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Crítica teatral: Pel davant i pel darrera, en el teatro Borràs

Regresa a Barcelona Pel davant i pel darrera, un clásico de la comedia teatral que nos habla de los entresijos del teatro, dirigida por Alexander Herold, adaptada por Paco Mir e interpretada en los papeles principales por Lloll Bertran, Jordi Díaz, Miquel Sitjar, Carme Pla y Lluís Villanueva.

El espectáculo nos muestra las dificultades de todo tipo que sufre una compañía de teatro bastante mala para montar una obra teatral bastante cutre. Los pobres personajes de la obra y su simpatía, combinada con la frenética serie de gags que no paran nunca, conforman la base de este gran éxito de la comedia teatral en Barcelona que por quinta vez aterriza en los escenarios barceloneses. Si inicialmente lo hizo en en los teatros Condal, Victoria y Goya, desde la versión de 2002 se representa en el Teatro Borràs, sala que acoge la obra en la actualidad.

La clave del éxito ya la conocemos, o la conoce una gran parte del público que va a ir a ver la obra este año: la suma de agravios y de vivencias que afectan al trabajo escénico de una compañía de teatro que ha de estrenar en breve una comedia teatral, en la que los diferentes problemas de los actores y actrices y las relaciones que mantienen entre ellos, hará que la representación se convierta en una bomba a punto de estallar.

Esta versión de la comedia, que se estrenó en Londres en el año 1982, sufre, sin embargo de algún desajuste que vale la pena comentar. Nada que decir sobre el texto y la situación escénica. La obra, dirigida en esta ocasión por Alexander Herold, vinculado con la obra desde sus orígenes londinenses, mantiene la agudeza, la chispa y el humor que el texto atesora en su adn. La representación es un contínuo encadenamiento de gags, situaciones e interpretaciones cada vez más alocadas que pasan a gran velocidad ante la vista del espectador, tanto es así, que a veces cuesta estar atento a todo lo que acontece encima del escenario. La triple representación de la obra, desde perspectivas y momentos diferentes, permite además enriquecer el visionado de la misma.

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En lo que respecta a las interpretaciones y la sincronización, no todo está tal y como tendría que estar. Como decía la obra es un tour de force de encadenamiento de acciones y reacciones, y al menos el día del estreno, siempre el día del estreno, en diversos momentos a la obra le faltaba algo de la intensidad y de la vivacidad que la podría llevar a la cúspide teatral de la que es merecedora. Como si el reparto aún no hubiera integrado la fluidez que requiere la obra y estuviera aún afectados por las marcas de interpretación.

Algo que no se debe, ni mucho menos, a fallos en el casting, en el que encontramos a actores y actrices de la talla de Lloll Bertran, Agnès Busquests, Jordi Díaz, Carme Pla, Miquel Sitjar, Lluís Villanueva, Xavier Serrat, Laia Alsina i Bernat Cot. Lo que no acaba de funcionar bien es la integración de todas las interpretaciones, algo que se entiende al constatar la estructura compleja de la representación y que esperamos, siempre esperamos, que mejore con la simple acumulación de las representaciones.

Aún así, en esta nueva versión de la obra destaca la firmeza interpretativa de Miquel Sitjar y el siempre buen hacer de Lloll Bertran, Carme Pla y Lluís Villanueva; lo acertado de la inocente interpretación de Agnès Busquests y lo algo despistado de Jordi Díaz, que no parece acabar de coger el tono.

Aún así, Pel davant y pel darrera es una excelente ocasión para ver cómo no pasa el tiempo para una brillante obra teatral y cómo el teatro nos puede hacer reír incluso cuando una representación, en la ficción, llega a ser desastrosa. Una de las maravillas del teatro dentro el teatro.

«Pel davant i pel darrera» se representa en el Teatre Borràs del 22 de noviembre de 2018 al 3 de febrero de 2019.

Autor: Michael Frayn
Adaptació: Paco Mir
Direcció: Alexander Herold
Reparto: Lloll Bertran, Agnès Busquests, Jordi Díaz, Carme Pla, Miquel Sitjar, Lluís Villanueva, Xavier Serrat, Laia Alsina y Bernat Cot
Producció: Anexa

Horarios: web Grupo Balaña
Precio: 20 – 24€
Idioma: catalán y castellano
Duración:

NOTA CULTURALIA: 7

Jorge Pisa

Crítica teatral: Marits i mullers, en La Villarroel

Si el público relaciona con algún medio a Woody Allen, este no es otro, qué duda cabe, que el del cine. Allen es uno de los directores más significativos e influyentes, con una carrera que se inicia como guionista en la década de los 50 y que se mantiene activa en la actualidad. Por eso puede sorprender al público que Allen aterrice en Barcelona sobre los escenarios, con una adaptación teatral de Maridos y mujeres (1992) dirigida por Àlex Rigola e interpretada por Andreu Benito, Joan Carreras, Mònica Glaenzel, Sandra Monclús, Lluís Villanueva y Mar Ulldemolins.

«Andreu, escritor y profesor de literatura, y su mujer Mónica, que trabaja en una revista de arte, no pueden creerse que sus mejores amigos, Sandra y Joan, aparentemente una pareja perfecta, hayan decidido separarse. A partir de esta noticia, ellos mismos empezarán a plantearse si su matrimonio se basa o no en una relación realmente sólida».

Como su título indica, la obra trata sobre el mundo de la pareja y las contracciones que se acumulan en ella con el paso del tiempo. No descubro nada nuevo si afirmo que no hay misterio mayor, en el plano emocional, que el funcionamiento de una pareja, ya supere esta los diferentes obstáculos que se le presentan en la vida o se vea afectada por crisis de subsistencia más o menos serias. No existe, pues, un planteamiento escénico más complicado que el que intenta analizar la naturaleza de la pareja, sea esta del tipo que sea.

De ahí que el resultado, escrito por Allen y adaptado por Rigola, sea eso, una propuesta enmarañada, esto es, un relato con escenas trazadas, giros, vericuetos y más de una sorpresa. Marits y mullers nos muestra el día a día de dos parejas, una que se mantiene y otra que se desintegra, a través de toda una serie de secuencias que se precipitan una detrás de otra, como la vida misma. Por esta razón, los actores siempre están sobre el escenario, ya sea interpretando a sus personajes o a la espera de incorporarse a la representación en cualquier momento.

La puesta en escena de la obra intenta potenciar la cercanía del espectador al recorrido emotivo de los personajes, por lo que sobre un escenario central veremos poco más que una mesa baja rodeada por varios sofás, ocupados indistintamente por los actores y los espectadores, hecho que favorece la intimidad de las situaciones que nos son mostradas. Una proximidad fomentada, además, por el hecho de que los personajes conservan en la representación los nombres de pila de los actores.

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En relación al reparto, el trabajo de casting ha sido mucho más que provechoso. A Andreu Benito, el alter ego de Woody Allen, Joan Carreras y Lluís Villanueva, todos en muy buena forma, se ha de sumar la interpretación de Mònica Glaenzel, Sandra Monclús y Mar Ulldemolins, que se dejan imbuir por los reflejos emocionales de los personajes femeninos a los que interpretan.

Aún así, y reconociendo el acierto del casting, la calidad de las interpretaciones y de la dirección, el contexto de la obra se nos hace algo lejano. Quiero decir con esto que se hace difícil para el espectador entender unos comportamientos y unas formas de ser tan lejanas y tan carismáticamente neoyorquinas como las que se nos muestran. De esta manera, y aún el esfuerzo que el director y los actores han invertido en la obra, algunos comportamientos no acaban de cuadrar con los actores que los interpretan, lo que provoca que el resultado final pierda algo de credibilidad.

Marits i Mullers representa, además, un trabajo laborioso de adaptación de un texto muy peculiar, que Rigola ya conoce, ya que él fue el responsable de una primera adaptación del guión de Allen para el Teatro de la Abadía de Madrid en el año 2013. De lo que se deriva que Rigola ha hecho el texto suyo, lo que le permite llevar a cabo una dirección precisa y envolvente de la obra, ayudado, claro está, por la interpretación destacada de unos actores y actrices que se sienten muy cómodos sobre el escenario.

Una obra recomendada, pues, para aquellos a los que les gusta analizar el mundo de la pareja, y para los que disfrutan con las historias escritas y dirigidas por Allen, una mirada muy personal que estará en cartelera en La Villarroel hasta el 10 de enero de 2016..

«Marits i Mullers» se representa en La Villarroel del 18 de septiembre al 29 de noviembre de 2015.

Basado en el guión de: Woody Allen
Dirección y adaptación: Àlex Rigola
Reparto: Andreu Benito, Joan Carreras, Mònica Glaenzel, Sandra Monclús, Lluís Villanueva y Mar Ulldemolins
Escenografía: Max Glaenzel
Vestuario: Silvia Delagneau
Iluminación: Maria Domènech
Realización de la escenografía: Teatro de La Abadía
Producción: Heartbreak Hotel, Teatro de La Abadía, Trànsit Projectes y La Villarroel

Horarios: de martes a viernes a las 20:30 horas; sábados a las 18:00 y a las 20:30 horas y domingos a las 18:00 horas
Precio: de 24 a 28 €
Duración: 1 hora y 30 minutos
Idioma: catalán

NOTA CULTURALIA: 8,5
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Jorge Pisa

Crítica teatral: L’art de la comedia, en el TNC

L'art de la comediaYa saben que al teatro le gusta tratar sobre muchas cosas, a veces inmerecidas, y en no pocas ocasiones le place reflexionar sobre sí mismo y su acomodamiento en la vida política, social, y económica. Una de estas ocasiones la representa L’art de la comedia, de Eduardo de Filippo, que el TNC estrenó el pasado 12 de febrero, dirigida por Lluís Homar e interpretada por él mismo, Victòria Pagès, Joan Carreras, Lluís Villanueva y Andreu Benito entre otros.

«En una ciudad de provincias italiana, el nuevo prefecto se dispone a recibir a las visitas de su primer día de trabajo. Para distraerse un rato, aceptará escuchar al director de una troupe ambulante que ha perdido su teatrillo debido a un incendio, y que pretende invitarle a asistir a su espectáculo para que el nuevo dirigente, con su presencia, demuestre a la ciudadanía que ese arte aún tiene una gran importancia social. Tras una apasionada controversia en la que político y humorista harán patentes sus desavenencias, el artista se llevará por error la lista de visitas del prefecto, y saldrá por la puerta amenazando con hacer que su familia teatral convierta esa sala de audiencias en una zona de incertidumbre»

Como ven una idea bien labrada que permite a Filippo tratar sobre la ligazón entre la política y el teatro (intensa a veces, vilipendiada otras) y sobre las diferencias que existen entre la realidad y la figuración, en un momento en el que la relación en este país entre el gobierno y la cultura se ve contaminada por una política desubicada que incluye la subida del IVA cultural al 21% con las nocivas consecuencias que esta medida ha provocado en el sector. El TNC, Homar y Filippo se alían de esta forma para dar un espaldarazo al teatro igualándolo a la política y aún más, a la misma realidad, ya que nunca sabremos con certeza, aunque lo podamos intuir, si la retahíla de personajes y situaciones que desfilan ante el nuevo prefecto son personas reales o personajes ficticios, lo que crea la fuente de humor, crítica y reflexión que posee la obra.

Sin embargo, L’art de la comedia, que juega en su título con la inversión del término Commedia dell’arte, no es una obra equilibrada del todo, lo que la convierte en una propuesta irregular. La obra se divide, así de primeras, en dos grandes secciones. La primera, como presentación, nos permite presenciar la conversación entre Campese (un bravo Homar) y el prefecto De Caro (Carreras), en la que veremos cuál es la opinión de cada uno sobre la relación entre el teatro y la política. Un acto este que se extiende en demasía, es en parte iterativo y le roba parte del ritmo a la obra.

L'art de la comedia2A lo largo de la segunda parte podremos observar como toda una serie de personajes hilarantes y/o con ideas descabelladas, se suceden al otro lado del escritorio del prefecto, desquiciando progresivamente a la autoridad, que no podrá saber nunca si lo que está pasando ante sus ojos es realidad o ficción, algo que en sí mismo habla de lo sublime del artificio teatral. En esta segunda parte, por desgracia, la representación es muy irregular y la comicidad a veces escasa, excepto en la historia narrada por Mosén Salvati (Andreu Benito) que le sabe dar a su historia el humor que necesita el personaje.

Como prueba del artificio teatral la propuesta de Homar ha optado por permitir al público ver el truco existente en la obra misma, a través de un escenario y de un vestuario que se van construyendo poco a poco con la ayuda de los integrantes de la compañía, una opción que sorprende inicialmente al espectador, pero que después se convierte en un recurso algo repetitivo y acaba dejando un escenario extraño y difuso. Por lo que respecta al trabajo de los actores y actrices, se debe destacar a Homar y Carreras en la primera parte de la representación, y a Benito en la segunda, aportando a la obra el único acto de verdadera comicidad a la representación.

L’art de la comedia es, por otra parte, una obra que se entiende en un autor como Filippo que vivió toda su vida en el seno del teatro, ya fuera en la compañía familiar o, posteriormente, en sus propias compañías, circunstancia que no solo le permitió dominar la ficción propia del teatro, sino conocer en su misma persona la relación de este con la política y con la vida.

Como ven L’art de la comedia nos permite, de nuevo, reflexionar sobre el teatro, en esta ocasión sobre su vinculación con la política y la subvención pública, y la consideración que la autoridad tiene de la cultura y, más concretamente, de la profesión teatral. Puede ser que muchas cosas hayan cambiado desde la redacción de esta obra en el año 1964, aunque parece que la cultura siempre queda en un segundo lugar en referencia a las cosas importantes de esta vida. Un acierto, un error… todo depende del punto de vista des del que se mire.

«L’art de la comèdia» se representa en el TNC del 12 de febrero al 12 de abril de 2015.

Autor: Eduardo de Filippo
Dirección: Lluís Homar
Traducción: Xavier Albertí
Reparto: Lluís Homar, Pau Viñals, Victòria Pagès, Joan Carreras, Lluís Villanueva, Roger Casamajor, Andreu Benito, Mar Ulldemolins, Oscar Valsecchi, Eduard Muntada y Quimet Pla
Escenografía: Lluc Castells y Jose Novoa
Vestuario: Nina Pawlowsky
Iluminación: Ignasi Camprodon
Sonido: Jordi Bonet
Caracterización: Toni Santos

Horarios: miércoles y viernes a las 20:00 horas; jueves a las 17:00 horas; sábados a las 17:00 y a las 21:30 horas y domingos a las 18:00 horas
Precio: 28 € / Disponibilidad de descuentos
Idioma: catalán
Duración: 2 horas y 10 minutos

NOTA CULTURALIA: 7 SOBRE 10
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Jorge Pisa

Crítica teatral: Magical History Club, en el teatro Coliseum.

magical-history-club_cartel¿Qué pasaría si diversas de las figuras clave de la historia volvieran a la vida en la Barcelona de hoy? ¿Y si por falta de trabajo crearan un espectáculo de monólogos históricos? ¿Y si detrás de todo ello estuviera la producción de Minoria Absoluta? Seguro que les garantizaría una hora y media de humor y de pasárselo bien.

Minoria Absoluta se atreve, gracias a los avances tecnológicos, a rescatar del pasado a cinco figuras de relieve como son Adolf Hitler, María Magdalena, Sigmund Freud, Mahatma Gandhi y Cleopatra. Como ven, personajes que pueden dar mucho de sí encima del escenario y en un espectáculo de humor al estilo El Club de la Comedia.

El espectáculo se organiza en dos líneas o niveles. La primera es la actuación de cada uno de los personajes, en las que se les da la vuelta a su naturaleza histórica: Adolf Hitler (Alain Hernández) buscando trabajo con un mancillado currículo de genocida; María Magdalena (Betsy Túrnez), relatándonos lo complicado de su relación amorosa con Jesucristo; Mahatma Gandhi (Lluís Villanueva) estallando en un ataque de ira debido al trato que recibe de sus compañeros de sonido; Cleopatra (Mireia Portas) dando muestras de que en la antigüedad las morenas podían ser, también, algo bobas y Sigmund Freud (Queco Novell) realizando un espectáculo basado en sus teorías sobre la influencia que tienen en la vida de los adultos sus traumas sexuales infantiles. Todo ello bajo la batuta de la dirección de Marc Crehuet.

La segunda línea narrativa del espectáculo nos permite observar el interior de los camerinos, donde se desarrolla una acción que normalmente no es visible en el teatro. Algo parecido a lo que algunos programas de televisión realizan al conectar durante su horario de emisión con las salas de espera de sus invitados, con el objetivo de que ellos se presenten a sí mismos. Aunque en esta ocasión la estratégia sirve para desarrollar una trama de humor complementaria a la que vemos sobre el escenario. Y es que uno se imagina que debe ser extraña y complicada la relación entre personajes tan diferentes y de periodos tan diversos.

magical-history-club_repartoMagical History Club es por tanto una oportunidad para pasárselo bien, sin muchas más aspiraciones, con una nueva propuesta de los de Minoria Absoluta, que persiste con olfato en su trayectoria previa, ya sea en la radio, en programas de humor televisivo como Polònia y Crackòvia, o en sus aventuras sobre los escenarios, y que se basa en la imitación de personajes y en el análisis por parte de estos de la realidad que les rodea, de donde se extrae el humor blando que caracteriza a la productora.

Respecto a los diferentes monólogos cabe destacar los interpretados por María Magdalena, una stripper muy choni que nos hará reír al relatarnos las minucias de su relación con un hombre-Dios (una estupenda Betsy Túrnez que domina los papeles cómicos a la perfección) y Adolf Hitler (Alain Hernández) que nos helará la sangre al atreverse a hacer humor con los símbolos nazis y con algunos de los episodios más oscuros de la historia del siglo XX. Sin embargo el monólogo de Cleopatra (Mireia Portas), necesita un poco más de desarrollo, que seguro que ha experimentado con el paso de las funciones. Como ven el acierto de la obra es variable, tanto como los monólogos que forman parte de ella.

Una propuesta de la que el público puede gozar consumiendo bebidas y aprovechando la disposición de las mesas y butacas de la platea al estilo de un club nocturno, una distribución heredera del espectáculo The Hole y que el teatro Capitol ha aprovechado desde entonces.

Minoría absoluta vuelve a apoderarse de los escenarios con la fórmula del éxito que ha ido desarrollando en los últimos años en diversos medios y nos permite constatar que se puede hablar y tratar sobre cualquier tema siempre que se haga desde el humor y sin ganas de generar polémica, al menos no más que la necesaria para atraer a los espectadores al teatro y hacer que disfruten de una velada histórica. Y si se puede hacer todo esto a través de la historia, pues mucho mejor!!

«Magical History Club» se representa en el Teatre Coliseum a partir del 17 de marzo de 2014.

Idea original: Minoria Absoluta y El Cansancio
Autores: Marc Crehuet, Rafel Barceló, Jaume Buixó, Pau Escribano y Toni Soler
Dirección: Marc Crehuet
Reparto: Alain Hernández, Queco Novell, Mireia Portas, Betsy Túrnez, Lluís Villanueva y Berto Romero
Escenografía: Hamo Studio y Manu Pagès
Vestuario: Catou Verdier
Diseño iluminación y efectos sonoros: Xavi Gardés
Caracterización: Helena Fenoy
Producción: Minoria Absoluta

Horarios: miércoles y jueves a las 20:30 horas; viernes a las 21:00 horas; sábados a las 18:00 y a las 21:00 horas y domingos a las 18:00 horas.
Precio: de 22 a 29 €
Idioma: catalán
Duración: 1 hora y media aproximadamente
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Jorge Pisa Sánchez

Crítica teatral: El nom, al Teatre Goya Codorníu

El naixement d’una criatura sempre és motiu de joia i felicitat, no només per als futurs pares, sinó també per a la resta de la família i els amics més propers. Aquesta imminent arribada trastocarà les seves vides des del mateix instant en què es faci públic l’embaràs: serà el moment de triar un nom que sigui adequat perquè marcarà la vida del fill, ja que, si l’elecció no és prou meditada, el nen podria patir les bromes i, fins i tot, el menyspreu de la societat. Però, ¿quins paràmetres marquen si un nom és o no vàlid? Aquest és, precisament, el punt de partida d’El nom, la nova comèdia estrenada al Teatre Goya Codorníu, un muntatge dirigit per Joel Joan que adapta al català el text escrit a quatre mans per Matthieu Delaporte i Alexandre de la Patellière, i que arriba a Barcelona amb la intenció de repetir l’èxit amb què l’han premiat els espectadors francesos des de la seva primera representació.

El Pere i la Isabel formen un matrimoni estable i feliç: ell és professor de literatura a la universitat, ella dóna classes en un institut, tenen dos fills i viuen en un acollidor pis del Born barceloní. Avui han organitzat un sopar ètnic amb el Claudi –un músic d’orquestra amic de la parella d’ençà que eren infants–, el Vicenç –germà d’ella, tot un triomfador que treballa en el sector immobiliari, sempre acostumat a ser el centre d’atenció allà on va– i la seva parella, l’Anna, embarassada del seu primer fill. El bon humor i les converses banals del principi presagien una vetllada magnífica, tot esperant l’Anna que, un cop més, arriba tard. Els minuts passen i el Vicenç, impacient, no pot esperar més per compartir amb el grup el nom triat per al seu nadó, sense poder imaginar que l’elecció no serà ben rebuda pels altres, sobretot pel Pere, que el considera de mal gust, políticament incorrecte, fins i tot el veu com una provocació que no està disposat a tolerar i, així, inicia una forta discussió amb el seu cunyat que tan sols serà l’espurna que encendrà un incendi devastador per a tots els presents.

A partir d’aquest instant, la disputa pel nom de la criatura quedarà en un segon pla per a deixar pas als retrets que cada personatge ha anat acumulant durant anys: ha arribat el moment de dir les veritats, treure els draps bruts dels altres fins a fer-los enrojolar, verbalitzar allò que sempre havien pensat per a si mateixos; tots ells mostraran la seva part més desagradable i bel·ligerant sense mirar qui és el destinatari de les acusacions, i el que havia de ser un sopar entranyable es convertirà en l’escenari en què sorgiran les misèries, les inseguretats i les frustracions que, fins aquella nit, havien ocultat als altres.

Ara fa tres anys Matthieu Delaporte i Alexandre de la Patellière van escriure El nom per diversió, una història en què les discussions es tornen còmiques malgrat la vehemència amb què els personatges defensen les seves idees; l’obra es va convertir en un èxit rotund i inesperat –vist per un total de 3 milions d’espectadors–, i això els va decidir a fer-ne la versió cinematogràfica, encara en cartellera. Joel Joan va escollir aquest muntatge –en la traducció que n’ha fet Jordi Galceran, qui adapta els gags originals a la idiosincràsia catalana– per a debutar com a director teatral, i la veritat és que supera l’examen amb bona nota, mantenint la tensió i el ritme frenètic –a vegades histèric– que l’obra necessita.

El nom és una comèdia coral amb pinzellades vodevilesques, tan exigent com agraïda per als actors, ja que cadascun d’ells té el seu moment de glòria per a reivindicar el seu personatge. L’origen del conflicte fa que Joel Joan (Vicenç) i Xavi Mira (Pere) monopolitzin bona part de la discussió, però ben aviat Lluís Villanueva (Claudi) deixa el seu paper de contrapunt còmic dels cunyats per a convertir-se en l’ase dels cops, i l’arribada de Mireia Piferrer (Anna) al pis resulta ser una alenada d’aire fresc, d’espontaneïtat i d’incontrolable sinceritat que sembla trencar qualsevol mena de convencionalisme; tanmateix, és Sandra Monclús (Isabel) la triomfadora de la nit, possiblement per ser el seu monòleg –ovacionat pel públic– el darrer de tots, una rèplica plena de ràbia en què es rebel·la contra el paper que la vida li ha atorgat sense que ella ho pogués evitar, desitjos i il·lusions que ha deixat aparcats pel benestar familiar, una dona cansada de que les seves opinions siguin ignorades constantment i que, per fi, ha reunit el valor suficient per a exterioritzar-les i, així, deixar muts els altres.

Aquesta és, doncs, molt més que una agredolça comèdia generacional: és un text intel·ligent sobre la família i l’amistat que farà reflexionar l’espectador, qui s’identificarà en un moment o altre amb els protagonistes, però que difícilment prendrà partit per un únic personatge perquè, en certa manera, tots són víctimes de les seves opinions intransigents. En resum, aquest imprescindible muntatge farà que ens ho pensem dues vegades la propera ocasió que demanem als altres que siguin totalment sincers amb nosaltres, i que ens porta a pensar que el temps guareix totes les ferides… fins al proper sopar.

El nom es representarà al Teatre Goya Codorníu del 19 d’octubre al 23 de desembre de 2012.

Autors: Matthieu Delaporte i Alexandre de la Patellière
Direcció: Joel Joan
Adaptació: Jordi Galceran
Intèrprets: Joel Joan, Lluís Villanueva, Xavi Mira, Sandra Monclús, Mireia Piferrer
Escenografia: Joan Sabaté
Vestuari: Míriam Compte
Il·luminació: Txema Orriols
So: Damien Bazin
Caracterització: Toni Santos

Horaris: dimarts, dimecres, dijous i divendres a les 21:00 hores, dissabte a les 18:30 hores i a les 21:30 hores, i diumenge a les 18:30 hores
Preu: de 28,50 € a 30,50 €
Idioma: català
Durada: Una hora i trenta minuts

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Escrit per: Robert Martínez Colomé

Estreno cinematográfico: Los niños salvajes, de Patricia Ferreira

El próximo 25 de mayo se estrena Los niños salvajes, un film que sigue las desventuras de tres adolescentes incomprendidos por la gente que les rodea, una película que se convirtió en la gran triunfadora del pasado Festival de Málaga al recibir cuatro premios, dirigida por Patricia Ferreira y protagonizada por Marina Comas, Albert Baró y Àlex Monner.

Fotograma de la película

Álex, Gabi y Oki son tres adolescentes que viven en una gran ciudad. Tienen la sensación de ser unos desconocidos para sus padres, para sus profesores e, incluso, para ellos mismos. Están desorientados, emocionalmente aislados en esa selva urbana, así que buscarán una vía de escape a esa soledad que tendrá consecuencias inesperadas, tanto para el grupo como para el resto de la sociedad.

Los niños salvajes es la nueva propuesta de Patricia Ferreira (Para que no me olvides), una película que pretende ser un retrato de los adolescentes que residen en una gran ciudad, un proyecto para el que Ferreira ha contado con Marina Comas (Pa negre), Albert Baró (Les veus del Pamano) y Àlex Monner ([REC]3 Génesis) para interpretar a los muchachos protagonistas, y a quienes acompañan secundarios de lujo como Aina Clotet (Elisa K), Montse Germán (Atlas de geografía humana), Francesc Orella (Mil cretins), José Luis García Pérez (8 citas) y Clara Segura (Los ojos de Julia), entre otros.

Los niños salvajes se estrenará en nuestros cines el 25 de mayo de 2012.

Título: Los niños salvajes
Título Original: Els nens salvatges
Género: Drama
Nacionalidad: España
Año: 2012
Duración: 100 minutos
Director: Patricia Ferreira
Guión: Patricia Ferreira, Virginia Yagüe
Intérpretes: Marina Comas, Albert Baró, Àlex Monner, Aina Clotet, José Luis García Pérez, Montse Germán, Francesc Orella, Clara Segura, Marc Rodríguez, Eduardo Velasco, Emma Vilarasau, Lluís Villanueva, Mercè Pons, Ana Fernández