Crítica cine: Pablo, el apóstol de Cristo, Andrew Hyatt

Es Semana Santa y es imposible en estas fechas no ver en la televisión una película de romanos, ya sea clásica o alguna producción reciente. Este es el caso de Pablo, el apóstol de Cristo, una film religioso que nos da una visión diferente de los últimos días de la vida de San Pablo y del día a día de la comunidad cristiana bajo la persecución del emperador Nerón.

Pablo, el apóstol de Cristo es una película realista en relación al contexto histórico en la que se ubica. Roma acaba de sufrir el incendio más trágico de su historia y el emperador Nerón, consciente de las acusaciones que caen sobre él culpa a los cristianos del incendio. El evangelista Lucas (Jim Caviezel), antiguo discípulo de San Pablo (James Faulkner), contacta con él en el interior de la cárcel mamertina de Roma, donde Pablo espera su ejecución. Durante sus encuentros Lucas redactará la historia de San Pablo, mientras la comunidad cristiana de Roma ha de tomar una importante decisión sobre su destino.

En gran parte Pablo, el apóstol de Cristo es una película oscura por su fotografía y por la historia que relata, ya sea la conversión de Pablo al cristianismo en Jerusalén, realizada a través de flashbacks, como los sinsabores de la persecución de los cristianos por parte del emperador Nerón. Esta última es una propuesta interesante, ya que pocas veces las películas religiosas ambientadas en esa época nos muestran a la comunidad cristiana romana más que como un atrezo de su persecución y de su martirio en el anfiteatro. El film nos muestra por el contario su situación en esos momentos, liderados por Priscila (Joanne Whalley) y Aquila (John Lynch).

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Tampoco es muy habitual en este tipo de films la visión de los últimos días de la vida en de san Pablo. Su reclusión en la cárcel mamertina le pondrá en contacto con el prefecto Mauricio Gallas (Olivier Martinez), un oficial romano contrario a la demencia megalómana de Nerón y con el que establecerá una relación de confianza que permitirá a Lucas acceder a la celda donde está preso Pablo. Esta subtrama posibilita a la película afirmar la superioridad del cristianismo sobre el paganismo, debido a la enfermedad de la hija del prefecto.

El film también se interesa en la escritura de los primeros textos cristianos, ya que Lucas es el responsable de El Evangelio según san Lucas y de Los hechos de los Apóstoles. Esta es una trama interesante porque nos muestra la creación de los textos más importantes de la religión cristiana.

La película revela también la situación de creciente oposición política que se produjo contra Nerón al final de su reinado, y que llevó a su muerte en el año 68 d.C. Aunque en ningún momento aparezca el emperador romano en pantalla, su presencia será ominosa y constante a lo largo del film.

Como os decía, Pablo, el apóstol de Cristo sorprende no tanto por lo que explica, los últimos días de vida de san Pablo, su relación con Lucas el Evangelista y la persecución de la comunidad cristiana de Roma en época de Nerón, sino por la forma en la que lo hace, con un amplio respeto a la tradición cristiana y sin excesivos desvaríos generadores de tensión dramática, sino que se deja llevar por un relato realista que nos permite disfrutar televisivamente de la Semana Santa sin tener que hacer mano de los grandes clásicos y proponernos una visión más actual de lo que pudieron ser los primeros tiempos del cristianismo.

Título: Pablo, el apóstol de Cristo
Año: 2018
Duración: 106 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Andrew Hyatt
Guión: Andrew Hyatt, Terence Berden
Música: Jan A.P. Kaczmarek
Fotografía: Gerardo Mateo Madrazo
Reparto: Jim Caviezel, James Faulkner, Olivier Martínez, Joanne Whalley, John Lynch, Antonia Campbell-Hughes, Noah Huntley, Yorgos Karamihos, Alessandro Sperduti, Alexandra Vino, Manuel Cauchi, Anthony Edridge, Mario Opinato, Husam Chadat, Joe Azzopardi
Productora: Affirm Films / Outside Da Box
Distribución: Columbia Pictures / Sony Pictures
Género: drama | religión | Biblia
NOTA CULTURALIA: 8