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Crítica teatro: Golfus de Roma, en el teatre Condal

El pasado 23 de septiembre se estrenaba Golfus de Roma, en el Teatre Condal, tras triunfar el año pasado en el Festival de Teatro Clásico de Mérida y hacer temporada en el Teatro La Latina de Madrid, un musical «made in Broadway» ambientado en la Roma antigua y capitaneado en esta ocasión por el actor Jordi Bosch.

«Pseudolus es un esclavo irreverente que intenta conseguir la libertad ayudando a Eros, el hijo de su amo, a ganarse el amor de Philia. Pero hay un problema… o dos: Philia pertenece a M. Lycus quien, a su vez, la ha vendido al general Miles Gloriosus. Y ninguno está dispuesto a renunciar a ella».

Pues sí, ya era hora de que Golfus de Roma llegara a Barcelona y de que Stephen Sondheim volviera a sonar sobre un escenario en estas latitudes. Y la ocasión se lo merece ya que Focus y el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida han conseguido revivir con gran acierto la Roma imperial en clave musical sobre el escenario.

Golfus de Roma_1

En esta ocasión el espectáculo ha sufrido una transfiguración al convertirse el espacio escénico en un circo, lo que potencia el elemento cómico de la representación, por lo que veremos la clásica trama creada por Burt Shevelone y Larry Gelbart y musicada por Stephen Sondheim en el año 1962, basada en las comedias del autor latino Plauto, en un contexto circense en el que los payasos y los clowns compartirán espacio con los actores y actrices cómicos.

Y entre ellos destaca, como no, la presencia de Jordi Bosch, que da vida al atrevido y resuelto Pseudolus en su ambición de alcanzar por fin la libertad. Y su esfuerzo se ve recompensado con buena nota, a la que no son ajenos el resto del reparto, en el que destacan Eloi Gómez, Meritxell Duró, Ana San Martín, Roger Julià, Víctor Arbelo, la incorporación de Mercè Martínez y, sobre todo, la fluidez cómica e interpretativa de Frank Capdet. Así mismo, la dirección de Daniel Anglès y Roger Julià, la dirección musical de Xavier Mestres y las coreografías de Oscar Reyes son sin duda otra de las claves para que el musical se haya podido llevar a cabo y con el resultado tan lustroso que presenta.

Dos elementos ayudan, finalmente, a alcanzar el objetivo requerido, el primero la música en directo y con un efecto muy envolvente, con los músicos apareciendo y desapareciendo en la platea e interpretando, a su vez, a diversos personajes secundarios y un escenario que provee al espectáculo de una gran lucidez.

Así, pues, Golfus de Roma es una merecida ocasión para revisitar el pasado romano en clave de comedia, disfrutar con las vicisitudes y peripecias vitales de Pseudolus, Hysterium, Eros, Lycus y Philia y deleitarse con un clásico del teatro musical de la mano de Stephen Sondheim, sin duda uno de los grandes compositores del género musical.

«Golfus de Roma» se representa en el Teatre Condal del 23 de septiembre de 2022 al 8 de enero de 2023.

Autoría: Stephen Sondheim
Dirección: Daniel Anglès y Roger Julià
Libreto: Burt Shevelove, Larry Gelbart
Adaptación: Daniel Anglès, Marc Gómez
Reparto: Jordi Bosch, Roger Julià, Roger Julià, Mercè Martinez, Eloi Gomez, Frank Capdet, Meritxell Duro, Ana San Martín, Víctor Arbelo
Dirección musical: Xavier Mestres
Escenografía: Montse Amenós
Iluminación: Xavier Costas
Sonido: Jordi Ballbé
Caracterización: Núria Llunell
Vestuario: Montse Amenós
Coreografía: Óscar Reyes

Horarios: de martes a viernes a las 20:00 horas; sábados a las 17:30 y a las 21:00 horas y domingos a las 18:00 horas.
Precio: a partir de 34€
Idioma: catalán
Duración: 2 horas y 35 minutos
NOTA CULTURALIA: 9
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Jorge Pisa

Crítica teatral : Moustache, The Rhythm Musical, en el Teatro Apolo

La compañía londinense Moustache Music Hall recibe, a principios del siglo XX, el encargo de entretener con su espectáculo al mismísimo rey Eduardo VII. Los componentes de la compañía lo van a dar todo e incluso se extralimitarán peligrosamente delante de tan ilustre personaje. El pequeño Max (Sergio Franco) es el alma de la comedia de esta compañía. Él es bailarín, pero sobre todo es el clown y comediante estrella de la función Moustache, pero algo se está quebrando en su interior y ni tan solo su amada Mary piernas largas (Júlia Ordoñez), bailarina también de la compañía, podrá detener esta grieta…

Después de dos años de preparación Coco Comin presenta la comedia musical Moustache, en la que un buen puñado de números musicales se suceden a ritmo de claqué sobre el escenario. La directora y autora del libreto ha orquestado un vertiginoso recorrido por diferentes épocas y temáticas de la historia con trabajadas coreografías. Ante nuestros ojos desfilarán más de trescientas piezas de vistoso vestuario diseñadas por la propia Coco Comin. Se oirá el claque con atronadora nitidez,  pues los bailarines llevan micros en los zapatos y hay dispuestos una serie de micrófonos también bajo el escenario. La obra contó con un presupuesto de 500.000 euros y posee un macrodecorado en el que se proyectan imágenes que crean la ilusión de la existencia de diversos espacios y ambientes.

La música en directo es a cargo de Xavier Mestres junto a otros cinco músicos que tocan infinidad de instrumentos distintos. Diez claquetistas, nueve actores, cantantes y bailarines. Treinta y cuatro números musicales. La dirección coreográfica de expertos de tap-dance como Sharon Lavi y Júlia Ortínez. Moustache, the Rhythm Musical tiene todos los ingredientes para ser un gran espectáculo, pero…

Moustache es una explosión de claqué para los sentidos y esto no se le puede negar, sin embargo nos presenta una historia que ya ha sido contada en múltiples ocasiones: el payaso que está atrapado en un registro pero que quiere cambiar de faceta y no puede o no sabe cómo; la tristeza que esto le conlleva; la soledad y la amargura del artista consagrado y la locura. También el apoyo y la amistad y el amor por los escenarios.

moustache_teatre-apolo_1En Sergio Franco recae el mayor peso de la función y defiende y borda muy bien su papel que requiere sobreactuación, el histrionismo del Joker de Batman, y un humor a lo Jaimito Borromeo solo apto para personas de cierta edad, porque el texto humorístico del que parte el personaje para mostrar que es el rey de la comedia no es lo suficientemente divertido, salvo algunas chispas y números muy concretos. Nos retrotrae a un tipo de humor de teatro antiguo y, a la postre, bajo esa percha de monólogos comparativos y juegos de palabras, hace parecer que el personaje sea un clown en decadencia y no la estrella de la compañía.

Los actores y bailarines Ernest Fuster, Albert Martínez y Joaquín Catalán aportan, cuando intervienen, buena voz y algo de frescura y buen humor al conjunto del espectáculo. El número de publicidad y la pieza del los filósofos son buena prueba de ello.

Júlia Ordoñez la actriz que interpreta a la novia del pequeño Max, destaca en el escenario por su espectacular presencia, pero tal vez le falte algo de química con su partenaire o más vigor para ser la estrella indiscutible en las coreografías. El cuerpo de baile se esfuerza al máximo y está integrado por actores y actrices con experiencia en el teatro musical y algunos de ellos son, incluso, profesores de ballet y claqué como la dinámica Evangelina Esteves.

Los números musicales son muy variados, no tienen conexión unos con otros, y son de diferentes estilos, destacando las piezas “a contratiempo”, “Opa”, y “The railway Tavern”. Algunos son más clásicos pero impecables y en varios de ellos te invade una sensación de déjà vu, como con “Nakupenda Malaika”. En cambio otros, como el Can-Can, siempre tienen el suficiente poder revitalizador y parecen funcionar a medio gas.

Por todo esto, sales del espectáculo con una sensación agridulce, a la que no es ajena los constantes giros de la comedia al drama, algo cada vez más común sobre los escenarios.

Moustache, a Rhythm Musical Comedy gustará, por supuesto, a los amantes del claqué de alta calidad técnica, de los musicales aparentemente sencillos y del teatro de humor a la antigua.

«Moustache, The Rhythm Musical» se representa en el Teatro Apolo hasta el próximo 29 de enero de 2017.

Dirección: Coco Comin
Dirección musical: Xavier Mestres
Bailarines: Compañía de Claqué Coco Comin
Escenografía: Paco Azorín
Coreografía: Sharon Lavi y Júlia Ortínez
Producción: Coco Comín

Idioma: castellano
Duración: 165 minutos
Horarios y precios: Web Teatro Apolo

NOTA CULTURALIA: 6
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Taradete

“T’estimo, ets perfecte, ja et canviaré.” en el Teatre Poliorama: Adictiva naftalina

El amor que más nos gusta es el retrógrado. Ese que nos recuerda una y otra vez que es imposible de alcanzar. Lo malo es que, en lugar de practicar juntos el salto de altura, nos empeñamos en hacer maratones. Cada uno por su carril. Y así, cuando llegamos a la meta, acabamos siendo un puñado de sudor, lágrimas y frustración: ¡Raras veces nos espera allí el ser deseado! Porque las más de las veces le dejamos atrás al adelantarle sin piedad cuando sonó el pistoletazo de salida.

Querríamos ser amados. Incluso nos repetimos una y otra vez que lo que más nos apetece es amar. Y mientras tanto, a nuestro alrededor, las consignas son justamente las opuestas: «¡Resignaos, estáis condenados a no entenderos!»

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La escena barcelonesa se está convirtiendo en una pasarela muy proclive a arraigar ese conservadurismo: “Lo tuyo y lo mío” emocionó durante meses en el Club Capitol con un edulcorado recital sobre chico que encuentra a chica y no contento con ello la repudia a ritmo de baladas pegajosas. El Teatre Gaudí desempolvó este verano “Per sobre de totes les coses”, folletín sobre un amor homosexual cercenado por la intransigencia religiosa y con partitura de efectista ópera-rock. Y ahora vuelve al Poliorama la más conseguida de las tres: la reposición dirigida por Elisenda Roca de una simpática colección de historietas manidas pero muy bien resueltas por sus cuatro protagonistas con la elegante aportación musical de Gerard Alonso y Pere Bardagí. Ahora se trata, de nuevo, de ilustrar esa serie de tópicos que sepultan las cosas de dos cuando quieren ser las de todos nosotros.

Roca adorna el conjunto con unas hermosas imágenes de Paula Bonet y coordina con mucha eficacia el desparpajo de Mercè Martínez (magnífica como anciana que liga a su pesar en un velatorio y sobrina directa de la gran Lloll Bertran), la clase de Xavier Mestres (ejemplar padre cretino primerizo especializado en probar peluches-antibebé), la versatilidad de Muntsa Rius (maravillosa como solterona borracha con olfato crematístico e irresistible como divorciada cavando su tumba por internet en el momento más arriesgado del espectáculo) y refrescante Jordi Llordella (dinámico, encantador y carismático). Los cuatro cantan y bailan también un repertorio de canciones amables y algo casposas. Y aunque asome la ironía por alguna esquina (el sketch sobre cómo rentabilizar la primera cita es un delicioso ejemplo de ello) nunca llega a hacer mella pues de lo que se trata es de afianzar roles sociales y de entretener a raudales. Y en eso, Joe di Pietro sabe encontrar el punto justo con réplicas chispeantes y moralina encantadora, como Jimmy Roberts perfila una partitura ligera tomando de baladas añejas (“Ja m’he fet a tot” recuerda mucho a “I remember it well” de Alan Jay Lerner y Frederick Loewe cantada por Maurice Chevalier y Hermione Gingold en “Gigi”) y esparciendo el peor tufillo a los “clásicos” Disney en los momentos más supuestamente tiernos.

¿Pero quién gana al final la carrera? Pues Roca, que desatiende cualquier plegaria de encontrar el amor verdadero para alzarse con la copa jaleada por el júbilo ancestral del público.

Por Juan Marea

 “T’estimo, ets perfecte, ja et canviaré.” se representa en el Teatre Poliorama de Barcelona hasta el 19 de octubre.
http://www.teatrepoliorama.com/es/testimo-ets-perfecte-ja-et-canviare2/

T'estimoEva era dual y se llamaba Muntsa y Mercè.

 

Crítica teatral: “Contra el progrés”, “Contra la democràcia” y “Contra l’amor”: Y a favor del espectáculo

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Somos contrarios a aquello que dicen que nos hace libres

Contra el inmovilismo vivimos mejor. Porque somos nómadas. De pensamiento y acción. Pero no, esto no es un alegato para pasar a la lucha.¡De ninguna manera! Se trata de una invitación a dudar de la firmeza de los pilares en que se asienta nuestro modo de vida coetáneo.

El dramaturgo Esteve Soler nos abre paso con su trilogía “Contra el progrés”, “Contra la democràcia” y “Contra l’amor”. Nos toca a nosotros adentrarnos en esta jungla compuesta de breves historias excitantes que pisamos con decidida actitud aún a riesgo de hundirnos inevitablemente en su frondosidad.

Porque Soler maneja con habilidad la capacidad de seducción del espectador y le da aquello que más necesita: artillería para que aprenda a reírse de sí mismo y del entorno social. Para que se estremezca con su poder de aniquilación a la hora de relacionarse con los demás. Y para que reconozca sin acritud la absurdidad de la industrialización, la dificultad de vivir en comunidad, el sinsentido de la pareja que folla y que no sabe amarse.

Soler planta unas lianas hechas de humor ácido, plasticidad argumental y con compañeros de viaje (los actores) que son entregados bufones versátiles.

Cada una de estas provocaciones escénicas se desmembra en una colección de gags breves en los que el surrealismo se alía con la crítica despiadada y los títeres que por ahí deambulan alardean con gracia escénica de su decapitación. Todo ello servido con un sentido de la intriga excepcionalmente medido que los directores, Joan Maria Segura y Carles Fernández Giua, suministran con certero tesón.

Las fieras de esta selva son temibles: un atropellado moribundo acusado de incívico por pretender ser atendido; una maestra poseída por el espíritu malsano del cuento que lee sin piedad a sus maltratados alumnos; un político exterminador de ciudades movido por el despecho sentimental; unos padres inductores del suicidio de su hijo adolescente después de repetidos intentos de asesinarlo; una princesa casadera que ataca dulcemente el amor maternofilial; o un seleccionador de actrices pornográficas destrozado por el abandono de su amada.

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¡Enamorémonos despiadadamente!

El triple espectáculo que va desgranándose en el escenario de La Seca-Espai Brossa de Barcelona alcanza sus cotas más elevadas cuando apuesta por la inquietud: episodios como el enigma vecinal de la realidad desconocida más allá del piso 6º, la historia de amor posapocalíptica de dos astronautas, la confesión de una mujer musulmana a través de la ayuda de un bienintencionado intérprete y la estancia en el hotel que rompe parejas son directamente magistrales por la originalidad de su trama, los giros de la historia, el ritmo con que se desarrollan y las interpretaciones de los actores, entre los que sobresale un inconmensurable y omnipresente Dani Arrébola seguido de cerca por una entusiasta Eva Cartañà, un carismático Guillem Motos, una deliciosamente ambigua Txell Botey, una elegante Laia Martí y un cómico Xavi Idáñez.

Y después de tantas aventuras será una gozada volver a nuestras vidas con el souvenir de sabernos más fuertes.

Por Juan Marea

“Contra l’amor”
Dirección: Carles Fernández Giua; Actores: Dani Arrébola, Eva Cartañà, Laia Martí y Guillem Motos; Espacio escénico: Alfonso Ferri; Diseño de sonido y adaptaciones musicales: Lucas Ariel Vallejos; Caracterización: Toni Santos

“Contra el progrés”
Dirección: Joan Maria Segura; Actores: Dani Arrébola, Txell Botey y Xavi Idáñez; Espacio escénico: Fortià Coromina; Diseño de sonido: Xavier Mestres

Contra la Democràcia
Dirección: Actores: Dani Arrébola, Eva Cartañá, Laia Martí y Guillem Motos; Espacio escénico: Eugenio Szwarcer; Diseño de sonido: Lucas Ariel Vallejos

La Seca-Espai Brossa de Barcelona
c/ dels Flassaders, 40
Sala Joan Brossa
Del 11 de abril al 12 de mayo de 2013
Horarios:
“Contra l’amor”(de miércoles a sábado; 21 h. Domingo: 19 h. (excepto los domingos que se representa la trilogía)
“Contra el progrés”, “Contra la democràcia” y “Contra l’amor”: domingos 21 de abril, 5 y 12 de mayo a las 17 h
Precios: 20 €; miércoles, día del espectador: 12 €; Trilogía: 26 €

Crítica teatral: CONCHA (Yo lo que quiero es bailar), en el teatro Goya.


La megafonía del teatro anuncia el inminente inicio de la función. El murmullo de los espectadores asistentes disminuye, los nervios se acrecientan… Se ilumina el escenario, la música comienza… y al poco tiempo, una figura aparece, una silueta que va delimitando unas formas femeninas, una textura experimentada y un dominio de la interpretación construido tras muchos años de ejercicio… Es Concha Velasco y el espectáculo es Concha (Yo lo que quiero es bailar), una obra que recorre la vida y la obra interpretativa de una de las figuras más conocidas y populares del cine y del teatro español.

Podríamos decir que el espectáculo que el teatro Goya estrenó el pasado 15 de octubre es algo así como un monólogo, cocido y enriquecido con recuerdos, con experiencias, con música en directo, pero sobre todo con la constancia y el trabajo de una actriz con más de 50 años de carrera profesional.

Concha, permítanme que la llame así, como si fuera de la familia, ya que la dinámica del espectáculo nos acerca a la Concha Velasco de verdad, a la mujer que ha interpretado a todo un sinfín de mujeres, nos narra, de viva voz, su vida, sus primeros pasos en el mundo del espectáculo a través de su pasión por el baile que la llevaría, debido a su especial atractivo y simpatía, a introducirse en el teatro y más tarde en el cine.

De la mano de Concha recordaremos sus primeras andanzas profesionales, pero también su desarrollo y aprendizaje vital, y seremos conscientes de la mujer que estuvo y está detrás de personajes como la chica de la Cruz Roja, la joven Susana de La Verbena de la Paloma, la Dolly Levi de Hello Dolly, o de Teresa de Jesús.

Para ello Concha no necesita nada más que un escenario y un patio de butacas. Todo lo demás parece excesivo, parece sobrante. Solo precisa de la ligazón que la ha mantenido unida con su público desde su debut. Es descriptivo de todo esto que les digo la apariencia del patio de butacas: los cabellos teñidos de blanco son los que destacan sobre los respaldos de las butacas. Y no solo eso, solo hace falta observar el trato y el vínculo que Concha establece con el público que la ha ido a ver. La Velasco solo necesita un foco de luz y una silla elevada donde sentarse de tanto en tanto. Y una historia, o mejor dicho, la historia de su vida. Solo ella, sin artilugios, sin un vestuario despampanante, sin efectos de luz deslumbrantes, tan solo ella y los recuerdos de una vida dedicada a la interpretación.

Bueno, esto no es del todo cierto. La Velasco no está totalmente sola. Un cuarteto de músicos (Xavier Mestres, Tomàs Alcaide, Roger Conesa y Xavi Sánchez) la acompaña durante las interpretaciones musicales que jalonan el espectáculo. Porque como usted ya sabe, la de La Velasco también es una carrera musical. Y son dos de estos momentos los que voy a escoger para profundizar un poco más en la obra: el primero la interpretación del tema central del Hello Dolly!!, obra musical que Concha interpretó en el teatro en el año 2001, y que aúna la magia de Broadway y el aroma de la gran Barbra Streisand con la veteranía y el savoir-faire de La Velasco; y el segundo, la interpretación que la actriz realiza al final de la actuación de su famosa Chica ye-ye, todo un ejemplo de la energía y el vigor que Concha Velasco sigue manteniendo a sus …ejem…ejem... años de edad.

Como les decía, éste es un espectáculo 100% Concha Velasco, y una biografía teatral con la que la actriz premia a un público fiel y entusiasmado. Por que no todo son nuevas tecnologías; por que no todo son nuevos lenguajes escénicos; por que no todo es innovación y diseño, el espectáculo que nos presenta Concha Velasco, dirigido por Josep Maria Pou, vale mucho la pena, sobre todo si usted vio crecer vital y profesionalmente a una mujer por la que parece que no pasan los años, aunque si que parece que pase la experiencia, el dominio y el control de la interpretación sobre el escenario.

Si todavía no ha visto CONCHA (Yo lo que quiero es bailar) aún tiene la posibilidad, hasta el 5 de febrero, de disfrutar de algunos retazos de la vida y de la obra de la actriz, y de un poco de la forma de hacer y de vivir el teatro de “antes”. No lo dude, aunque la oferta teatral es amplia, una oportunidad como ésta no se tiene cada día, aunque bien mirado, desde el mes de octubre si que la tiene cada noche en el Teatro Goya.


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«CONCHA (Yo lo que quiero es bailar)» se representa en el Teatre Goya del 15 de octubre de 2011 al 5 de febrero de 2012.

Dirección y dramaturgia: Josep Maria Pou
Texto: Juan Carlos Rubio (Sobre biografía y relato oral de Concha Velasco)
Intérprete: Concha Velasco
Dirección musical y arreglos: Xavier Mestres
Piano y vocal: Xavier Mestres
Violín, teclado y vocal: Tomàs Alcaide
Saxo, batería y vocal: Roger Conesa
Contrabajo y vocal: Xavi Sánchez
Colaboración especial: Salvador Vidal (Voz en off)
Escenografía y diseño de video: Eugenio Szwarcer
Iluminación: Juanjo Beloqui
Sonido: Jordi Ballbé
Vestuario: Nina Pawlowsky
Producción: Focus

Horarios: Miércoles a las 20:00 horas; jueves a las 17:00 y a las 20:00 horas; viernes a las 20:00 horas; sábados a las 17:30 y a las 20:30 horas y domingos a las 18:00 horas.
Precio: miércoles y jueves, 25 €; viernes, sábado, domingos y festivos, 30 €.
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Escrito por: Jorge Pisa Sánchez