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“Pulmons” a la Sala Beckett: Intel·ligència artificial

Avui dia, portar un fill al món representa abocar-hi 10.000 tones de CO2. I això és una gran responsabilitat. Com assumir-ho si som parella i no volem apartar-nos del ramat de les bones persones? Doncs segons el dramaturg Duncan Macmillan mitjançant una conversa inacabable. Només així arribaríem a implicar-nos-hi prou. Perquè la presa d’una decisió d’aquest tipus demana el seu temps, i una anàlisi exhaustiva de tu i de mi i de tot el que ens envolta. Ah, sí! Se m’oblidava: de nosaltres també.

La neurosi d’una parella jove en constant discussió esdevé aquests dies a La Beckett matalàs d’una banda confortable; de l’altra, exasperant. El reconeixem ràpidament com el símbol del niuet de l’amor i somriem quan els seus protagonistes el construeixen amb els seus projectes de futur. No triguem, però, a recordar que potser sigui un pèl dur quan ens hi estirem plegats. Però l’efecte en cadena dels diversos episodis de la convivència ens arrenca les riallades més primàries i llavors ens relaxem. A la fi, comprovant que el combat dialèctic no acaba mai (no hi ha llençols protectors per als personatges de la destrucció implacable de la unió familiar), callem davant la guerra de coixins d’aquesta parella prototípica i fàcilment intercanviable per nosaltres. I Macmillan, llavors, que vol que tornem al Planeta Tou Dels Somnis Meravellosos, canta de nou una cançó de bressol a còpia d’ajuntar novament les seves criatures.

 

La directora d’aquest celebrat “dormitori”, Marilia Samper, veu aquest parell “aturats en el fragment de vida etern i esgotador en què s’imposa prendre una decisió”. I ens els presenta amb generositat. L’empatia nostra amb ells és instantània: la frescor dels seus trets, la previsibilitat de les seves accions, l’amenitat d’una història farcida de moments quotidians hilarants i infernals (a una espectadora se li escapa un “què cabró!” dedicat al protagonista quan confessa a la seva companya escènica el seu pecat d’infidelitat), i dos actors amb gràcia (Carlota Olcina eficaç com a gata maula inevitablement femenina; Pau Roca adequat com a mascle postmodern perdut).

Però aquests “pulmons” no passen de ser una distracció convencional: Els manca inspirar més mala llet en el joc escènic. Ni els actors se senten prou segurs amb les seves interpretacions, ni aconsegueixen treure’ns de polleguera perquè són (i ho saben) tan bufons! La caricaturització del seu perfil hauria d’anar més enllà de la multitud de paraules que vomiten. D’aquesta manera, aconseguirien deixar-nos sense alè. I, plegats, nosaltres i ells, expirar la vida real que aquest teatre demana.

 Per Juan Marea

“Pulmons” es representa fins al 9 de febrer.
http://www.salabeckett.cat/arxiu/pulmons-de-ducan-macmillan-traduccio-de-carme-camacho.-direccio-marilia-samper

ImageDe quin cantó dormirem?

“Consell Familiar” en la Sala Beckett: Mayoría más que absoluta

Estamos salvados.
Por fin un remedio infalible a los conflictos familiares.
Basta con saber organizarse, establecer una normativa a medida y ejecutarla.

Despleguemos ahora tan eficaz programa.

En primer lugar, Cristina Clemente redacta un texto de desarrollo impecable por cuanto, siguiendo la pauta de una estructura clásica, articula con oficio y arte una presentación del conflicto argumental (cómo una familia burguesa encuentra el equilibrio doméstico a costa de institucionalizarse como equipo extremadamente funcional), forma un nudo tan fuerte como desasosegante (el cuestionamiento del orden establecido por parte del miembro rebelde del grupo) y resuelve (algo precipitadamente, eso sí) un desenlace no por previsible poco coherente, y en resumidas cuentas certero (el elemento externo será el que ajusticie definitivamente tan hermético clan).

Luego llega el inquieto Jordi Casanovas, que firma una dirección sabia, ágil y eficaz. En sus manos, este “Consell Familiar” vibra en todo momento dentro de la armonía escénica, convirtiendo el chispeante verbo de Clemente en espectáculo cómico de primer orden: La sutileza de la puesta en escena, el ritmo con que va creciendo la intriga y la música que enfatiza su naturaleza de comedia ribeteada de un cariz esperpéntico suman un divertimento que aparta de su lado la banalidad y potencia la inteligencia crítica.

La ejecución es directamente atribuible a un reparto de actores en gracia (contenidos, compenetrados) y graciosos (en la palabra y en la expresión gestual). Un Pere Ventura irresistible en su autoritarismo demócrata; una Lluïsa Castell pasiva agresivísima pero también zumbona y seductora; una Georgina Latre encantadora como ingenua rebelde; un divertido Pep Ambròs, nini cuyo desquicio e ímpetu juvenil se adueñan de algunos de las réplicas más resultonas de la función; y un oportuno Marc Rius como Mesías Redentor que viajando en patera de Lufthansa no solo consigue los papeles sino que llega a dejar sin los suyos a la familia de acogida.

Afrontando el final de esta crónica, ya podemos desvelar cuál es la receta anunciada: la transformación en clase política del grupo social de convivencia. Solo así se consigue la felicidad en el hogar. Y no vale votar en blanco…

Por Juan Marea

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Que gane el peor.

 

“Consell Familiar” se representa hasta el 4 de enero.
http://www.salabeckett.cat/?set_language=ca

Marc Angelet, autor y director de «Ego»: «Todos sabemos que nos miran.»

No es profeta. Pero sí un observador despierto. Y el resultado de sus pesquisas está a punto de invadir nuestras pantallas individuales.

marc-angelet¿Qué es “Ego”?

Es varias cosas: un «thriller», una comedia y, al mismo tiempo, una aplicación de teléfono móvil que propone al usuario pequeños retos. Esa aplicación llega a causar la desconexión y posterior muerte de un montón de personas y quería contar el proceso que les lleva a eso.

¿Qué ventajas e inconvenientes tiene esa aplicación particular?

Todos tenemos deseos que nunca nos atrevemos a llevar a cabo. Son miedos e inseguridades sin los cuales viviríamos mucho más felices. “Ego” te permite tirarte a la piscina, romper las barreras que te impiden actuar. Para ello, te propone empezar a jugar con él hasta crearte una adicción y conseguir que dejes de decidir por ti mismo cediéndole su voluntad.

Uno de los personajes de la obra dice que lo que deseamos no es siempre lo que queremos.

Deseamos muchas cosas en la vida pero, cuando las tenemos, nos damos cuenta de que una gran parte de esas fantasías hubiese sido mejor no haberlas realizado. Cuando al hacerlas te das cuenta de que eran mucho más sencillas de lo que parecían, quieres más. Y ahí empieza el peligro.

Ha pasado tiempo desde que el ordenador “HAL 9000” de “2001: Una odisea del espacio” (Stanley Kubrick, 1968) controlara los sentimientos humanos. Ahora tú das un paso más allá.

«Ego» es una especie de Pepito Grillo que te dice lo que tienes que hacer porque te conoce mejor que tú mismo. Sabe lo que deseas y te anima a probarlo. La tecnología nos supera y eso es un hecho. Quise acabar la historia diciendo que quien manda es “Ego”. Y por eso la misma aplicación decide cuándo se acaba la obra. Lo interesante de nuestra propuesta es que cuando el espectador acaba de verla se pregunta si se bajaría o no una aplicación así. Yo lo haría seguramente.

Reflejas el peligro de las formas de comunicación actuales.

Estamos en un momento en que la tecnología va a tal velocidad que se instala en nuestras vidas antes de que podamos conocer su dimensión ético-moral, si es positiva o negativa y las consecuencias que ello pueda tener. Nosotros la creamos pero, paradójicamente, nos quedamos detrás. Después de llevar un tiempo usando todos Facebook, sabemos que el Sr. Barack Obama y la NSA (la Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos) nos controlan a través de las fotos que colgamos. Las redes nos hacen la vida más cómoda pero dejamos en ellas mucha información sobre nosotros de la que no somos conscientes. Todos sabemos que nos miran y, aun así, jugamos. Estamos inmersos en este mundo y no podemos salir de él.

¿De dónde surgió esta obra?

La Sala Flyhard me la encargó y, como asiduo espectador que soy de su programación, quise hacer una comedia que se moviera en esa línea.

Los personajes están bien definidos pero son estereotipos.

La comedia exige unos personajes que desempeñen unos roles muy claros desde el principio. Tenemos a un policía duro, al “friqui”, al tío indeciso y a la chica estudiosa pero que se descontrola. Así, cuando la aplicación protagonista entre en acción, el espectador sabrá perfectamente cómo afectará a cada uno de aquellos.

Por una parte, cuentas una investigación policial. Por otra, los hechos que la motivaron. Eso hace que la obra sea muy ágil.

Como autor, me gusta superponer planos de tiempo mediante el flash-back, propio del lenguaje cinematográfico. Me parece fascinante que en el breve espacio de tiempo que dura la representación puedan transcurrir días, años…de ficción. Así, el público se ve obligado a estar muy atento a lo que pase.

También incluyes referencias culturales muy cercanas.

Quería que el espectáculo pasase hoy y en el barrio de Sants de Barcelona, donde también está situada la Sala Flyhard. ¡En un “pequeño garaje” de aquí va a ser donde se produzca este “Fin del Mundo”!

¿Qué es el teatro para ti?

Una forma de expresión muy rápida, muy directa. Es inmediatez, como de empezar a parir cosas. Al mismo tiempo es un juego…

Recomiéndame una obra de teatro que hayas visto recientemente.

Este no es un lugar adecuado para morir” de Albert Boronat que estuvo en la Sala Beckett de Barcelona el pasado mes de septiembre. Es una maravilla.

¿Cómo curamos la adicción al teléfono móvil?

 No sé. Dímelo tú porque yo estoy enganchado…

Tengo la respuesta. Pero entonces se interpone el zumbido de mi dispositivo.

por Juan Marea

«Ego» se representa hasta el 30 de diciembre.
http://www.flyhard.org/?p=3636

“Ego” de Marc Angelet: Sin vela en este entierro.

Ya no necesitamos imaginar. Nos lo recuerda continuamente el Avance Tecnológico con la creación de mundos artificiales paralelos.

¿Para qué dar forma a los sentimientos? El Consumismo los lava, plancha, dobla y precinta para que podamos llevárnoslos bien envueltos después de haber aceptado pagarlos en cómodos plazos.

El teatro, que afortunadamente no pierde comba, recupera su misión de denuncia y para no ser desterrado de pleno por sus adormilados destinatarios nos está acostumbrando a tomar conciencia de todo ello sin hacer mucho ruido.

Después de los interesantes complots mediáticos de “George Kaplan” en la Sala Beckett, y de los felices escarceos sentimentales de “Smiley” a golpe de “uasap”, ahora llega a la Sala FlyhardEgo”, una “comedia tecnológica” que no contenta con mezclar con soltura humor y suspense a ratos escalofriante, logra trascender su condición de digno entretenimiento. Y lo hace gracias a la habilidad del autor Marc Angelet para tratar un tema tan preocupante como apasionante hoy día: La progresiva vampirización del ser humano por los medios de comunicación virtuales inalámbricos (seguro que ya sabéis a qué me refiero) a la hora de dirigir el rumbo de su vida.

TEATRE_BARCELONA-EgoOriol Casals y Xavi Francès a punto de disolverse.

Con “Ego”, no solo entramos en un ameno encuentro entre un encantador “freak” (celebrado Xavi Francès), la sabionda novia de su socio y el desequilibrado policía encargado de investigar la desaparición del tercero en discordia. Además (y aquí radica el gran logro de esta propuesta), “Ego” tiene como gran leitmotiv una letal aplicación informática impulsora de la trama, conquistadora del ritmo, dueña absoluta del espectáculo y casi abductora final de los atentos espectadores bajo una cómplice atmósfera inquietante que roza con ingenio la incomodidad.

Angelet estructura su juguetona pieza a base de ir superponiendo los diferentes tiempos narrativos y cuando pasado y presente se confunden la obra alcanza sus momentos más estimulantes por su notable ensamblaje. La propuesta, no obstante, se inclina hacia la comercialidad convencional (lícita y meritoria también), que resta singularidad al todo. A ello coadyuvan la oportunista pero eficaz inclusión de escenas de agradable eco “retro” (Francès cantando con el Dúo Dinámico; el flash-back como superhéroe felador del impávido desaparecido) y los guiños a unos personajes caricaturizados con gracia (el malo es “periquito”; el único personaje femenino es listo pero ligero de cascos). No tan acertada resulta la dirección de actores, algo apagados y con interpretaciones poco matizadas, y el desarrollo de la historia acusa ciertos desajustes en el ritmo. Pero nada de ello ensombrece la contundencia del mensaje: Para ser alguien tienes que dejar de ser. Pon un teléfono inteligente en tu vida y ya no tendrás que latir más.

 Por Juan Marea

ImageCuatro egoposeídos

«Ego» se representa hasta el 30 de diciembre
http://www.flyhard.org/?p=3636

Crítica teatral: George Kaplan, en la Sala Beckett.

George_Kaplan_en_la_Sala_Beckett_de_Baracelona_Festival_GrecSi les he de ser sincero una de las propuestas del Grec que más me ha interesado este año ha sido George Kaplan, representada en la Sala Beckett, una obra de Frédéric Sonntag que con un toque juvenil y espontaneo nos habla de la comunicación, de los intentos de comunicar y de las tentativas de apropiarse de la información y retorcerla con el objetivo de favorecer intereses privados. En resumen, una obra inserta inteligentemente en el gran debate que ha generado el desarrollo de la comunicación propiciado por los avances tecnológicos, y la potenciación de los sesgos y filtros que sufre la información «objetiva» que consumimos a diario a través de los medios de comunicación convencionales, internet y de un cada vez mayor número de dispositivos.

George Kaplan nos habla de todo ello y la hace de una forma eficaz e inteligente, algo que se ha de agradecer a su autor Frédéric Sonntag y a la producción de la Sala Beckett. La obra está dividida en tres escenas relacionadas entre sí por un nexo que no es otro que el nombre propio que da título a la obra, George Kaplan, que hace referencia al film Con la muerte en los talones, uno de los grandes clásicos dirigidos en el año 1959 por Alfred Hitchcock y que narraba las intrigas que experimentaba Roger O. Thornhill (Cary Grant) al ser confundido con George Kaplan, una identidad falsa utilizada por la CIA en una investigación de contraespionaje.

Esta excusa permite a Sonntag presentarnos las citadas tres escenas: la primera la de un grupo vinculado al movimiento 15M llamado George Kaplan que pretende, aunque sin demasiado éxito, crear un movimiento de contestación social, económica y política a nivel mundial; la segunda nos traslada a la sede de trabajo de una organización en la que diversos guionistas y un novelista están trabajando en la creación de una trama construida a partir de un nombre clave, George Kaplan; finalmente en la última escena un grupo de poder al estilo Bilderberg intenta apoderarse o más bien de adaptar una amenaza comunicativa inminente llamada George Kaplan, para utilizarla como arma o cortina de humo con la que impulsar sus propios intereses.

kaplan 12La obra adopta el estilo de una tragicomedia, una obra de carácter realista que reflexiona sobre la comunicación y el uso de la información que hacemos cada uno de nosotros y, claro está, también las grandes organizaciones y grupos de presión. En ella la primera escena, la más cómica, nos muestra el esfuerzo infructuoso de un grupo activo de base indignada para llegar a un mínimo de consenso para desarrollar su proyecto revolucionario. Impagables algunas de las situaciones que nos recuerdan, sin duda, las imágenes del 15M y sus inacabables asambleas que llevaba o han llevado a más bien poco. Algo descriptivo de un movimiento en fase de configuración pero que parece preñado de futuro.

Por el contrario la segunda y sobre todo la tercera escena nos advierten del peligro que corre el mundo debido a las ansias y a los ingentes medios a disposición de los grupos de poder que les permiten apropiarse y hacer fluir la información para controlar, de hecho, nuestra percepción de la realidad. Una amenaza que tiñe cada vez más de oscuridad la información que nos llega a través de los medios de comunicación.

El objetivo se consigue con un texto contundente y actual en el que están presentes los miedos y la desconfianza del propio autor, que consigue hacer llegar al público. A ello ayuda un montaje ágil en el que una gran mesa de reunión y algunos pocos complementos más modelan una realidad escénica en constante mutación y unos actores que de forma camaleónica van adoptando diversas personalidades y roles a lo largo de la representación. Cada uno de ellos tiene su momento para mostrar ya sea su veteranía, este es el caso de Jordi Figueras o Sandra Monclús, o su frescura y sus capacidades, como en el caso de Sara Espígul, Borja Espinosa o Francesc Ferrer, lo que conforma una actuación coral de primera.

George Kaplan nos plantea una cuestión árida y problemática relacionada con la comunicación y con los flujos de información, una cuestión que sin duda da forma a la era digital en la que vivimos, y que si bien posibilita grandes logros en todos los ámbitos también permite la usurpación y el dominio por parte de aquellos con menos escrúpulos pero mayores posibilidades. Un acierto sin duda de la Sala Beckett y del Festival Grec y un éxito basado en lo actual e idóneo de la temática que aborda y que si lo pensamos bien nos afecta a todos, de una forma u otra.

«George Kaplan» se representa en la Sala Beckett del 4 al 28 de julio de 2013.

Autor: Frédéric Sonntag
Traducción: Carles Batlle
Dirección: Toni Casares
reparto: Sara Espígul, Borja Espinosa, Francesc Ferrer, Jordi Figueras y Sandra Monclús
Escenografía: Luis Martí y Paula Bosch
Vestuario y caracteritzación: Gimena González
Iluminación: Luis Martí
Espacio sonoro y visual: Ramon Ciércoles y Mar Orfila
Producción: Sala Beckett/Obrador Internacional de Dramatúrgia, Grec 2013 Festival de Barcelona y Theater Konstanz (Alemania)

Horarios: de martes a sábado a las 21:30 horas; domingos a las 18:30 horas.
Precio: 20 €
Duración: 1 hora y 35 minutos
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Escrito por Jorge Pisa Sánchez

Crítica teatral: Solfatara de la Compañía Atresbandes: Erupciones jubilosas

 

Aviso para espectadores: La personas somos como volcanes. Algunas entran en erupción. Otras permanecen inactivas por los siglos de los siglos. A la sazón, vamos a ponernos cerquita y así nos impregnaremos con sumo gusto de la lava escénica de la compañía “Atresbandes”. Porque su espectáculo (fraguado en Can Felipa de Barcelona, exquisitamente abrillantado en Birmingham y Kosovo y ahora de enhorabuena en la Sala Beckett) es vibrante, ocurrente y elegante.

Saben jugar en el espacio. Su entusiasmo es contagioso y, además, como tienen ese carisma difícil de encontrar, al instante de presentarse ya queremos irnos a su casa. Aunque poco después vayan a darnos con la puerta en las narices. A pesar de que la trama se agote a los pocos minutos. Tampoco es impedimento que alarguen algunos gags hasta la saciedad (de tanto oír hablar del milhojas, no solo lo olimos sino que se ha convertido en uno de nuestros platos favoritos; y la escena de la cena en la que los anfitriones no tienen nada que ofrecer a sus invitados nos proporciona una digestión ligera y deliciosa).

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Te estoy amando locamente pero nunca lo admitiré.

La historia es más o menos la de siempre: Si tienes pareja, no hace falta que te la cuente. Si no la tienes, tomarás apuntes. En cualquier caso, cuando entre tú (un Miquel Segovia dinámico, ágil, encantador) y el otro (Mònica Almirall versátil, sacando las uñas para sufrir después indefensa) se interpone tu subconciente (chispeante Albert Pérez Hidalgo, bajo un pasamontañas que no solo no reprime su talento cómico sino que la realza), emerge triunfal el triángulo amoroso más puntiagudo. Y en esta ocasión, además, las ganas de que nos lo claven.

Porque los tres actores se sitúan en estado de gracia casi permanente. Y se deslizan del desenfado a la tragedia, del humor absurdo a la violencia doméstica con una frescura muy inquietante. Sus manos se cruzan; sus labios se golpean; sus genitales se penetran; sus cuerpos son plural ejemplar cuando entran en contacto. Y nos inyectan una vitalidad poco habitual. Su expresividad gestual es casi milimétrica. Su discurso, preciso. Y la belleza que construyen (el momento en que uno de ellos toca un piano aparecido tras una cortina de humo es conmovedor), hermoso cráter al que nos asomamos generosamente.

 por Juan Marea

Sala Beckett
c/ Alegre de Dalt, 55 bis, de Barcelona
del 8 al 26 de mayo
horario: de miércoles a sábado a las 21.30 h; domingos a las 18.30 h
precio: 20€; miércoles y jueves, 15€
dirección, dramaturgia e interpretación: Mònica Almirall, Albert Pérez Hidalgo y Miquel Segovia
diseño de luces: Aitor Larrea
duración: 1 hora

 

Novetat discogràfica: La figura del buit, d’El Petit de Cal Eril

La figura del buit

Joan Pons debutava l’any 2009 amb I les sargantanes al sol, el seu primer disc sota el nom d’El Petit de Cal Eril que esdevenia una proposta a mig camí entre el folk i la cançó popular, una sorpresa agradable en el panorama musical català que es refermava més tard amb Vol i dol (2010), un treball intimista i transcendent que mantenia el difícil equilibri entre la nostàlgia i l’optimisme. Ara, El Petit de Cal Eril estrena el seu tercer àlbum, La figura del buit, 17 cançons convertides en tot un festival vitalista que la crítica especialitzada ja ha rebut amb gran entusiasme.

Tots els detalls d’aquest disc han passat el filtre meticulós de Pons, qui no només s’ha encarregat de la música i les lletres de tots els temes (tan sols La fi no és del tot original, ja que està inspirat en el conte homònim de Pere Calders), sinó que també ha triat la portada de l’LP (decidida abans de confeccionar el disc, i pensada per a una edició doble en vinil), on veiem les terrasses de l’Hotel Can Pamplona de Vic com si fossin nou vinyetes ocupades per persones en actituds estranyes i en què descobrirem fins i tot un fantasma. Així, el músic català es va tancar al seu teatre de Guissona entre el mes de novembre de 2012 i gener del 2013 per a enregistrar aquest àlbum inclassificable i polièdric en què podrem gaudir de la seva proposta arrelada en el folk rural amb pinzellades britpop, country, jazz, vents inspirats en el soul de la Motown,…, i tot sota l’influx del seu humor subtil en cançons protagonitzades per personatges ben curiosos (a Lleida frega Fraga hi trobem un farmacèutic enganxat a l’Orfidal), entre les quals destaquen La figura del 8 (que obre el treball), Com un plom (on es mostra “capficat per no haver fet cap cançó en més de dos anys”), Gribi bestial o Amb tot (en què assegura que “Ningú ens traurà mai les ganes de riure”).

 

Joan Pons, en una imatge promocional
Joan Pons, en una imatge promocional

El més jove de ca l’Eril confessa sentir-se més influït pels seus amics músics que no pas per l’obra d’artistes menys propers, i La figura del buit n’és un bon exemple, un disc en què no hi podien faltar els seus habituals còmplices: Mau Boada (també en funcions de productor) i Joan Colomo, a més dels Mates Mates (a qui produeix el seu debut discogràfic) i l’Orchestra Fireluche, entre d’altres.

Pons insisteix en que els seus anhels professionals són ben senzills: “Només aspiro a fer cançons, gravar-les i tocar-les en directe”, i és per això que es mostra frisós per a presentar el seu nou treball en directe; tant és així que, només uns dies després de publicar La figura del buit, el músic de Guissona ja té previstos una sèrie de concerts amb què mostrar els temes nous als seus seguidors: Saragossa, Madrid, Múrcia, Alcoi, València i Castelló seran els escenaris on s’estrenaran les cançons del disc, rodatge suficient abans d’encarar quatre nits consecutives a la Sala Beckett de Barcelona (del 4 al 7 d’abril), una mini-gira en la qual El Petit de Cal Eril estrenarà nova banda, amb Artur Tort (hammond i rhodes), Ildefons Alonso (bateria) i Dani Comas (baix i guitarra tenor) acompanyant Joan Pons.

Títol: La figura del buit
Autor: El Petit de Cal Eril
Edició: Bankrobber
Data de publicació: Febrer 2013
Preu: 13,95 €
Més informació: https://www.facebook.com/elpetitdecaleril