.
La Brutal ha optado por un elenco no demasiado abultado en el que destacan claramente dos figuras. Pol López clava su papel de misántropo vencido por los hábitos de la modernidad. Seguramente una de las mejores interpretaciones de la edición del Grec de este año. A su lado Mireia Aixalà da vida a su pareja Célimène de una forma natural y creíble, demostrando de nuevo sus tablas sobre el escenario.
Por lo que respecta a la puesta en escena, El misantrop divide el escenario en dos secciones, una más escenográfica en la que se sitúa el interior de la discográfica, y una más minimalista y más cercana con el público, en la que se desarrolla la acción más participativa con los espectadores y en la que se rompe en varias ocasiones la cuarta pared escénica. Y como no podía ser de otra forma al ambientar la trama en el sí de una discográfica, la música juega un papel importante a la hora de expresar los estados de ánimo de los protagonistas con temas como Human Nature de Michael Jackson, Sweet DreamsEurythmics o Rocket Man de Elthon John.
El misantrop es una magnifica propuesta que regresará a Barcelona en diciembre con una temporada regular en el Teatre Lliure y nos hará reír, incluso de nosotros mismos, y reflexionar de cómo vivimos nuestras vidas en un mundo globalizado y digitalizado. Como veis una excelente sugerencia para transitar por las no tan cálidas, de momento, noches veraniegas y disfrutar al mismo tiempo del teatro bien hecho.
«El misantrop»se representa en el Teatre Grec los días 2 y 3 de julio de 2024.
Dirección: David Selvas Dramaturgia: Sergi Pompermayer, David Selvas Reparto: Pol Lopez, Mireia Aixalà, Alex Pereira, Norbert Martínez, David Menéndez, Júlia Genís, Laia Alsina, Albert Prat Versificador: Pablo Macho Escenografía: Alejandro Andujar Diseño de luces: Jaume Ventura Diseño de vestuario: Marta Pell Espacio sonoro y música: Paula Jornet, Adrià Jornet Audiovisuales: Mar Orfila Diseño de sonido: Efrén Bellostes
El pasado 28 de junio regresaba al Poliorama La tendresa, la obra creada por Alfredo Sanzol galardonada con el Premio Nacional de Literatura Dramática 2017 y el XII Premio Valle-Inclán de Teatro, una versión libre de las comedias de Shakespeare que nos habla del amor, del atrevimiento y del sufrimiento.
«La tendresa narra la historia de una reina algo maga y sus dos hijas, que viajan en la Armada Invencible, obligadas por Felipe II a casarse en matrimonios de conveniencia con nobles ingleses después de haber invadido Inglaterra. La reina Esmeralda odia a los hombres porque siempre le han condicionado la vida y le han robado la libertad, así que no está dispuesta a permitir que sus hijas tengan el mismo destino que ella. Cuando la Armada pasa cerca de una isla que la reina considera desierta, provoca una gran tormenta que hunde el barco en el que viajan. Su plan es quedarse a vivir en esta isla con sus hijas para no tener que volver a ver nunca más a ningún hombre. El problema es que eligen una isla en la que desde hace veinte años vive un leñador con sus dos hijos, que se escondieron para no volver a ver a una mujer en su vida».
La ternura es una propuesta, sin duda, ganadora, por la trama de comedia que nos propone, basada en el universo y el libro de estilo de Shakespeare, en un texto travieso y en unas actuaciones que están en línea con todo lo anterior.
Sanzol nos habla en su Tendresa del amor y de los riesgos que comporta y que, como bien sabéis, nos hacen ser más humanos. Basándose en las estratagemas literariasshakesperianas la obra nos presenta dos grupos humanos, uno masculino y uno femenino, recluidos en una isla desierta (pretendídamente desierta), en la que ambos grupos han decidido apartarte del sexo contrario. Esta situación provocará, como es lógico, aventuras, enredos, confusiones y finalmente, y como no puede ser de otra forma, una atracción entre los miembros de los dos grupos, que se intentará evitar a toda costa por parte de los progenitores.
Sanzol ha creado para su obra una escenografía vacía y con muy poco atrezo, lo que fuerza al espectador a imaginarse parte de la obra y sumergirse en la acción que se desarrolla encima del escenario.
Por lo que respecta al reparto, La Ternura apuesta por talentos jóvenes y talentos con más experiencia. Entre estos últimos destacan Marta Pérez y Jordi Rico, que interpretan respectivamente a la madre y al padre que intentan alejar del amor a sus hijas e hijos para evitarles penurias emocionales. Genial Pérez en su papel de pérfida madre cansada de la dominación masculina. Entre los más jóvenes hallamos a Laura Aubert, Anna Castells, Albert Prat y Ferran Vilajosana, que proveen a la representación de la frescura y la inocencia propia de la juventud, y que será la clave de los enredos que acabarán afectando a las entrañas emocionales de todos los protagonistas.
La tendresa os hará reír al contemplar los vanos esfuerzos de los protagonistas por luchar contra sus sentimientos, algunos sabiendo que la clave del amor es indomable y otros confundiéndose al recorrer una emociones o bien desconocidas o bien olvidadas hace mucho tiempo.
Una propuesta fresca y muy recomendable, sin duda, para sobrevivir a este tórrido mes de julio en la ciudad condal.
«La tendresa» se representa en el Teatre Poliorama del 28 de junio al 4 de agosto de 2023
Texto y dirección: Alfredo Sanzol Traducción: Joan Lluís Bozzo Reparto: Laura Aubert, Anna Castells, Marta Pérez, Albert Prat, Jordi Rico y Ferran Vilajosana Escenografía y vestuario: Alejandro Andújar Iluminación: Pedro Yagüe Música original: Fernando Velázquez Sonido: Roger Ábalos Caracterización: Eva Fernández Producción: TRES PER 3, en colaboración con Dagoll Dagom y T de Teatre, El Teatro de la Ciudad y el apoyo del ICEC
Horarios: de lunes a viernes a las 20:30 horas Precio: desde 12,5€ Idioma: catalán Duración: 1 hora y 50 minutos NOTA CULTURALIA: 8,5 ——
El Festival Grec 2016 inició el pasado 1 de julio su singladura estival programando en el Teatre GrecLes Bruixes de Salem, la versión de la obra de Arthur Miller dirigida por Andrés Lima que pretende hacernos reflexionar acerca de la caza de brujas y sobre el uso de la represión por parte del poder establecido.
“Las brujas de Salem, alude a un episodio de histeria colectiva registrado en Salem (Massachusetts) en 1692. Una pequeña comunidad rural con unas normas religiosas y de conducta especialmente estrictas se ve sacudida por un rumor: una de las chicas del pueblo es víctima de un maleficio. La sospecha de que hay brujas en la comunidad y los enfrentamientos entre colonos por la posesión de tierras acabarán causando la cruel condena a muerte de cerca de veinticinco personas, la mayor parte de ellas eran mujeres”.
El Grec comienza con uno de sus platos fuertes, ya sea por el centenario del nacimiento de Arthur Miller celebrado el año pasado, por la fuerza de un texto que examina la caza de brujas, tanto la histórica y religiosa como la anticomunista llevada a cabo en los EE.UU. en los años 50 y por el reparto de la obra, en el que destacan, entre otros, Lluís Homar, Borja Espinosa, Nora Navas, Carles Canut, Albert Prat y Carles Martínez.
La obra se enmarca en un Festival Grec que desde hace años muestra un manifiesto adn político, nada de extrañar en un momento en el que tanto España como el resto de Europa aún siguen sufriendo las consecuencias del desenfreno político y económico de los últimos años. Y pretende llegar al espectador con un historia intensa de la que, sin embargo, no se ha sabido extraer el máximo provecho.
Nada que decir sobre el autor y el texto, excepto evidenciar la valentía de Miller a la hora de criticar la represión macartista en el mismo momento en que esta se estaba produciendo, y la composición de una obra que nos relata un episodio histórico (bajo un tamiz teatral) ocurrido en los EE.UU. del siglo XVII, en el que el miedo, la mentira y la represión turbaron la paz de una comunidad religiosa puritana. Miller además, compuso un texto con una honda intensidad teatral y con múltiples aristas argumentales que se manifiestan sobre el escenario. La adaptación de Andrés Lima ha enriquecido en parte la representación del texto, sumando referencias a la vida de Miller y a la voluntad existente en la escritura de la obra.
Aún así, la propuesta peca de una sobrada extensión (150 minutos sin descanso) y sobre todo de una falta de tono en gran parte de la representación, hecho este que solo se soluciona, en parte, en la segunda mitad de la obra. Parece, pues, que ni la dirección ni el esfuerzo de los actores han podido evitar una falta de “espíritu” en una obra que justamente reposa en ese punto. A esto se suma algún que otro error de casting en casos como el de Carles Martínez, que no hace creíble su personaje de inquisidor arrepentido, y sobre todo del elenco más joven, en el que Albert Prat, Anna Moliner o Nausicaa Bonnin parecen no estar a la altura de lo que exigen sus personajes, en algunos casos claves para comprender el verdadero trasfondo del relato.
La escenografía, aunque muestra fuerza creativa, es algo confusa en los primeros actos de la obra, en los que al público le puede costar situarse espacialmente. La cosa cambia a mejor con la llegada de Lluís Homar a escena. Si en los primeros actos Homar ejerce como mero presentador de la obra, en la segunda parte se incorpora en el relato dando vida al gobernador de la provincia y principal juez en el caso. Es en este momento en el que la obra alza el vuelo y podemos observar lo inquino de cualquier inquisición y el grado de bajeza y de sugestión que el miedo pueden provocar en cualquier comunidad humana.
Sin embargo la obra no logra, salvo en algunas ocasiones, alcanzar la tensión dramática requerida, aunque sí que dispone de momentos en los que la angustia recorre, seguro, las vísceras del público presente, al confundirse sus miedos y sus juicios de valor con los que se nos plantean sobre el escenario.
Aún así, Les Bruixes de Salem no deja a nadie indiferente a la salida del teatro, algo que nos demuestra que los clásicos siempre hablan, de una forma u otra, con nosotros y nos hacen reflexionar sobre realidades que aunque aparentemente alejadas de nuestro tiempo, nos amenazan desde los profundos abismos del miedo y la pasión humanas.
“Les bruixes de Salem” se representa en el Teatre Grec del 1 al 5 de julio de 2016.
Autoría: Arthur Miller
Dirección: Andrés Lima
Traducción: Eduardo Mendoza
Interpretación: Lluís Homar, Borja Espinosa, Nora Navas, Nausicaa Bonnin, Carles Canut, Albert Prat, Carles Martínez, Míriam Alamany, Carme Sansa, Miquel Gelabert, Anna Moliner, Marta Closas, Joana Vilapuig, Núria Golla y Yolanda Sey
Música original: Jaume Manresa
Espacio sonoro: Jaume Manresa y Jordi Ballbé
Escenografía y vestuario: Beatriz San Juan
Caracterización: Toni Santos
Iluminación: Valentín Álvarez
Horarios: todos los días a las 22:00 horas Precio: 18 – 30 € Idioma: catalán Duración: 150 minutos
El pasado 10 de febrero se estrenó en el TNC El professor Bernhardi, una de las obras de teatro más relevante, seguro, de esta temporada, y que propone un dilema ético, religioso y social ambientado en la Austria de las primeras décadas del siglo XX. Una propuesta escrita por Arthur Schnitzler, dirigida por Xavier Albertí e interpretada por Lluís Homar, Joel Joan, Pep Cruz, Rubèn de Eguía, Manel Barceló y Albert Pérez.
“En un hospital universitario, la decisión de un médico desencadena una serie de consecuencias que harán tambalear todos los estamentos políticos y religiosos de un país obligado a posicionarse. Una adaptación de este clásico extraordinario de 1912, prohibido durante muchos años en Austria”.
El professor Bernhardi es una propuesta integral que parte de un acto en particular, la negación a un capellán de dar la extremaunción a una moribunda católica en un centro hospitalario. A partir de este hecho la obra de Schnitzler, autor austríaco de finales del siglo XIX y principios del XX, polémico por los temas que trataba en sus textos dramáticos, da paso a un debate sobre la sociedad austríaca del momento, que se iba encaminando hacia la Primera Guerra Mundial. Así, pues, lo que en un primer momento puede parecer al espectador una simple decisión compasiva tomada por el Profesor Bernhardi (Lluís Homar), no tarda en traspasar los límites de la Institución médica en la que acontece, provocando un debate político de gran calado.
Arthur Schnitzler se permite de esta forma no solo polemizar sobre los fundamentos religiosos de la sociedad austríaca de principios del siglo XX, mucho más ostentosos, claro está, que los actuales, sino que también nos muestra los estragos que el antisemitismo estaba provocando en la Europa de aquellos años; los usos miserables de la política o los intereses propios de la prensa, a veces alejados del propio esclarecimiento de la verdad.
El professor Bernhardi es, además, una obra intensa, que requiere de esfuerzo y concentración por parte del espectador, que ha de estar atento a todo lo que se dice sobre el escenario para no perder el hilo del avance de la historia. Una obra de ingeniería textual creada por el propio Schnitzler y favorecida por una versión y una traducción magníficas realizadas por Feliu Formosa y Lluïsa Cunillé, y por una dirección férrea de Albertí, en un texto en el cual destacan diversos de los diálogos, en especial los mantenidos entre Bernhardi y el Dr. Flint (Manel Barceló), ministro de Culto y Educación o el que se desarrolla entre el mismo Bernhardi y el capellán al que se le niega dar la extremaunción a una de las internas del centro, encarnado por Albert Prat.
En el apartado de las interpretaciones nos encontramos con un reparto amplio y de una calidad de Champions. La pieza clave sobre la que se construye la obra es la de Lluis Homar que interpreta de forma majestuosa al profesor Bernhardi, obstinado en considerar su acción como un acto puramente privado exento de cualquier componente político o ideológico. La actuación de Homar se complementa de forma admirable con las de Joel Joan que da vida al doctor Ebenwald, personaje que prefigura en la obra el infierno del nazismo; y la de Manel Barceló que encarna al gran político que se aprovechará de la polvareda provocada por los actos del profesor Bernhardi para consolidar su posición en el Parlamento.
Es de destacar, también, una escenografía simple a la vez que descriptiva y en la que destaca un espacio central cerrado por paneles y puertas de vidrio, cuyo ambiente se irá enrareciendo a medida que avanza la representación, como señal inequívoca de la progresiva complicación de la situación descrita en la obra.
El professor Bernhardi es, pues, un desafío escénico que el TNC ofrece a todos aquellos a los que les gusta el teatro que genera debate. Un intenso esfuerzo teatral que finaliza con un premio para el espectador, el de haber disfrutado de una de las grandes obras teatrales de esta temporada en Barcelona.
Autor: Arthur Schnitzler
Dirección: Xavier Albertí
Reparto: Lluís Homar, Joel Joan, Pep Cruz, Joan Negrié, Albert Pérez, Roger Casamajor, Rubèn de Eguía, Guillem Gefaell, Sílvia Ricart, Manel Barceló, Jordi Andújar, Albert Prat, Oriol Genís y Jacob Torres
Traducción: Feliu Formosa
Adaptación: Lluïsa Cunillé
Escenografía: Lluc Castells y Jose Novoa
Vestuario: María Araujo
Iluminación: Ignasi Camprodon
Sonido: Jordi Bonet
Caracterización: Toni Santos
Realización de vestuari: I.T.
Producción: Teatre Nacional de Catalunya
Horarios: de miércoles a sábado a las 20:00 horas y los domingos a las 18:00 horas Precio: de 12 a 28 € Duración: 2 horas 50 minutos (Incluye una pausa de 20 minutos)
Idioma: catalán
O viure o fer morir als altres de desig. Aquest és el dilema de la Dama. I també el punt de partida de la seva història escènica a La Seca.
Les camèlies són l’exigència de la Dama als seus amants, resposta a la intransigència del seu temperament. Però resulta que poc després de la seva presentació com a personatge alterós, l’espectacle començarà a demostrar una fragilitat tan palpable com despullada esdevé la posada en escena.
Hermann Bonnín dirigeix “La dama de les camèlies” amb vocació de clavar el bisturí fins a les arrels. Potser perquè aquestes flors són de creixement lent i gens oloroses, Bonnín mira de purgar qualsevol detall anecdòtic que pogués interrompre el cicle vital del seu jardí. I centra el seu cultiu escènic en la degeneració progressiva d’una dona que només “és una criatura de l’atzar”. Posats a radiografiar-la, explorarà també la seva indefensió davant per davant de l’entrega il·limitada quan decideix estimar per primera vegada.
El jardiner Bonnín aparta la fullaraca de la vista. I mostra un escenari on només hi ha terra per a què hi malvisquin els personatges. Amb aquesta admirable valentia, els fa ensopegar els uns amb els altres i n’extreu la seva vulnerabilitat fefaent.
L’adaptació del text d’Alexandre Dumas, Fill a càrrec de Sabine Dufrenoy, es converteix llavors en el millor adob: Les reflexions sobre amor i mercantilisme emocional són aquí celebradament contemporànies per la seva frescor i l’estil depurat. També hi desfilen l’opressió social carronyera que ronda de manera implacable l’amor moribund de la Marguerite i l’Armand.
Però Bonnín falla en canvi a l’hora de guiar el seu repartiment. Els actors queden colgats sota la rigidesa de la tija aparent (exquisit vestuari) sense poder dinamitzar l’evolució dels personatges: Una histriònica Nausicaa Bonnín resulta molt encarcarada quan es presenta com a Senyora De Plaers i massa tova a l’hora de llevar-se la pell de llop; l’Albert Prat,excessivament acadèmic,batalla amb un pocdefinit Duval. La resta del jardí està poblat per flors pàl·lides amb certes espurnes de vida a càrrec d’una Montse Guallar múrria i ambigua. A més de Pep Jové, que mostra amb saviesa els seus pètals en els pocs moments en què apareix.
Per Juan Marea
“La dama de les camèlies” es representa a La Seca-Espai Brossa de Barcelona fins a l’1 de juny.
Quan parlem de manera diferent i coincidim als viaranys de la vida tenim la possibilitat d’entendre’ns. És llavors quan ens comuniquem. Si, a més, les nostres llengües també ens separen, seran l’afecte i el respecte el traductor més acurat.
A la Biblioteca de Catalunya se’ns obre aquests dies una sendera de pols irlandès vuitcentista que un vent anglès bufa capritxosament, on les pedres tenen l’ànim d’aprendre però alhora pateixen l’erosió de la globalització educativa.
La Perla 29 ambienta aquesta via estreta en una petita escola rural que aplega la ingenuïtat i les ganes de progressar dels seus alumnes amb l’alegre inconsciència d’aquells foranis designats per frenar subtilment aquell esforç. Però ni els primers són capaços de veure que qui millor s’adapta als canvis de l’entorn és qui aprèn, ni els segons tindran temps d’adonar-se que un nou entorn és l’eina idònia per completar-se.
A “Translations-Traduccions”, Brian Friel crea un racó de món sacsejat per la convivència imposada. I alternant estampes costumistes dels vilatans amb l’apunt solemne dels invasors oficials aconsegueix una nova versió de la Història Universal: La vanitat humana ofega la passió amorosa i l’amor familiar. També hi apareix l’esperança en forma de solidaritat envers el més feble. Tot plegat molt ben amanit per a què l’espectador aprengui sense presses la lliçó.
Ferran Utzet dirigeix un equip artístic que propaga per la sala entusiasme quan invoca l’expressivitat i energia del grup però que desplega les seves ales en els moments de curta distància (l’aprenentatge de l’encisadora sordmuda per l’entregat jove mestre; la jornada de treball toponímic entre el tendre oficial i el viu retornat). I obté d’alguns dels seus protagonistes interpretacions extraordinàries: un Ivan Benet esplèndid en la seva elegant humanitat, un exquisidament versàtil Òscar Intente i una vigorosa Jenny Beacraft.
L’embolcall escènic dissenyat per Maura Nylon hi acaba de dibuixar el miracle: la conjunció de la sorra, la boira gairebé a tocar, la pluja que delata el declivi dels temps feliços. Utzet sap, a més a més, subratllar les principals línies temàtiques del text mitjançant una emotiva posada en escena de la seva lectura simbòlica: l’intel·lectual ebri rellisca sobre el nou mapa de la terra; l’aplicada sorda serà lliure quan aprengui a parlar; els amants impossibles que no comprenen el “sempre” de l’altre. Tanmateix, Utzet no arrisca i permet que prevalgui l’èpica (de vegades forçada com l’excés de música ambiental o les projeccions permanents) a la sinceritat de la història aconseguint, això sí, un bonic espectacle. I si traduïm les seves imatges impactants nosaltres podrem entendre una miqueta més que som criatures plurals fetes de múltiples accents i lèxic contaminat alegrement.
Jordi Faura estrena el próximo 23 de agosto su nueva obra My way en el espacio teatral de la Nau Ivanow dirigida por Abel Coll e interpretada por David Verdaguer, Francesc Ferrer y Albert Prat.
My way
My way.
Una fiesta.
Dos amigos.
Un maratoniano.
Y Moby Dick.
My way.
Hugh Hefner.
Un taxista armado.
Ronald Reagan.
Filíades el griego.
Y Pamela Anderson.
My way.
Jack Daniel’s.
Cangrejos con wasabi.
Una rubia platino.
El Capitán Acab.
Frank Sinatra.
Y 11 métodos de suicidio.
My way.
Una apuesta.
Mucha cocaína.
Un ganador.
Una víctima.
Y un perdedor.
Un perdedor radical.
My way.
Bienvenidos al fin de fiesta de la civilización occidental…
“My way” se representará en el espacio escénico de la Nau Ivanow del 23 de agosto al 4 de sepriembre de 2012.
Autor: Jordi Faura
Dirección y espacio escénico: Abel Coll
Intérpretes: David Verdaguer, Francesc Ferrer y Albert Prat
Iluminación: Abel Coll y Dani Gener
Vestuario: Mar Muñoz
Horarios: martes y sábado a las 21:30 horas y domingo a las 19:00 horas.
Precio: 12 €; Amics de la Nau: 10€
Duración: 1 hora y 10 minutos aprox.