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Actualidad: El trabajo ya no es lo que era, de Albert Cañigueral, Ed. Conecta

El trabajo ya no es lo que era_1

Hoy os queremos presentar en Culturalia, El trabajo ya no es lo que era de Albert Cañigueral, una propuesta rigurosa e imaginativa para afrontar con éxito otras formas de trabajar y nuevas maneras de vivir.

¿Es el empleo asalariado un buen invento?
¿Por qué trabajamos como lo hacemos?
¿Los robots nos van a quitar el trabajo?

Estas son algunas de las preguntas que nos hacemos en un momento de incertidumbre, conscientes de que las relaciones laborales han cambiado drásticamente: nuestros padres tuvieron un solo trabajo en su vida, nosotros tendremos distintos a lo largo de nuestra vida, y nuestros hijos tendrán una media de siete trabajos a la vez.

Los trabajadores, los sindicatos y los reguladores ya están reaccionando ante los nuevos paradigmas laborales como las plataformas digitales o el teletrabajo, y pueden verse los efectos en los sistemas de pensiones o en la educación. Todas las piezas del tablero se mueven y la adaptabilidad es y será la principal virtud para hacer frente a retos presentes y futuros.

En El trabajo ya no es lo que era, con la voluntad de dibujar el nuevo escenario del mundo laboral y ofrecer un mapa que nos guíe en un entorno extraordinariamente cambiante, Albert Cañigueral analiza con rigor las debilidades del sistema actual que obligan a revisar de forma urgente los acuerdos sociales alrededor del trabajo. Además, nos propone siete utopías realistas que tanto profesionales como empresas pueden explorar desde hoy mismo.

Albert Cañigueral es el Connector Ouishare para España y América Latina. En 2011 fundó el blog Consumo Colaborativo y, desde entonces, es considerado uno de los mayores referentes de la economía de plataformas en español.

Albert Cañigueral
Albert Cañigueral

Trabaja como explorador, consultor y divulgador en el ámbito de la economía de plataformas y actualmente se ha centrado sobre todo en el futuro del trabajo, el impacto de las plataformas digitales en las ciudades y las innovaciones regulatorias.

Título: El trabajo ya no es lo que era. Nuevas formas de trabajar, otras maneras de vivir
Autor: Albert Cañigueral
Sello: Conecta (Grupo Penguin Random House)
Fecha publicación: Octubre de 2020
Idioma: Español
Páginas: 288
Formato: Tapa blanda con solapas / 151 X 230 mm
ISBN: 9788416883929
Temáticas: Business / trabajo / mundo laboral
Precio:
• Tapa blanda: 18,90€
• eBook: 8,99€

El que tiene un trabajo tiene un tesoro, o eso parece…

A veces Sonia pensaba en su trabajo y reflexionaba sobre su situación laboral y de cómo esta afectaba a su vida personal. Hacía más o menos un año que trabajaba en su destinación actual, la sección administrativa de una empresa de producción industrial. Su trabajo la obligaba a abandonar la cama cada mañana con un nudo en el estómago. Tenía que lidiar cada día con una superior de la que a veces pensaba o bien que estaba loca, o que por el contrario era una persona desalmada y sin corazón, al menos uno hecho de músculo y carne. María, que era el nombre de su jefa, era una persona desagradecida y muy poco educada, a la que parecía que solo le importaba la imagen corporativa de la empresa; el trabajo bien hecho, o lo que esto significaba para ella, la realización de las diversas tareas tal y como ella quería que se hicieran, pues no le pasaba por su ilustrada cabeza que algo que ella pensara no fuera correcto; y que se obedecieran sus órdenes, por más absurdas que estas pudieran ser. Las más de las veces tratar con ella era lo más parecido a enfrentarse a una pared de frontón, que devolvía cada una de las objeciones, ruegos y consideraciones que se separaban un milímetro de lo que su iluminado entendimiento establecía, sin haber sido apenas consideradas.

badboss2Comunicarse con ella era a veces un puro galimatías (la mayoría de sus subordinados había abandonado desde hacía tiempo las ganas de hablar con ella), ya que toda su potencia mental la destinaba a pensar, imaginar y discurrir mejoras e implementaciones en el trabajo de todos, pero no en comunicarles educadamente a sus embobados trabajadores las decisiones a las que ella misma había llegado.

En más de una ocasión la toma de decisiones “sin ton ni son” habían generado más de un desatino, provocado sin ningún tipo de duda, o al menos eso era lo que pensaba María, por la tramitación incorrecta de sus órdenes. Estos errores más tarde se tenían que rectificar, deshaciendo todo lo hecho o haciendo algo totalmente diferente a lo que María había ordenado.

Aún así, a María le movía un deseo obsesivo de supervisar todo el trabajo de sus sumisos trabajadores. Con el desagradecido esfuerzo de sus informáticos, a los que detestaba y de los que no desaprovechaba ninguna oportunidad para humillar, había desarrollado toda una serie de herramientas informáticas que le permitían controlar y desbaratar al mismo tiempo el trabajo de los demás. Era, además, una de esas personas obsesionadas con los informes: obligaba a realizarlos de todo aquello imaginable y estúpido que le pudiera pasar por la cabeza: de las copias hechas en la fotocopiadora; listados de los buzones y de la evolución de sus propietarios; del gasto de la empresa detallado al céntimo; las inspiraciones de aire por minuto de sus empleados; la utilización de los servicios por parte del personal… Incluso se comentaba que en el futuro la puerta de los servicios solo permitiría el acceso a través de un sistema de lectores de tarjetas autentificadas y de un código que establecería qué tipo de actividad se iba a realizar en ellos.

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Otra de sus pasiones más sufridas era la de configurar esquemas y cuadros organizativos. Sus trabajadores no sabían bien bien de donde obtenía los datos necesarios para confeccionarlos. Algunos creían que la iluminaba la divina providencia, que le proporcionaba toda la información necesaria para, como un demiurgo, hacer y deshacer, aunque solo fuera sobre el papel, el trabajo de los demás.

Su bienestar físico y mental dependía, muchas veces, del reordenamiento compulsivo del mobiliario del despacho. Su espíritu prístino se alimentaba del cambio continuo de todo aquello que la rodeaba, incluyendo, muchas veces, a los propios empleados. Podríamos decir que uno no entraba dos veces en el mismo despacho, puesto que seguramente algo había variado en él, aunque fuera aquello más ridículo, ya fueran las mesas que ocupaban sus empleados, las fotocopiadoras que ocupaban las esquinas, o el color del marco de los cuadros que se ocultaban detrás de la puerta. Se decía incluso que María había intentado cambiar de posición las baldosas del suelo, unas por otras, pero que el obstinado cemento que las sujetaba se lo había impedido.

badboss4Aún así, María se tomaba muy en serio su trabajo. Para ella su departamento era la clave en el funcionamiento de toda la compañía. Se podría decir, o al menos ella lo pensaba, que a lo que se dedicaba la empresa era exclusivamente al trabajo administrativo, en vez de la producción industrial de la cual aquel no era más que su expresión de trámite.

Los días en que María organizaba reuniones de trabajo se convertían en jornadas bulliciosas en el despacho. Uno nunca sabía que es lo que podía pasar: presentaciones hollywoodienses; temas importantísimos a tratar sin ningún sentido, excepto para el propio entender de María; discusiones apasionadas y, de vez en cuando, alguna interpretación aclamada por todos, en las que María, o al menos a ella así se lo parecía, solucionaba los problemas más candentes de la sección.

Pero estas gestas no evitaban que, en la sección dirigida por María, todos considerasen el ejemplo dado por su superiora básico y necesario, aunque solo fuera para mostrarles aquello que nadie en su sano juicio debía hacer, si quería mantener el respeto y la consideración de las personas que se hallaban a su alrededor.

Aunque todo esto pronto acabaría para Sonia, pues alguna alma caritativa del departamento de personal había decidido, prudentemente, prescindir de su trabajo en el departamento dirigido por María, y todo un mundo de posibilidades se agolpaban ante sus ojos.
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Jorge Pisa

Crítica teatral: Daian&Giggy Live Sex, en el Inusual Project.

305804_186597431423531_1472720746_nDos prostitutas inician, como cada noche, su espectáculo de baile en un Peep Show. Actúan cada 20 minutos y para que se inicie su exhibición las chicas reclaman al público presente que introduzcan el dinero en la cabina.

Una vez que da inicio el espectáculo nos introducimos como simples voyeurs en el mundo interior de Diana y Georgina. Una cansada y asqueada de su trabajo que se ha convertido en pura rutina y que ha destrozado su vida y sus aspiraciones; la otra, más joven, con estudios de interpretación y con ganas de «ascender» en su trabajo. Esta noche, además, es posible que esté presente el jefe… Las necesidades y las desilusiones de ambas romperán la magia del espectáculo, llevando al límite la exhibición de música, baile y sexo.

DAIAN&GIGGY LIVE SEX es un mini-espectáculo en el que Daniel J. Meyer analiza de forma ágil diversos de los dramas y carencias que afectan a nuestra sociedad, como la fragilidad y la dependencia laboral; la devaluación de nuestras vidas subyugadas por el propio sistema; la invasión de la intimidad, el precio mercantilista que se extiende sobre casi todo; la influencia de la televisión y de la telebasura; la omnipresencia del sexo… todo ello desde un punto de vista crítico que el director nos muestra en forma de una tragicomedia de corta duración.

6413659237_9c494e80b4_zLa propuesta es, así, un micro-espectáculo en todos los sentidos: por su composición; su duración, más o menos unos 20 minutos; y por su puesta en escena, ideal para ser representado en cualquier espacio, como fue el caso del Inusual Project, local cultural ecléctico, donde se representó el pasado jueves 7 de febrero. La representación requiere, además, de la vida y de las emociones que le aportan sus dos protagonistas, Laia Pellejà y Sonia López, que construyen un espectáculo casi de la nada, en un ejercicio de puro y desnudo teatro, y del aire que le proporciona la interacción con el público, que además, lo vive desde muy cerca, casi tanto como si estuviera en la estrecha cabina de un sex-shop.

DAIAN&GIGGY LIVE SEX es, pues, una oportunidad para introducirse en el mundo pop, moderno y responsable de su director, acostumbrado a la dirección de obras de alto voltaje reflexivo y de apurada crítica social.

Dramaturgia y dirección: Daniel J. Meyer
Reparto: Sonia López y Laia Pellejà
Diseño gráfico: Jordi Martínez Piñol
Producción: Descartable Teatre
Duración del espectáculo: 18-20 minutos (aprox.)

Escrito por Jorge Pisa Sánchez

Crítica teatral: Mcbeth con queso, Teatre del Raval

El pasado 8 de octubre la compañía La Guapa Teatre presentó su nuevo espectáculo Mcbeth con queso en el Teatre del Raval, donde permanecerá en cartelera hasta el próximo 21 de noviembre.

Una obra que nos golpea con una trama de la más cruda actualidad. Situación: la cocina de un restaurante de comida rápida, para más señas una hamburguesería cualquiera. Protagonistas: el grupo de trabajadores/personas que se encarga de cocinar y servir la comida y de hacer reír a los más pequeños. El argumento: como cada final de mes, aparte de poder cobrar las siempre insuficientes nóminas, se decide, durante la celebración de un singular ritual hamburguesero, quien ha de ser el próximo trabajador del mes, lo que comporta tareas de dirección y un plus en el sueldo. Los trabajadores están nerviosos ya que algo que para el público, visto desde fuera, puede no tener valor, para ellos se convierte en un objetivo laboral y vital. La tragedia se huele en el aire, ya que todos harán lo que puedan para conseguir tan preciada meta.

Este es el menú que nos presenta La Guapa Teatre, con el propósito de hablarnos y meditar sobre la realidad en la que vivimos, como ya hizo en su anterior espectáculo Call Center. Mcbeth con queso intenta ser un retrato de una situación laboral real, como puede ser el entorno de un trabajo precario al que se ve abocado una gran parte de la población para sobrevivir y poder tirar adelante. El drama de un trabajo con pocas o ninguna gratificación, en la que el salario no anima a nadie a hacer más de lo que ya hace, aunque las exigencias desde arriba, desde la dirección, son cada vez mayores y cada vez más pesadas y anodinas. A esto se puede sumar una clientela que ni en sus formas ni en sus comportamientos, como intuimos en la obra, son los más cívicos y sociales.

Es en este cuadro en el que se tienen que mover los trabajadores de la hamburguesería fast food. El escenario nos muestra el interior del local, donde podemos ver a las personas y no a los trabajadores. Todos ellos, incluido el “actor/monitor” que hace de payaso para alegrar la merienda de los más pequeños, están inmersos en una pequeña tragedia vital personal, las cuales se nos irán haciendo conocer a lo largo de la obra. Una hermana pequeña que necesita cuidados médicos, un castigo familiar que depende de la consecución de “buenas notas” para ser anulado, una vida sentimental afectada tras la última rotura amorosa…

Todo ello se removerá y se agitará la última noche de mes, cuando los trabajadores de la hamburguesería, celebran su ritual mensual de comida (hamburguesas) y de bebida (alcohólica). La noche, sin embargo, no saldrá todo lo bien que ellos esperaban y las rivalidades, las decepciones y la lucha entre ellos llevará la velada al traste, a un final shakesperiano.

La Guapa Teatre nos propone otro soplo de aire fresco y de reflexión teatral en la línea que ya nos mostró con Call Center, con el objetivo de captar nuevos públicos y de presentar una acción y una reflexión teatral más cercanas a los referentes vitales y existenciales del espectador. Una propuesta agradecida que se compone de una interpretación coral, construida por los trabajadores de la hamburguesería, en la que sin duda veremos, al menos, parte de nuestra realidad más cercana reproducida. Una dirección por parte de Marc Angelet realista y actualizadora que acerca la obra al público y que consigue, seguro, hacerlos partícipes de la trama que se desarrolla sobre el escenario que, no olvidemos, contiene también continuos “ingredientes” cómicos.

Un drama laboral cómico que nos permite gozar una de las vertientes más luchadoras y estimulantes del teatro, aquella que pretende hacernos reflexionar sobre la realidad en la que vivimos y ser conscientes de la “obra de teatro” que cada uno de nosotros representamos diariamente en el escenario de la vida, aunque, como no, con un ligero toque de humor, necesario para poder seguir adelante con ella.

McBeth amb formatge” se representa en el Teatre del Raval del 8 de octubre al 21 de noviembre de 2010.

Dramaturgia: Marc Angelet
Dirección: Marc Angelet
Producción: LA GUAPA Teatre
Intérpretes: Gerard Flores, Aina Gomis, Carla Ricart, Carla Sala, Rosa Serra y Marina Tarrats
Iluminación: Joan Gil
Vestuario: Iztok Hrga

Horarios:
Del 8 de octubre al 7 de noviembre:
viernes y sábados a las 21:00 horas y domingos a las 19:30 horas.

Del 11 al 21 de noviembre:
de jueves a sábado a las 21:0 horas y domingos a las 19:30 horas.

Los días 29, 30 y 31 de octubre no hay función.

Precio: De 16 a 18 €.

Espectáculo en catalán

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Escrito por: Jorge Pisa Sánchez

Estreno teatral: McBeth amb formatge, en el Teatre del Raval

El Teatre del Raval estrena el nuevo espectáculo de La guapa Teatre, McBeth amb formatge, una tragicomedia negra, gamberra y shakesperiana de pequeño formado. Un espectáculo con trasfondo social y vocación «universal».
La acción central tiene lugar en el vestuario de un restaurante de comida rápido. Hoy, último viernes de mes, la actual «empleada del mes» tiene que escribir un informe para «proclamar» su sucesor en el cargo. Dentro de este prisma vemos y vivimos las diferentes situaciones que viven los personajes, sobre todo a nivel emocional, económico, familiar y social. Lo que en principio parece ser una cuestión sin demasiada importancia acaba convirtiéndose en fuente de los más inesperados conflictos y lleva a nuestros protagonistas a todo tipo de actos y comportamientos para alcanzar este dudoso honor. Drogas, sexo, karaokes, hamburguesas y patatas fritas se mezclan con bufones shakespearianos, traiciones, luchas de poder, venganzas, fantasmas y batallas con ketchup… Mucho ketchup!

McBeth amb formatge es otro proyecto de LA GUAPA Teatre que nace con el objetivo de captar nuevos públicos, buscando a un espectador joven, neófito y ofreciéndole unas tramas y unos diálogos próximos a su realidad. La compañía ya tuvo éxito con Call Center – un espectáculo de similares características- que estuvo dos temporadas y más de 14 semanas en cartel en Barcelona. Ahora quiere repetir la experiencia, buscando aquellos sectores de la población poco propensos a consumir espectáculos teatrales y ofrecerles un montaje que a buen seguro les gustará.

McBeth amb formatge es un espectáculo ágil, trepidante, políticamente incorrecto que habla de las aspiraciones vitales y profesionales de una generación que se enfrenta a su primer reto profesional.

McBeth amb formatge” se representa en el Teatre del Raval del 8 de octubre al 21 de noviembre de 2010.

Dramaturgia: Marc Angelet
Dirección: Marc Angelet
Producción: LA GUAPA Teatre
Intérpretes: Gerard Flores, Aina Gomis, Carla Ricart, Carla Sala, Rosa Serra y Marina Tarrats
Iluminación: Joan Gil
Vestuario: Iztok Hrga

Horarios:
Del 8 de octubre al 7 de noviembre:
viernes y sábados a las 21:00 horas y domingos a las 19:30 horas.

Del 11 al 21 de noviembre:
de jueves a sábado a las 21:0 horas y domingos a las 19:30 horas.

Los días 29, 30 y 31 de octubre no hay función.

Precio: De 16 a 18 €.

Espectáculo en catalán