En Culturalia nos hacemos eco de la propuesta de 33 El Musical, que ponen su granito de arena para ayudar en todo lo posible a superar la situación de crisis mundial en la que estamos inmersos por la pandemis del COVID-19.
Por esta razón te ofrecen GRATIS el VÍDEO COMPLETO EN YOUTUBE DEL ESPECTÁCULO 33 El Musical para que todos lo podáis ver cómodamente desde vuestro hogar, online y en alta resolución.
Una obra musical de la que puedes encontrar la crítica que hicimos en Culturaliaclicando aquí.
Diviértete y emociónate con la historia del mayor influencer de todos los tiempos: Jesús de Nazaret.
Una propuesta para que la Semana Santa entre en tu casa y para que disfrutes de «33 el Musical».
Es bien curioso que en un mismo año dos productoras se interesen en la producción de la misma historia para la televisión. Esto es lo que pasó el año pasado con La guerra de los mundos, novela escrita por H. G. Wells en el año 1890, y que ya ha tenido diversas adaptaciones cinematográficas, seguramente la más conocida la dirigida por Byron Haskins en el año 1953 y la versión interpretada por Tom Cruise en el año 2005. El año pasado tanto FOX como la BBC se interesaron de nuevo por la materia, estrenando la primera una serie y la segunda una miniserie de tres capítulos, que es la que hoy criticamos aquí.
«La nueva adaptación de ‘La guerra de los mundos’, el clásico de H.G. Wells está mbientada en la época eduardiana, como la novela original, y narra la historia de una pareja formada por Amy y George que son testigos del terror desatado por la llegada de los extraterrestres mientras luchan por sus vidas ante una amenaza que escapa a su comprensión».
Adaptar una obra de H. G. Wells siempre es una buena noticia. El autor inglés es un seguro de calidad en la fuente de inspiración, ya que sus novelas son un cúmulo de ciencia-ficción, aventura y reflexión social. Si bien la miniserie de la BBC, dirigida por Craig Viveiros e interpretada por Eleanor Tomlinson, Rafe Spall, Robert Carlyle y Rupert Graves, no ha alcanzado las alturas requeridas.
La serie, para variar, se divide en dos subtramas, una situada en el año 1906 y que nos narra la llegada de los invasores marcianos a Inglaterra y su campaña de invasión y martización de la Tierra. La segunda se sitúa varios años más tarde, cuando los supervivientes de la invasión malviven en un mundo mutado por los marcianos.
La guerra de los mundos es una serie oscura, tanto en lo que respecta a la fotografía como a su contenido. La mayor parte de la serie está plasmada en una óptica oscura que le da un toque más terrorífico que de ciencia-ficción al relato. Algo acentuado por en los últimos capítulos, en los que la acción se reduce a un enfrentamiento directo y casi físico entre humanos y marcianos.
La serie ha pretendido, también, llevar a cabo una crítica social a la Gran Bretaña de la época, no solo por el implacable imperialismo que ese país llevaba a cabo a principios del siglo XX, sino también por lo estricto de las relaciones sociales de la época (la pareja protagonista no está casada) y también por la reflexión que se hace sobre la situación de pobreza de la mayoría de la población de por aquel entonces.
Por lo que se refiere a la acción, si en el primer capítulo se nos presenta a los personajes y la trama se centra en la llegada de los invasores, el segundo y tercer capítulo cede más espacio al apocalíptico mundo de después de la «victoria» sobre los marcianos y el intento de superar los efectos de la invasión, un argumento este último no presente en la novela de H. G. Wells.
Por lo que respecta a las actuaciones, la presencia masculina cede ante Amy, la verdadera protagonista de la serie, interpretada por la resolutiva Eleanor Tomlinson, que desde el inicio se irá imponiendo al resto de personajes. A Amy la acompaña su marido George (Rafe Spall) y Frederick (Rupert Graves) el hermano de este, que tendrán que solventar una relación familiar bastante fría. El cuarteto principal se completa con Robert Carlyle que interpreta a Ogilvy, un científico que será de los primeros en confirmar la amenaza marciana.
La serie, demasiado oscura, se degasta con una doble trama temporal que da menos espacio del merecido a la acción de la invasión marciana. Esta, a veces, tiene el aspecto de una obra de teatro, por los escenarios y los escasos personajes que aparecen en ellos. Seguramente lo que destaca más es la contextualización de la época, principios del siglo XX y las escenas de los trípodes, tanto la llegada de los invasores como las escenas de ataque y acción.
Aún así, La guerra de los mundos de la BBC no consigue una trama intensa y con ritmo y desperdicia parte del relato de H. G. Wells en disquisiciones sobre el «después» de la invasión. Veremos si la FOX ha conseguido darle a la historia de la invasión marciana un temple más vivo.
Título:La guerra de los mundos Año: 2019 Duración: 163 min. País: Reino Unido Dirección: Craig Viveiros Guion: Peter Harness Basado en: H.G. Wells, La guerra de los mundos Fotografía: James Friend Reparto: Eleanor Tomlinson, Rafe Spall, Robert Carlyle, Rupert Graves, Freya Allan, Craig Thomas Lambert, Jonathan Aris y Taliyah Blair Productora: BBC Género: Ciencia ficción | Drama | Extraterrestres | Miniserie de TV NOTA CULTURALIA: 5,5 ——
La semana pasada acabé de leer un libro con el que he disfrutado mucho. Sólo a veces tienes la suerte de encontrar y saborear un libro como éste y tienes la suerte de conocer y convivir con sus personajes durante algunos días o algunas semanas, llegándose a convertir éstos en tus mejores amigos o en tus más feroces enemigos. La historia que te cuenta pasa a formar, de alguna forma, parte de tu vida e incluso puedes llegar a desear, durante algún ataque intenso de nostalgia, encontrar en algún lugar, real o imaginario, a esas personas con las cuales has compartido tanto y tan intensamente.
Cuando un libro tiene tanta fuerza como para conseguir todo eso a veces te preguntas cómo se originó todo el proceso que dio, como resultado, la creación de algo tan fantástico. Lo primero que piensas es en cómo surgió la idea. Puede ser que ésta esté basada (total o parcialmente) en un hecho real, en una noticia o en un tema ya conocido desde antiguo. Si es así, el trabajo duro ya está hecho. El autor solo tiene que documentarse, organizar los hechos y explicarnos la versión que su mente proyecta de ellos, aunque sea transformando la idea original hasta hacerla irreconocible.
Otra posibilidad es que el autorcree una idea desde cero o casi desde cero. Aquí es donde su capacidad creadora y su imaginación juegan un papel muy importante. Me imagino, de esta forma, al escritor E esforzándose para dar forma a alguna idea que se le haya pasado por la cabeza, dejando de dormir varias horas durante varios días para poder, aprovechando el silencio y la tranquilidad de la noche, concentrarse en ese alumbramiento difícil y costoso que es su obra. Mientras que nosotros, sus lectores, vamos siguiendo la trama a medida que nos la van narrando, el autor ha tenido que hacerla crecer desde su origen más remoto.
No sólo ha tenido que dar forma a la idea sino que nuestro literatoha tenido que escoger, como es lógico, a los personajes. No hay nada más atrayente que pensar en nuestro amigo narrador realizando un casting mental a sus personajes. Haciéndoles recitar algún tipo de texto y obligándoles a vestirse tal y como exige el guión (aunque éste no esté aún completo). Que triste que será para alguno de ellos el fallar en la selección, ya que puede significar la destrucción y el olvido. Aunque puede que alguno de los perdedores (perdón, de los no aceptados) pueda volverse a presentar en algún casting futuro. Siempre cabe la esperanza…
Una vez que nuestro escritor tiene más desarrollada la idea y elegidos a la mayoría de los protagonistas, ha de comenzar a seleccionar en qué escenario se va a desarrollar su historia. Para un relato de amor se han de escoger lugares amables y románticos; para un drama lugares difíciles de olvidar y de repetir; para una historia de terror se han de hallar escenarios sombríos, olvidados y ruinosos y si tienen alguna leyenda negra asociada ¡mejor! Si lo que se escribe es del género de acción lo mejor es situar la trama en una gran ciudad y a ser posible en las oficinas de algún gobierno o bien de alguna gran corporación. El mejor decorado para una historia de fantasía o ciencia-ficción será un mundo legendario y mágico para la primera o el espacio o una sociedad futura para la segunda.
Una vez que tenemos todo esto, es decir, una historia, aunque sólo sea su hilo conductivo, a los personajes y la localización, llega el momento de interactuar entre todos ellos. Así hay que comenzar a redactar y es aquí donde pueden llegar los mayores problemas. La idea se ha ido desarrollando poco a poco, e incluso puede variar en algunos momentos. Alguno de los personajes puede discutir con el autor sobre alguna de sus frases, ya que éstas no están a la altura de un intérprete como él. No sólo eso sino que alguna de las localizaciones puede fallar (nada es perfecto!) y, o se cambia de escenario o se anula alguna escena (que tampoco era tan importante con respecto al ritmo de la obra). No es lo normal pero puede que nuestro autor tenga que prescindir de tal o cual personaje, por sus maneras problemáticas o porque no se adapta a lo que la obra necesita.
Noche tras noche y día tras día nuestro escritor ha de realizar una gran tarea de creación y dirección, la cual, me imagino que debe resultar bastante agotadora. Una vez finalizada la obra aún queda la parte de la edición, en la cual el texto puede sufrir alguna amputación o incluso algún tipo de censura (en el mundo en el que vivimos hoy en día, no me extrañaría nada). Todo dependerá del prestigio de nuestro escritor o del éxito que éste haya tenido hasta el momento. Y por fin sólo queda el paso de la impresión. En este trance hacen falta los ingredientes adecuados para darle vistosidad y atractivo a la obra como materiales de calidad, colores que atraigan la atención y una portada que capte el significado más esencial de la obra.
Después de todo esto ya únicamente hace falta esperar que el esfuerzo de nuestro autor sea recompensado con el interés de los lectores, que no son, ni más ni menos, que los auténticos jueces (y compradores, no se olvide) de su obra. Nuestro hacedor, nuestro demiurgo de mundos y dimensiones ya puede descansar… pero tan sólo hasta su próximo libro.
Es por eso, y por todo eso, que cuando lees una obra con la cual puedes disfrutar, como he dicho antes, durante unos días, unas semanas, o, si eres muy afortunado, durante algunos meses, lo único que puedes hacer es agradecer todo ese épico esfuerzo del autor y aprovechar cualquier excusa para pasarte por la biblioteca o la librería de confianza para averiguar que más ha escrito nuestro amigo y para, con suerte, poder seguir disfrutando de su genialidad. No creen??
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En estos días de confinamiento e inercia social vale la pena recomendar libros que ensalcen nuestro conocimiento de la historia. Por eso os recomendamos una publicación del año 2011, Estilos de vida en Bizancio de Miguel Cortes Arrese, una obra que nos permitirá realizar un largo viaje hacia el Mediterráneo Oriental y la historia de un imperio medieval en gran parte desconocido.
Latinos, eslavos y musulmanes se sintieron fascinados por Bizancio, un Imperio heredero del romano, defensor tenaz de la Ortodoxia, que estableció sus dominios sobre buena parte del Mediterráneo oriental y desarrolló una civilización cuyo brillo había de deslumbrar a sus contemporáneos.
Una de sus creaciones más originales fue el monacato. Triunfó al margen de la Iglesia oficial, a la búsqueda de la santidad, en lucha permanente con los peligros del mundo y los poderes invisibles de las tinieblas. Y buena parte de su éxito se debió a la variedad de fórmulas que utilizaron estos hombres y mujeres ebrios de Dios en su escala del paraíso: eremitas, estacionarios, herbívoros, estilitas…San Pablo de Tebas, San Antonio o San Simeón el estilita el Viejo no han dejado de asombrarnos durante centurias, hasta nuestros días.
No menos seductores fueron los guardianes de la frontera oriental que mantuvieron, en nombre del emperador, la lucha eterna contra los musulmanes, en los confines del Tauro o en las marcas de Capadocia. Como Basilio Digenís Akritas, ensalzado en un bello poema que nos ilustra, de manera elegante y refinada, sobre su origen, gustos artísticos y formación religiosa. Sus santos protectores: Teodoro, Demetrio y Jorge participaron también en los sueños y visiones de numerosos fieles; identificados por los rasgos que mostraban sus iconos. El noble Jorge, vencedor de mil combates, viajó a Occidente de la mano de los cruzados; y como Demetrio, el patrón de Tesalónica, acudió en auxilio de los eslavos en la guerra secular que tuvieron que librar contra los tártaros.
Miguel Cortes Arrese es catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Castilla-La Mancha, adscrito a la Facultad de Letras del Campus de Ciudad Real. Coordinador de la Enciclopedia del Románico, Asesor del Festival de Arte Sacro de la Comunidad de Madrid. Comisario de las exposiciones De Creta a Toledo: iconos griegos de la Colección Velimezis; Bizancio en España: de la Antigüedad tardía a El Greco y Lecturas de Bizancio. Entre sus numerosas publicaciones cabe destacar Bizancio. El triunfo de las imágenes sagradas, Estilos de vida en Bizancio y Los visigodos de los románticos.
Título: Estilos de vida en Bizancio Autor: Miguel Cortes Arrese Editorial: Nausícaä Colección: Medievalia Formato: Tapa blanda / 23 x 15 cm Páginas: 182 Fecha de publicación: 1 junio de 2011 ISBN: 978-8496633988 Precio: 16,50€
Bueno, después de recomendar lecturas online, visitas a museos online y teatro online, hoy nos centraremos en los escapes online, una actividad que puede hacernos pasar un rato de ocio escapista en esta época de confinamiento que parece que va a alargase durante algunos días más. Aquí os dejamos con varias propuestas que esperamos que os ayuden a combartir desde casa el COVID-19.
The Paradox Room y Exit Room Escape te propone un juego de escape virtual para que puedas resolver en tu propia casa en solitario o con quien te encuentres aislado.
Año 2043. Tras una crisis mundial en el año 2020, las bolsas colapsaron y las divisas se devaluaron surgiendo un nuevo orden planetario donde la moneda de cambio es el papel higiénico. Este elemento de higiene personal es un bien al alcance únicamente de las personas más poderosas de la tierra. Un Ferrari se podía cambiar por dos paquetes de 6 rollos en Wallapop. Doble capa, por supuesto.
A su fallecimiento, el príncipe africano Jones Dimka ha dejado para sus herederos una incalculable fortuna: un palet de papel higiénico. Te has enterado de la noticia y decides hacerte pasar por uno de sus descendientes. Total, ¿qué tienes que perder? ¿Conseguirás hacerte pasar por un primo lejano? Tu futuro y el de tu trasero están en juego.
El juego Escape Estelar es un juego cooperativo que se basa en los juegos de escape room.
El equipo estelar está formado por diversas naves perdidas en el espacio. Cada una de ellas está pilotada por pilotos (esos sois vosotros) que se comunican mediante videoconferencias.
El objetivo es encontrar las coordenadas del punto de encuentro para reorganizar la flota.
Sois dos investigadores de dos laboratorios diferentes, uno situado en España y otro en China, que estáis experimentando para conseguir elaborar una vacuna contra el Coronavirus. Habéis hecho grandes avances en los últimos días, consiguiendo así decodificar parte del código genético del virus, lo que será imprescindible para la fabricación de la vacuna. Ya solo queda que ambos os pongáis en contacto para compartir vuestros hallazgos y así conseguir salvar a la humanidad de esta pandemia.
Estáis en el laboratorio con vuestros teléfonos móviles cuando, de pronto, suena una estridente alarma que indica el inicio de un estado de emergencia en las instalaciones, por lo que se inicia el protocolo de seguridad, y veis cómo las puertas de ambos laboratorios se bloquean y quedáis encerrados.
Vuestra misión es llegar a la sala de ordenadores, atravesando para ello las diferentes estancias bloqueadas con sus respectivos códigos, para transferir dichos descubrimientos a vuestro compañero, situado en la otra parte del mundo, y poder así aunarlos para hallar la vacuna.
El Doctor Arribia llegó procedente del futuro para transmitirnos un conocimiento necesario para el desarrollo de una tecnología puntera, pero su máquina del tiempo se ha desconfigurado y no puede regresar a su época. Ahora se encuentra confinado en nuestra época y necesita vuestra ayuda para volver a configurarla y así poder regresar. ¿Estáis preparados para ayudarlo?
Como muchas familias catalanas los Campo aprovechaban las vacaciones de Semana Santa para descansar un poco y desconectar de la vida urbana y cotidiana. Los Campo tenían una torrecita en una urbanización en medio de la montaña, a la que iban siempre que podían, sobre todo para que los niños, que eran cuatro, dos chicos y dos chicas, pudieran disfrutar y pasárselo en grande los fines de semana. Los Campo conocían a todos los vecinos de la calle 5, en la que tenían su segunda residencia, y que tenía la peculiaridad de ser una calle sin salida, y por eso era una de las más tranquilas de la urbanización.
Hacía muchos años que durante las vacaciones de verano y de Semana Santa los Campo se instalaban allí. Ese año, además, les había acompañado la abuela Amparo y las vacaciones transcurrían normales como siempre.
Los vecinos más cercanos eran los Ponte, una familia de origen andaluz que vivían en la casa de al lado. Entre los Ponte y los Campo siempre había habido una muy buena relación, a lo que ayudaba que las parcelas colindantes de ambas torres no estaban valladas aún, lo que permitía un libre acceso entre una y otra. Hacía unos años las dos familias habían intentado construir un muro de cemento para separar algo más los dos terrenos que nunca se había acabado.
Era tradición en la casa de los Ponte cocinar dulces típicos de su tierra andaluza a lo largo del año, y en Semana Santa Isabel y Joaquina cocinaban unas rosquillas caseras para chuparse los dedos.
Ese año Isabel, que por unos días estaba sola con su marido y sus hijos, dedicó una mañana a preparar rosquillas para su familia. Era un día primaveral y soleado, perfecto para hacer sus dulces. Preparada en la cocina con todos los ingredientes comenzó a cocinar y poco a poco fue dando forma a cada una de las rosquillas, aunque aquel día parecía un poco despistada. Primero había que freírlas en aceite bien caliente y una vez fritas y secas Isabel las azucaraba, y las dejaba reposar algún tiempo. Cuando ya tenía todas sus rosquillas cocinadas y preparadas para comer, decidió darlas a probar a los Campo, que en aquel momento estaban en el porche de la casa acabando de almorzar, ya que siempre se despertaban un poco más tarde. Isabel salió de su casa y tomo el camino que llevaba a la otra parcela. Había pocas cosas en el mundo que le gustaran más que dar a probar sus dulces a los demás.
En el porche Isabel encontró a las dos Amparos, la madre y la hija, y también a dos de los hijos.
–Amparo, buenos días, os he traído las rosquillas de Semana Santa para que las probéis los primeros – Dijo Isabel contenta y orgullosa.
-Gracias Isabel. Vamos a probarlas – Respondió su amiga Amparo.
Ya que está aquí la abuela que las pruebe ella primera, a ver qué dice.
Y dicho esto Isabel acercó la fuente repleta de rosquillas a la abuela, que cogió una y la mordió enseguida. De repente la cara de la abuela Amparo se crespó y el gesto dejó patente que algo no funcionaba bien. Después de algunos segundos en vilo, y viendo que la abuela no decía nada, sino que masticaba el pedazo de rosquilla que tenía en la boca con cuidado, Isabel le preguntó que opinaba de sus rosquillas.
Ay hija mía –dijo la abuela— no te molestes por lo que te digo ahora, pero estas rosquillas no llevan azúcar, sino sal!
En ese momento la cara de alegría de Isabel se mudó en otra de aflicción. No solo se había despistado en la cocina, sino que le había dado a probar a la abuela Amparo ¡una rosquilla con sal!
Después de pedir mil perdones Isabel se retiró apenada a su cocina, preparada para tirar a la basura sus queridas rosquillas de Semana Santa y ponerse a cocinar otras antes de que llegara el resto de la familia. A punto estuvo de hacerlo, pero luego pensó que la sal tan solo era un condimento externo, y que tal como se había espolvoreado poco tiempo antes, se podría limpiar. Ni corta ni perezosa, Isabel se dedicó a limpiar bajo el agua las rosquillas, hasta hacer desaparecer de sus dulces todo resto de sal.
Una vez limpias la cocinera buscó cuidadosamente el azúcar, para poder subsanar el error. Como había hecho antes con la sal espolvoreó el azúcar, hasta que todo testimonio de su fallo desapareció.
Pocos minutos después llegaba su familia a la casa, con un hambre voraz y aprovecharon la ocasión para probar las rosquillas que, como cada año, Isabel les había preparado. Pero este año había una diferencia, las rosquillas, según le dijeron todos, estaban más buenas que nunca, no sabían porqué pero este año le habían salido de maravilla.
Isabel no pudo más que sorprenderse y aprovechó para volver a la cocina y felicitarse por su buena suerte. Por la tarde Isabel pasó de nuevo a la casa de los Campo para darles a probar las que según dijo, eran las nuevas rosquillas. Todos las probaron y la felicitaron por el sabor de los dulces. La cocinera no les pudo esconder la verdad y les explicó que aquellas rosquillas eran las mismas que las de la mañana, lavadas y azucaradas, comentario que hizo reír a todos.
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Maximino el Tracio (235-238) fue el primer emperador de origen humilde que accedió al poder en Roma. Su reinado, si bien de corta duración, dio inicio a la etapa de la historia romana conocida como la Crisis del Siglo III (235-284), «en la cual se hicieron patentes todas las contradicciones políticas, económicas y sociales que arrastraba desde sus inicios el Estado romano».
Busto Maximino el Tracio
Su figura, como la de muchos de los emperadores de este período, no ha suscitado demasiado interés por parte de los estudiosos de la historia romana ni por parte del público en general. Es por eso que vale la pena profundizar, al menos un poco, en una época que si bien es ampliamente desconocida por aquellos interesados, de alguna forma, en la historia de la antigua Roma, nos muestra la evolución de uno de los mayores imperios del pasado y sin duda alguna uno de los más duraderos, en un momento de transición y de profundos cambios que llevarían, tras un largo y penoso trayecto, a la instauración del dominado bajo imperial (284-476 d.C.) que marcaría la fase final de la historia del Imperio romano.
El reinado de Maximino estuvo precedido, por otra parte, por el final de la dinastía severiana, que gobernó el Imperio romano entre los años 193 y 235, por lo que iniciaremos este artículo exponiendo los acontecimientos que llevaron a la muerte de Alejandro Severo, su último representante, y a la proclamación de Maximino como emperador.
El final del gobierno de Alejandro Severo.
Los últimos años de reinado del joven emperador Alejandro Severo (222-235) se caracterizaron por un aumento de la inestabilidad en las fronteras del Imperio romano, tanto en el limes reno-danubiano como en Oriente.
En el año 230 Ardashir, el rey persa sasánida atacó territorio romano, invadiendo Armenia y las provincias de Siria y Capadocia. El último enfrentamiento en Oriente se había producido hacía más de diez años (216-218), cuando el emperador Caracalla invadió territorio parto. La ofensiva romana acabó con la muerte del propio emperador y la firma de una paz vergonzosa por parte de su sucesor Macrino, que comportó el pago de una indemnización de doscientos millones de sestercios a los persas.
El ataque de Ardashir obligó, pues, a Alejandro Severo a dirigirse en el año 232 hacia Oriente para reorganizar las defensas romanas e iniciar un contraataque. El fin de las hostilidades se produjo en el verano del año 233, abandonando los persas los territorios que habían invadido y recuperándose el status quo anterior a la guerra. Aunque las fuentes históricas no son unánimes al respecto, parece que no hubo un claro vencedor de este primer enfrentamiento entre romanos y sasánidas.
Busto Alejandro Severo
El ejército romano se retiró entonces a Antioquía, en la provincia de Siria, con la voluntad de pasar en esa ciudad el invierno. Allí le llegaron a Alejandro noticias de que «los germanos habían cruzado el Rin y el Danubio y estaban devastando el imperio romano; atacaban las guarniciones de las riberas y las ciudades y aldeas con numerosas fuerzas. Por ello los territorios ilirios, limítrofes y vecinos de Italia, estaban en una situación de extremo peligro». Estas incursiones en la frontera norte del imperio estaban protagonizadas por la confederación tribal germánica de los alamanes (alamanni) que, debido al traslado de parte de las tropas romanas que defendían el limes del Rin y el Danubio hacia Oriente, aprovechaban para devastar y saquear territorio imperial. Estas noticias indignaron a las tropas ilirias que integraban parte el ejército de Alejandro Severo, angustiadas por la suerte sufrida por sus familias y sus tierras, indefensas tras su marcha.
Ante este nuevo peligro el emperador decidió volver a Occidente, no sin antes organizar la defensa de la frontera oriental, ya que aunque se había expulsado a los persas de territorio romano, aún no se había firmado ningún acuerdo de paz con ellos. Alejandro regresó a Roma en el año 233, ciudad donde celebró un triunfo por sus campañas en Oriente. No fue hasta finales de ese mismo año o principios del siguiente cuando el emperador inició su campaña contra los alamanes, concentrando las fuerzas romanas en la ciudad de Moguntiacum (Mainz). y ponteando el río «Rin con barcos encadenados unos a otros a modo de puente con la idea de facilitar el paso a los soldados».
A finales del mismo año 233 el ejército imperial había conseguido expulsar a los invasores alamanes de territorio romano. Las cosas, sin embargo, se complicaban para Alejandro ya que entre las tropas corrieron rumores de que el emperador no quería proseguir la campaña en territorio germano, sino que estaba dispuesto a pagar a los bárbaros a cambio de la paz. Hemos de entender, sin embargo, la intención de la autoridad imperial como la aplicación de la tradicional política romana en la zona, la cual a través del pago de subsidios y de la entrega de víveres intentaba sacar provecho de la desunión y de las diferencias entre las tribus germanas, estableciendo, asimismo, la supremacía romana más allá de sus fronteras sin necesidad de arriesgar grandes cantidades de hombres y de recursos en el intento.
Según Herodiano, las tropas romanas no lo entendieron así. Parece que el ejército ya había mostrado su disgusto por la forma tan poco meritoria en la que el emperador había conducido la campaña contra los persas, y por la gran influencia que sobre él tenía su madre Julia Mamea, que acompañaba a su hijo en el campo de batalla. A todo ello se sumaba el hecho de que entre las tropas de Alejandro se hallaban los contingentes ilirios cuyo territorio había sufrido las incursiones de los germanos, y que se sentían traicionados por el hecho de que el emperador quisiera llegar a un acuerdo con ellos en vez de luchar.
Esta situación provocó malestar entre las tropas, lo que llevó al amotinamiento de parte del ejército y al nombramiento de un nuevo emperador en la persona de Julio Vero Maximino, el oficial a cargo de los reclutas. La acción cogió desprevenido a Alejandro y a su séquito que no supo reaccionar a tiempo y calmar los ánimos de los soldados. Maximino, después de haber sido aclamado por todo el ejército, envió a un tribuno y a varios centuriones a la tienda de Alejandro Severo que acabaron con la vida del joven augusto, de su madre y de aquellos acompañantes que se resistieron.
Mapa Imperio romano 230 d.C.
Maximino. El primer emperador soldado.
Maximino era de origen humilde. Su familia era descendiente, seguramente, de soldados romanos asentados en la región del Danubio a principios del siglo II. Herodiano y la Historia Augusta nos informan de que en su adolescencia Maximino había sido pastor. Al destacar de joven por su estatura y su fuerza se alistó en el ejército, según la Historia Augusta, en una unidad de caballería. Las fuentes antiguas, claramente prosenatoriales, hacen referencia, no obstante, a los orígenes bárbaros o semibárbaros de Maximino, una falsa acusación que nos muestra el desprecio que el Senado siempre mostró hacia él, que no podemos olvidar, fue el primer emperador que no pertenecía a las clases superiores de la sociedad romana.
Aunque Maximino no llegaba al poder en un momento apacible, tampoco dio muestras de estar capacitado para hacer frente a los diversos problemas que afrontaba el imperio en aquellos momentos. A partir del estudio de sus efigies en las monedas se ha determinado que Maximino debería de estar cerca de los 50 años cuando accedió al poder, por lo que seguramente habría iniciado su carrera militar en tiempos de Septimio Severo (193-211), ascendiendo a la oficialidad a través de diversos cargos ecuestres. En el momento de su proclamación como emperador Maximino detentaba el cargo de praefectus tironibus, o encargado de supervisar el entrenamiento de los reclutas. Hasta entonces solo el emperador Macrino (217-218) había accedido al poder imperial con una carrera de rango ecuestre. Su gobierno había durado poco más de un año. El resto de emperadores pertenecían al rango senatorial. Este hecho, sumado a los pretendidos orígenes bárbaros de Maximino, permitía a los senadores considerar con cierto desprecio al nuevo augusto.
Maximino, consciente del rechazo que su condición humilde y que su acceso al poder de forma violenta le podían ocasionar, decidió no acudir a Roma tras su proclamación como augusto para obtener el reconocimiento oficial por parte del Senado, un procedimiento, por otra parte, habitual, sino que optó por continuar con la campaña en el norte contra las bandas de invasores alamanes, cuyos ataques habían motivado la reunión del ejército por parte de Alejandro Severo. Por el contrario Maximino decidió enviar a la capital cuadros que mostraban el desarrollo de la guerra, para que fueran expuestos públicamente frente a la Curia, el edificio donde se reunía el Senado. Algunos historiadores han detectado en esta actitud de Maximino el desdén que el emperador sentía hacia una cámara que, integrada por los miembros de la élite política y social romana, no lo consideraban, como sabemos, el candidato idóneo. Aún así, a finales del año 235 y en su ausencia, Maximino fue reconocido oficialmente por el Senado, obligado, en definitiva, debido a que no existían ni en Roma ni en Italia tropas suficientes con las que oponerse al nuevo emperador.
El cambio de régimen comportó la muerte o el relevo del séquito imperial, si bien parece que en esta ocasión no se produjo una matanza generalizada del entorno de Alejandro Severo, ya que algunos de sus consejeros más próximos sobrevivieron, aunque fueron relegados del poder. La proclamación de Maximino, sin embargo, no aglutinó en torno a la figura del nuevo emperador la adhesión de todo el ejército, hecho que se materializó en la trama de dos conspiraciones en contra su persona. La primera de ellas la lideró C. Petronio Magno, noble de rango consular que apoyado por un grupo de oficiales y senadores persuadió a parte de las tropas para acabar con Maximino. Los conspiradores pretendían utilizar para ello el puente de barcos que Alejandro Severo había ordenado construir sobre el Rin. Según parece Magno había convencido a un grupo de soldados encargados de la protección del puente para destruirlo después de que Maximino lo cruzara en su avance contra los germanos. De esta forma se podría acabar fácilmente con él en la otra orilla o dejarlo a merced del enemigo, mientras el propio Magno ocupaba el poder. La conspiración llegó, no obstante, a oídos de Maximino, que condenó a muerte a aquellos implicados en la conjura sin juicio previo, confiscando sus propiedades.
La segunda conspiración estuvo protagonizada por la unidad de arqueros osroenos que Alejandro Severo había traído consigo desde Oriente. Estos, apenados por la muerte del joven emperador y dirigidos por un tal Macedón, nombraron augusto, según parece en contra de su voluntad, a Titio Cuartino, el cual había sido licenciado del ejército por el propio Maximino. Parece que Macedón cambió súbitamente de parecer y aprovechando que Cuartino estaba durmiendo en su tienda, lo asesinó, pensando que así sería recompensado por el emperador. Por desgracia para Macedón la respuesta de Maximino fue la contraria, ya que fue ejecutado acusado de capitanear el motín y de asesinar al propio Cuartino.
Estas dos conspiraciones contra su persona afectaron al carácter de Maximino, que a partir de entonces aumentó su desconfianza hacia los demás, especialmente hacia los senadores. Según Herodiano y la Historia Augusta el carácter del emperador fue a partir de entonces más feroz y cruel «como les ocurre a las fieras, que se irritan más cuando son heridas».
Senado romano
Finalmente, mediado el verano del año 235, Maximino inició la campaña contra los alamanes. Las fuerzas romanas cruzaron el Rin al sur de la ciudad de Mainz y atravesaron la zona de los Agri Decumates enfrentándose a los germanos en su propio terreno. Herodiano nos informa de que Maximino devastó el territorio enemigo, destruyendo las cosechas e incendiando las aldeas tras permitir que el ejército las saqueara. Según este mismo autor romanos y germanos se enfrentaron en una zona pantanosa. El combate comportó importantes bajas para ambos bandos, si bien, según Herodiano, las germanas fueron superiores.
Las operaciones militares contra los alamanes se prolongaron durante los años 235 y 236, y fueron dirigidas, seguramente, desde la base de Castra Regina (Regensburg), en la provincia de Recia (Raetia). El emperador recibió a finales del año 235 el título de Germanicus Maximus. Al año siguiente Maximino se dirigió hacia la provincia de Panonia, donde luchó contra dacios y sármatas, estableciendo su nueva base de operaciones en la ciudad de Sirmio (Sirmium). En el año 236 obtuvo los títulos de Sarmaticus y Dacicus. Fue entonces cuando nombró césar a su hijo, Cayo Julio VeroMáximo, aunque aún era muy joven, con el objetivo de consolidar y dar continuidad a su régimen. La lucha contra sármatas y dacios continuó en el año 237, mientras que la campaña militar del 238 parece que iba a ser dirigida contra godos y carpos, pueblos que durante ese año habían atacado las ciudades griegas de Olbia y Tiras, ambas en territorio romano, causando allí graves daños.
Aunque no existe unanimidad al respecto, la prolongada actividad militar desarrollada por Maximino en la frontera del Riny el Danubio, ha permitido a algunos historiadores confirmar la gravedad de la amenaza germana a la que se había visto obligado a hacer frente Alejandro Severo antes de ser asesinado en el año 235. Las cosas, sin embargo, no mejoraban para el imperio, ya que en el año 236 los persas reanudaron sus ataques sobre territorio romano, tomando importantes ciudades como Nisibis, Carrhae o Hatra.
Estas, sin embargo, no fueron las únicas dificultades a las que tuvo que hacer frente Maximino. Según Herodiano el emperador había prometido a las tropas que promovieron inicialmente su acceso al poder no tan solo un cuantioso donativo, sino también el aumento de su paga, medidas que, seguramente, extendió más tarde al resto del ejército, una pesada carga económica que acabaría comprometiendo su breve reinado.
El ofrecimiento de Maximino no era, no obstante, diferente a las concesiones realizadas por emperadores anteriores. Era habitual, así, que un nuevo augusto concediese un donativo a los soldados como celebración de su acceso al poder. Tampoco era extraño que se aumentara la paga a los soldados, ya que la ley de las monedas hacía tiempo que se estaba devaluando. Ambas medidas servían, además, para que el emperador se ganara la fidelidad del ejército, un requisito de capital importancia para asegurar su permanencia en el poder.
Así, pues, los problemas financieros de Maximino comenzaron a la hora de cumplir la promesa que había contraído con sus propios soldados. Hacía tiempo que el tesoro imperial arrastraba una situación bastante delicada. A los enormes gastos militares del reinado de Marco Aurelio y las reducidas conquistas llevadas a cabo por Septimio Severo, se sumaban las exigencias económicas de la campaña militar de Alejandro Severo en Oriente, que no habían comportado ni grandes victorias ni cuantiosos botines, y las poco lucrativas operaciones militares de Maximino dirigidas contra los germanos que comportaban, por el contrario, un elevado gasto para el tesoro imperial.
Esta comprometida situación económica obligó a Maximino a aumentar la presión fiscal sobre los habitantes del imperio, de lo cual lo acusan las fuentes antiguas. Como era previsible algunas de las medidas que Maximino puso en marcha para aumentar los ingresos con los que hacer frente a sus obligaciones al frente del imperio afectaron negativamente a su imagen. Entre ellas se halla la reducción de las distribuciones gratuitas en Roma de grano y de otros productos, decisión que sin duda hizo aumentar el rencor entre la población de la capital con menos recursos. Parece, además, que Maximino fue incapaz o bien de cumplir sus promesas con los soldados o al menos de hacerlo de la forma inmediata que estos esperaban, por lo que su popularidad en el ejército y, por tanto, la lealtad entre sus hombres, también disminuyó. No hemos de olvidar, tampoco, que la consideración de Maximino en el Senado no era, ni mucho menos, la más idónea, por lo que su posición se fue haciendo cada vez más precaria.
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Por si fueran pocas las posibilidades culturales y de lectura online, os recordamos que eBiblio, el portal de préstamo de libros electrónicos promovido por el Ministerio de Cultura y Deporte con la colaboración de los departamentos de cultura de las diferentes comunidades autónomas, ofrece una gran variedad de contenido a todos aquellos que dispongan del carnet de la red de biblioteca públicas. Así que ya no tenéis excusa para disfrutar de una buena historia electrónica durante este confinamiento.
¿Qué es eBiblio?
eBiblio es un servicio del Sistema de Lectura Pública que hace posible el préstamo de contenidos digitales a todos los usuarios con carné de las bibliotecas públicas. Se puede acceder a estos contenidos a través de diferentes dispositivos: tabletas, smartphones, ordenadores personales o lectores de libros electrónicos.
¿Quién puede utilizar eBiblio?
Puede utilizar eBiblio cualquier persona que disponga del carné de usuario de las bibliotecas públicas.
¿Qué puedo encontrar en eBiblio?
eBiblio ofrece a los ciudadanos una colección de novedades editoriales de varias temáticas:
Obras de ficción para público adulto y para público infantil y juvenil, que incluyen cómic, narrativa, poesía y teatro. Obras de no-ficción para público adulto y para público infantil y juvenil, que incluyen obras de ciencias sociales, desarrollo personal, deportes, informática, viajes, etc.
eBiblio de la Comunidad de Madrid permiten desde el pasado 21 de marzo que todos sus ciudadanos puedan disfrutar de forma temporal de este servicio sin necesidad de darse de alta como socio.
Los ciudadanos que no cuenten con carnet de biblioteca tendrán que darse de alta en el Portal del lectorrellenando un formulario y adjuntando la imagen de un documento identificativo. A través de su correo electrónico obtendrán una clave de usuario provisional, que estará activa hasta que los centros de lectura vuelvan a abrir sus puertas. Una vez que esto ocurra, estos nuevos usuarios podrán finalizar el trámite y obtener un acceso permanente en cualquiera de las bibliotecas públicas.
Con esta medida, eBiblio Madrid pretende facilitar la difusión de los contenidos de la plataforma. El servicio eBiblio Madrid ofrece el préstamo de más de 10.000 libros y 4.000 películas. También cuenta con clubes de lectura virtuales, en los que comentar libros con otros usuarios sin salir de casa, acceso a prensa gratuita y contenidos en formato audio.
Uno nunca sabe dónde o de qué forma puede encontrar algo nuevo, algo que valga la pena, algo maravilloso. Depende de a quién se le pregunte las respuestas pueden ser muy diferentes. En mi caso la lectura de un libro se ha convertido en el descubrimiento de todo un gran género: la Ciencia Ficción Dura.
Cuando escogí como nueva lectura el libro Fiasco de Stanislaw Lem no sabía lo que me esperaba. La novela se sitúa en el futuro, como cualquier buena novela de ciencia ficción y narra los esfuerzos de una expedición científica terrícola para contactar con la civilización extraterrestre de Quinta. Lo que puede parecer el argumento de infinidad de libros y de películas del género, se convierte en manos de Lem y del género de la ciencia ficción dura en una pequeña gran obra de arte.
Si al libro le cuesta un poco arrancar y situar al lector en posición de salida (algo que parece bastante común en el autor) poco a poco la acción y las reflexiones presentes en la novela van absorbiendo nuestra atención y nos van introduciendo en un futuro más que posible y en una aventura espacial, cultural y comunicativa de gran contenido.
Lem es uno de los grandes representantes de la ciencia ficción mundial y uno de los pocos escritores del género que consiguió fama mundial sin escribir en lengua inglesa. Para explicarnos su historia, en su novela Fiasco, Lem se introduce en el género de la Ciencia Ficción Dura.
Este género, como la ciencia ficción más general, tiene sus orígenes en la el siglo XIX con autores ampliamente conocidos como Edgar Allan Poe, Julio Verne o H. G. Wells. Su característica más significativa es la importancia de la ciencia y de la tecnología en el desarrollo de la historia, que se basa en las teorías científicas conocidas en el momento en que se publica la novela. Es decir, la obra muestra un gran realismo científico y el autor no se deja llevar por fantasías ni nos presenta realidades fuera de los parámetros aceptados por la ciencia.
El término de Ciencia Ficción Dura se consolidó con la generificación de la ciencia ficción en la década de los años 20 del siglo pasado, tomando conciencia propia como género con un público lector propio.
A mediados del siglo XX ya existía toda una jerarquía de las ciencias más aptas para el desarrollo argumental de las novelas del género, entre las que destacaban la física, la química y la astronomía. En un nivel inferior estaban situadas las ciencias biológicas, y las ciencias sociales (antropología, economía, ciencias políticas y la psicología experimental).
Aunque así, a primera vista, puede parecer algo difícil y arduo de leer, todas las resistencias desaparecen con la lectura de las primeras páginas de cualquier buena novela de género. La historia se organiza con base al conocimiento científico, pero también en función de la capacidad del autor de crear no solo una historia plausible, sino interesante e incluso didáctica.
Si en un principio puede parecer que las historias y los argumentos nos hacen escapar de la realidad, que nos hacen viajar a lugares y tiempos distantes, esta percepción es en parte equivocada. En la mayoría de los casos el viaje que realiza el lector, que puede llegar a ser inmenso, no hace más que alejarnos de nuestra realidad para reflexionar sobre ella. Los conflictos, las situaciones y las tramas científicas se convierten en herramientas de discusión sobre la realidad en la que vivimos. Es una evasión del mundo real para conseguir regresar a nuestro entorno pudiendo reflexionar sobre el mismo, apoyándonos en una historia de ciencia ficción con fundamento. Algo así como un viaje a lo lejano para reflexionar sobre lo cercano.
Normalmente las tramas de la Ciencia Ficción Dura nos presentan un Universo gobernado fría y férreamente por las leyes de la ciencia. Los protagonistas de las diversas historias se tendrán que enfrentar a ellas, ya sea para salvar su propia vida o para asegurar la supervivencia de la humanidad. Será en este combate donde, además de disfrutar de la historia, el lector podrá recrearse también con los entresijos y misterios que nos depara la ciencia, normalmente demasiado alejados de la persona de a pie.
Tampoco se ha de creer que para leer una novela del género se ha de ser un licenciado en la materia o un conocedor profundo de la ciencia y de la tecnología en general. No tenemos que pensar que la trama de la obra va a necesitar del lector el conocimiento ni de las valencias químicas del Potasio ni de la configuración energética de un pulsar. Muchos de los autores poseen, sí, amplios conocimientos científicos, muchos tienen carreras universitarias y experiencia, tanto en sus áreas respectivas tanto como en la docencia. Esto hace posible al lector comprender de una forma adecuada los parámetros científicos por los cuales transcurre la historia.
Para conseguir esto, el autor incluye normalmente algunos párrafos explicativos y aclarativos en la novela, con el objetivo de situar al lector, eliminando así los obstáculos para los menos conocedores en la materia.
Otro de los aspectos comunes en este tipo de novela es la primacía de la acción en su desarrollo, presentando, de esta forma, unos personajes más bien planos y en cierta medida estándares. Lo importante no es el desarrollo interior de los personajes sino su duelo ante la situación a la que se enfrentan.
No acostumbra a haber una gran variedad en los protagonistas de este tipo de novelas. Normalmente el personaje tipo tiende a mostrar la superioridad natural de la inteligencia sobre la irracionalidad y las emociones. Los personajes acostumbran a ser triunfadores, hombres competentes, ingenieros, científicos, soldados o inventores, personas que pueden condicionar de alguna forma la realidad a través de su conocimiento científico y tecnológico.
Debido a ello se ha afirmado que la Ciencia Ficción Dura es un género optimista, ya que sus historias tienden a favorecer al hombre en su duelo universal, aunque la situación sea fatalmente negativa. También se ha dicho que es un género para aquellos lectores que creen en la ciencia y en la capacidad del hombre de controlar la realidad a través del conocimiento y el desarrollo científico. Aunque no siempre sea así, como en el caso de las obras de Lem, en las cuales la sátira y el pesimismo son elementos constitutivos.
Por otra parte normalmente las obras de Ciencia Ficción Dura están escritas en tercera persona, hecho que permite al autor una exposición fácil y una voz narrativa omnisciente, conocedora universal de todos los hechos que se han producido y se producen y de los más íntimos pensamientos de los protagonistas de la novela.
Asimismo, uno de los elementos más interesantes de este tipo de novela es la interpretación metafórica de la historia. Aunque la acción se desarrolla en un futuro distante y en un lugar todavía más alejado, normalmente el espacio más allá del sistema solar, el meollo de toda la historia, por muy científica y ficticia que sea, plantea un debate técnico, ético y muchas veces social. Siendo así, el tema central de la novela no acostumbra a ser otro que un análisis de la humanidad, de la civilización, de la sociedad y de la forma de aprovechar y utilizar el conocimiento humano sobre las fuerzas de la naturaleza. Sin ir más lejos, de nuevo la novela Fiasco de StanislawLem, aunque sitúa su acción principal en el espacio profundo y en un futuro bastante lejano, no deja de tratar de la comunicación, de la incapacidad para la comunicación y de la violencia propia de la raza humana, capaz de llevar a cabo los actos más atroces con el único objetivo de culminar con éxito una misión.
Hay que tener también en cuenta que en los últimos años este género, como en general el resto de la ciencia ficción, se ha visto influenciado en su contenido y en sus ideas por otros medios como el cine, el comic y la televisión, en los cuales la ciencia ficción ha obtenido una gran acogida por el público en general.
Si bien es cierto que la Ciencia Ficción siempre ha tenido mala prensa en los círculos estrictamente literarios, considerándose como un género popular en contraste con la alta literatura, después de leer y descubrir todo esto uno llega a la conclusión de que aquello que se consigue conocer de una forma más profunda e interesada, como en este caso la ciencia ficción, y más concretamente la Ciencia Ficción Dura, puede llegar a aportar no solo un mayor conocimiento, sino la posibilidad de disfrutar de infinidad de horas de lectura, navegando en un género que es seguramente bastante desconocido.
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Hoy valoramos en CulturaliaLa Niebla, otra serie cancelada de la plataforma Netflix basada, en este caso, en la novela corta del mismo título de Stephen King escrita en el año 1980 y que ya había tenido una adaptación cinematográfica en el año 2007.
«Una aterradora tormenta eléctrica arrasa un pequeño pueblo. Al día siguiente, una densa y extraña niebla comienza a entenderse por la localidad. Este fenómeno antinatural deja a sus habitantes aislados, pero lo peor es que parece que hay algo más: comienzan a entreverse numerosas criaturas que no dudan en atacar a cualquier persona que se atreva a moverse a través de la niebla».
La serie de Netflix, creada por Christian Torpe y que consta de diez capítulos, adapta y expande la novela de King en un intento fallido de generar diversas tramas para dar contenido a una serie de recorrido. Sin embargo, parece que la audiencia no respondió de la forma deseada por la producción de la serie.
Primero, esta es una serie non grata, seguro, para los más puristas, ya que su desarrollo se desvía muy pronto del canon de la novela de King. Si en esta la niebla hacía referencia al contacto fortuito de nuestra realidad con la naturaleza y los seres de otra dimensión provocado por un experimento militar y la angustia del confinamiento, ¡que curioso!, de parte de la población en las instalaciones de un supermercado, la serie respeta inicialmente esta base para luego avanzar sobre otras temáticas y situaciones no contempladas por King.
La niebla no solo responde a la contaminación de otra dimensión, sino que parece, a veces, más vinculada a un apocalipsis moral y/o espiritual, en el que la niebla interactúa con la consciencia de cada uno de los protagonistas, enfrentándoles a sus terrores y sus miedos.
Por lo que respecta al confinamiento, la serie se divide en tres historias vinculadas. La primera es la que sigue más la novela de King, mostrando el encierro de una parte de la población en el supermercado de la localidad, con todas las tensiones y problemas que esta puede provocar, salpimentado todo ello con la presencia en el mismo confinamiento de Alex Copeland(Gus Birney), una joven violada; Eve Copeland (Alyssa Sutherland), su madre traumatizada y Jay Heisel (Luke Cosgrove) su presunto violador. La segunda veta argumental se sitúa en la iglesia del pueblo, en la que otro grupo de supervivientes se ha resguardado y en la que una de las confinadas (Frances Conroy) comienza a mostrar un comportamiento cada vez más extraño. La tercera trama la protagoniza un pequeño grupo de supervivientes, liderado por Kevin Copeland (Morgan Spector), que lo arriesgará todo para volver a reunir a su familia.
Vistos los diez capítulos de la primera y única temporada, la valoración no puede ser muy positiva. Las tres tramas progresan poco a poco, como es habitual, complicándose y ampliándose a medida que avanzan, pero la serie no acaba nunca de definir qué es la niebla y qué diablos pasa en ella.
El desarrollo de la serie se centra en la evolución de los dos confinamientos, el del supermercado y el de la iglesia, y en los progresos del grupo liderado por Spector, mostrándonos escenas de auténtico terror y a veces escenas de thriller opresivo, sugiriéndonos, además, que no todas las cosas son lo que parecen. Todo ello envuelto en un halo de misteriosa niebla presente en todo momento.
Si la tensión de las situaciones está conseguida, el avance de las tramas y, sobre todo, el avance del conocimiento de lo que está pasando deja al espectador en una bruma de ignorancia que provoca frustración.
La dirección que como es habitual está en manos de diferentes directores (Guy Ferland, Nick Murphy, Adam Bernstein, David Boyd, James Hawes, Richard Laxton, Matthew Penn y T.J. Scott), mantiene un pulso común, si bien las subtramas que se van generando, en algunos casos algo tópicas, ralentizan demasiado el avance de las tramas principales sin darles mayor substancia. La interpretación de los actores y actrices es correcta, aunque la trama más religiosa, presente de alguna forma en la novela de King, avanza de una forma poco creíble fuera de Estados Unidos. El protagonismo de la serie se lo llevan los mienbros de la familia Copeland, a la que iremos conociendo poco a poco y de la que iremos descubriendo su historia anterior.
La Niebla de Netflix, hubiera necesitado algo más de concreción y menos artificio, pero, que se le va a hacer, esto es el pan nuestro de cada día en la ficción televisiva actual. La serie tendría que haber permitido al espectador concretar algo más sobre la naturaleza de la misteriosa niebla invasora, ya que las tramas de confinamiento son correctas. Pero el juicio de la audiencia lo es todo en la televisión, malas audiencias y la serie se acabó.
Título:La niebla Año: 2017 Duración: 1 temporada (10 capítulos) País: Estados Unidos Dirección: Christian Torpe (Creador), Adam Bernstein, David Boyd, Nick Murphy, T.J. Scott, Richard Laxton, James Hawes, Matthew Penn y Guy Ferland Guión: Christian Torpe, Amanda Segel, Andrew Wilder, Daniel Talbott, Noah Griffith, Daniel Stewart, Peter Biegen (basada en la novela La niebla de Stephen King) Música: Giona Ostinelli Fotografía: André Pienaar Reparto: Morgan Spector, Alyssa Sutherland, Gus Birney, Danica Curcic, Okezie Morro, Luke Cosgrove, Darren Pettie, Russell Posner, Frances Conroy, Romaine Waite, Dan Butler, Isiah Whitlock Jr., Irene Bedard, Christopher Gray, Erik Knudsen, Greg Hovanessian, Bill Carr, Alexandra Ordolis, Holly Deveaux, Jennifer Kydd Productora: Emitida por Spike. Distribuida por Netflix Género: Intriga, Fantástico, Terror, Drama, Sobrenatural
NOTA CULTURALIA: 5,9 NOTA IMDB: 5,4 NOTA ROTTENTOMATOES:
• Crítica: 46%
• Audiencia: 49%