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Crítica teatral: “Contra el progrés”, “Contra la democràcia” y “Contra l’amor”: Y a favor del espectáculo

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Somos contrarios a aquello que dicen que nos hace libres

Contra el inmovilismo vivimos mejor. Porque somos nómadas. De pensamiento y acción. Pero no, esto no es un alegato para pasar a la lucha.¡De ninguna manera! Se trata de una invitación a dudar de la firmeza de los pilares en que se asienta nuestro modo de vida coetáneo.

El dramaturgo Esteve Soler nos abre paso con su trilogía “Contra el progrés”, “Contra la democràcia” y “Contra l’amor”. Nos toca a nosotros adentrarnos en esta jungla compuesta de breves historias excitantes que pisamos con decidida actitud aún a riesgo de hundirnos inevitablemente en su frondosidad.

Porque Soler maneja con habilidad la capacidad de seducción del espectador y le da aquello que más necesita: artillería para que aprenda a reírse de sí mismo y del entorno social. Para que se estremezca con su poder de aniquilación a la hora de relacionarse con los demás. Y para que reconozca sin acritud la absurdidad de la industrialización, la dificultad de vivir en comunidad, el sinsentido de la pareja que folla y que no sabe amarse.

Soler planta unas lianas hechas de humor ácido, plasticidad argumental y con compañeros de viaje (los actores) que son entregados bufones versátiles.

Cada una de estas provocaciones escénicas se desmembra en una colección de gags breves en los que el surrealismo se alía con la crítica despiadada y los títeres que por ahí deambulan alardean con gracia escénica de su decapitación. Todo ello servido con un sentido de la intriga excepcionalmente medido que los directores, Joan Maria Segura y Carles Fernández Giua, suministran con certero tesón.

Las fieras de esta selva son temibles: un atropellado moribundo acusado de incívico por pretender ser atendido; una maestra poseída por el espíritu malsano del cuento que lee sin piedad a sus maltratados alumnos; un político exterminador de ciudades movido por el despecho sentimental; unos padres inductores del suicidio de su hijo adolescente después de repetidos intentos de asesinarlo; una princesa casadera que ataca dulcemente el amor maternofilial; o un seleccionador de actrices pornográficas destrozado por el abandono de su amada.

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¡Enamorémonos despiadadamente!

El triple espectáculo que va desgranándose en el escenario de La Seca-Espai Brossa de Barcelona alcanza sus cotas más elevadas cuando apuesta por la inquietud: episodios como el enigma vecinal de la realidad desconocida más allá del piso 6º, la historia de amor posapocalíptica de dos astronautas, la confesión de una mujer musulmana a través de la ayuda de un bienintencionado intérprete y la estancia en el hotel que rompe parejas son directamente magistrales por la originalidad de su trama, los giros de la historia, el ritmo con que se desarrollan y las interpretaciones de los actores, entre los que sobresale un inconmensurable y omnipresente Dani Arrébola seguido de cerca por una entusiasta Eva Cartañà, un carismático Guillem Motos, una deliciosamente ambigua Txell Botey, una elegante Laia Martí y un cómico Xavi Idáñez.

Y después de tantas aventuras será una gozada volver a nuestras vidas con el souvenir de sabernos más fuertes.

Por Juan Marea

“Contra l’amor”
Dirección: Carles Fernández Giua; Actores: Dani Arrébola, Eva Cartañà, Laia Martí y Guillem Motos; Espacio escénico: Alfonso Ferri; Diseño de sonido y adaptaciones musicales: Lucas Ariel Vallejos; Caracterización: Toni Santos

“Contra el progrés”
Dirección: Joan Maria Segura; Actores: Dani Arrébola, Txell Botey y Xavi Idáñez; Espacio escénico: Fortià Coromina; Diseño de sonido: Xavier Mestres

Contra la Democràcia
Dirección: Actores: Dani Arrébola, Eva Cartañá, Laia Martí y Guillem Motos; Espacio escénico: Eugenio Szwarcer; Diseño de sonido: Lucas Ariel Vallejos

La Seca-Espai Brossa de Barcelona
c/ dels Flassaders, 40
Sala Joan Brossa
Del 11 de abril al 12 de mayo de 2013
Horarios:
“Contra l’amor”(de miércoles a sábado; 21 h. Domingo: 19 h. (excepto los domingos que se representa la trilogía)
“Contra el progrés”, “Contra la democràcia” y “Contra l’amor”: domingos 21 de abril, 5 y 12 de mayo a las 17 h
Precios: 20 €; miércoles, día del espectador: 12 €; Trilogía: 26 €

Crítica teatral: Groenlàndia, al TNC.

Imatge_groenlandiaA_David_Ruano_TNC_1Fa fred.
Molt de fred.
O n’hauria de fer.
Però a la ”Groenlàndia” del Teatre Nacional de Catalunya l’ambient és tebi.

D’una banda, perquè aquesta nova proposta escènica està bastida d’un glaç que fàcilment es desfà. De l’altra, perquè tractant-se de l’últim espectacle programat per la sala Tallers (diuen que fins d’aquí a dos anys), el panorama resulta desolador.

La “Groenlàndia” escrita per Jordi Faura crea tantes expectatives que ràpidament es cansa d’intentar satisfer-les. I el públic, que ha fet un bon equipatge per a viatjar a aquesta latitud, s’haurà de conformar a comprar “sovenirs” a l’aeroport.

Tot i el gran esforç per documentar la vida a tan insòlit paratge. Malgrat la provocativa premissa argumental inicial. Fins i tot, contràriament a una escenografia exuberant en l’aspecte visual i impressionant en les formes recreades.

En aquesta terra a punt d’esmicolar-se per la cobdícia diguem-ne occidental, els seus nadius sembla que acceptin encantats el pacte d’extermini.

L’arribada d’una família burgesa omnipotent i voraç que vol seguir queixalant amb el seu “ego” capitalista en primera persona del plural és el punt de partida de l’autor per a desencadenar el conflicte. I no content amb això, inclou al “programa d’activitats” la incitació a una sexualitat desbocada, a la immoralitat materialista despietada i a l’absoluta manca de prejudicis en la submissió dels més febles. Tot plegat, material fulletonesc manejat amb certa gràcia mitjançant un humor negre que ràpidament s’esvaeix. En el moment en què comença l’acció.

Foto_GroenlA_ndia_5_P_1Es tracta, doncs, d’endinsar-nos en una aventura, mal vestida d’epopeia. I llavors la lluita per la supervivència (és una manera de parlar) esdevé protagonista absoluta, congelant personatges en un esquematisme cada cop més alarmant.

La “Groenlàndia” dirigida per Faura no aconsegueix salvar els obstacles que el text havia anat creant. La interpretació dels actors no resulta creïble (de l’exhibicionisme exasperant de Joan Anguera i Àngels Poch a la superficialitat d’Anna Moliner o David Vert) i el ritme s’encalla trobant més i més escenes redundants a mesura que “avança” l’acció. Acaba imposant les seves regles la pretensiositat de voler “descobrir-nos” un cop més la mateixa història de sempre.

Ara bé: si som capaços d’apartar de l’escenari tant de transcendentalisme, podem distingir-hi petites zones de blanca resplendor: el tractament dramàtic dels dos germans, encarnats amb frescor alleujadora per Pep Ambròs i Òscar Castellví, Caïm i Abel en un paradís gelat; la preciosa veu de Moliner obrint l’espectacle; l’amenitat (més per la seva diversitat que per la seva eficàcia) del conjunt de subtrames i, sobretot, Pepo Blasco, com el genuí Nanoq, l´únic element de la funció que ofereix rastres d’humanitat i convicció.

Que els esquimals descansin en pau. Que el petroli deixi de ser la nostra sang. I que no ens allunyem mai de la grandesa de les coses petites.

«Groenlàndia» es representa al TNC del 13 de febrer al 3 de març de 2013.

Direcció: Jordi Faura
Vestuari: Nídia Tusal
Il·luminació: Roc Laín
Música i so: Lucas Ariel Vallejos
Caracterització: Toni Santos
Assessorament de cultura inuit: Francesc Bailón
Reparto: Àngels Poch, Oriol Genís, Pep Ambròs, Òscar Castellví, David Vert, Pepo Blasco, Anna Moliner i Joan Anguera
Producció: Teatre Nacional de Catalunya

Escrito por Juan Marea

Crítica teatral: L’any que ve serà millor, en La Villarroel.

El teatro, a lo largo de su historia, se ha ido constituyendo en un espejo que no tan solo refleja la forma de pensar del autor que da forma a una obra, sino también la época en la que viven aquéllos que la representan, ya sean el director, los actores o las actrices. De ahí que el teatro haya ido casi siempre de la mano del momento en el que los textos teatrales se han ido creando y representando. Esta actualización se consigue o bien “tuneando” (si me permiten la expresión) una obra ya escrita y representada en una época anterior o, como en el caso de L’any que ve serà millor, creando una idea y un texto nuevos forjados de las mismas entrañas de la actualidad y por lo tanto idéntica y propia a ésta. No sorprende, pues, que el espectáculo estrenado en La Villarroel el pasado 1 de octubre derrame actualidad desbordando el recipiente teatral que lo contiene.

L’any que ve serà millor está escrita por cuatro mujeres, Marta Buchaca, Carol López, Mercè Sarrias y Victòria Szpunberg; está dirigida por una mujer, Mercè Vila Godoy y está interpretada por cuatro actrices: Neus Bernaus, Alba Florejachs, Mireia Pàmies y Vanessa Segura. Con lo indicado en este párrafo podremos intuir que la obra tiene un primordial carácter femenino, que queda de manifiesto desde el primer minuto de la representación…

La obra no posee una trama continua, sino que nos muestra toda una serie de escenas más o menos cortas cuyo único vínculo entre ellas son los personajes y las actrices que las interpretan. Estas escenas nos revelan las coordenadas sociales, económicas y emocionales del mundo en el que vivimos, al menos aquellas experimentadas por sus jóvenes personajes, esto es, la fragilidad económica, la interinidad emocional, la precariedad laboral, o las imposiciones de la moda y del consumismo de una generación “perdida” que aunque llega a su edad madura con las mejores condiciones educativas y formativas de la historia, se ve reducida a una realidad privativa ya sea en sus aspectos laborales, económicos, emocionales o estructurales.

L’any que ve serà millor es un reflejo de la actualidad que vemos día a día a través de la televisión. Es, también, una reflexión desenfadada y en clave de comedia sobre la sociedad occidental actual, y más concretamente de la catalana, que pretende hacernos pensar acerca del modelo de sociedad que compartimos y que, ahora más que nunca, sufrimos todos.

Como ya he indicado anteriormente la obra se organiza en sketches que fluyen uno detrás de otro, delimitados tan solo por el entrar, el salir y el actuar de las actrices protagonistas, mostrándonos así, con su propia estructuración, el egoísmo, el aislamiento y la desesperación de las personas en una época que, aunque desarrolla multitud de herramientas de comunicación e información, a veces hasta la extenuación más desmotivadora y frustrante, no fomenta la transmisión de lo más privado y personal que uno lleva dentro.

Vale la pena indicar que este estilo narrativo, la estructuración en escenas o sketches de la representación, se está imponiendo cada vez más a la hora de dar forma a un espectáculo teatral. En este sentido solo hace falta que recordemos Días estupendos y Coses que deiem avui, dos ejemplos de la propia Villarroel; Delicades representada en el teatro Poliorama y la reciente Llum de Guardia estrenada en el teatro Romea. Una forma teatral, como les decía antes, cada vez más común.

Las cuatro artífices de la obra (Buchaca, López, Sarrias y Szpunberg) demuestran una aguda capacidad de observación y de reflexión sobre los tiempos en los que vivimos y cómo estos se psicosomatizan en las vidas de las mujeres sobre las que escriben. Una suma de aciertos que hacen de la obra un producto variado y englobador. Creo que todas (y todos), al menos aquellos que tengamos una edad entre los 25 y los 45 años, nos veremos reflejados en alguno de los gags que nos muestra la obra, y esto es una prueba de su «puntería» teatral.

En el apartado de la interpretación volvemos, como en el caso de las obras citadas anteriormente, a una actuación coral en la que, solas o acompañadas, las actrices irán apareciendo en el escenario al ritmo de las escenas que interpretan. Unas actuaciones, las suyas, cargadas con un potente sentido del humor que propiciará las carcajadas en el patio de butacas. Neus Bernaus, Alba Florejachs, Mireia Pàmies y Vanessa Segura les harán reír, y les harán reír mucho, interpretando un variado registro de caracteres que abarcan a tipos muy diferentes de mujeres y de situaciones, aunque todas ellas marcadas por el individualismo feroz, la precariedad y el fomento de la competitividad a la que nos obligan cada vez más los tiempos en los que vivimos. Aún así, cabe destacar, la interpretación de Alba Florejachs que se apropia de gran parte de las risas y de los plausos del público. Toda una joya a tener en cuenta como actriz de comedia.

Espero, pues, haberles convencido con lo que les he escrito y si no es así aquí va mi último intento: si quieren disfrutar de una buena sesión de teatro (de comedia) a la vez que reflexionar sobre el mundo en el que nos ha tocado vivir, sobre todo si son jóvenes entre 25 y 45 años de edad (aunque la obra está abierta a todos los públicos), no sé que hacen desperdiciando el tiempo leyendo esta reseña en vez de adquirir entradas para ir a ver L’any que ve serà millor. Y si no ya me dirán…

L’any que ve serà millor” se representa en La Villarroel del 30 de septiembre al 27 de noviembre de 2011.

Autoras: Marta Buchaca, Carol López, Mercè Sarrias y Victòria Szpunberg
Dirección: Mercè Vila Godoy
Reparto: Neus Bernaus, Alba Florejachs, Mireia Pàmies y Vanessa Segura
Escenografía: Álex Aviñoa y Laura García
Vestuario: Laura García
Iluminación: Álex Aviñoa
Espacio Sonoro: Lucas Ariel Vallejos
Producción: La Villarroel

Horarios: de a jueves a las 21:00 horas; viernes a las 21:30 horas; sábados a las 17:30 y a las 20:00 horas y domingos a las 17:30 horas.
Precio: de 22 a 26 €
Idioma: catalán y castellano
Duración de la obra: 90 minutos.
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Escrito por: Jorge Pisa Sánchez