Archivo de la etiqueta: conan

Carlo Rambaldi, un genio de los efectos especiales.


El pasados 10 de agosto moría a los 86 años de edad Carlo Rambaldi, uno de los grandes especialistas italianos en efectos especiales y creador de algunos de los seres de ciencia-ficción más famosos del cine, entre los que hallamos al gorila gigante de la versión de King Kong del año 1977; el terrorífico y sanguinario depredador de Alien, el octavo pasajero y, sobre todo, el alienígena amistoso de E.T. El extraterrestre, uno de las personajes cinematográficos más famosos de todos los tiempos.

Terror en el espacio (1965)

Rambaldi poseía formación como topógrafo y era pintor y escultor licenciado en la Accademia di Belle Arti di Bologna. Destacó pronto en la ingeniería y la animación electro-mecánica creando esculturas y marionetas animadas. Su primera colaboración con el cine fue la creación del dragón Fafner de 16 metros de altura para el film El Tesoro de los Nibelungos, dirigido por Giacomo Gentilomo en el año 1957. Esta colaboración le permitió trabajar en multitud de películas italianas de género, principalmente de terror, giallo (muy de moda en Italia en los años 60 y 70), aunque también colaboró en películas de aventuras, péplums o ciencia-ficción. Entre ellas cabe destacar Terror en el espacio (1965), dirigida por Mario Bava, en la miniserie L’Odissea (Franco Rossi, Piero Schivazappa y Mario Bava, 1968), Una lagartija con piel de mujer (1971) de Lucio Fulci, Bahía de sangre (Mario Bava, 1971) o Frankestein’80 (Mario Mancini, 1972).

Cabe destacar que su colaboración en el film de Fulci (Una lagartija con piel de mujer) le valió a este último un juicio, ya que fue acusado de maltrato y crueldad animal en relación a las escenas donde se mutilaba a un perro. Rambaldi tuvo que mostrar los ingenios y los efectos que había utilizado para rodar las escenas en cuestión para conseguir la absolución de Fulci, hecho que nos informa del realismo de su trabajo.

King Kong (1977)

En el año 1975 Rambaldi se encargo de los efectos especiales de Rojo oscuro de Dario Argento. Al año siguiente inició su «aventura» americana, que le haría ser conocido en todo el mundo, al participar como constructor-ingeniero del gorila gigante en King Kong de John Guillermin (producida por Dino De Laurentiis y la Paramount). Su trabajo en la creación y los movimientos del gran gorila y de su mano mecánica, que sostenía en una de sus más famosas escenas el cuerpo de Jessica Lange, le abrió las puertas a nuevas colaboraciones en las grandes producciones en Hollywood.

A King Kong le siguió en el año 1977 Encuentros en la tercera fase (Steven Spielberg), en la que Rambaldi diseñó los pacíficos alienígenas que llegaban a la tierra para contactar con los humanos y que aparecían al final del filme, acompañados de la música compuesta de John Williams, con una de sus melodías más reconocidas. Ese mismo año Rambaldi colaboró, también, en la película El desafío del búfalo blanco (J. Lee Thompson), en la que contribuyó a la hora de dar movimiento al gran búfalo protagonista.

Alien, el octavo pasajero (1979)

Ridley Scott y Hans Ruedi Giger recurrieron a la experiencia de Rambaldi para desarrollar el movimiento mecánico del alienígena sediento de cuerpos humanos en Alien, el octavo pasajero (Ridley Scott, 1979) en el cual Rambaldi pondría todo su empeño en dar vida a una de las criaturas más terroríficas del cine, cuyo éxito propició tres secuelas más, dos precuelas (la primera de las cuales Prometheus se estrenó el pasado 3 de agosto) y tres derivados que enfrentan a aliens contra predators, y cuyo campo de batalla es la tierra (la tercera entrega de esta franquicia se espera para el año 2016). Todo un éxito de taquilla que ha perdurado a lo largo de los años.

Tras su participación en La mano (1981) y La posesión (1981), dos película de género, llegó el gran momento de Rambaldi cuando Spielberg satisfecho del resultado de su trabajo en el diseño de los aliens de Encuentros en la tercera fase, le fichó para la creación de un nuevo alienígena, esta vez tierno y pacífico, para E.T. el extraterrestre, (1982) uno de los films más reconocidos y estimados de todos los tiempos y uno de los más taquilleros de la historia del cine, hasta que fue desbancado de la primera posición en la recaudación mundial por el estreno en 1993 de Parque Jurásico, también del director Steven Spielberg.

E.T. el extraterrestre, (1982)

Después del éxito de E.T., Rambaldi colaboró con la segunda entrega de las aventuras de Conan (Conan el destructor, 1984), en la que dio vida y movimiento al monstruo/divinidad Dagoth con el que Conan debía enfrentarse para salvar la vida de la princesa Jehnna, sobrina de la malvada reina Taramis.

Ese mismo año Rambaldi diseñó también los gusanos de arena gigantescos que poblaban el planeta Arrakis en el film Dune (David Lynch), seguramente una de las producciones de ciencia-ficción más extrañas e incomprendidas de la historia.

Conan el destructor (1984)

Rambaldi se encargó posteriormente de los efectos especiales de films como Miedo azul (Daniel Attias, 1985), King Kong 2 (John Guillermin, 1986), La habitación del miedo (Armand Mastroianni, 1988) o Rage, furia primitiva (Vittorio Rambaldi, 1988).

Por su trayectoria profesional Rambaldi ganó tres oscars por sus trabajos en King Kong, Alien, el octavo pasajero y E.T. el extraterrestre.

Nos deja, pues, uno de los grandes del género, alejado de la memoria y el recuerdo de muchos, seguramente, porque su trabajo más artesanal y mecánico ha sido substituido en los últimos años por unos efectos especiales más informáticos y digitales, que potencian, evidentemente, su impacto sobre el espectador, pero que no poseen la magnificencia de aquellos efectos especiales más artesanales que dominaron la producción de las películas de los géneros de terror y ciencia-ficción de los años 80.

Carlo Rambaldi Requiescat in pace

Escripor por Jorge Pisa Sánchez