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Crítica teatral: Gente Bien, el musical, en el teatro Coliseum

Desde 2012 con sus Campanades de boda, La Cubana no había presentado ningún nuevo espectáculo en Barcelona. Hecho este que se remedó el pasado mes de septiembre con el estreno de Gente Bien en el teatro Coliseum, un espectáculo musical basado en la obra de Santiago Rusiñol que realiza una crítica cómica a las actitudes esnob de los nuevos ricos de cualquier época y sus esfuerzos por acomodarse «dignamente» en la sociedad.

«La Cubana siempre ha cantado y bailado en todos sus espectáculos, más mal que bien y siempre utilizando el arte del “disimulo”. Ahora se ven obligados “por razones de peso” a realizar un musical en serio! El porqué: ya lo veréis. Para hacer este musical, La Cubana utiliza como excusa “Gente Bien”, un sainete muy divertido escrito por Santiago Rusiñol en 1917. Han creado un “especial” viaje en el tiempo donde los personajes de Rusiñol nos descubren que la necesidad de aparentar no tiene medida, ni época, ni fecha de caducidad».

La Cubana nos ofrece un espectáculo que, a pesar de las apariencias, posee un 100% de adn La Cubana. Si en un principio todo parece indicar que la moda de los «musicales» se ha apoderado, también, de la compañía, pronto y debido a causas técnicas, el espectáculo se dirige hacia el tipo de representación típica de La Cubana, en la que los «rotos», el falso directo y la interactuación con el público se muestran a flor de piel.

gente-bien-el-musical_1La intención de Gente Bien, como no puede ser de otra forma, es hacernos reír, por lo que el respeto al sainete de Rusiñol o a las maneras del teatro musical quedan en un segundo plano, el necesario para generar la comicidad que la obra requiere, en la que entran y salen los actores y directores a su gusto. La excusa para todo ello es que la obra, según parece, está en fase de previas, ya que se estrenará a lo grande en el Tívoli en breve, por lo que los problemas técnicos, los embrollos, los egos de los actores y de los productores no harán más que alterar el normal transcurso de la obra. Y con un elenco en el que destacan, entre otros, Mercè Comes, Mont Plans, Jaume Baucis, Babeth Ripoll, Oriol Burés o Jordi Milán, nada puede transcurrir de forma reglamentaria.

Gente Bien es una nueva propuesta de La Cubana en la que vuelve a poner el punto de mira en la cotidianidad, en este caso del teatro, y donde afloran la grandeza y la miseria que muchas veces queda oculta tras las bambalinas, todo ello, claro está, desde un punto de vista cómico muy al estilo de la compañía, que incluye toda una serie de autohomenajes que irán apareciendo a lo largo de la representación. Aún así, aunque el espectáculo está en la línea La Cubana, no llega a los destellos policómicos de obras como Cómeme el coco negro, Cegada de amor o la misma Campanades de boda, aunque se queda a muy poco… Sin embargo destaca por la multitud de personajes que aparecen sobre el escenario, el múltiple vestuario y, sobre todo, por el uso de los audiovisuales a gran escala.

Así, pues, los que se acerquen al Teatro Coliseum para ver la representación de la adaptación en fase de ensayos de un Rusiñol en formato musical, de la mano de Joan Vives, por parte de La Cubana, (buff. menuda frasecita!!)tendrán que valorar si el espectáculo está lo bastante bien «guisado» para su próximo estreno en el teatro Tívoli, pasándoselo en grande con las tribulaciones y el afán de los nuevos ricos, de ahora y de antes, por acomodarse en la Alta Sociedad.

«Gente Bien, el Musical» se representa en el Teatre Coliseum hasta el 29 de enero de 2017.

Dirección: Jordi Milán
Reparto: Mercè Comes, Mont Plans, Jaume Baucis, Toni Torres, Meritxell Duró, Núria Benet, Alexandra Gonzàlez, Babeth Ripoll, Bernat Cot, Montse Amat, Oriol Burés, Toni Sans, Berta Adell, Laia Piró y Jordi Milán
Dirección musical: Joan Vives
Escenografía: Montse Amenós, La Cubana y Castells Planas
Iluminación: Kiko Planas
Sonido: Jordi Agut (Choli)
Caracterización: La Bocas
Vestuario: Montse Amenós, La Cubana y Leo Quintana
Coreografía: Leo Quintana

Horarios y precios: Web Grupbalaña
Duración: 130 min
Idioma: Catalán

NOTA CULTURALIA: 8
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Jorge Pisa

Crítica teatral: El coloquio de los perros, en el Teatre Poliorama.

cartell-coloquio512-437Hablar de Joglars es hablar de teatro, pero también lo es de crítica social y política, de la puesta en escena de proyectos teatrales arriesgados y de polémicas que dejan impasibles a muy pocos. El efecto Joglars acostumbra a poner en movimiento las vísceras teatrales tanto de los que van a ver sus obras como de los que no, pero que temen lo que se dice en ellas y sobre todo como se dice. Unos impedimentos que, sin embargo, no han evitado que la compañía, fundada en el año 1962 y recordada (a veces con ira) por obras polémicas como La torna (1977), Teledeum (1983), El Nacional (1993), Ubú president (1995), La increíble historia del Dr. Floit y Mr.Pla (1997) y Daaalí (1999) sea una de las más longevas a nivel nacional.

Els Joglars regresan a los escenarios con El coloquio de los perros, la adaptación libre de una de las novelas ejemplares de Miguel de Cervantes, autor adaptado ya por la compañía en dos ocasiones, la primera con El retablo de las Maravillas (2004) y la segunda con En un lugar de Manhattan (2005). El juego en este caso está en la visualización de la condición humana a través de los ojos limpios y sencillos de los animales de compañía, testigos y sufridores en muchas ocasiones de las consciencias y los actos de los hombres.

La acción arranca en una perrera en la que un vigilante nocturno se ve sorprendido por dos perros, Cipión y Berganza, que durante la noche son bendecidos con el don del habla. Los sabios canes, tras la sorpresa inicial del vigilante, le narrarán su historia, la cual siempre ha estado ligada a los humanos. Una extraña noche en la que el hombre calla, por una vez, para darle voz a los perros y aprender, si es posible, de ellos.

Comencemos por el principio. La propuesta representa «una adaptación libre a partir de la novela de Cervantes«, y eso en manos de Joglars quiere decir mucho. Ténganlo en cuenta, por tanto, aquellos que quieran deleitarse con la pureza del texto cervantino, aunque esta aflore, también, en determinados momentos de la representación en la locuaz conversación de los perros, ya que lo que encontrarán es un Cervantes deglutido por Joglars con el que la compañía fabrica una nueva obra.

_dra4294jpg-12058Y de nuevo Joglars arremete con los usos y las costumbres de la sociedad, al menos de una parte de ella, utilizando a los canes como testigos mudos de toda una serie de comportamientos humanos que van desde la incapacidad de crear vínculos afectivos positivos con otras personas y su substitución por los más fáciles y agradecidos proporcionados por los animales; el maltrato que sufren muchos de estos a manos de propietarios crueles; la devoción por toda clase de placeres estéticos y materiales fáciles de conseguir con dinero; la obsesión por el cuerpo; o lo cotizada que a veces tenemos en Occidente la libertad y que los perros, sabios o no, ceden a cambio de la seguridad y el fácil sustento.

La propuesta creada de las cenizas cervantinas por Albert Boadella, Martina Cabanas y Ramón Fontserè, apunta con tino si bien lo hace con un ritmo a veces aquejado de poca fluidez y de un tufo a humor genital y popular propio de la compañía, que aunque arranca diversas carcajadas de la concurrencia puede provocar y provoca el rechazo de una parte del público, aquella que aspira a señuelos escénicos más elevados. La voluntad de Joglars es también actualizar contextos antiguos con los que poder criticar los desvaríos de los tiempos en los que vivimos.

A la obra le cuesta arrancar y ponerse en marcha aunque va ganado enteros a medida que avanza la representación. Y su mejora la encontramos tanto en la actuación de los actores y actrices, Ramon Fontserè y Pilar Sáenz como los dos canes, que nos proveen de una caracterización resolutiva, Xevi Vilá que encarna al vigilante nocturno de la perrera desconcertado por la capacidad parlanchina de los animales (personaje ajeno al genio creativo literario de Cervantes) y Dolors Tuneu y Xavi Sais que interpretan al resto de personajes relacionados con la vida de los perros con un juego de máscaras y un estilo muy próximo a la Comedia del Arte. Otro de los aciertos de la obra es la escenografía reducida casi a la nada, constituida por una especie de cajón alargado sobre el cual se representa parte de la acción y que hace las veces de bambalinas para la transformación de los actores, lo que les fuerza a realizar un importante esfuerzo escénico y de contextualización.

Cabe decir también que la adaptación de Boadella, Cabanas y Fontseré (este último dirige también la obra) resulta decepcionantemente facilona tanto en la creación de situaciones como en alguna parte del texto, como la que critica la subida del IVA cultural al 21%, y que arranca, como no podía ser de otra forma, los aplausos del público, aunque no de forma masiva.

El coloquio de los perros es una obra más dentro del repertorio de Joglars que no se distingue del resto en exceso y que mantiene elementos de producción propios de la compañía. Aunque nos propone temas a discutir que pueden ser interesantes como el mundo que hemos creado los humanos y que afecta de pleno a los animales y a las mascotas que nos hacen compañía o el valor que el hombre y la mujer dan a valores como la libertad en una época que nos oprime con fuerzas y estrategias mucho más sutiles y efectivas.

«El coloquio de los perros» se representa en el Teatre Poliorama del 16 de abril al 18 de mayo de 2014.

Dirección: Ramon Fontserè
Adaptación: Albert Boadella, Martina Cabanas y Ramon Fontserè
Reparto: Ramon Fontserè, Pilar Sáenz, Dolors Tuneu, Xavi Sais y Xevi Vilà
Producción: Joglars
Espacio escénico: Albert Boadella y Ramon Fontserè
Diseño de iluminación: Bernat Jansà
Diseño de Sonido: Xavi Sáenz
Música: Carles Cases

Horarios: miércoles, jueves y viernes a las 21:00 horas; sábados a las 18 y a las 21:00 horas y domingos a las 18:00 horas.

Funciones con variación de horario:
El lunes 21/04 la función será a las 18:00 horas
El miércoles 30/04 la función será a las 21:15 horas
El jueves 01/05 la función será a las 18:00 horas (festivo)
El viernes 25/04 la función será a las 21:15 horas
Precio: de 18 a 27 euros

Idioma: castellano
Duración: 85 minutos
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Jorge Pisa Sánchez

Crítica teatral: El policía de las ratas, en el Teatre Lliure.

img_9577¿Cuál es el mundo de las ratas? ¿Cómo viven? ¿Qué clase de comunidad crean? ¿Una parecida a la humana? y si es así ¿qué lugar ocupan en ella el arte o la ciencia? Estos son algunos de los temas por los que transita El policía de las ratas, la adaptación llevada a cabo por Àlex Rigola del cuento de Roberto Bolaño en cartelera en el Teatre Lliure hasta el próximo 24 de noviembre.

Rigola nos presenta una experiencia teatral basada en el texto de intriga y crítica social compuesto por el escritor y poeta chileno en el que Pepe «el Tira», una rata policía, solitaria y perteneciente a una familia de ratas artistas, se enfrenta a un misterio: el hallazgo de dos ratas asesinadas, una hembra y otra bebe. Algo demasiado insólito en una sociedad, la de las ratas, donde el asesinato no existe y donde el trabajo y la colectividad se imponen sobre todo lo demás. Pepe iniciará entonces una investigación para esclarecer la causa de los asesinatos y detener al culpable de los mismos, luchando al mismo tiempo contra los tabús y los espejismos sociales.

El policía de las ratas es una reflexión sobre la realidad social humana, sobre el lugar que ocupan el arte y la ciencia y sobre el papel de la individualidad en el colectivo humano. La propuesta se construye a partir de una atmósfera de intriga y misterio potenciada por la puesta en escena de la obra. La adaptación nos presenta, así, una situación tenebrosa, aunque a veces es también agobiante y poética, construida a partir de una magistral sencillez escénica.

La obra se desarrolla sobre un escenario en el que predominan las tonalidades en blanco y negro, como haciendo referencia al género negro que subyace en la narración de Bolaño. El atrezo es mínimo, casi inexistente, compuesto por dos sillas, dos micrófonos, una bolsa de sangre y el cadáver de una rata. Si a este minimalismo le sumamos el hieratismo proyectado por los actores obtenemos como resultado un espectáculo en el que predomina la palabra, hecho que obliga al espectador a centrar su atención en la figura y la voz de los actores y de esta forma en el desarrollo del cuento escenificado de Bolaño.

img_9509Una historia que nos sirve para reflexionar sobre el papel del individuo dentro de la sociedad. Una cavilación representada en la voluntad de la rata Pepe de ser diferente, de adentrarse en experiencias que la colectividad rechaza y en poner en duda verdades que la comunidad da por establecidas. De ahí que la rata protagonista se empeñe en investigar unas muertes que la mayoría, siguiendo el dogma oficial, da por ataques de animales externos aunque los indicios criminales puedan indicar lo contrario.

La obra, además, nos permite especular sobre cuál es el papel del arte y la ciencia en nuestra sociedad. En el mundo de las ratas, el arte se ve como una peculiaridad extraña, más digna de lástima que de aprobación. Por su lado la investigación que lleva a adquirir conocimientos que pueden contradecir los dogmas oficiales en uso necesarios para mantener el orden y la vida en sociedad se consideran peligrosos para la comunidad, y por tanto se vetan siempre que es posible. Todo ello en una sociedad liderada por una rata reina, una descriptiva metáfora de los poderes políticos y financieros que controlan el mundo de los humanos.

Como ven la idoneidad de la obra no puede ser mayor, un hecho acentuado por el acierto de la puesta en escena y la interpretación sobria y mesurada de sus dos actores. Joan Carreras encarna a Pepe «el Tira», la rata policía que lleva a cabo la investigación en cuestión con una elogiosa formalidad y un perceptible peso interior; Andreu Benito encarna, por su parte, a diversos de los personajes secundarios que acompañan la investigación, con la prestancia y el refinamiento acostumbrados en él. Ambos no solo juegan con la interpretación sino también con la tonalidad y la impostura de sus voces, para proveer de mayor realismo y diversidad a sus interpretaciones.

El policía de las ratas es una ejercicio teatral que conecta con el yo interno e individual de cada uno de nosotros y nos obliga a analizar el funcionamiento de las sociedades humanas, fijándonos, irónicamente, en la colectividad formada por las ratas. Y nos permite reflexionar sobre el peligro que comporta el desarrollo del espíritu crítico en una sociedad como la nuestra dominada por poderes que ven en esta cualidad humana una amenaza para el status quo existente. Un peligro para la propia sociedad sobre todo en una época como en la que vivimos en la que el equilibrio y la justicia social están en retroceso.

«El policía de las ratas» se representa en el Teatre Lliure de Gràcia del 31 de octubre al 24 de noviembre de 2013.

Autor: Roberto Bolaño
adaptación y dirección: Àlex Rigola
Compañía: Heartbreak Hotel
intérpretes: Andreu Benito y Joan Carreras
Escenografía: Max Glaenzel y Raquel Bonillo
Vestuario: Berta Riera
Iluminación: August Viladomat
Producción: Teatre Lliure y Heartbreak Hotel

Idioma: castellano
Duración: 55 minutos sin pausa
Horarios: de miércoles a viernes a las 20:30 horas; sábados a las 17:30 y a las 21 horas y domingos a las 18 horas.
Precio: 29 €; miércoles y sábados por la tarde días del espectador, 22 €
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Jorge Pisa Sánchez

Crítica teatral: Daian&Giggy Live Sex, en el Inusual Project.

305804_186597431423531_1472720746_nDos prostitutas inician, como cada noche, su espectáculo de baile en un Peep Show. Actúan cada 20 minutos y para que se inicie su exhibición las chicas reclaman al público presente que introduzcan el dinero en la cabina.

Una vez que da inicio el espectáculo nos introducimos como simples voyeurs en el mundo interior de Diana y Georgina. Una cansada y asqueada de su trabajo que se ha convertido en pura rutina y que ha destrozado su vida y sus aspiraciones; la otra, más joven, con estudios de interpretación y con ganas de «ascender» en su trabajo. Esta noche, además, es posible que esté presente el jefe… Las necesidades y las desilusiones de ambas romperán la magia del espectáculo, llevando al límite la exhibición de música, baile y sexo.

DAIAN&GIGGY LIVE SEX es un mini-espectáculo en el que Daniel J. Meyer analiza de forma ágil diversos de los dramas y carencias que afectan a nuestra sociedad, como la fragilidad y la dependencia laboral; la devaluación de nuestras vidas subyugadas por el propio sistema; la invasión de la intimidad, el precio mercantilista que se extiende sobre casi todo; la influencia de la televisión y de la telebasura; la omnipresencia del sexo… todo ello desde un punto de vista crítico que el director nos muestra en forma de una tragicomedia de corta duración.

6413659237_9c494e80b4_zLa propuesta es, así, un micro-espectáculo en todos los sentidos: por su composición; su duración, más o menos unos 20 minutos; y por su puesta en escena, ideal para ser representado en cualquier espacio, como fue el caso del Inusual Project, local cultural ecléctico, donde se representó el pasado jueves 7 de febrero. La representación requiere, además, de la vida y de las emociones que le aportan sus dos protagonistas, Laia Pellejà y Sonia López, que construyen un espectáculo casi de la nada, en un ejercicio de puro y desnudo teatro, y del aire que le proporciona la interacción con el público, que además, lo vive desde muy cerca, casi tanto como si estuviera en la estrecha cabina de un sex-shop.

DAIAN&GIGGY LIVE SEX es, pues, una oportunidad para introducirse en el mundo pop, moderno y responsable de su director, acostumbrado a la dirección de obras de alto voltaje reflexivo y de apurada crítica social.

Dramaturgia y dirección: Daniel J. Meyer
Reparto: Sonia López y Laia Pellejà
Diseño gráfico: Jordi Martínez Piñol
Producción: Descartable Teatre
Duración del espectáculo: 18-20 minutos (aprox.)

Escrito por Jorge Pisa Sánchez

Crítica cinematográfica: Terrados, de Demian Sabini

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Día tras día aparecen en los medios de comunicación numerosos expertos en economía vaticinando un futuro desalentador para todos nosotros, palabras que, quizás sin pretenderlo, consiguen arrebatarle al ciudadano de a pie lo único que aún le queda: la esperanza. Sin embargo, también los hay que utilizan tópicos optimistas, frases como “la crisis agudiza las ideas” para animarnos a probar suerte y llevar a buen puerto, con mucha voluntad, nuestros proyectos sin que esta situación ponga trabas a nuestras ilusiones. Demian Sabini forma parte del segundo grupo, del que intenta hacer realidad su sueño al margen de la difícil coyuntura económica que azota al país en la actualidad; así, pensó que la desocupación que padecen los jóvenes alrededor de la treintena (como él mismo), una generación sobradamente preparada –carreras universitarias, masters, doctorados,…– que pierde su empleo y no encuentra otro a pesar de presentar un currículum impecable, merecía ser denunciada utilizando una buena película como altavoz. El resultado es Terrados, un film en el que Sabini ejerce de productor, director, guionista y actor con apenas 12.000 € de presupuesto –rodada en 21 días con actores que no cobraron– en el que esos jóvenes en paro buscan refugio en los terrados de Barcelona, lugares que les sirven para huir de la realidad y tomar distancia de sus dramas personales.

La idea de la película surgió de una anécdota real de Carolina Cabrerizo (Elsa en la película), quien comentó a Sabini como, en sus tiempos de estudiante y de vuelta a casa tras una noche de juerga, se colaba en algunos terrados para ver amanecer. Al director le pareció que ese escenario sería un refugio ideal para aquellos jóvenes en paro que no saben a qué dedicar las horas muertas mientras esperan que alguna empresa responda a los currículums enviados. De esta manera nacieron en su imaginación los protagonistas de la historia: Leo, Mario, Elsa, Pablo y Nachete, cinco muchachos –que bien podríamos ser cualquiera de nosotros– que no encuentran trabajo a pesar de su experiencia laboral, así que recorren la ciudad en busca de un terrado en el que pasar el rato, jóvenes sin posibilidades reales de formar una familia (alguno se ve obligado a vivir con sus padres), con uno de sus protagonistas (Leo, interpretado por Sabini) confuso al ver tambalear su relación de pareja al mismo tiempo que el desencanto se apodera de su realidad diaria.

Fotograma de la película
Fotograma de la película

Sin recrearse en dramatismos (de hecho, también hay lugar para el humor), Terrados muestra de forma sincera la realidad de una generación que ve cómo el presente se le escapa de las manos sin poder evitarlo, jóvenes abrumados por las continuas noticias negativas y tan desanimados que apenas prestan atención a su aspecto. Además, para ellos la calle se ha vuelto un lugar hostil en el que solo encuentran incomprensión (incluso por parte del entorno más cercano, que les acusa de no afrontar los problemas como correspondería a un adulto) en contraposición a los terrados, donde nadie les juzga, el grupo se muestra unido y solidario con sus compañeros de penurias, aquellos que sí entienden realmente lo que les atormenta, una extraña situación laboral que les ha arrebatado su razón de ser ya que, en palabras de Elsa, “… el derecho al trabajo sea el derecho de la ciudadanía por excelencia, el primer derecho. Por ello, quien pierde el trabajo ve mermado su derecho”, algo que nuestros gobernantes han olvidado por completo.

Lejos de ser una exaltación del dolce far niente, con esas reuniones pretenden sentirse menos solos y encontrar, así, la manera de salir de esa espiral de negatividad en la que se hallan. En su discurso encontramos una crítica al capitalismo –parece que nuestro presente inevitablemente deba reducirse al “gasto, luego existo”–, a la poca utilidad de la universidad –“estudia una carrera y no te faltará nunca el trabajo”, decían nuestros padres sin imaginar que, en un momento como el actual, aquello no sería más que un papel mojado–, a quienes piensan que los meses de paro son unas vacaciones pagadas –siempre que tengas un buen colchón monetario detrás, claro– y, por qué no, a una parte de esta generación que, frágil e idealista, cuando las cosas no salen como lo había planeado se ofusca en la negatividad y no encuentra salida. Sin embargo, en la película se vislumbra algo de esperanza en el futuro, la vida siempre nos depara una segunda oportunidad y hay que aprovecharla, aunque sea reinventándose y dejando atrás lo que, hasta el momento, consideraban que era lo suyo.

Rodada poco antes de que se iniciara la acampada del movimiento 15-M en Plaça Catalunya –finalmente el desencanto de los jóvenes se transformó en indignación–, Terrados es una buena muestra de cine necesario, aquel que no ignora los problemas de la gente y que considera que una película debe ser algo más que un mero entretenimiento; además, es el ejemplo de que una buena historia y las ideas claras compensan con creces la falta de recursos –si no fuera así hubiera sido imposible contar con una canción de Macaco en su banda sonora, “Con la mano levantá”, un tema publicado hace más de seis años que ya advertía que «el futuro pende de un hilo»–, de tal forma que incluso recibió el premio del público del Seminci de Valladolid, que valoró su compromiso con la cruda realidad del momento. Con todo, Demian Sabini no lo tuvo fácil para proyectar en los cines su obra: tan solo el Maldà de Barcelona programó su estreno el 19 de octubre, por lo que debemos felicitar a BTV por emitir en televisión el pasado 30 de noviembre esta excelente película, especialmente recomendada, tal y como refleja la dedicatoria final, para “todo el que, en algún momento de su vida, no ha sabido quién era”.

Título: Terrados
Director: Demian Sabini
Intérpretes: Demian Sabini, Alain Hernández, Carla Pérez, Carolina Cabrerizo, David Resplandí, Pablo Molinero, Jessica Alonso, Álex Molero, Anna Bertran, José María Blanco, Carol Groot, Jesús Rodríguez, Magda Puig, Óscar Aragonés, Jesús Comaposada, Pablo Sola
País: España
Año: 2011
Duración: 76 minutos

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Escrito por: Robert Martínez Colomé