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Crítica teatral: Pretty, en La Villarroel

LaBute regresa a los escenarios barceloneses con el estreno de Pretty en La Villarroel, una obra dirigida por Marilia Samper y producida por la productora Sixto Paz que guía nuestra atención a lo cotidiano y fluido de la vida de nuestros jóvenes (y no tan jóvenes) en una existencia líquida y en la que el aspecto físico es cada vez más relevante.

«El mundo de Edu entra en caos cuando su novia (la Meri) se entera de que ha hecho un comentario, aparentemente inofensivo, sobre su cara. Pero esto es sólo el comienzo: el mejor amigo de Edu, Toni, está casado con la mejor amiga de Meri, la Carla, y cuando las cosas se complican en la vida de la pareja, los amigos se encuentran en medio. La ecuación emocional se complica exponencialmente. A medida que sus relaciones se hunden, los cuatro amigos se enfrentan a la infidelidad, la traición y el engaño que se ha apoderado, de repente, de sus vidas, mientras intentan responder a la pregunta: ¿cómo de importante es ser guapa?»

La nueva tragicomedia de LaBute nos vuelve a situar en un entorno cotidiano, en el que cualquiera de los espectadores podría verse inmerso, y reflexiona no tan solo sobre la obsesión en la apariencia física, un problema cada vez más grave en nuestra sociedad, sino también sobre la fluidez de las relaciones sentimentales y el miedo al compromiso.

Marilia Samper opta por situar la obra de LaButte en el interior de un almacén en el que a las relaciones propias del ambiente laboral se suman las relaciones de amistad y sentimentales que unen a todos los protagonistas entre sí. El desacertado comentario de uno de ellos sobre la belleza de su novia iniciará un recorrido emotivo y teatral en el que LaBute y Samper diseccionan las formas de vida que se imponen en nuestra sociedad, y que incluyen las relaciones de amistad y las de pareja, con un claro ingrediente de inmadurez y de insatisfacción ante lo que nos depara a cada uno la vida.

pretty_LaVillarroelEn la obra de LaBute los personajes tendrán la oportunidad de defenderse ante los espectadores, ya que además del texto representado por cada uno de ellos disponen de un monólogo que establecen de forma interactiva con el público, algo que no solo hace más cercana la acción que acontece sobre el escenario sino que también potencia la implicación emocional del público.

Pretty en La Villarroel está a la altura de LaBute. Aunque la obra ha sido adaptada a un contexto más nuestro, mantiene la pluma, los diálogos y las situaciones propias del autor norteamericano, que ya hemos visto en obras como Coses que dèiem avui o La forma de les coses y su interés por las relaciones interpersonales, aquellas que parecen desvanecerse en un contexto social y económico que no requiere de adultos formados, sino tan solo de consumidores infantilizados, algo potenciado por el avance del consumismo y la globalización.

Por lo que respecta a las interpretaciones, podemos decir que Pretty se construye con una actuación coral, en la que destacan los personajes masculinos, en los que se centra el drama que contemplamos sobre el escenario. El resultado es más que notable. Mientras que Pau Roca y Joan Carreras interpretan a los dos amigos que comparten trabajo y confidencias, Sara Espígul y Mariona Ribas dan vida a sus respectivas parejas, la primera de ellas afectada por el comentario poco galante que su novio ha hecho sobre su cara y la segunda que sospecha sobre la fidelidad de su pareja.

Pretty les hará pasar un buen rato de teatro con una obra que más que embelesarse en la belleza mostrada por los clásicos, nos remite a nuestro tiempo y a nuestros problemas, una marca personal de Neil LaBute bien dirigida y adaptada por Marilia Samper y mejor llevada por los actores y actrices que integran su reparto.

Una propuesta embellecida por el uso, como guiño y como base musical, del tema pretty que popularizó Leonard Bernstein en West Side Story y que antes de acceder a sus butacas les hará reflexionar en primera persona sobre cómo nos afecta lo que los demás piensan sobre nuestra apariencia física, al hacernos acceder a platea por distintos espacios dependiendo de si somos “guapos” o “normales”. Esperamos, pues, que tengan suerte en la elección!!

«Pretty» se representa en La Villarroel del 6 de mayo al 12 de junio de 2016.

Autor: Neil LaBute
Dirección: Marilia Samper
Traducción: Violeta Roca
Reparto: Joan Carreras, Sara Espígul, Mariona Ribas y Pau Roca
Iluminación: Luis Martí
Escenografía: Paula Bosch
Vestuario: Maria Armengol
Diseño de sonido: Txume Viader

Horarios: miércoles y jueves a las 20:30 horas; viernes a las 21:00 horas; sábados a las 18:30 y a las 20:30 horas y domingos a las 18:30 horas.
Precio: miércoles y jueves 20 €; de viernes a domingo 22 €
Idioma: catalán
Duración: 1 hora y 20 minutos

NOTA CULTURALIA: 8,5
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Jorge Pisa

Crítica teatral: George Kaplan, en la Sala Beckett.

George_Kaplan_en_la_Sala_Beckett_de_Baracelona_Festival_GrecSi les he de ser sincero una de las propuestas del Grec que más me ha interesado este año ha sido George Kaplan, representada en la Sala Beckett, una obra de Frédéric Sonntag que con un toque juvenil y espontaneo nos habla de la comunicación, de los intentos de comunicar y de las tentativas de apropiarse de la información y retorcerla con el objetivo de favorecer intereses privados. En resumen, una obra inserta inteligentemente en el gran debate que ha generado el desarrollo de la comunicación propiciado por los avances tecnológicos, y la potenciación de los sesgos y filtros que sufre la información «objetiva» que consumimos a diario a través de los medios de comunicación convencionales, internet y de un cada vez mayor número de dispositivos.

George Kaplan nos habla de todo ello y la hace de una forma eficaz e inteligente, algo que se ha de agradecer a su autor Frédéric Sonntag y a la producción de la Sala Beckett. La obra está dividida en tres escenas relacionadas entre sí por un nexo que no es otro que el nombre propio que da título a la obra, George Kaplan, que hace referencia al film Con la muerte en los talones, uno de los grandes clásicos dirigidos en el año 1959 por Alfred Hitchcock y que narraba las intrigas que experimentaba Roger O. Thornhill (Cary Grant) al ser confundido con George Kaplan, una identidad falsa utilizada por la CIA en una investigación de contraespionaje.

Esta excusa permite a Sonntag presentarnos las citadas tres escenas: la primera la de un grupo vinculado al movimiento 15M llamado George Kaplan que pretende, aunque sin demasiado éxito, crear un movimiento de contestación social, económica y política a nivel mundial; la segunda nos traslada a la sede de trabajo de una organización en la que diversos guionistas y un novelista están trabajando en la creación de una trama construida a partir de un nombre clave, George Kaplan; finalmente en la última escena un grupo de poder al estilo Bilderberg intenta apoderarse o más bien de adaptar una amenaza comunicativa inminente llamada George Kaplan, para utilizarla como arma o cortina de humo con la que impulsar sus propios intereses.

kaplan 12La obra adopta el estilo de una tragicomedia, una obra de carácter realista que reflexiona sobre la comunicación y el uso de la información que hacemos cada uno de nosotros y, claro está, también las grandes organizaciones y grupos de presión. En ella la primera escena, la más cómica, nos muestra el esfuerzo infructuoso de un grupo activo de base indignada para llegar a un mínimo de consenso para desarrollar su proyecto revolucionario. Impagables algunas de las situaciones que nos recuerdan, sin duda, las imágenes del 15M y sus inacabables asambleas que llevaba o han llevado a más bien poco. Algo descriptivo de un movimiento en fase de configuración pero que parece preñado de futuro.

Por el contrario la segunda y sobre todo la tercera escena nos advierten del peligro que corre el mundo debido a las ansias y a los ingentes medios a disposición de los grupos de poder que les permiten apropiarse y hacer fluir la información para controlar, de hecho, nuestra percepción de la realidad. Una amenaza que tiñe cada vez más de oscuridad la información que nos llega a través de los medios de comunicación.

El objetivo se consigue con un texto contundente y actual en el que están presentes los miedos y la desconfianza del propio autor, que consigue hacer llegar al público. A ello ayuda un montaje ágil en el que una gran mesa de reunión y algunos pocos complementos más modelan una realidad escénica en constante mutación y unos actores que de forma camaleónica van adoptando diversas personalidades y roles a lo largo de la representación. Cada uno de ellos tiene su momento para mostrar ya sea su veteranía, este es el caso de Jordi Figueras o Sandra Monclús, o su frescura y sus capacidades, como en el caso de Sara Espígul, Borja Espinosa o Francesc Ferrer, lo que conforma una actuación coral de primera.

George Kaplan nos plantea una cuestión árida y problemática relacionada con la comunicación y con los flujos de información, una cuestión que sin duda da forma a la era digital en la que vivimos, y que si bien posibilita grandes logros en todos los ámbitos también permite la usurpación y el dominio por parte de aquellos con menos escrúpulos pero mayores posibilidades. Un acierto sin duda de la Sala Beckett y del Festival Grec y un éxito basado en lo actual e idóneo de la temática que aborda y que si lo pensamos bien nos afecta a todos, de una forma u otra.

«George Kaplan» se representa en la Sala Beckett del 4 al 28 de julio de 2013.

Autor: Frédéric Sonntag
Traducción: Carles Batlle
Dirección: Toni Casares
reparto: Sara Espígul, Borja Espinosa, Francesc Ferrer, Jordi Figueras y Sandra Monclús
Escenografía: Luis Martí y Paula Bosch
Vestuario y caracteritzación: Gimena González
Iluminación: Luis Martí
Espacio sonoro y visual: Ramon Ciércoles y Mar Orfila
Producción: Sala Beckett/Obrador Internacional de Dramatúrgia, Grec 2013 Festival de Barcelona y Theater Konstanz (Alemania)

Horarios: de martes a sábado a las 21:30 horas; domingos a las 18:30 horas.
Precio: 20 €
Duración: 1 hora y 35 minutos
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Escrito por Jorge Pisa Sánchez

Crítica teatral: Una vella, coneguda olor, en el TNC.


Cada uno de los barrios de una ciudad tiene una personalidad y un carácter propios, parecidos a los que posee una persona cualquiera. Así, pues, si nos preguntaran por alguno de los barrios con más personalidad de Barcelona, uno pensaría rápidamente en el Raval. El TNC nos propone un pequeño homenaje a este barrio con la programación de Una vella, coneguda olor de Josep M. Benet y Jornet, la primera parte de una trilogía que nos habla de Barcelona o más concretamente de una de las posibles Barcelonas, una ciudad y un barrio con un olor inconfundible.

Benet i Jornet escribió Una vella, coneguda olor en el año 1962 con la pretensión de realizar una fotografía teatral del barrio en el que había nacido y crecido, de aquí el “sentido de realidad” que posee la obra. Un retrato de un barrio popular y de sus habitantes que nos muestra el día a día de un grupo de vecinos que comparten sus vidas y los espacios comunes, los patios interiores de sus viviendas.

Un barrio, sin embargo, que no es percibido igual por todos sus habitantes. Maria (Sara Espígul), su protagonista, podríamos decir, principal, se siente abrumada por él. El lugar donde vive la mantiene aprisionada en un mundo de simpleza, de vulgaridad y de cotidianeidad insoportable para ella, que durante algunos años consiguió escapar de él, al menos parcialmente, al ser admitida en un colegio religioso de pago fuera del Raval. Su aparente libertad, sin embargo, terminó con la muerte de su padre y con el inicio de las penurias económicas que le siguieron. Por eso Maria quiere huir del encarcelamiento que representa su vida en el barrio, en el que se siente una extraña y en el que se ve obligada a convivir con una familia y unos vecinos con los que no puede compartir nada. Su única salida es Joan (Pau Roca) un joven vecino con estudios que trabaja en una entidad bancaria, aunque esta opción le exigirá demasiado.

Una vella, coneguda olor es, pues, una fiel fotografía que se materializa en el escenario. De nuevo el Teatre Nacional nos sorprende con la recreación “híper-realista” de una escenografía, en este caso de un patio de vecinos del barrio del Raval de los años sesenta. Todos los detalles en él son perfectos: los balcones, las cortinas, la ropa tendida, los trastos, las baldosas… Un escenario ideal para mostrarnos la vida diaria y privada de un barrio a punto de desaparecer afectado por el Plan Porcioles. Un barrio que en breve dejaría de ser él mismo para ser otra cosa. Un capítulo de la historia de una ciudad que se suma a muchos otros que con el paso del tiempo han ido transformando la piel de Barcelona: el derribo de las murallas, el Pla Cerdà, la especulación de los años 60, la Barcelona olímpica, el Plan 22@, todos ellos hitos de la historia de una ciudad que como un ser viviente se modifica, se transforma y evoluciona. Y también una oportunidad para Maria para liberarse de la tiranía del barrio que la oprime.

Para dar vida a los vecinos del Raval la obra necesita de dos generaciones de actores y actrices, los unos con más experiencia y los otros con una nueva mirada. Entre los primeros están Mercè Aránega, que destaca sin duda en la representación, Imma Colomer, Maife Gil, Fina Rius y Quimet Pla, no se resignan a que los echen de su barrio e intentarán organizarse y defenderse ante la amenaza. Los más jóvenes Sara Espígul, Gemma Martínez, Pau Roca y Pep Ambrós, están construyendo sus vidas y para ello han de vivir y experimentar de forma egoísta sus propias experiencias. Aquí es donde observamos la fotografía de los comportamientos: Mercè, la madre de Maria, que necesita y demanda el apoyo de su hija; Manel, el hermano con prometida pero que necesita saciar sus necesidades carnales antes de la boda con prostitutas (estamos hablando, recuerden, de la época franquista); Eulàlia, la vecina cotilla, que necesita saber todo lo que pasa a su alrededor y explicarlo, también, todo; Joan, el joven oficinista que quiere prosperar en la vida; Teresa, la hija del comerciante del barrio llena de arrogancia o Quimet, el escritor anónimo (puede que el mismo Benet i Jornet) que se documenta para escribir su obra… Dos generaciones que viven de forma diferente el final del barrio, los unos con tristeza y beligerancia, los otros con alegría o sin darle excesiva importancia.

Una interpretación totalmente adaptada a la esencia de la obra. Una suma de esfuerzos teatrales que acaban dando la impresión de que hemos presenciado un tiempo “en suspensión” de la vida de un barrio humilde, popular y con carácter; que hemos asistido, en definitiva, a un episodio cotidiano de la historia del Raval, del que salimos con la sensación de no haber ido al teatro sino de habernos quedado a charlar con los vecinos y de haber conocido, de primera mano, el día a día de un barrio repleto de sueños, de deseos y de proyectos dispuestos a ser derribados por la vida misma. Parece, pues, como si hubiéramos desempolvado un viejo álbum de fotos y nos hubiéramos dedicado a recordar el ayer, dejando fluir nuestros recuerdos.

Benet i Jornet sabe, pues, mostrarnos la esencia de un barrio, de “un entonces”, de una Barcelona y de un pasado que no era pasado cuando se escribió y que fue vivido muy de cerca por el autor. Una vella, coneguda olor es eso, es recuerdo del ayer y de las personas que existieron en él, un ejercicio de memoria histórica realizado con una precisión de miniaturista.

Una vella, coneguda olor” se representa en la Sala Petita del TNC del 29 de septiembre al 27 de noviembre de 2011.

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Autor: Josep M. Benet y Jornet
Dirección: Sergi Belbel
Reparto: Pep Ambrós, Mercè Aránega, Imma Colomer, Sara Espígul, Borja Espinosa, Maife Gil, Gemma Martínez, Quimet Pla, Fina Rius y Pau Roca
Con las voces de: Jordi Boixaderas, Camilo Garcia, Maria Jesús Lleonart y Jan Pol Roig Paloma
Escenografía: Max Glaenzel con la colaboración de Estel Cristià
Vestuario: Mercè Paloma
Iluminación: Kiko Planas (aai)
Música: Òscar Roig
Banda sonora: José A. Gutiérrez
Caracterización: Toni Santos
Producción: Teatre Nacional de Catalunya y Centre d’Arts Escèniques de Terrassa

Horarios: miércoles y viernes a las 20:00 horas; jueves a las 17:00 horas; sábado a las 17:00 horas y 21:30 horas y domingos a las 18:00 horas.
Precio: 10-26 €
Duración de la obra:
1 hora y 25 minutos
Idioma:
catalán
Coloquio: viernes 7 de octubre
Espectáculo recomendado a partir de 12 años
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Escrito por: Jorge Pisa Sánchez