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Crítica teatral: Oh, mami!, en el teatro Borràs

Hablar del teatro Borràs es hablar, ya lo sabes, de comedia. Y como no podía ser de otra forma, Oh, mami! es una comedia, y en este caso de reivindicación «sexual» femenina escrita por Oriol Vila, dirigida por él mismo y por Raquel Salvador, e interpretada por Anna Barrachina, Jofre Borràs, Artur Busquets, Octavi Pujades, Betsy Turnez y Joana Vilapuig.

«Tres amigas deciden abrir una tienda de cup-cakes pero la cosa no acaba de funcionar y deciden montar en el altillo de la misma tienda un segundo negocio, masajes íntimos para mujeres con final feliz…
Una comedia de líos y situaciones que se vuelven tan rocambolescas que abocan de forma inevitable a la risa y a la carcajada».

Oh, mami!, es una comedia de enredos con puertas y altillos. Una comedia que sorprende por la originalidad de la temática y por el mensaje actual y proactivo que conlleva, y que no es otro que la superación de la mujer, ya sea en el ámbito profesional (la puesta en marcha de un negocio) como en el ámbito familiar (superación de una situación de agravio emocional) y sexual (con final feliz, no digo más). Todo ello tratado, que quede claro, desde la comedia simpática y bienintencionada.

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La obra se nos presenta en un envoltorio atractivo y edulcorado, ya sea porque el meollo del asunto está relacionado con los dulces o cup-cakes que se preparan en el local que han abierto las tres protagonistas principales, o por el desarrollo amable de la trama, que nos hace recordar a una «comedia de sillón» y que tiene como principales ganchos el enredo provocado entre los dulces y el sexo (muy revelador) y por las tramas que engloban a los diferentes actores y actrices, acompañado todo ello por un escenografía sencilla pero también creativa.

La dirección de Raquel Salvador i Oriol Vila es más que correcta, como también la definición escénica y el desarrollo de la representación. En el apartado actoral encontramos diversos aciertos. En la representación destaca, como siempre, la interpretación de Betsy Turnez y su pareja en la comedia Artur Busquests. Es con la vis cómica de ambos de la que se nutre principalmente la obra. Octavi Pujades encarna de forma muy decidida al masajista que dará la solución empresarial al negocio; Jofre Borràs interpreta a diversos personajes con una soltura encomiable. Son, sin embargo, Anna Barrachina y Joana Vilapuig las que no acaban de alcanzar la comicidad necesaria para este tipo de comedia alocada, que a medida que transcurre se va enloqueciendo un poquito más.

El global es, aún así, mucho más que digno, y proporciona al público una hora y media de risas e incluso, y como indica la promo, carcajadas, ya sea por la propia evolución de la trama, por los constantes guiños de los personajes o por la interacción con el público (no teman, nada que les pueda poner intranquilos).

Oh, mami! es, como les decía al inicio de esta crítica un divertimento sencillo y proactivo, que nos muestra entre sonrisas y algunas cup-cakes, que la vida es para arriesgarse, y que solo aquellos o aquellas que lo intentan tienen alguna oportunidad de conseguirlo, ya sea vendiendo dulces, realizando masajes íntimos o enfrentándonos a nuestro día a día con una perspectiva nueva y atrevida.

«Oh, mami!» se represeta en el Teatre Borràs del 6 de abril al 22 de junio de 2019.

Autor: Oriol Vila
Dirección: Oriol Vila y Raquel Salvador
Actores: Anna Barrachina, Jofre Borràs, Artur Busquets, Octavi Pujades, Betsy Turnez y Joana Vilapuig
Escenografía: Enric Planas
Vestuario: Nidia Tusal
Iluminación: Damián Edery
Producción: Nico&Sunset

Horarios y precios: Web GrupBalaña
Duración: 90 mins
Idioma: Catalán
NOTA CULTURALIA: 7
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Jorge Pisa

Crítica teatral: Les bruixes de Salem, en el Teatre Grec

El Festival Grec 2016 inició el pasado 1 de julio su singladura estival programando en el Teatre Grec Les Bruixes de Salem, la versión de la obra de Arthur Miller dirigida por Andrés Lima que pretende hacernos reflexionar acerca de la caza de brujas y sobre el uso de la represión por parte del poder establecido.

Las brujas de Salem, alude a un episodio de histeria colectiva registrado en Salem (Massachusetts) en 1692. Una pequeña comunidad rural con unas normas religiosas y de conducta especialmente estrictas se ve sacudida por un rumor: una de las chicas del pueblo es víctima de un maleficio. La sospecha de que hay brujas en la comunidad y los enfrentamientos entre colonos por la posesión de tierras acabarán causando la cruel condena a muerte de cerca de veinticinco personas, la mayor parte de ellas eran mujeres”.

El Grec comienza con uno de sus platos fuertes, ya sea por el centenario del nacimiento de Arthur Miller celebrado el año pasado, por la fuerza de un texto que examina la caza de brujas, tanto la histórica y religiosa como la anticomunista llevada a cabo en los EE.UU. en los años 50 y por el reparto de la obra, en el que destacan, entre otros, Lluís Homar, Borja Espinosa, Nora Navas, Carles Canut, Albert Prat y Carles Martínez.

La obra se enmarca en un Festival Grec que desde hace años muestra un manifiesto adn político, nada de extrañar en un momento en el que tanto España como el resto de Europa aún siguen sufriendo las consecuencias del desenfreno político y económico de los últimos años. Y pretende llegar al espectador con un historia intensa de la que, sin embargo, no se ha sabido extraer el máximo provecho.

Les bruixes de Salem
Nada que decir sobre el autor y el texto, excepto evidenciar la valentía de Miller a la hora de criticar la represión macartista en el mismo momento en que esta se estaba produciendo, y la composición de una obra que nos relata un episodio histórico (bajo un tamiz teatral) ocurrido en los EE.UU. del siglo XVII, en el que el miedo, la mentira y la represión turbaron la paz de una comunidad religiosa puritana. Miller además, compuso un texto con una honda intensidad teatral y con múltiples aristas argumentales que se manifiestan sobre el escenario. La adaptación de Andrés Lima ha enriquecido en parte la representación del texto, sumando referencias a la vida de Miller y a la voluntad existente en la escritura de la obra.

Aún así, la propuesta peca de una sobrada extensión (150 minutos sin descanso) y sobre todo de una falta de tono en gran parte de la representación, hecho este que solo se soluciona, en parte, en la segunda mitad de la obra. Parece, pues, que ni la dirección ni el esfuerzo de los actores han podido evitar una falta de “espíritu” en una obra que justamente reposa en ese punto. A esto se suma algún que otro error de casting en casos como el de Carles Martínez, que no hace creíble su personaje de inquisidor arrepentido, y sobre todo del elenco más joven, en el que Albert Prat, Anna Moliner o Nausicaa Bonnin parecen no estar a la altura de lo que exigen sus personajes, en algunos casos claves para comprender el verdadero trasfondo del relato.

La escenografía, aunque muestra fuerza creativa, es algo confusa en los primeros actos de la obra, en los que al público le puede costar situarse espacialmente. La cosa cambia a mejor con la llegada de Lluís Homar a escena. Si en los primeros actos Homar ejerce como mero presentador de la obra, en la segunda parte se incorpora en el relato dando vida al gobernador de la provincia y principal juez en el caso. Es en este momento en el que la obra alza el vuelo y podemos observar lo inquino de cualquier inquisición y el grado de bajeza y de sugestión que el miedo pueden provocar en cualquier comunidad humana.

Sin embargo la obra no logra, salvo en algunas ocasiones, alcanzar la tensión dramática requerida, aunque sí que dispone de momentos en los que la angustia recorre, seguro, las vísceras del público presente, al confundirse sus miedos y sus juicios de valor con los que se nos plantean sobre el escenario.

Aún así, Les Bruixes de Salem no deja a nadie indiferente a la salida del teatro, algo que nos demuestra que los clásicos siempre hablan, de una forma u otra, con nosotros y nos hacen reflexionar sobre realidades que aunque aparentemente alejadas de nuestro tiempo, nos amenazan desde los profundos abismos del miedo y la pasión humanas.

Les bruixes de Salem” se representa en el Teatre Grec del 1 al 5 de julio de 2016.

Autoría: Arthur Miller
Dirección: Andrés Lima
Traducción: Eduardo Mendoza
Interpretación: Lluís Homar, Borja Espinosa, Nora Navas, Nausicaa Bonnin, Carles Canut, Albert Prat, Carles Martínez, Míriam Alamany, Carme Sansa, Miquel Gelabert, Anna Moliner, Marta Closas, Joana Vilapuig, Núria Golla y Yolanda Sey
Música original: Jaume Manresa
Espacio sonoro: Jaume Manresa y Jordi Ballbé
Escenografía y vestuario: Beatriz San Juan
Caracterización: Toni Santos
Iluminación: Valentín Álvarez

Horarios: todos los días a las 22:00 horas
Precio: 18 – 30 €
Idioma: catalán
Duración: 150 minutos

NOTA CULTURALIA: 7
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Jorge Pisa