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Crítica teatral: Panorama des del pont, en el Teatre Romea

Panorama des del pont_cartelSolo hace falta echar una ojeada por los noticiarios televisivos para ser conscientes de que la migración es un problema cada vez más acuciante para un número mayor de países. No solo existe el miedo a lo “foráneo”, sino también el temor a las consecuencias que puede provocar en el entorno de acogida la llegada masiva de personas que poseen una cultura y una forma de vida diferente. De ahí que sea idóneo el estreno de Panorama des del pont, una reflexión sobre la inmigración italiana a EE.UU en la década de los años 50 enmarcada en una historia de pasión prohibida, escrita por Arthur Miller, dirigida por Georges Lavaudant e interpretada por Eduard Fernández, Jordi Martínez, Mercè Pons, Marina Salas, Marcel Borràs, Pep Ambròs, Rafa Cruz y Sergi Vallès.

“En 1955, diez años después del desenlace de la Segunda Guerra Mundial, la inmigración ilegal es una realidad generalizada en los Estados Unidos. Eddie Carbone, un honrado trabajador de origen italiano, vive obsesionado por la pasión devastadora que siente hacia su sobrina, a quién recogieron él y su esposa tras quedarse huérfana. Una situación insostenible que le superará, le hará traicionar a su familia y romperá la ley del silencio establecida entre los trabajadores, mayoritariamente inmigrantes, del puerto de Nueva York”.

La propuesta teatral parte de una base que además de actual es íntegra, ya que nos presenta el problema desde el punto de vista general y particular. El primero nos relata el esfuerzo de millares de europeos, en este caso italianos, por alcanzar una vida mejor en Norteamérica; el segundo nos muestra el infierno familiar que se cuece en el hogar de uno de aquellos que han conseguido instalarse en el Nuevo Mundo. Así, pues, el texto de Miller nos habla, como ya lo hiciera en Muerte de un viajante y en otras de sus obras, de la realidad americana, y más concretamente de aquella que no conseguía subirse al “sueño americano” y que poseía facetas más miserables.

Panorama des del pont_1Sin embargo la propuesta carece de la fuerza necesaria para acabar imponiéndose. La adaptación de la obra ha comportado cambios en la narración, como la potenciación del personaje del abogado Alfieri (Jordi Martínez) como el narrador de la historia que se vierte sobre el escenario. Por otra parte, la escenografía, ágil e innovadora, crea un espacio demasiado frío y vacío como para favorecer el desarrollo de la trama, a lo que se suma una “comedización” de la historia que esta no poseía en su origen. Por último, la actuación de Eduard Fernández, la que provee de mayor intensidad a la representación, no está siempre en el grado de tensión en el que debería. Este hecho, aunque atenuado por el trabajo actoral del resto del elenco, en el que destacan Jordi Martínez, Mercè Pons y Marcel Borràs, le restan credibilidad a la propuesta.

Superando estos aspectos, que nos son de poca importancia, la obra analiza una temática a la que no somos ajenos. La propuesta, pues, genera debate, si bien aunque el contexto general sea el de la inmigración ilegal, el meollo de la historia se centra en la tensión sexual y el deseo prohibido nacido en el seno de una familia de inmigrantes italianos, una fuerza que lo destruirá todo y que encaminará la historia hacia un final trágico, en el que ninguno de los personajes podrá luchar contra el destino ominoso que les afectará, de una forma u otra, a todos.

Georges Lavaudant nos presenta, pues, una obra con una puesta en escena innovadora y creativa a la vez que algo fría, un toque personal que caracteriza sus últimas producciones en suelo catalán como El misantrop en el TNC, estrenada en el año 2011. Una buena oportunidad, en definitiva, para ver que tienen que decir los clásicos del siglo XX de los problemas del siglo XXI. Una reflexión muy apropiada para los tiempos en los que vivimos y que, además, nos evidencia que los europeos también tuvimos que emigrar en el pasado, algo que a veces no recordamos todo lo bien que debiéramos…

Panorama des del pont” se representa en el Teatre Romea del 2 de febrero al 10 de abril de 2016.

Autor: Arthur Miller
Traducción: Joan Sellent
Dirección: Georges Lavaudant
Reparto: Eduard Fernández, Jordi Martínez, Mercè Pons, Marina Salas, Marcel Borràs, Pep Ambròs, Rafa Cruz y Sergi Vallès
Escenografía y vestuario: Jean-Pierre Vergier
Iluminación: Georges Lavaudant
Espacio sonoro: Jean-Louis Imbert
Producción: Teatre Romea y LG Théâtre

Horarios: de miércoles a viernes a las 20:30 horas; sábados a las 18:00 y a las 21:30 horas y domingos a las 18:00 horas.
Precio: 18 a 24 €
Idioma: catalán
Duración: 2 horas (sin entreacto)

NOTA CULTURALIA: 7
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Jorge Pisa

Crítica teatral: Somni americà, en el Teatre Lliure.

cartel_somni_america_baja_resolucion_con_grafismoSi hay algo impuesto de forma ultrajante y abrumadora en la sociedad occidental en la que vivimos es la omnipresente idea del éxito, el que debe alcanzar cualquier persona en la vida arriesgándose, sino, a ser considero por los demás un desdichado o, algo incluso peor, un fracasado. El Lliure nos ofrece, con el estreno de Somni americà, una reflexión sobre el sueño americano, una ilusión originada en la década de los años 20 en los Estados Unidos y que ha cristalizado con el paso de los años en nuestro mundo occidental.

«Les Antonietes y La Kompanyia Lliure se han unido para emprender la travesía de los grandes autores dramáticos norteamericanos del siglo XX. En América todo el mundo puede triunfar, si no le despiertan del sueño. ¿Pero qué ocurre con todos los que rechazan este sueño de éxito individual y persiguen un sueño más pequeño y colectivo, a medida, un sueño en el que creer sin la necesidad de estar eternamente dormidos? ¿Existe un lugar para ellos en nuestro mundo?»

Somni americà representa un mix de la obra de varios autores americanos, entre ellos Erskine Caldwell, Woody Guthrie, Arthur Miller, Eugene O’neill, Ben Reitman, William Saroyan, John Steinbeck y, sobre todo, Tennessee Williams, por lo que el resultado escenográfico no puede ser otro que diverso y multifocal. Tarrasón, el director, especializado últimamente en la creación de proyectos escénicos a partir de la versión de las obras de autores clásicos como Withman, Ibsen o Chejov, apuesta en un nuevo esfuerzo creativo que permite al público observar las similitudes entre la época en la que vivimos, marcada en los últimos años por la crisis, los recortes y el regreso del capitalismo «puro y duro» y la realidad socioeconómica de la primera mitad del siglo XX en Estados Unidos. Pero en su intento, válido en la coyuntura actual, Tarrasón y, bajo sus órdenes, los actores y actrices de La Kompanyia Lliure y Les Antonietes, no acaban de lograr, por desgracia, el éxito completo.

01.21111Somni americà es una obra coral basada, más que en una historia o una trama, en una situación como suspendida en el tiempo, en la que las convicciones y los personajes creados por los autores antes citados regresan al escenario reanimados por los tiempos en los que vivimos. De ahí que todo parezca inmóvil y que el espectador no tenga nunca la sensación de que la obra avance. No solo eso, sino que la creación ampliamente coral del espectáculo comporta que el público no llegue a conocer realmente los motivos y la auténtica naturaleza de los personajes, lo que provoca un efecto de superficialidad en el relato. Sabremos, pues, lo que une a todos los personajes, esto es, la idea de fracaso y de incapacidad ante un mundo exterior al que temen y que amenaza con acabar con ellos tal como son, aunque no podremos indagar mucho más al respecto.

A favor de la obra, sin embargo, vale la pena remarcar el esfuerzo interpretativo de los componentes de La Kompanyia Lliure i Les Antonietes, que proveen al proyecto de su elemento más destacado, y en el cual es difícil señalar a unos sobre otros. Por otra parte, aunque la escenografía encaja con la historia que se nos cuenta, su disposición extendida no permite al público observar grácilmente el natural desarrollo de la acción y los personajes. A la obra, además, le falta algo de ritmo, sobre todo al conectar un microrelato con el siguiente, lo que provoca que haya momentos en los que el espectador bien bien no sepa dónde mirar.

Aunque alguno de los ingredientes de la obra puede no estar todo lo bien que debiera, Somni americà provoca en el espectador una reflexión emotiva acerca del fracaso, tanto del propiamente americano que se nos muestra sobre el escenario, como del que podemos llegar a experimentar nosotros mismos. La obra nos habla, también, de los sueños, aquellos que poseemos y aquellos que tuvimos alguna vez, y que nos acaban convirtiendo en las personas que realmente somos. Unos sueños que deberíamos mantener siempre vivos fueran cuales fueran las circunstancias que nos rodean en el mundo exterior.

¿Dónde se refugian, pues, aquellas almas que, por una razón o por otra, quedan truncadas debido a las exigencias emocionales, económicas y sociales que nos impone la vida? Seguramente en espacios suspendidos como el creado por Tarrasón en el escenario del Lliure de Gracia.

«Somni americà» se representa en el Teatre Lliure de Gràcia del 29 de enero al 1 de marzo de 2015.

Obra creada a partir de la obra de: Caldwell, Woody Guthrie, Arthur Miller, Eugene O’Neill, Ben Reitman, William Saroyan, John Steinbeck y Tennessee Williams
Autoría y dirección: Oriol Tarrasón, La Kompanyia Lliure y Les Antonietes
Reparto: Pep Ambròs, Laura Aubert, Paula Blanco, Javier Beltrán, Annabel Castan, Mireia Illamola, Pol López, Arnau Puig, Bernat Quintana, Mima Riera y David Verdaguer
Imagen y escenografía: Assad Kassab
Vestuario: Maria Armengol
Caracterización: Ignasi Ruiz y Montse Sanfeliu
Iluminación: Iñaki Garzón
Sonido: Roger Julià
Asesora de movimiento: Fátima Campos

Horarios: de miércoles a viernes a las 20:30 horas; sábados a las 17:30 y a las 21:00 horas y domingos a las 18:00 horas.
Precio: 23 € / Descuentos disponibles
Idioma: catalán
Duración: 1 hora y 35 minutos
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Jorge Pisa

“Vània” de Les Antonietes: Nebots il·lusionats

En Vània ja no té nebots. Perquè la Companyia Les Antonietes l’han volgut deixar sol. I enmig del seu desconcert, el Círcol Maldà el captura per a què li siguem inquiridors.

L’Oriol Tarrasón, temible instigador escènic, arracona amb un vitalisme contagiós la decepció existencial que sent l’incomprès camperol.

I la història txekhoviana de cigala mediocre (el molest professor Serebriakov) i formigues submises al voltant, encallades totes en la frustració totpoderosa, lluiten en aquest muntatge contra l’apatia consegüent. Sense ser-ne conscients.

Aquest “Vània” sorprèn per l’optimisme subjacent a la seva posada en escena. Que transcendeix la desesperança argumental. Que gairebé capgira la passivitat dels seus personatges.

A l’opressió anunciada a crits des de l’inici, Tarrasón combat amb rebel·lia presentant els seus actors com a mobles coberts que es deslliuren ràpidament de l’embolcall plàstic però ensems transparent. D’aquesta manera, ens anuncia que la seva visió vindrà enriquida amb un refrescant hàlit simbòlic.

Del seu tron (un matalàs volador irresistible), emergeix amb gràcia quotidiana el Rei Homònim de la Funció (Pep Ambròs, excels monarca a l’escenari).

Seguiran la bellíssima descripció de Ielena a partir de la seva delicada exhibició capil·lar, que no trigarà a entrelligassar-se entre el malestar de qui se sap presonera del sentit del deure intel·lectual i de la fidelitat conjugal. També els recargolaments pel terra d’encisadora ambigüitat.

I per acabar-ho de celebrar, la dansa de deliri ebri que executen ells, i que més tard elles intenten emular amb patetisme crònic. Una festa que permet entreveure la màgia de la rutina.

Tarrasón arrodoneix l’hospitalitat del seu plantejament fent parlar els personatges directament a l’espectador de manera capritxosa i subratlla la seva condició teatral quan fa decidir els propis actors canviar el rol d’acord amb la urgència de la representació.

El triomf, però, queda apaivagat per una direcció irregular dels intèrprets. Resplendint amb una naturalitat admirable, i amb un posat extraordinàriament ferm, Ambròs. Seguint-lo, però massa lluny, Bernat Quintana apunta maneres i planta; i Arnau Puig, presència i certa autoritat. Elles, en canvi, no aconsegueixen superar la sobreactuació tot i la fugida esporàdica de Mireia Illamola (seductora i elegant Ielena) en els moments en què increpa l’espectador desprevingut com també la tendresa que Annabel Castan fusiona al seu gest mínim quan creu que ningú no està pendent de la seva apassionada Sònia.

Per Juan Marea

 “Vània” es representa fins al 22 de febrer.
http://circolmalda.cat/

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 Ambròs, Illamola i Castan conreen les seves misèries.

 

“Consell Familiar” en la Sala Beckett: Mayoría más que absoluta

Estamos salvados.
Por fin un remedio infalible a los conflictos familiares.
Basta con saber organizarse, establecer una normativa a medida y ejecutarla.

Despleguemos ahora tan eficaz programa.

En primer lugar, Cristina Clemente redacta un texto de desarrollo impecable por cuanto, siguiendo la pauta de una estructura clásica, articula con oficio y arte una presentación del conflicto argumental (cómo una familia burguesa encuentra el equilibrio doméstico a costa de institucionalizarse como equipo extremadamente funcional), forma un nudo tan fuerte como desasosegante (el cuestionamiento del orden establecido por parte del miembro rebelde del grupo) y resuelve (algo precipitadamente, eso sí) un desenlace no por previsible poco coherente, y en resumidas cuentas certero (el elemento externo será el que ajusticie definitivamente tan hermético clan).

Luego llega el inquieto Jordi Casanovas, que firma una dirección sabia, ágil y eficaz. En sus manos, este “Consell Familiar” vibra en todo momento dentro de la armonía escénica, convirtiendo el chispeante verbo de Clemente en espectáculo cómico de primer orden: La sutileza de la puesta en escena, el ritmo con que va creciendo la intriga y la música que enfatiza su naturaleza de comedia ribeteada de un cariz esperpéntico suman un divertimento que aparta de su lado la banalidad y potencia la inteligencia crítica.

La ejecución es directamente atribuible a un reparto de actores en gracia (contenidos, compenetrados) y graciosos (en la palabra y en la expresión gestual). Un Pere Ventura irresistible en su autoritarismo demócrata; una Lluïsa Castell pasiva agresivísima pero también zumbona y seductora; una Georgina Latre encantadora como ingenua rebelde; un divertido Pep Ambròs, nini cuyo desquicio e ímpetu juvenil se adueñan de algunos de las réplicas más resultonas de la función; y un oportuno Marc Rius como Mesías Redentor que viajando en patera de Lufthansa no solo consigue los papeles sino que llega a dejar sin los suyos a la familia de acogida.

Afrontando el final de esta crónica, ya podemos desvelar cuál es la receta anunciada: la transformación en clase política del grupo social de convivencia. Solo así se consigue la felicidad en el hogar. Y no vale votar en blanco…

Por Juan Marea

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Que gane el peor.

 

“Consell Familiar” se representa hasta el 4 de enero.
http://www.salabeckett.cat/?set_language=ca

Crítica teatral: Desig Jam, en La Seca – Espai Brossa.

DJ ganyotesNo descubro nada al afirmar el hecho de que el deseo es uno de los motores primordiales de la actividad humana. Lo que no es tan habitual es que también sea el argumento principal de una obra de teatro, como lo es en Desig Jam, programada en La Seca – Espai Brossa hasta el próximo 28 de julio. Si bien, si aclaramos que el director del espectáculo es Neil Labute no nos extrañaremos tanto…

Labute sabe como pocos plasmar la cotidianidad de la vida y de las relaciones humanas en las obras que escribe y dirige, y un buen ejemplo de ello fue Coses que dèiem avui estrenada en la Sala Beckett en el 2010 y que un año después hizo temporada en La Villarroel. Allí Labute hablaba de las relaciones humanas sacando a relucir su parte más negativa; aquí el dramaturgo, a través del trabajo cooperativo entre autores y actores realizado en el taller de verano del Obrador Internacional de Dramaturgia de la sala Beckett del año pasado, nos habla del deseo como propulsor principal del comportamiento humano, y lo hace a través de ocho historias. Bueno, más que ocho historias son ocho breves monólogos, o ni eso, ya que lo que nosotros vemos y oímos es la mitad de ocho diálogos mantenidos por los ocho actores que dan vida al texto, toda una serie de medias conversaciones que nos remiten al deseo: el deseo sexual, el deseo de comenzar una nueva vida; del deseo del otro; del deseo de pervivencia, el deseo erótico de la muerte…

Los monólogos son breves e intensos y comienzan de forma abrupta, uno detrás del otro. Se desarrollan, además, de una forma desnuda, limpia, sin apenas ayuda escenográfica, podríamos decir que «a pelo«, y captan nuestra atención des del primer momento. Y ello gracias a ocho textos afilados y «sin pelos en la lengua» y gracias también a la suma de las interpretaciones, que están a la altura de los textos que declaman. Ocho actores (Damià Plensa, Marta Bayarri, Vanesa Segura, Joan Sureda, Mireia Gubianas, Carles Algué, Annabel Castan y Pep Ambròs) que dan cada uno de ellos un toque personal y adictivo a cada una de las historias que nos explican. Entre ellos, si se tratara de destacar alguna interpretación, cosa que no es mi intención, me decantaría por la de Vanesa Segura con una apasionada conversación sobre la muerte y la enfermedad; la de Mireia Gubianas sobre la adicción de lamer codos, delicada y sucia metáfora del deseo carnal interpretada magistralmente; y la de Joan Sureda alejado de sus interpretaciones en clave de comedia made in «Apunta Teatre» y que nos permite observar un mayor abanico de registros interpretativos del actor.

Desig Jam es, así, un sumatorio de escenas, sentimientos, tribulaciones y deseos servido en un menú que se digiere de forma rápida, ya que la obra dura unos 45 minutos, y está aliñada con un simple juego de luces y un escenario vacío, lo que la hace apta para paladares que no gusten de aderezos ni de maquillaje alguno. Una experiencia teatral fresca y a veces algo siniestra que no le dejará impasible. Un detalle en la programación de La Seca – Espai Brossa para despedirse de la temporada teatral y preparar unas vacaciones repletas de anhelos y deseos aún por cumplir.

«Desig Jam» es representa a La Seca – Espai Brossa del 11 al 28 de julio de 2013.

Autores: Noemi Carrasco, Marc Guevara, Marta Solé, Nan Vidal, Alberto Ramos, Niclas Johansen, Joan Yago y Jumon Erra
Dirección: Neil Labute
Ayudante de dirección: Jessie Mills
Reparto: Damià Plensa, Marta Bayarri, Vanesa Segura, Joan Sureda, Mireia Gubianas, Carles Algué, Annabel Castan, Pep Ambròs y la colaboració especial de Marc Guevara
Técnicos: Joan Yago, Jumon Erra y Nan Vidal

Horarios: de miércoles a sábado a las 20:30 horas y domingos a las 18:30 horas.
Precio: 14 €; miércoles día del espectador 10 €.
Duración: 40 minutos aproximadamente

Crítica teatral: Groenlàndia, al TNC.

Imatge_groenlandiaA_David_Ruano_TNC_1Fa fred.
Molt de fred.
O n’hauria de fer.
Però a la ”Groenlàndia” del Teatre Nacional de Catalunya l’ambient és tebi.

D’una banda, perquè aquesta nova proposta escènica està bastida d’un glaç que fàcilment es desfà. De l’altra, perquè tractant-se de l’últim espectacle programat per la sala Tallers (diuen que fins d’aquí a dos anys), el panorama resulta desolador.

La “Groenlàndia” escrita per Jordi Faura crea tantes expectatives que ràpidament es cansa d’intentar satisfer-les. I el públic, que ha fet un bon equipatge per a viatjar a aquesta latitud, s’haurà de conformar a comprar “sovenirs” a l’aeroport.

Tot i el gran esforç per documentar la vida a tan insòlit paratge. Malgrat la provocativa premissa argumental inicial. Fins i tot, contràriament a una escenografia exuberant en l’aspecte visual i impressionant en les formes recreades.

En aquesta terra a punt d’esmicolar-se per la cobdícia diguem-ne occidental, els seus nadius sembla que acceptin encantats el pacte d’extermini.

L’arribada d’una família burgesa omnipotent i voraç que vol seguir queixalant amb el seu “ego” capitalista en primera persona del plural és el punt de partida de l’autor per a desencadenar el conflicte. I no content amb això, inclou al “programa d’activitats” la incitació a una sexualitat desbocada, a la immoralitat materialista despietada i a l’absoluta manca de prejudicis en la submissió dels més febles. Tot plegat, material fulletonesc manejat amb certa gràcia mitjançant un humor negre que ràpidament s’esvaeix. En el moment en què comença l’acció.

Foto_GroenlA_ndia_5_P_1Es tracta, doncs, d’endinsar-nos en una aventura, mal vestida d’epopeia. I llavors la lluita per la supervivència (és una manera de parlar) esdevé protagonista absoluta, congelant personatges en un esquematisme cada cop més alarmant.

La “Groenlàndia” dirigida per Faura no aconsegueix salvar els obstacles que el text havia anat creant. La interpretació dels actors no resulta creïble (de l’exhibicionisme exasperant de Joan Anguera i Àngels Poch a la superficialitat d’Anna Moliner o David Vert) i el ritme s’encalla trobant més i més escenes redundants a mesura que “avança” l’acció. Acaba imposant les seves regles la pretensiositat de voler “descobrir-nos” un cop més la mateixa història de sempre.

Ara bé: si som capaços d’apartar de l’escenari tant de transcendentalisme, podem distingir-hi petites zones de blanca resplendor: el tractament dramàtic dels dos germans, encarnats amb frescor alleujadora per Pep Ambròs i Òscar Castellví, Caïm i Abel en un paradís gelat; la preciosa veu de Moliner obrint l’espectacle; l’amenitat (més per la seva diversitat que per la seva eficàcia) del conjunt de subtrames i, sobretot, Pepo Blasco, com el genuí Nanoq, l´únic element de la funció que ofereix rastres d’humanitat i convicció.

Que els esquimals descansin en pau. Que el petroli deixi de ser la nostra sang. I que no ens allunyem mai de la grandesa de les coses petites.

«Groenlàndia» es representa al TNC del 13 de febrer al 3 de març de 2013.

Direcció: Jordi Faura
Vestuari: Nídia Tusal
Il·luminació: Roc Laín
Música i so: Lucas Ariel Vallejos
Caracterització: Toni Santos
Assessorament de cultura inuit: Francesc Bailón
Reparto: Àngels Poch, Oriol Genís, Pep Ambròs, Òscar Castellví, David Vert, Pepo Blasco, Anna Moliner i Joan Anguera
Producció: Teatre Nacional de Catalunya

Escrito por Juan Marea

Crítica teatral: Una vella, coneguda olor, en el TNC.


Cada uno de los barrios de una ciudad tiene una personalidad y un carácter propios, parecidos a los que posee una persona cualquiera. Así, pues, si nos preguntaran por alguno de los barrios con más personalidad de Barcelona, uno pensaría rápidamente en el Raval. El TNC nos propone un pequeño homenaje a este barrio con la programación de Una vella, coneguda olor de Josep M. Benet y Jornet, la primera parte de una trilogía que nos habla de Barcelona o más concretamente de una de las posibles Barcelonas, una ciudad y un barrio con un olor inconfundible.

Benet i Jornet escribió Una vella, coneguda olor en el año 1962 con la pretensión de realizar una fotografía teatral del barrio en el que había nacido y crecido, de aquí el “sentido de realidad” que posee la obra. Un retrato de un barrio popular y de sus habitantes que nos muestra el día a día de un grupo de vecinos que comparten sus vidas y los espacios comunes, los patios interiores de sus viviendas.

Un barrio, sin embargo, que no es percibido igual por todos sus habitantes. Maria (Sara Espígul), su protagonista, podríamos decir, principal, se siente abrumada por él. El lugar donde vive la mantiene aprisionada en un mundo de simpleza, de vulgaridad y de cotidianeidad insoportable para ella, que durante algunos años consiguió escapar de él, al menos parcialmente, al ser admitida en un colegio religioso de pago fuera del Raval. Su aparente libertad, sin embargo, terminó con la muerte de su padre y con el inicio de las penurias económicas que le siguieron. Por eso Maria quiere huir del encarcelamiento que representa su vida en el barrio, en el que se siente una extraña y en el que se ve obligada a convivir con una familia y unos vecinos con los que no puede compartir nada. Su única salida es Joan (Pau Roca) un joven vecino con estudios que trabaja en una entidad bancaria, aunque esta opción le exigirá demasiado.

Una vella, coneguda olor es, pues, una fiel fotografía que se materializa en el escenario. De nuevo el Teatre Nacional nos sorprende con la recreación “híper-realista” de una escenografía, en este caso de un patio de vecinos del barrio del Raval de los años sesenta. Todos los detalles en él son perfectos: los balcones, las cortinas, la ropa tendida, los trastos, las baldosas… Un escenario ideal para mostrarnos la vida diaria y privada de un barrio a punto de desaparecer afectado por el Plan Porcioles. Un barrio que en breve dejaría de ser él mismo para ser otra cosa. Un capítulo de la historia de una ciudad que se suma a muchos otros que con el paso del tiempo han ido transformando la piel de Barcelona: el derribo de las murallas, el Pla Cerdà, la especulación de los años 60, la Barcelona olímpica, el Plan 22@, todos ellos hitos de la historia de una ciudad que como un ser viviente se modifica, se transforma y evoluciona. Y también una oportunidad para Maria para liberarse de la tiranía del barrio que la oprime.

Para dar vida a los vecinos del Raval la obra necesita de dos generaciones de actores y actrices, los unos con más experiencia y los otros con una nueva mirada. Entre los primeros están Mercè Aránega, que destaca sin duda en la representación, Imma Colomer, Maife Gil, Fina Rius y Quimet Pla, no se resignan a que los echen de su barrio e intentarán organizarse y defenderse ante la amenaza. Los más jóvenes Sara Espígul, Gemma Martínez, Pau Roca y Pep Ambrós, están construyendo sus vidas y para ello han de vivir y experimentar de forma egoísta sus propias experiencias. Aquí es donde observamos la fotografía de los comportamientos: Mercè, la madre de Maria, que necesita y demanda el apoyo de su hija; Manel, el hermano con prometida pero que necesita saciar sus necesidades carnales antes de la boda con prostitutas (estamos hablando, recuerden, de la época franquista); Eulàlia, la vecina cotilla, que necesita saber todo lo que pasa a su alrededor y explicarlo, también, todo; Joan, el joven oficinista que quiere prosperar en la vida; Teresa, la hija del comerciante del barrio llena de arrogancia o Quimet, el escritor anónimo (puede que el mismo Benet i Jornet) que se documenta para escribir su obra… Dos generaciones que viven de forma diferente el final del barrio, los unos con tristeza y beligerancia, los otros con alegría o sin darle excesiva importancia.

Una interpretación totalmente adaptada a la esencia de la obra. Una suma de esfuerzos teatrales que acaban dando la impresión de que hemos presenciado un tiempo “en suspensión” de la vida de un barrio humilde, popular y con carácter; que hemos asistido, en definitiva, a un episodio cotidiano de la historia del Raval, del que salimos con la sensación de no haber ido al teatro sino de habernos quedado a charlar con los vecinos y de haber conocido, de primera mano, el día a día de un barrio repleto de sueños, de deseos y de proyectos dispuestos a ser derribados por la vida misma. Parece, pues, como si hubiéramos desempolvado un viejo álbum de fotos y nos hubiéramos dedicado a recordar el ayer, dejando fluir nuestros recuerdos.

Benet i Jornet sabe, pues, mostrarnos la esencia de un barrio, de “un entonces”, de una Barcelona y de un pasado que no era pasado cuando se escribió y que fue vivido muy de cerca por el autor. Una vella, coneguda olor es eso, es recuerdo del ayer y de las personas que existieron en él, un ejercicio de memoria histórica realizado con una precisión de miniaturista.

Una vella, coneguda olor” se representa en la Sala Petita del TNC del 29 de septiembre al 27 de noviembre de 2011.

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Autor: Josep M. Benet y Jornet
Dirección: Sergi Belbel
Reparto: Pep Ambrós, Mercè Aránega, Imma Colomer, Sara Espígul, Borja Espinosa, Maife Gil, Gemma Martínez, Quimet Pla, Fina Rius y Pau Roca
Con las voces de: Jordi Boixaderas, Camilo Garcia, Maria Jesús Lleonart y Jan Pol Roig Paloma
Escenografía: Max Glaenzel con la colaboración de Estel Cristià
Vestuario: Mercè Paloma
Iluminación: Kiko Planas (aai)
Música: Òscar Roig
Banda sonora: José A. Gutiérrez
Caracterización: Toni Santos
Producción: Teatre Nacional de Catalunya y Centre d’Arts Escèniques de Terrassa

Horarios: miércoles y viernes a las 20:00 horas; jueves a las 17:00 horas; sábado a las 17:00 horas y 21:30 horas y domingos a las 18:00 horas.
Precio: 10-26 €
Duración de la obra:
1 hora y 25 minutos
Idioma:
catalán
Coloquio: viernes 7 de octubre
Espectáculo recomendado a partir de 12 años
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Escrito por: Jorge Pisa Sánchez

Estreno teatral: No sóc Dean Moriarty, en la Nau Ivanow.


El espacio escénico de la Nau Ivanow programa del 30 de junio al 10 de julio No sóc Dean Moriarty, de Joan Yago, la nueva producción de la compañía Waltzing Teatre.

No sóc Dean Moriarty es un juego entre dos amigos. El espacio donde transcurre la acción es un bar cualquiera, perdido en algún lugar, donde trabajan dos jóvenes que al cerrar las puertas y quedarse solos juegan a ser Sal Paradise y Dean Moriarty, los personajes de On the road, de Jack Kerouac. Admiran a estos personajes porque son un referente vital: la aventura, el riesgo, el viaje, la carretera, las mujeres, las fiestas, el alcohol, la forma de vivir, la manera de afrontar la vida, las ambiciones, los proyectos de futuro… y, sobre todo, el presente, siempre desconocido, espontáneo y al límite. Las vidas de estos dos jóvenes son todo el contrario: estables, aburridas, duras, previsibles, rutinarias. Juegan porque se lo pasan bien; de alguna manera, sentirse por un momento Sal Paradise o Dean Moriarty hace que por unas horas olviden sus vidas y puedan vivir una ficción que representa, exactamente, el proyecto de vida que comparten desde hace tiempo. Pero la noche en la cual se centra la historia, esta noche, uno de los dos jóvenes no quiere jugar más. Quiere vivir. Y este conflicto hará que estalle una tormenta entre los dos amigos.

Joan Yago Ha escrito varias piezas para teatro Feísima enfermedad y muy triste muerte de la reina Isabel I (2010), No sóc Dean Moriarty (2009), El Bosc dels Ferrerets (2008) y Part per Part (2005); ha versionado y adaptado textos como La boda dels petits burgesos (2010) o El Cercle de guix caucasià (2008); ha dirigido el espectáculo Onatge de la compañía Disperses (2010) y ha hecho de asistente de dirección de Carles Alfaro en el montaje de Traició de Harold Pinter en el Teatre Lliure (2009). También es coguionista del largometraje Altres direccions (2009) de Aarón Sánchez. Trabaja de profesor en el grupo de teatro de Elisava Escuela Universitaria y en el Encontre de Teatre a la secundària d’Artà.

La compañía Waltzing Teatre nace de la necesidad de expresarse. De expresarse en sintonía. De expresarse en compañía. Por eso sus fundadores Maria Rodríguez, Gerard Iravedra y Pep Ambròs decidieron un día dejar de hablar sobre las ganas de explicar historias para empezar a hacerlo. Así nace Waltzing Teatre para explicar historias. Trozos de vida que se plantean encima de un escenario con la voluntad de sugerir o hacer reflexionar con temas que nos implican a todos.

No sóc Dean Moriarty” se representa en el espacio escénico de la Nau Ivanow del 30 de junio al 10 de julio de 2011.

Autor: Joan Yago
Dirección: Gerard Iravedra
Ayudanta de dirección: Maria Rodríguez
Reparto: Pep Ambròs y Guillem Gefaell
Diseño de iluminación, escenografía y figurinismo: Gina Bernadó y Gala Chaparral
Sonido: Joan Yago y Gerard Iravedra
Producción: Waltzing Teatre

Duración: 1 hora y 10 minutos aprox.
Horarios: de jueves a sábado a las 21:00 horas y domingo a las 19:00 horas.
Entrada: 12 €; Amics de la Nau 10 €.