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Crítica cinematográfica: Star Trek, en la oscuridad (J.J. Abrams).

    EXCLUSIVA-Poster-en-espanol-de-Star-Trek-En-la-oscuridad_noticia_mainEl próximo 5 de julio llega a las grandes pantallas españolas la nueva entrega de Star Trek, la primera secuela de la nueva franquicia producida y dirigida J.J. Abrams e interpretada, en los principales roles, por Chris Pine, Zachary Quinto, Karl Urban y Benedict Cumberbatch. Un film que mantiene las innovaciones establecidas en la anterior entrega (Star Trek 2009, J.J. Abrams, 2009) y que representa un paso adelante para la saga galáctica de ciencia ficción.

A la película le cuesta muy poco metraje desparramar la acción inicial sobre la pantalla. Los primeros minutos nos presentan el final de lo que vendría a ser una aventura habitual de la Enterprise (en la nueva franquicia) en la que Kirk y Spock intentan salvar un planeta de la extinción provocada por la erupción de un volcán, a pesar de las prohibiciones a la intervención establecidas en la Primera Directiva. Una vez finalizada la demostración/presentación inicial, la trama se encamina hacia la acción propia de esta nueva entrega.

De vuelta a casa los tripulantes del Enterprise tendrán que enfrentarse a una nueva amenaza. Un devastador atentado ha puesto de manifiesto una alarmante realidad: la Flota Estelar está siendo atacada desde dentro, y las consecuencias van a sumir al mundo entero en una grave crisis. El capitán Kirk dirige la nave Enterprise en una misión para capturar al hombre que parece ser el responsable del torbellino de violencia y destrucción.

HH-27766RLos tripulantes de la nave descubrirán las desmesuradas capacidades físicas y mentales de su prisionero y que algo oscuro está pasando en el seno de la Federación, cuando todo parece que la guerra con el poderoso y militarizado imperio Klingon está a punto de estallar. El hombre que han capturado tendrá la explicación a todo lo que está pasando, pero antes de conocer la verdad tendrán que descubrir cuáles son sus auténticas intenciones.

La nueva aventura de los tripulantes del Enterprise pretende maravillar tanto a los fans de la saga como a los espectadores más jóvenes del cine de acción y de ciencia-ficción, ya que mantiene un equilibrio tenso entre ambos tipos de público, rejuveneciendo y potenciando la acción del film al mismo tiempo que hace continuas referencia al canon del universo Star Trek, aunque este estallara en centenares de miles de pedazos en la entrega anterior. El film mantiene también un equilibrio entre las clásicas escenas de acción de puente de mando propias de la saga y las escenas de acción rápida al más puro estilo de las sagas Transformers, Mision Imposible o Iron Man, un estilo propio de los nuevos tiempos.

En esta nueva entrega el argumento se desarrolla alrededor de uno de los personajes más iconográficos de Star Trek que no es otro que Khan, el ser mejorado genéticamente que protagonizó uno de los capítulos de la serie original y una de las películas más exitosas de la saga cinematográfica. Y uno de los aciertos más sustanciales a nivel de casting ha sido la elección de Benedict Cumberbatch para encarnar al cruel y despiadado Khan, en una interpretación que le hace perder al personaje vigor y corporalidad  pero que en cambio le dota de una dimensión más aterradora y mortífera. Una interpretación del malvado del film que supera, a mi gusto, la que ofreció Eric Bana en la entrega anterior.

HH-28997CLa elección de Khan como malvado de esta entrega confirma el hecho, ya previsto en la concepción de la anterior entrega, de que todo el mundo desarrollado en Star Trek, ya sean klingons, romulanos, cardasianos, la máquina-con alma Vejer, los seres extraterrestres con intención de reanudar la comunicación con las ballenas de la Tierra, los Borg y así un largo etcétera, poseen muchos puntos para volver a personarse en las grandes pantallas, eso sí, con facciones renovadas y actualizadas destinadas no solo a los fans más viscerales de la franquicia, sino a un público amplio gustoso de las fantasías futuristas plagadas de acción.

Esta entrega se centra, por otra parte, demasiado en la relación de amistad forjada entre Kirk y Spock, otro de los sellos de marca de la saga, de una forma que reduce la presencia de los otros tripulantes de la nave en el film. Sulu, Chejov, Scotty o el propio dr. McCoy pierden cuota de pantalla, dejando sus historia aparcadas en la mesa de guión (si es que alguna vez las tuvieron), y reduciéndolos en algunos casos a meros comparsas. El único personaje que se salva de la purga es Uhura, que mantiene su relación sentimental con Spock la cual se desarrolla algo más en esta entrega.

Hallamos, asimismo, en el film una re-definición de los caracteres principales, Kirk y Spock, en un sentido muy actual que en parte se vislumbraba en la entrega anterior. Kirk mantiene su atractivo habitual, sobre todo con las féminas, y un espíritu rebelde que sí que enlaza con la saga anterior. Si bien con Spock la re-definición hace hincapié en la intensa lucha interna que se desata entre su parte humana y emotiva y su naturaleza vulcaniana y lógica, que aunque pega mucho con la constante re-visión actual de personajes literarios y cinematográficos clásicos, creo que desarrolla temáticas no muy acordes con la definición tradicional del personaje. Pero los nuevos tiempos y las nuevas formas mandan… sobre todo en el consumo televisivo y cinematográfico.

HH-00789CAdemás la película sufre de un metraje algo extenso (132 minutos) invertido en secuencias que seguro que podrían aligerarse. De esta forma la primera parte del film es bastante más lenta en comparación con la segunda, en la cual la acción se precipita con toda una serie de escenas (la captura de Khan, el combate entre las diferentes naves y la lucha final contra el malvado) que llenarán de gozo a aquellos a los que les guste la acción cinematográfica realizada según los cánones el siglo XXI. Por otro lado en la segunda parte del film la acción será la que predomine y la que le dé ese toque que ya tuvo la entrega anterior y de la que ya gozaron, a su manera, episodios como Star Trek II, la ira de Khan (Nicholas Meyer, 1982) o Star Trek: Primer contacto (Jonathan Frakes, 1996), las entregas con un mayor éxito de audiencia de la saga.

Pero como ya pasaba en el anterior film, y como se preocuparon de constatar Abbrams y el resto del equipo de producción, aunque se halla actualizado la franquicia, el canon Star Trek, construido a partir de las diferentes series y las películas de la saga, está muy presente aunque de una forma alterada, y se hace referencia a él de forma continua en el film: así hallamos a los famosos tribbles, continuas frases y situaciones fácilmente reconocibles, el renovado Khan o una re-filmación de una de las escenas finales de Star Trek II La Ira de Khan, que harán, seguro, las delicias de los fans de la saga.

Como artista invitado aparece en esta entrega Peter Weller, icono de la ciencia-ficción gracias a su participación en películas como Robocop (Paul Verhoeven, 1987), Leviathan: El demonio del abismo (George P. Cosmatos, 1989) o Asesinos cibernéticos (Christian Duguay, 1995) y que interpreta al almirante Marcus de la Flota estelar, en una interpretación agradecida, seguro, por los fans del género.

Como no podía ser de otra forma los efectos especiales están a la altura de una superproducción con un presupuesto de 185 millones de dólares, que vuelven a poner a la saga a la altura de los grandes estrenos del verano. Efectos que son potenciados de nuevo por la música compuesta por Michael Giacchino, que le da al film esa magnificencia que ya poseía la anterior entrega y para la cual se han creado nuevos temas y nuevas fanfarrias, reconocibles y vinculables a la nueva franquicia.

HH-STIDVFX_001Por lo que respecta a la trama, esta es algo complicada, y avanza de forma algo lenta, como ya comenté, en la primera parte de la película. Si bien pone en juego toda una serie de intrigas políticas, militares y corruptelas varias, muy al estilo, en parte, de lo que ya pasaba en Aquel país desconocido (Nicholas Meyer, 1991), y muy acordes con los tiempos actuales en los que vivimos, en los cuales, después de la caída de las torres gemelas, la política a nivel nacional e internacional parece cubierta de negruras y conspiraciones que escoden la voluntad de dominación política o económica del mundo.

Una trama que hipoteca la ciencia-ficción más filosófica que caracterizaba a muchas de las producciones clásicas, por una acción-entretenimiento, sin la cual, la franquicia no hubiera sobrevivido, seguro, a estos tiempos en los que la diversión y el «no va más» se imponen a la hora de marcar el consumo cinematográfico y cultural en general.

Un detalle que agradecerán los fans más trekkies de la saga es la nueva aparición, aunque de forma muy breve, de Leonard Nimoy, que prosigue su vinculación con la nueva franquicia como marca registrada de la casa que da pedigrí a toda la aventura.

En resumen, todo un gustazo volver a ver al Enterprise y sus tripulantes en activo de nuevo, aunque en una versión rejuvenecida, si bien seguro que la segunda entrega de la nueva franquicia, que ya ha recaudado la friolera de 258 millones de dólares en todo el mundo, no será del pleno agrado de los trekkies más puristas, a los que en verdad casi no les gusta nada, aunque proporcionará una dimensión de disfrute a aquellos públicos menos acomplejados que lo que buscan es diversión y acción en las películas que consumen en la gran pantalla. Todo ello ligado a una idea, la creada por Gene Roddenberry, que sin duda ha sabido perdurar ufana y presumida, por lo que se ve, al paso del tiempo.

Título: Star Trek: En la Oscuridad
Título Original: Star Trek Into Darkness
Director: J.J. Abrams
Guión: Roberto Orci, Alex Kurtzman, Damon Lindelof
Reparto: Chris Pine, Zachary Quinto, Zoe Saldana, Simon Pegg, John Cho, Karl Urban, Anton Yelchin, Benedict Cumberbatch, Alice Eve, Peter Weller
Música: Michael Giacchino
Fotografía: Daniel Mindel
Género: Ciencia Ficción
Nacionalidad: USA
Estreno: 5 de julio de 2013

Escrito por Jorge Pisa Sánchez

Crítica cinematográfica: The Host (La huésped), de Andrew Niccol.

Poster_TheHost_cast_1(1)Siempre es una alegría, al menos para aquellos que disfrutan con el género, el estreno de una película de ciencia-ficción, sobre todo debido a su escasa programación en las grandes pantallas y a sus frecuentes carencias a la hora de desplegar costosos efectos especiales o tramas realmente interesantes. Por suerte el primer trimestre del 2013 inició recorrido con el prometido estreno de varias producciones de género, entre las que destacan La huésped, la española Los últimos días, Oblivion, interpretada por Tom Cruise o Star Trek: en la oscuridad que llegara a las carteleras españolas a principios del mes de julio.

La primera en llegarnos ha sido La huésped, una película romántica de ciencia ficción basada en la trilogía escrita por Stephenie Meyer, creadora de la Saga Crepúsculo, y que se estrena en España el próximo 22 de marzo con el objetivo de galvanizar las emociones de los seguidores más jóvenes, y no tanto, de las novelas y versiones cinematográficas de las obras de la autora.

La película está dirigida por Andrew Niccol, director con experiencia en el género y responsable de films como In time (2011) o Gattaca (1997), dos producciones que tienen en común con La huésped su condición distópica, esto es, el mostrarnos un mundo futuro en el que la tiranía y las desigualdades económicas y sociales están a la orden del día, «donde la realidad transcurre en términos antitéticos a los de una sociedad ideal» y contra los cuales tendrán que luchar los protagonistas de la misma.

IMG_4817.CR2La huésped nos plantea un doble argumento que combina romanticismo y ciencia ficción en una trama claramente influenciada por el clásico del género La invasión de los ladrones de cuerpos (Don Siegel, 1956), film que ya produjo la friolera de 6 versiones del mismo tema y que ahora Meyer y Niccol se esfuerzan por adaptar a los nuevos públicos, esto es, a los espectadores más jóvenes y voluntariosos a la hora de dejarse llevar por la invasión, en este caso de hormonas y sentimientos amorosos, del que está impregnada la película.

El film nos plantea en su apartado de ciencia-ficción una clásica historia de invasión en la que una raza alienígena, los «almas», invaden la tierra y se apropian de los cuerpos y las mentes de los humanos. La raza alienígena se ha apoderados de casi todo el planeta, creando una sociedad más justa y segura, mientras que la raza humana está en peligro de extinción. Tan solo algunos grupos de resistencia humana sobreviven. Una de las supervivientes humanas, Melanie Stryder (Saoirse Ronan), es capturada por los «almas». Su cuerpo servirá de huésped a una entidad alienígena llamada Wanderer, la cual tendrá que compartir su nuevo cuerpo con su anterior propietaria. Ambas consciencias iniciarán una trayecto de conocimiento mútuo que las llevará a ser perseguidas por la sociedad alienígena y a ser consideradas como una amenaza por la resistencia humana.

_MG_4815.CR2Como ven la trama es interesante, ya que nos vuelve a plantear, en un marco de ciencia-ficción, una historia de conocimiento del otro y de posible solución de conflicto. A este planteamiento se le suma una clásica y adolescente historia de amor, y nada menos que una historia de amor múltiple. Una vez que Melanie/Wanderer (a la que se le dará el nombre más humano de Wanda) se pongan en contacto con los miembros de la resistencia humana, el conflicto emotivo y hormonal surgirá entre el amor humano sentido entre Melanie/huésped por su «pareja» Jared (Max Irons) y su hermano pequeño, Jamie (Chandler Canterbury) y los intereses amorosos que comenzará a sentir el anfitrión/Wanda hacía Ian (Jake Abel), otro de los miembros de la resistencia. Así pues Meyer nos ofrece un nuevo triángulo amoroso. Si el de la saga Crepúsculo se estructuraba entre Bella Swan, la joven protagonista humana, un hombre lobo y un vampiro, la propuesta en La huésped se transforma en los deseos amorosos femeninos desdoblados en un mismo cuerpo, los sentidos por la humana Melanie y los experimentados por la entidad alienígena Wanda.

Por el camino transitamos por una historia de ciencia-ficción que si bien no es del todo original, si que destaca por lo interesante de su planteamiento. El film no trata de discutir o analizar las diferencias existentes entre las sociedades humana y alienígena, lo injusto de la situaciónn para los humanos o el enfrentamiento sin fin entre ambas especies, sino que se esfuerza por potenciar los elementos de entendimiento, los cuales se materializan en las vivencias emotivas de Melanie/Wanda y en su voluntad de comprenderse mutuamente. De esta forma La huésped lastra su potencial de género para convertirse en la base de una historia de amor adolescente y juvenil. Para ello el film posee un ritmo tranquilo y placido que permite, aún en un contexto de pretendida acción, desarrollar toda una serie de escenas enamoradizas que harán las delicias, seguro, de los seguidores de la obra de Meyer, y que se desvivirán por el dilema emotivo que sufre su, o mejor dicho, sus protagonistas femeninas principales.

IMG_6618.CR2La huésped se construye a partir de toda una serie de actuaciones correctas, entre las que incluimos las de Saoirse Ronan, Max Irons, William Hurt, Chandler Canterbury o Jake Abel. Mención especial se merece la interpretación de Diane Kruger que encarna a la entidad alienígena encargada de perseguir y acabar con la resistencia humana. Una interpretación también dual que se impone por lo intenso de su carácter. El film contiene, además, toda una serie de bellas imágenes que potencian tanto la trama romántica como el contexto de ciencia-ficción del film y que incluye las escenas rodadas en el desierto, el campo de trigo artificial cultivado por la resistencia, o las imágenes de las pupilas de los alienígenas, el único elemento visible que diferencia a humanos y aliens.

Así, pues, ya lo saben. La huésped nos presenta el inicio de una saga cinematográfica romántica de ciencia-ficción. La dualidad que constituye todo el entramado del film marcará el éxito de la propuesta. Se tendrá que ver cuál es el reclamo de la autora de la saga Crepúsculo, y una de las productoras de la película, a la hora de trasplantar un éxito mundial basado en una historia de amor/desamor ambientada en el mundo oscuro de la licantropía y el vampirismo, a un contexto de ciencia ficción, en la que la trama romántica predomina. No creo equivocarme al prever un exitazo a nivel planetario, basado no tanto en la calidad de la historia, correcta si un caso, o en la fuerza de su contenido ciencia-ficcional, lastrado por el fuerte componente romántico, sino por las reglas del éxito del cine actual: un elenco juvenil que arranque de los sofases a miríadas de jóvenes necesitados de las dosis de «fantasía romántica» que la realidad no les puede ofrecer; un gran presupuesto, aunque tampoco gigantesco; y una capacidad de promoción y de marketing que consiga llegar a todos aquellos, distribuidos en cualquier parte del planeta, que necesiten seguir las aventuras fantásticas y románticas de sus protagonistas, para constatar que al fin y al cabo, el entendimiento y la posible resolución de los problemas con los otros, sean estos los que sean, se puede alcanzar a través del amor y de la confianza. Algo que por desgracia, está muy lejos de la situación de distopía social, económica y cultural que vive el mundo en la actualidad.

Título: The Host (La Huesped)
Título Original: The Host
Director: Andrew Niccol
Reparto: Saoirse Ronan, Diane Kruger, Jake Abel, Max Irons, Frances Fisher, William Hurt, Chandler Canterbury, Boyd Holbrook, Stephen Rider, Scott Lawrence, David House y Jaylen Moore
Guión: Andrew Niccol
Música: Antonio Pinto
Fotografía: Roberto Schaefer
Adaptación de la novela The Host de Stephenie Meyer
Fecha de Estreno en España: Viernes, 22 de Marzo de 2013
Género: Thriller, Cienci-Ficción, Fantasía, Romántico
Nacionalidad: USA

Escrito por Jorge Pisa Sánchez

Curso: Un paseo por la historia del cine, organizado por la AEPHG

La AEPHG (Asociación Española del Profesorado de Historia Y Geografía) continua con la programación del curso Un paseo por la historia del cine, que reemprende sus sesiones el próximo sábado 20 de octubre de 2012. Aquí os informarnos de las próximas sesiones:

Sábado 20 de octubre11:30-13:30 «El cine de los años 50 y 60: la ciencia ficción.» José Manuel Heras FernándezProfesor de secundaria
Sábado 17 de noviembre10:30-13:30 «Paseo por el Madrid cinematográfico.» Alfredo López SerranoUniversidad Carlos III
Sábado 1 de diciembre10:30-13:30 «Cine e historia en España» Sebastián Bettosini DénizProfesor de secundaria
«Las series de televisión: evolución e influencia en el cine.» Roberto AlcocerCrítico de cine

Lugar: CEIP. Antonio Moreno Rosales
C/ Olmo, nº 4, Madrid
Metro: Tirso de Molina/ Antón Martín

Para más información:

Web de la AEPHG: http://www.aephg.es/

Crítica cinematográfica: Dredd, de Pete Travis.

Breve Sinopsis:

En un futuro cercano, Norteamérica es un páramo asolado por la radiación con una única y gran megalópolis que se extiende a lo largo de su costa este: Mega City 1. Esta inmensa y violenta urbe cuenta con una población de más de 400 millones de personas, cada uno de los cuales es un infractor en potencia. Los únicos que intentan imponer el orden entre semejante caos urbano son los jueces, a la vez agentes de la ley, jueces, jurados y verdugos. Y la perfecta personificación de estos jueces es Dredd, una leyenda viva de justicia blindada dedicado por entero a hacer cumplir la ley.

Hace ya 35 años que Juez Dredd apareció publicado por primera vez en las páginas de la revista británica 2000 AD. El guionista escocés John Wagner y el dibujante español Carlos Ezquerra fueron los responsables del alumbramiento.

El siglo XXII se presenta muy apocalíptico. Ha habido guerras nucleares y las personas viven hacinadas y degradadas en grandes urbes. La delincuencia es elevada y para controlarla están los Jueces, garantes de la ley y el orden: son juez, jurado y verdugo. Un cómic violento pero con dosis de humor negro generado por lo intransigente de su protagonista al relacionarse con hordas de mutantes, cyborgs y monstruos dispares que incumplen la Ley.

La película Dredd traslada con acierto el ambiente de decadencia, violencia y suciedad que impregna los paisajes del cómic de donde proviene. Incluso con algún breve pasaje de sexo como la muy sugerida felación, una escena que no pasaría la censura si la película hubiera sido producida por otros estudios. El apartado de la parafernalia armamentística de los Jueces también está bien explotado.

El irreconocible Karl Urban, al que vimos como Leonard McCoy en la nueva versión de Star trek (J.J. Abrams, 2009) o Éomer en la trilogía de El Señor de los Anillos (Peter Jackson, 2001-2003) aceptó el papel de protagonista porque el personaje de Dredd no se quitaba el casco nunca, como en el cómic. Según el propio Urban, le motivaba tener que interpretar emociones utilizando sólo su voz y su cuerpo. No sale mal parado ya que Juez Dredd muestra pocos sentimientos y solo vive para cumplir su trabajo a rajatabla.

Como todo policía que se precie, Dredd tiene en este film una pareja de patrulla, la novata y bella Anderson (Olivia Thirlby). Ella pone los sentimientos humanos y eso que es una especie de mutante que puede leer la mente de los que la rodean. Para ello su personaje necesita ir sin casco, ya que esta protección malogra sus capacidades. Debido a esta circunstancia podremos al menos disfrutar de su rostro e interpretación. Dos protagonistas con el casco puesto durante toda la película hubiera sido demasiado!!

La «mala de tebeo» de la función es la desfigurada Ma-Ma (Lena Headey). Una actriz que ya conoce el mal en su papel en la serie Juego de Tronos y que aquí se acentúa por la vía más drástica y sin sutilezas. Nadie va a fastidiarle su negocio de tráfico de droga, el argumento delictivo principal del film.

El problema de esta película es que el tráiler te la vende como otra súper producción basada en un personaje del 9º arte y no lo es. No deja de ser una película de serie B que aparenta gran presupuesto. Parece que te vayas a encontrar un argumento interesante con esa nueva droga (el SLO-MO, una especie de retardador temporal) y las bandas que trafican con ella por el medio, pero a la que entran en el mega bloque Peach Tress se acaba el argumento para convertirse en una Jungla de Cristal sin el ritmo y el vigor que tenían las entregas de la saga interpretada por Bruce Willis.

Dredd no es una mala película, entretiene y si se hubiera estrenado en los ochenta ganaría muchos puntos, pues su factura en la acción es de esa época, aunque con algunos aciertos visuales como el efecto de la droga rodados en cámara lenta (Slow-motion) o los diferentes planos de ciertas caídas libres, que lucirán más en su versión en 3D. Pero el producto final no deja de ser un continuo avance por parte de Dredd y su compañera Anderson atrapados en el mastodóntico edificio cargándose a los delincuentes que no son rival para ellos. No hay malos destacables, con más presupuesto algún robot no habría estado mal.

Es inevitable encontrar en todas las críticas de Dredd la comparación con la película Juez Dredd interpretada por Sylvester Stallone en el año 1995 y dirigida por Danny Cannon, de origen británico igual que Pete Travis, el director de la nueva entrega. Los fans del personaje no perdonaron a Stallone que se quitase el casco a los cinco minutos, ni que convirtiera al implacable y despiadado Dredd de los cómics en apto para todos los públicos. Tenían razón. La crítica también la vapuleo pero eso ya es normal siendo una película de Sly. Diciendo esto puede que me gane enemigos, pero considero la versión del año 1995 una película más entretenida, en la que pasan más cosas, aunque no capte la esencia del personaje y su mundo como en esta nueva entrega. Por otro lado en la versión del 95 la parte superior del uniforme se parecía más al original y el mentón y los «morros» de Stallone llenaban más la pantalla. Ni que decir que la esplendida banda sonora de Alan Silvestri lucía mucho más que la de Paul Leonard Morgan para esta nueva era en que vivimos de acordes sencillos, repetitivos, sin melodías, ni temas principales.

Título: Dredd
Título original: Dredd 3D
Nacionalidad: USA, UK; India
Productora: Lionsgate, Reliance, DNA
Director: Pete Travis
Guión: Alex Garland
Reparto: Karl Urban, Olivia Thirlby, Lena Headey, Jason Cope, Rakie Ayola, Warrick Grier y Wood Harris
Género: Acción, Ciencia Ficción
Estreno en España: 7 de septiembre de 2012

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Carlo Rambaldi, un genio de los efectos especiales.


El pasados 10 de agosto moría a los 86 años de edad Carlo Rambaldi, uno de los grandes especialistas italianos en efectos especiales y creador de algunos de los seres de ciencia-ficción más famosos del cine, entre los que hallamos al gorila gigante de la versión de King Kong del año 1977; el terrorífico y sanguinario depredador de Alien, el octavo pasajero y, sobre todo, el alienígena amistoso de E.T. El extraterrestre, uno de las personajes cinematográficos más famosos de todos los tiempos.

Terror en el espacio (1965)

Rambaldi poseía formación como topógrafo y era pintor y escultor licenciado en la Accademia di Belle Arti di Bologna. Destacó pronto en la ingeniería y la animación electro-mecánica creando esculturas y marionetas animadas. Su primera colaboración con el cine fue la creación del dragón Fafner de 16 metros de altura para el film El Tesoro de los Nibelungos, dirigido por Giacomo Gentilomo en el año 1957. Esta colaboración le permitió trabajar en multitud de películas italianas de género, principalmente de terror, giallo (muy de moda en Italia en los años 60 y 70), aunque también colaboró en películas de aventuras, péplums o ciencia-ficción. Entre ellas cabe destacar Terror en el espacio (1965), dirigida por Mario Bava, en la miniserie L’Odissea (Franco Rossi, Piero Schivazappa y Mario Bava, 1968), Una lagartija con piel de mujer (1971) de Lucio Fulci, Bahía de sangre (Mario Bava, 1971) o Frankestein’80 (Mario Mancini, 1972).

Cabe destacar que su colaboración en el film de Fulci (Una lagartija con piel de mujer) le valió a este último un juicio, ya que fue acusado de maltrato y crueldad animal en relación a las escenas donde se mutilaba a un perro. Rambaldi tuvo que mostrar los ingenios y los efectos que había utilizado para rodar las escenas en cuestión para conseguir la absolución de Fulci, hecho que nos informa del realismo de su trabajo.

King Kong (1977)

En el año 1975 Rambaldi se encargo de los efectos especiales de Rojo oscuro de Dario Argento. Al año siguiente inició su «aventura» americana, que le haría ser conocido en todo el mundo, al participar como constructor-ingeniero del gorila gigante en King Kong de John Guillermin (producida por Dino De Laurentiis y la Paramount). Su trabajo en la creación y los movimientos del gran gorila y de su mano mecánica, que sostenía en una de sus más famosas escenas el cuerpo de Jessica Lange, le abrió las puertas a nuevas colaboraciones en las grandes producciones en Hollywood.

A King Kong le siguió en el año 1977 Encuentros en la tercera fase (Steven Spielberg), en la que Rambaldi diseñó los pacíficos alienígenas que llegaban a la tierra para contactar con los humanos y que aparecían al final del filme, acompañados de la música compuesta de John Williams, con una de sus melodías más reconocidas. Ese mismo año Rambaldi colaboró, también, en la película El desafío del búfalo blanco (J. Lee Thompson), en la que contribuyó a la hora de dar movimiento al gran búfalo protagonista.

Alien, el octavo pasajero (1979)

Ridley Scott y Hans Ruedi Giger recurrieron a la experiencia de Rambaldi para desarrollar el movimiento mecánico del alienígena sediento de cuerpos humanos en Alien, el octavo pasajero (Ridley Scott, 1979) en el cual Rambaldi pondría todo su empeño en dar vida a una de las criaturas más terroríficas del cine, cuyo éxito propició tres secuelas más, dos precuelas (la primera de las cuales Prometheus se estrenó el pasado 3 de agosto) y tres derivados que enfrentan a aliens contra predators, y cuyo campo de batalla es la tierra (la tercera entrega de esta franquicia se espera para el año 2016). Todo un éxito de taquilla que ha perdurado a lo largo de los años.

Tras su participación en La mano (1981) y La posesión (1981), dos película de género, llegó el gran momento de Rambaldi cuando Spielberg satisfecho del resultado de su trabajo en el diseño de los aliens de Encuentros en la tercera fase, le fichó para la creación de un nuevo alienígena, esta vez tierno y pacífico, para E.T. el extraterrestre, (1982) uno de los films más reconocidos y estimados de todos los tiempos y uno de los más taquilleros de la historia del cine, hasta que fue desbancado de la primera posición en la recaudación mundial por el estreno en 1993 de Parque Jurásico, también del director Steven Spielberg.

E.T. el extraterrestre, (1982)

Después del éxito de E.T., Rambaldi colaboró con la segunda entrega de las aventuras de Conan (Conan el destructor, 1984), en la que dio vida y movimiento al monstruo/divinidad Dagoth con el que Conan debía enfrentarse para salvar la vida de la princesa Jehnna, sobrina de la malvada reina Taramis.

Ese mismo año Rambaldi diseñó también los gusanos de arena gigantescos que poblaban el planeta Arrakis en el film Dune (David Lynch), seguramente una de las producciones de ciencia-ficción más extrañas e incomprendidas de la historia.

Conan el destructor (1984)

Rambaldi se encargó posteriormente de los efectos especiales de films como Miedo azul (Daniel Attias, 1985), King Kong 2 (John Guillermin, 1986), La habitación del miedo (Armand Mastroianni, 1988) o Rage, furia primitiva (Vittorio Rambaldi, 1988).

Por su trayectoria profesional Rambaldi ganó tres oscars por sus trabajos en King Kong, Alien, el octavo pasajero y E.T. el extraterrestre.

Nos deja, pues, uno de los grandes del género, alejado de la memoria y el recuerdo de muchos, seguramente, porque su trabajo más artesanal y mecánico ha sido substituido en los últimos años por unos efectos especiales más informáticos y digitales, que potencian, evidentemente, su impacto sobre el espectador, pero que no poseen la magnificencia de aquellos efectos especiales más artesanales que dominaron la producción de las películas de los géneros de terror y ciencia-ficción de los años 80.

Carlo Rambaldi Requiescat in pace

Escripor por Jorge Pisa Sánchez

Estreno cinematográfico: Extraterrestre, de Nacho Vigalondo

 

El próximo 23 de marzo se estrena Extraterrestre, la historia de una pareja que, al despertar, descubre aterrorizada que un gigantesco OVNI flota amenazador sobre su ciudad, una comedia delirante que fue presentada en el pasado Festival de San Sebastián, dirigida por Nacho Vigalondo y protagonizada por Michelle Jenner, Julián Villagrán y Carlos Areces.

Fotograma de la película

Tras una noche de borrachera Julio se despierta en la cama de Julia, una desconocida que no recuerda haberlo invitado a su apartamento en ningún momento. Superados los primeros instantes de desconcierto, ella pretende que se largue del piso, pero ambos descubren con terror que un OVNI sobrevuela la ciudad, la excusa perfecta para que el muchacho pueda quedarse junto a ella. Sin embargo, la llegada del marido de Julia complicará aún más, si cabe, la esperpéntica situación.

Extraterrestre es la segunda película de Nacho Vigalondo (Los Cronocrímenes), un film que narra una invasión extraterrestre desde el punto de vista de un grupo de gente “normal”, unos personajes alejados de los héroes épicos habituales en este tipo de producciones. Para los papeles protagonistas Vigalondo ha contado con Michelle Jenner (No tengas miedo) y Julián Villagrán (Bajo las estrellas), a quienes acompañan Carlos Areces (Balada triste de trompeta) y los humoristas Raúl Cimas y Miguel Noguera.

Extraterrestre se estrenará en nuestros cines el 23 de marzo de 2012.

Título: Extraterrestre
Género: Comedia, Ciencia Ficción
Nacionalidad: España
Año: 2011
Director: Nacho Vigalondo
Guión: Nacho Vigalondo
Intérpretes: Michelle Jenner, Julián Villagrán, Carlos Areces, Raúl Cimas, Miguel Noguera

Crítica cinematográfica: Eva, de Kike Maíllo.


Como todos sabemos, es difícil ver en la cartelera española películas que no sean de producción estadounidense, nacionalidad ésta que acapara un gran porcentaje de las cuotas de pantalla cinematográfica. Y es mucho más difícil, aún, ver una película de producción catalana, y más si ésta es de ciencia-ficción, y de ciencia-ficción de la buena.

La excepción que confirma la regla la representó el estreno el 28 de octubre del 2011 de la película Eva, primer largometraje dirigido por Kike Maíllo, producido por Escándalo Films en colaboración con ESCAC (Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya) e interpretada por Daniel Brühl, Claudia Vega, Marta Etura, Alberto Ammann y Lluís Homar.

Eva nos traslada al pasado, sí, como lo leen, a lo que parece un pasado futurista y ucrónico (o a un futuro año 2041 ambientado visualmente en un pasado setentero), en el que la informática, la robótica y las nuevas tecnologías están más avanzadas que en la actualidad y permiten construir robots altamente perfeccionados y con apariencia humana. Uno de estos proyectos, desarrollado en la Facultad de Robótica de Santa Irene, pretende crear un robot-niño con un innovador software emotivo que le permita desarrollar plenamente sus emociones, para lo que es contratado Alex Garel (Daniel Brühl), un reputado ingeniero cibernético, que regresa a la institución después de varios años de ausencia. Y de un primer intento fallido.

El regreso de Alex volverá a ponerlo en contacto con el pasado que abandonó, con su hermano David (Alberto Ammann); con Lana (Marta Etura), antigua compañera de estudios con la que mantuvo una relación amorosa, y con el laboratorio familiar donde había trabajado su padre. Su trabajo de creatividad informática emotiva se verá alterado al conocer a Eva, la hija de Lana y David, con la que comenzará a trabajar en su modelo de ingeniería emocional. Una colaboración “familiar” que volverá a reabrir las heridas sentimentales abiertas en el pasado.

Eva nos propone un debate cinematográfico sobre los sentimientos y las emociones, sobre aquéllos que se quieren desarrollar en las máquinas y sobre los nuestros propios, los humanos, que presiden y conducen nuestras vidas. Un debate sugerente materializado en una película interesante y cautivadora en muchos aspectos.

¿Cuál es la naturaleza de los sentimientos? ¿Es seguro implantar emociones en nuestras máquinas? ¿Sabemos conducir nuestros propios sentimientos? Alex intentará crear un modelo de ingeniería emocional basándose en sus propias emociones y en las de Eva, aun sin saber controlar las suyas propias. ¿Alguien sabe controlar sus emociones? ¿Podemos implantar y desarrollar algo que no hemos llegado a gobernar en nosotros mismos? Como ven hablamos de ciencia-ficción emotiva aunque, como dijo alguien en algún momento, las películas de ciencia-ficción no hablan del futuro, sino del presente, de nosotros mismos.

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Para ello la historia se desarrolla en un ambiente vacío, nevado, gélido, en el que el color blanco y su contraste, los tonos oscuros, dominan la película. A lo que se suma una visión setentero-futurista que sorprende (y agrada) al espectador. Todo un alarde de creatividad fílmica bien entendida.

Una atmosfera gélida que contrasta, también, con las emociones con las que trabaja Alex y con las emociones que se desatan en torno a él y que afectarán a su familia, a su hermano; a Lana, su antigua novia y a la hija de ésta. Un ambiente emocional que dificultará el trabajo de Alex y que hará que se reencuentre con su vida anterior, la cual iremos conociendo, también, a medida que avanza el film.

En la película un elemento muy destacado es la presencia de los efectos especiales que, aunque no sean omnipresentes tienen, sin embargo, un importante papel. Es agradable ver como buenos (perdón, buenísimos) efectos especiales también se pueden crear y desarrollar fuera del mercado americano. Las escenas de creación del software son sensacionales y los prototipos robóticos muy buenos. En este aspecto cabe destacar la interpretación de Lluis Homar, que nos sorprende como androide doméstico y nos deja otra muestra de su dominio interpretativo.

En Eva son pocos los personajes principales si bien realizan un estupendo trabajo interpretativo que hace creíble la historia. Daniel Brühl, el intérprete principal, encarna a Alex, un joven y prestigioso investigador reconocido que regresa al ambiente y a las emociones que dejó atrás. Marta Etura da vida a la antigua compañera sentimental de Alex que al ser abandonada rehízo su vida con su hermano David, interpretado por Alberto Ammann; Claudia Vega nos propone una buena y primeriza interpretación en la que reina la frescura y la inmediatez, y que nos irá desgranando toda una serie de enigmas a los que tendremos que estar atentos.

Como les decía antes, Eva nos permite reflexionar sobre el futuro, la tecnología, aquella que tiene que ver con los humanos y sobre nuestras propias emociones, que queramos o no, nos imponen muchas veces la hoja de ruta que nos vemos obligados a seguir. Así, pues, siendo nuestras emociones las causantes de algunos de los mayores logros de la humanidad, pero también el origen de algunas de las catástrofes más estremecedoras de la historia ¿es positivo incorporarlas a nuestras máquinas? Eva nos proporciona argumentos para reflexionar sobre el asunto y para disfrutar de una buena historia ambientada, no se olviden, en un pasado futurista, muy parecido al futuro que los avances en la tecnología nos depara y lo más importante, desde una perspectiva catalana. Toda una joya para aquellos a los que les guste ver buen cine y para los que disfruten de un buen debate post-visionado.

A la espera de que el próximo 10 de enero se hagan públicos los finalistas a los premios Goya de este año, hoy hemos conocido las nominaciones de los Premios Gaudí 2012 concedidos por la Acadèmia del Cinema Català, que incluyen 16 nominaciones para la película Eva que comprenden las categorías de mejor película en lengua catalana, mejor director, mejor montaje, y mejor actor y actriz principal y secundarios. Una muestra del éxito y de la calidad de la película dirigida por Kike Maíllo y producida por Escándalo Films en colaboración con ESCAC (Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya).

Escrito por: Jorge Pisa Sánchez

Título: Eva
Dirección: Kike Maíllo
Reparto: Claudia Vega, Daniel Brühl, Marta Etura, Alberto Ammann y Lluís Homar.
Guión: Sergi Belbel, Cristina Clemente, Martí Roca y Aintza Serra
Dirección de Fotografía: Arnau Valls Colomer
Diseño de Sonido: Oriol Tarragó
Sonido: Jordi Rossinyol
Supervisor Efectos Visuales: Lluís Castells y Javier García
Arte: Laia Colet
Vestuario: María Gil
Música original: Evgueni Galperine y  Sacha Galperine
Estreno en España: 28 de octubre de 2011
Distribuida en España por: Paramount Pictures

Estreno cinematográfico: EVA, de Kike Maíllo.


El próximo 28 de octubre se estrena EVA la producción robofantástica de la productora española Escándalo Films en colaboración con ESCAC (Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya), una fábula ecofuturista sobre la relación entre humanos y robots dirigida por Kike Maíllo, con guión de Sergi Belbel e interpretada por Claudia Vega, Daniel Brühl, Marta Etura, Alberto Ammann, Lluís Homar.

En un futuro próximo en el que los seres humanos viven junto a criaturas mecánicas, Alex, un reputado ingeniero cibernético, regresa a Santa Irene con el encargo de la Facultad de Robótica de crear un niño robot. En estos diez años de ausencia, la vida ha seguido su curso para su hermano David y para Lana que, tras la marcha de Alex, rehicieron su vida. La rutina de Alex se verá alterada de forma inesperada por Eva, la hija de Lana y David, una niña especial y magnética, que desde el primer momento establece una relación de complicidad con Alex. Juntos emprenderán un viaje que les precipitará a un final revelador.

Eva es el primer proyecto internacional de Escándalo Films focalizado en un nuevo objetivo: unir el valor técnico y artístico de los nuevos cineastas, autores y actores para generar un proyecto de interés dirigido a un mercado mundial. Eva es una historia de ciencia ficción muy lejos de los tópicos del género. Es un aventura dramática que plantea un debate de absoluta actualidad. Un producto seductor y atractivo para un amplio número de espectadores, inspirado en los clásicos inmortales del fantástico universal. Su historia es sencilla, local pero universal, con personajes cercanos, dramas tangibles y en un marco idílico para despertar el imaginario del espectador. Eva es una historia de cine fantástico, de amor y de muerte.


El género de ciencia-ficción normalmente formula preguntas que proponen nuevas reglas del juego, nuevos mundos. Esos mundos de fantasía, en ocasiones utópicos, en otras distópicos, suelen invitarnos a la reflexión. Cuando empecé a darle vueltas a la idea de realizar una película de ciencia ficción con trasfondo robótico llegué a la conclusión de que lo que más me interesaba era reflexionar sobre la relación entre humanos y máquinas: ¿es posible que los humanos nos lleguemos a sentir tan atraídos o tan próximos a las máquinas, por perfectas y por parecidas a nosotros, que podamos llegar a establecer lazos emocionales tan poderosos como con otros humanos? ¿Se dará en algún momento, en un futuro cercano o lejano, la posibilidad de que nos podamos enamorar o querer a una máquina aun sabiendo que se trata de un emulador? ¿Cómo afectarán esas «nuevas» relaciones a las «viejas» relaciones con humanos? ¿Se dará un fenómeno de progresiva sustitución?” A partir de estas cuestiones nace la trama de Eva. Alex quiere crear un robot tan sofisticado que sea capaz de robar el corazón de una persona«.

Título: EVA
Dirección: Kike Maíllo
Reparto: Claudia Vega, Daniel Brühl, Marta Etura, Alberto Ammann y Lluís Homar.
Guión: Sergi Belbel, Cristina Clemente, Martí Roca y Aintza Serra
Dirección de Fotografía: Arnau Valls Colomer
Diseño de Sonido: Oriol Tarragó
Sonido: Jordi Rossinyol
Supervisor Efectos Visuales: Lluís Castells y Javier García
Arte: Laia Colet
Vestuario: María Gil
Música original: Evgueni Galperine y  Sacha Galperine
Estreno en España: 28 de octubre de 2011
Distribuida en España por: Paramount Pictures

Crítica en Culturalia: https://cinelatura.wordpress.com/2012/01/05/critica-cinematografica-eva-de-kike-maillo/

Crítica cinematográfica: Transformers: El lado oscuro de la Luna, de Michael Bay


Con la llegada del verano se estrenan en nuestras pantallas las grandes superproducciones norteamericanas, aquéllas que invitan a refugiarse del sofocante calor en un cine armados de palomitas y refrescos. Una de las más esperadas este año es Transformers: El lado oscuro de la Luna, la tercera entrega de la conocida saga de robots que luchan por salvaguardar la paz en la Tierra, un producto que mantiene la firma del director Michael Bay y a Shia LaBeouf encabezando el reparto.

Tras lograr restablecer la paz en el mundo, nuestros protagonistas se enfrentan a otro tipo de tareas: los Autobots, al servicio del gobierno norteamericano, protagonizan pequeñas misiones en zonas de conflictos, mientras que Sam Witwicky centra todos sus esfuerzos en encontrar un trabajo a su medida, una tarea ardua e incomprensible para quien ha salvado el mundo en dos ocasiones. Pero pronto esa tranquilidad se verá interrumpida por un hecho que tiene su origen en la carrera espacial de los años 60 entre EE UU y la URSS, tiempos de guerra fría: una nave Autobot estrellada entonces en el lado oscuro de la Luna hará que la guerra entre Autobots y Decepticons se reabra en la actualidad.
Una vez más, se nos presenta aquí una conocida historia donde la lucha entre el bien y el mal es la protagonista absoluta, donde la acción, la ambición y la traición se erigen como los elementos fundamentales. En este sentido, Transformers: El lado oscuro de la Luna no sorprenderá, ya que sigue los patrones típicos de este tipo de films: el joven héroe ninguneado por las autoridades, la hermosa muchacha que sin quererlo termina metiéndose en la boca del lobo, la fidelidad entre viejos amigos, pequeños apuntes de humor, algún que otro momento emotivo, discursos grandilocuentes y, por supuesto, valerosos soldados norteamericanos dispuestos a morir si de esta manera consiguen salvaguardar las libertades de los humanos.

Como en otras películas de índole similar, el argumento suele estar al servicio de la espectacularidad de las escenas de acción, escenas en las que Michael Bay ya ha demostrado su talento con anterioridad, y de las que aquí van más que sobrados (en especial en la segunda parte del film): a lo largo de todo el metraje se suceden carreras en coches que al instante se transforman en guerreros, trepidantes escenas de acción (algunas tan rocambolescas e inverosímiles que, sin pretenderlo, arrancan la sonrisa del espectador), luchas entre gigantescos robots, etc., en un pantagruélico despliegue de efectos especiales que logran retos tan difíciles como el de presentar la ciudad de Chicago al borde del apocalipsis (impresionante las imágenes en que se desploma un acristalado rascacielos con los protagonistas en su interior), un despliegue de tal magnitud que consigue que, en los últimos 60 minutos, la batalla final no dé tregua al espectador. Además, para ofrecer una mayor espectacularidad, y con toda seguridad para sacar un mayor rendimiento a la inversión efectuada, la película se presenta en 3D, una opción que enaltece el trabajo de los efectos creados por ordenador. Sin embargo, uno no puede evitar preguntarse si más de dos horas y media no es una duración un tanto exagerada para cualquier tipo de película, incluida ésta.
Shia LaBeouf y Rosie Huntington-Whiteley, en una imagen de la película

Shia LaBeouf vuelve a interpretar al joven Sam Witwicky, a quien, en esta ocasión, han cambiado de partenaire: los enfrentamientos de Megan Fox con el director provocaron su desaparición en esta producción, así que ha sido sustituida por Rosie Huntington-Whiteley, una modelo inglesa de labios sensuales y voluptuosas curvas que aquí hace su primera incursión en el cine y que promete hacer olvidar a la antigua compañera de clase de Witwicky. Por otro lado, Patrick Dempsey es el villano que se interpondrá en el camino de los héroes. Ellos, y por supuesto los robots, son los completos protagonistas del film; con todo, entre el amplio reparto cabe destacar el acierto de incluir reputados nombres del cine independiente: John Malkovich, Frances McDormand y John Turturro, como si de una película de los Cohen se tratara, aportan su reconocido talento a la película interpretando personajes cómicos, próximos al histrionismo.

Recomendar una película de las características de Transformers: El lado oscuro de la Luna, un producto pensado para arrasar en taquilla, es una tarea baladí, ya que en estos días de canícula estival no hay nada mejor que arrellanarse en la butaca de un cine a disfrutar de un film sin más pretensiones que la de entretener al personal, algo que sin duda consigue. Así, pues, aquellos espectadores adictos a la acción y a los efectos especiales no se la deberían perder. No saldrán defraudados.

Título: Transformers: el lado oscuro de la Luna / Transformers: Dark of the Moon
Director: Michael Bay
Intérpretes: Shia LaBeouf, Rosie Huntington-Whiteley, Josh Duhamel, Ken Jeong, Hugo Weaving, Tyrese Gibson, Patrick Dempsey, John Malkovich, Leonard Nimoy, Alan Tudyk, Frances McDormand, John Turturro, Peter Cullen, Frank Welker, Tom Kenny
País: EE UU
Duración: 155 minutos
Distribuidora: Paramount

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Escrito por: Robert Martínez Colomé

Critica: Origen, de Christopher Nolan

Carátula del film

Cada verano nos encontramos con la misma historia en los cines: pocos estrenos destacables, alguna película infantil, mucha película mediocre y algún que otro blockbuster con exceso de testosterona copan las pantallas del país. Por ello, es de agradecer que también en esta época del año se estrenen títulos tan inclasificables como Origen: a falta de mejores opciones, podemos catalogarla como uno de esos estrenos blockbuster que arrasará entre el público, aunque lejos de la extrema violencia (algo hay) de otras cintas.

La película parte de una, aparentemente sencilla, premisa: la posibilidad de entrar en los sueños de la gente con el fin de manipularlos, ya sea para robar ideas del soñador o para inculcarle otras que cambien sus conductas. Para ello nos situamos en un futuro donde es posible contratar a un grupo de mercenarios, capitaneados por un atormentado Leonardo DiCaprio, quien interpreta al experto encargado de colarse en los sueños de sus víctimas y conseguir su objetivo a cualquier precio. La existencia del protagonista cambiará a raíz del encargo que le hará un empresario ávido de éxito y sin escrúpulos, y que será el único que le podrá permitir regresar a su antigua vida.

Origen es una película de difícil clasificación: es un thriller enmarcado dentro de un contexto de ciencia-ficción. Para lograr esa dualidad con éxito, nadie mejor que Christopher Nolan, publicitado desde el póster de la película como el director de El caballero oscuro, pero a quien debemos otra obra maestra del cine contemporáneo como es Memento, filme en el que jugaba con la pérdida de memoria y los recuerdos inconexos, consiguiendo una asfixiante atmósfera en la que se hacía imposible discernir entre realidad y falsos recuerdos. Argumentalmente impecable, Nolan logra crear una película compleja, donde consigue encadenar un sueño dentro de otro, y que a su vez se encuentra dentro de otro, logrando seducir al espectador, atrapado no sólo por sus giros argumentales, sino sobretodo por la belleza de sus imágenes: la película realiza un nuevo giro de tuerca en el mundo de los efectos especiales, y por ello será recordada, ya que será difícil olvidar, por ejemplo, las calles que se doblan sobre sí mismas o las peleas desafiando las leyes de la gravedad, luchas que a su vez están magistralmente sincronizadas con las diferentes acciones de cada uno de los sueños paralelos.

Buena parte del éxito de Origen radica en la perfecta elección de sus protagonistas, aunque son 3 los actores que debemos destacar: Ellen Page es todo un descubrimiento en la película, magnífica en el papel de la arquitecta de los sueños, una joven en la que confluyen a partes iguales aparente fragilidad, belleza e inteligencia; Marion Cotillard es la femme fatale capaz de desestabilizar la profesionalidad del protagonista, interrumpiendo la actuación del grupo en los sueños en los que se inmiscuyen; y por último encontramos un Leonardo DiCaprio totalmente alejado de la imagen dulce y adolescente que lo consagró hace más de una década: aquí es el experto en entrometerse en los sueños, aunque su oscuro pasado le persigue en momentos cruciales, dificultando su trabajo. Por último, de entre los actores presentes en la película, cabe destacar la presencia de Michael Caine con un breve papel, el del padre del protagonista, y es que siempre es de agradecer encontrar a Caine en un filme.

Por todo ello, Origen es una de las mejores opciones para pasar el calor estival, por no decir la mejor, la imaginación que destilan tanto su alambicado argumento como sus soluciones visuales lo avalan, y se postula como una de las películas más importantes de la ciencia-ficción de los últimos tiempos.

Título:
Origen / ‘Inception’
Director: Christopher Nolan
Intérpretes: Leonardo DiCaprio, Ken Watanabe, Joseph Gordon-Levitt, Marion Cotillard, Ellen Page, Cillian Murphy, Michael Caine
País: Estados Unidos / Alemania
Duración: 148 minutos