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Crítica teatro: L’èxit de la Temporada, en el teatro Coliseum

La productora El Terrat cumple 30 años en activo, algo digno de celebrar en un medio tan cambiante como es el de la producción audiovisual y cultural. Y para ello, en medio de estos tiempos de pandemia, ha conseguido poner sobre los escenarios varias producciones, entre ellas Pegados el musical, el pasado año, y actualmente La gran ofensa y L’ èxit de la temporada, obra de la que nos ocupamos en esta crítica.

«Seis amigos que triunfan como cómicos en programas de radio y televisión, deciden unirse para sacar adelante el espectáculo teatral “Romeo y Julieta” y así poder reivindicarse como intérpretes más allá de los lugares comunes donde parece que los encasillan. Un incidente fortuito hace que el espectáculo no se pueda llegar a estrenar.
Veinte años después, estos seis amigos se reencuentran para intentar hacer realidad el espectáculo que no hicieron en el pasado. El mundo ha cambiado, ellos han cambiado, sus relaciones, sus cuerpos, su talento, sus objetivos vitales, su visión del teatro, sus fobias… todo ha cambiado».

La nueva propuesta de El Terrat, que ha tenido un cocinado lento debido a las restricciones provocadas por la Covid-19, llega finalmente al teatro Coliseum para divertir y hacer pensar en otras cosas al público asistente. La obra dirigida por los jóvenes Enric Cambray y Israel Solà reagrupa a algunos los pesos pesados de la productora, enre ellos a Sílvia Abril, David Fernández, Fermí Fernández, Oriol Grau, Mònica Pérez y Jordi Rios a los que se suman energías más jovenes como la de Alba Florejachs y Mònica Macfer.

La trama es de aquellas basadas en la nostalgia de otros tiempos, a la que se suman las dificultades para producir una obra escénica, al estilo de Pel davant i pel darrera o Boulevard. Si a ello le añadimos una reflexión sobre el oficio del teatro y sobre la amistad, tenemos los ingredientes que componen esta comedia, trágica en algunos momentos.

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Entre medio asistimos a una mezcla de realidad y ficción, la primera basada en la trayectoria profesional de los actores y las actrices a lo largo de los treinta años de existencia de la productora, ligada a la sabia dirección del humorista y presentador Andreu Buenafuente. De ahí que las continuas referencias a personajes como la niña de Shrek, El Gilipoyes, Chikilicuatre o la imitación del rugido de un dinosaurio de Fermí Fernández vayan apareciendo y enriqueciendo a su paso la representación. La segunda, la ficción, que nos muestra todos los hándicaps que tendrá que superar la compañía para poner en valor y representar Romeo y Julieta, con unos actores y actrices para los que han pasado 20 años y muestran un interés relativo en el proyecto.

L’Èxit de la temporada es un concentrado de humor y de recuerdos, aquellos que han acompañado al espectador, a unos más y a otros menos, a lo largo de las últimas décadas televisivas, teatrales e incluso radiofónicas. Y funciona, por esta razón, con un público que reconoce a los cómicos y las cómicas y ha reído con ellos y ellas a lo largo de muchas noches, ya sea con programas como Sense títol, La cosa nostra o Late Motif.

Si bien, en algunos momentos a la obra le falta, también, algo de punch, aunque tenga escenas, como la de representación final de la obra, que provoca las carcajadas entre el público. El espectáculo, además, muestra un final algo artificial, que no acaba de cuadrar con el resto de la representación, y que además rompe algo adulteradamente la magia escénica.

Aún así, L’ Èxit de la temporada cumple su cometido, esto es, celebra con nota el reencuentro de actores, actrices y personajes made in El Terrat, y provee de una hora y cuarenta minutos de un divertimento mucho más que merecido a un público fiel a la productora y necesitado, en estas fechas, de humor, en un contexto como el actual anclado en la incertidumbre y el desasosiego provocado por la pandemia de Covid-19.

«L’Èxit de la temporada» se representa en el Teatro Coliseum del 7 de enero al 28 de febrero de 2021.

Dirección: Enric Cambray e Israel Solà
Dramaturgia: Enric Cambray e Israel Solà
Reparto: Sílvia Abril, David Fernández, Fermí Fernández, Oriol Grau, Mònica Pérez, Jordi Rios, Mònica Macfer y Alba Florejachs
Escenografía: Mercè Luchetti y Marc Salicrú
Iluminación: Ignasi Camprodon
Sonido: Jordi Bonet y Eudald Gili
Vestuario: Albert Pascual
Producción: El Terrat

Horarios: de miércoles a viernes a las 20:00 horas; sábados a las 17:00 y a las 20:00 horas y domingos a las 18:00 horas
Precio: desde 16€
Duración: 1 hora y 40 minutos
Idioma: Catalán
NOTA CULTURALIA: 7,5
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Jorge Pisa

Crítica teatral: Molt soroll per no res, en el TNC

Uno pensaba, cuando le llegó la información de la programación de esta temporada del TNC, cuál podía ser el resultado de mezclar una obra de Shakespeare como Molt soroll per no res con la música de Cole Porter, todo ello dirigido por Àngel Llàcer y convertido en musical. Un reto del que sale triunfante la producción del TNC con un espectáculo musical a lo grande, protagonizado, entre otros, por Bea Segura, Lloll Bertran, Jordi Coll, Victòria Pagès y David Verdaguer.

«Mucho ruido y pocas nueces, la gran comedia de Shakespeare con música de Cole Porter en directo. Un Shakespeare en una versión contemporánea inspirada en las películas americanas de los años cincuenta. Una gran compañía de actores y actrices que nos ofrecerán los secretos, los engaños y las tradiciones de una comedia sobre la frontera entre la amistad y el amor».

Lo que nos propone el TNC es, pues, un espectáculo musical basado en una de las comedias más reconocidas de Shakespeare, mezclado con temas populares de Cole Porter, Irving Berlin y H. Herb Brown, tocados en directo por una pequeña orquesta . La transformación de la obra en espectáculo está a cargo de Marc Artigau y Àngel Llàcer en la dramaturgia, dejando la dirección a este último. Por lo que el espectáculo tiene un toque Llàcer muy característico. La acción se traslada de la Mesina medieval al Hollywood de los años 50, un ambiente que da color a la representación y fomenta, claro está, las intrigas y la comicidad que Shakespeare ideó para la obra.

Como signo de los tiempos vale la pena decir que para la construcción escénica se han reutilizado gran cantidad de elementos pertenecientes a otras obras teatrales representadas en el TNC, que si bien al principio sorprenden por su creatividad y magnificencia, al final pueden acabar cansando un poco al espectador, debido a su constante ir y venir. Aún así, los elementos de escenografía consiguen darle a la representación un toque hollywoodiense que le va muy bien.

Molt soroll per no res_TNC_1
En el apartado actoral, Llàcer consigue transformar las interpretaciones de un clásico en las propias de un espectáculo musical, rebajando su clasicismo y explotándo su lado más humorístico y melódico, a lo que ayuda y mucho toda la serie de coreografías que transmiten las vivencias y las emociones de los personajes. El propio director, además, se reserva un pequeño papel en la representación, justamente el de director de la película que se está rodando sobre el escenario, un toque que sin duda ayuda a singularizar la obra.

Si bien, aunque el espectáculo cumple sus objetivos a la hora de vestir la obra de Shakespeare y de conectar con el público, peca de los excesos escénicos del director, que provee a la representación de demasiado colorido y, en ocasiones, un toque «de ambiente» que aunque impropio de Shakespeare sí que podemos ligar a las vida personal de Porter.

Molt Soroll per no res nos permite, por otra parte, ver a un grupo de actores y actrices resolutivos disfrutar sobre el escenario adaptando a los caprichos actuales un clásico de envergadura, recorriendo así la senda de la actualización tan en moda en el teatro. No esperemos, sin embargo, interpretaciones extraordinarias, sino las propias de un espectáculo musical que nos habla de las emociones elementales del ser humano, esto es, la oposición entre el amor y el odio, y nos muestra como los amores más profundos pueden romperse fácilmente y los afectos más súbitos pueden permanecer para toda la vida.

Una adaptación no recomendable para aquellos más puristas a los que les gusta disfrutar de los clásicos como lo que son, pero una función que permite llegar a nuevos públicos, los más jóvenes, con una adaptación en clave musical de un clásico con más de 400 años, que satisfará a todos aquellos que se lo quieran pasar bien combinando en una coctelera los textos de Shakespeare y la música de Cole Porter.

«Molt Soroll per no res» se representa en el TNC del 15 de octubre al 29 de noviembre de 2015.

Autor: William Shakespeare
Dramaturgia: Marc Artigau y Àngel Llàcer
Dirección: Àngel Llàcer
Reparto: Clara Altarriba, Lloll Bertran, Oriol Burés, Enric Cambray, Jordi Coll, Bernat Cot, Àngel Llàcer, Albert Mora, Òscar Muñoz, Aida Oset, Victòria Pagès, Marc Pociello, Bea Segura, Albert Triola y David Verdaguer
Dirección musical: Manu Guix
Músicas: Cole Porter, Irving Berlin y I. Herb Brown
Escenografía: Sebastià Brosa
Vestuario: Míriam Compte
Iluminación: Albert Faura y David Bofarull
Sonido: Roc Mateu
Caracterización: Àngels Salinas y Txus González
Coreografía: Aixa Guerra
Voz: Xavi Duch
Producción: Teatre Nacional de Catalunya

Horarios: Miércoles a las 11:00 horas (función escolar); jueves y viernes a las 20:00 horas; sábados a las 17:00 y a las 21:30 horas y domingos a las 18:00 horas
Precio: 28 €
Duración: 2 horas y 35 minutos con entreacto
Idioma: catalán

NOTA CULTURALIA: 7,5
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Jorge Pisa

Els guapos són els raros: Balando en el rebaño pop triunfal.

Lo bueno de ser feo es que nadie te presta atención. Y puedes hacer lo que te dé la gana. Ahora bien: ¡pobre de ti como se te ocurra ponerte en primera fila! No vivirás para contarlo. No porque vayas a morir, sino más bien porque ¿a quién encontrarás que esté dispuesto a dejarte hablar?

 Los tres personajes de Enric Cambray hablan mucho. No paran de hacerlo. En realidad, gritan, gesticulan, se pelean y se abrazan. Quieren ser guapos. Los guapos oficiales al menos. Esos que arrasan en el “insti” y que, por el mismo precio, humillan a los “friquis”. Cambray, después de presentarlos en sociedad, se decide a detallar sus efectos secundarios cuando el trío “raro” se propone dejar de serlo. Conoceremos hasta qué punto la adolescencia frustrante, y el empeño por estar bien calentito en el rebaño, lleva a estos corderitos desvalidos a degollar a los reyes del mambo oficiales.  Enric lo hace de forma dispersa pero muy lúdica al apostar por una estructura narrativa a trompicones: El desarrollo de la trama principal se ve interrumpido constantemente por números en los que sus “figuras” pueden lucir su expresión corporal coreografiada, su vis cómica, su tormento dramático y hasta entrar y salir del espectáculo convirtiéndolo por momentos en un ensayo con público. Nosotros, desconcertados por aparecer en el escenario sin previo aviso, aportamos con nuestra espontaneidad (que yo sepa, ninguno nos sabíamos el papel) esa frescura que este divertimento pide constantemente.

Emular a los “grandes” embellece.
Emular a los “grandes” embellece.

Los adolescentes “feos y raros” de esta obra son tan familiares para el espectador que con ellos volvemos sin apenas ruborizarnos a los temidos tiempos de acné, instituto y timidez paralizante. De la mano del ingenuo Marcel (animoso Ricard Farré), el tierno Toni (risueño David Anguera) y el perseverante Bernat (temperamental Martí Salvat), Cambray aprovecha su hospitalidad para colarse en la piel de Xavi, director escénico paciente que una y otra vez recuerda a las estrellas titulares que el espectáculo debe continuar. Y cuando él por fin irrumpe en escena en cuerpo y gracia la cosa empieza a tener ritmo. Su momento como gurú del huevo Kinder, que revelará a los desnortados protagonistas el camino a seguir a modo de terapia alternativa imposible, es delicioso. A partir de entonces, el brío aparece en la representación y ya juntos los cuatro podrán concretar su venganza emulando a un famoso grupo musical catalán que bebe los vientos por la “dona estrangera”. De paso, comprobaremos que su propuesta tiene cierta consistencia. “Els guapos són els raros” compensa, entonces, las limitaciones de su partitura trillada con el entusiasmo de su elenco, encantador e inexperto como ese mundo que describe.

Por Juan Marea

Del 9 de mayo al 30 de junio
Teatre Gaudí Barcelona
http://teatregaudibarcelona.com/es/category/01-cartelera/
c/ Sant Antoni Maria Claret, 120, de Barcelona
Horario: sábado a las 18:30 h y a las 21:00 h; domingo a las 18:30 h (el 23 de junio no hay función)
Precio: 20€
Espectáculo en catalán
Comedia
Duración: 1 hora y 30 minutos
Dirección y dramaturgia: Enric Cambray
Reparto: David Anguera, Ricard Farré, Martí Salvat y Enric Cambray
Ayudante de dirección: Queralt Casasayas
Movimiento y canto: Robert González
Escenografia, iluminación y vestuario: Anna Adrià
Fotografía: May Zircus
Diseño gráfico: ALIASTUDIO
Producción: Úrsula Gallemí
Coreografía claqué: Laia Molins
Coreografía: Paula Vilasseca
Asesoramiento alemán: Natascha Weise
Canción: The Mamzelles