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Crítica teatro: El día de la marmota, en el Teatro Coliseum

A nadie se le escapa que los éxitos del pasado pueden ser también éxitos del presente. No por otra tanto el cine como el teatro no dejan de versionar y reelaborar propuestas que ya funcionaron en otros tiempos. Este es el caso de El día de la marmota, el exitazo del cine de fantasía romántica protagonizado en el año 1983 por Bill Murray y Andie MacDowell.

«Phil Connors (Roc Bernadí), un egocéntrico y televisivo meteorólogo, se encuentra condenado a revivir el mismo día una y otra vez, atrapado en el tiempo en un pequeño pueblo perdido en medio de Pensilvania. El desconcierto inicial por esta insólita situación da lugar a una serie infinita de intentos extravagantes, divertidos y surrealistas, de escapar del bucle temporal en el que se encuentra. ¿Es posible que encontrar el amor auténtico sea la única clave para salir del Día de la Marmota?»

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Àngel Llàtzer y Manu Guix emprenden una nueva propuesta musical recuperando un clásico del cine de los años noventa muy popular en su momento y que nos traslada a Punxsutawney, un pequeño pueblo de la América profunda al que el meteorólogo Phil Connors ha sido enviado como corresponsal para cubrir informativamente La Fiesta de la Marmota, en la que la marmota Phil determinará si el invierno acabará pronto o no este año. Un trabajo enojoso que exaspera a Phil y que, por tanto, hará pagar a todos los que están a su alrededor. Lo que no espera Phil es que ese día se repita una y otra vez a partir de entonces, haciéndole entrar en un ciclo sin fin del que intentará librarse sin éxito.

La trama de El día de la marmota es conocida por todos y por todas, o casi, si bien aún no habíamos podido disfrutar de la versión musical de la historia. Nostromo Live ha puesto de nuevo en marcha su maquinaria para presentar una propuesta que hará las delicias de los amantes de la fantasía y de las historias de amor, en este caso no tan clásica. ¿Cómo se podrá romper ese día sin fin y, de paso, enamorar a la productora Rita Hanson (Diana Roig) que está al cargo de la noticia, manteniendo al mismo tiempo, su sano juicio?

La obra, como la película, aúna, dos géneros, el de la fantasía y el romántico, y lo hace de forma más que competente, gracias a un relato hábil y muy popular, y a una puesta en escena que, aunque de mediano formato, consigue transmitir la magia que requiere la historia. No esperemos ver, sin embargo, la grandilocuencia de musicales anteriores de la compañía como Bailando bajo la lluvia o Los productores, si bien la historia tampoco requiere de ella.

El casting de actores y actrices, liderado por Roc Bernadí y Diana Roig, hacen que la magia de El día de la marmota se haga realidad sobre el escenario y que las situaciones sean creíbles, a lo que se suma los diversos temas musicales y las coreografías que proporcionan una energía suplementaria a las interpretaciones. Como os decía, entre ellas destacan las de Bernardí y Roig, la pareja principal de protagonistas que desarrollarán una historia de amor algo atípica y repetitiva.

Dos momentos a destacar. El primero la escena en la que se rasga momentáneamente el cuarto telón para reivindicar la agridulce situación de las actrices de reparto en el teatro, y que provee al espectáculo de un realismo y autenticidad significativa. El segundo, la escena en la que el protagonista idea toda una serie de estratagemas para morir y acabar con la pesadilla que está viviendo, todo un lujo de simples efectos que sorprenderán, sin duda, al público.

El día de la marmota es una buena propuesta para los amantes de los musicales y de las historias románticas, a lo que se suma, si me lo permitís, una lección que reside en el aprendizaje del protagonista principal, y que no es otro que aquello tan simple que nos enseñaron desde pequeños, el «tratar a los otros como nos gustaría que nos trataran a nosotros». Solo eso es lo que salvará al protagonista de la obra, y de paso, si lo pensáis, lo que nos salvará a nosotros mismos.

«El día de la marmota» se representa en el Teatre Coliseum del 23 de diciembre de 2024 al 22 de marzo de 2025

Dirección: Enric Cambray
Autoría: Tim Minchin, Danny Rubin
Traducción: David Pintó
Libreto: Danny Rubin
Música y letras: Tim Minchin
Coreografía: Myriam Benedited
Dirección Musical: Manu Guix
Reparto: Roc Bernadí, Diana Roig, Oriol Burés, Clàudia Bravo, Júlia Bonjoch, Ernest Fuster, Marc Gómez, Alexandre Ars, Eduard Mauri, Joana Roselló, Júlia Saura, Edgar Martínez, Pol Roselló, Paula Pérez, Sol Carner, Carles Vallès
Producción: Nostromo Live

Horarios: web Teatre Coliseum
Precio: desde 30,75€
Idioma: catalán
Duración: 150 minutos
NOTA CULTURALIA: 8
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Jorge Pisa

Crítica teatro: Casa Calores, en la Sala Beckett

El paso del tiempo es seguramente una de las cuestiones que más abruman al ser humano. Las consecuencias de las decisiones que tomamos en la vida y el gradual abandono de la juventud nos afectan, de una forma u otra, a todos. Casa Calores, estrenada el pasado 10 de abril en la Sala Beckett, nos plantea una reflexión sobre ello, con una propuesta escrita y dirigida por Pere Riera e interpretada, entre otros, por Rosa Renom y Jordi Boixaderas.

“Los veranos son estaciones preciadas. Dicen que la juventud es la más preciada de las etapas vitales. Y cuando eres joven, una de las mejores cosas que te pueden pasar, es vivir los veranos cerca del mar. Si, encima, has nacido en un pueblo con barcas y espigón, es posible que todos los veranos de tu juventud estén amarados de un recuerdo cálido y salobre. En Casa Calores pasan los años, las macetas se marchitan y la ropa deja de mecerse en los tendederos. Los mayores que sobreviven, se hacen viejos; y los jóvenes que no ven la hora de crecer de una vez, intentan poner freno al inexorable paso del tiempo. Un tiempo que los enfrenta al más preciado de los peligros: el pasado”

La Beckett nos presenta una reflexión sobre la vida que seguro nos tocará la fibra emocional. Quien no recuerda los veranos de su juventud, asociados a los disfrutes del periodo estival y, sobre todo, a las amistades que, en aquellos momentos, parecían imperecederas. Riera, pues, juega con las emociones escénicas para tejer un texto sobre la memoria que, seguro, nos permitirá realizar un viaje por nuestros más preciados recuerdos de la infancia y la juventud.

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La trama de la obra nos sitúa en una localidad cerca del mar en verano. En ella se condesa la vida de sus habitantes como las gotas de sudor cuando hace mucho calor. La existencia se reduce a un ciclo diario de actividades pocas veces interrumpido. Riera nos muestra el día a día de un grupo de jóvenes amigos, Emma Arquillué, Júlia Bonjoch, Arnau Comas y Eudald Font que han alcanzado aquel momento de la vida en el que se está abandonando la infancia y se aproxima a la época adulta. Muchos son los cambios que se producen, poco a poco, en los cuerpos y en las personas, y también son muchas las decisiones que se han de tomar y que marcarán, sin duda la vida adulta.

En Casa Calores la presencia de los adultos, en este caso Jordi Boixaderas y Rosa Renom, también es importante. Las elecciones tomadas a lo largo de la vida, acertadas o no, también han marcado su presente, y nos dejan claro que el drama del paso del tiempo y las elecciones vitales marcan la existencia de todos, los personajes de la obra y, también, del público asistente.

Riera ha creado una pequeña joya teatral que nos hará recordar, nos hará pensar y nos hará disfrutar en partes iguales a todos. Como escenario una azotea en la que trascurre, a través de diversas escenas, la vida de todos los personajes y que nos permiten ser conscientes del paso del tiempo. Los primeros amores, las primeras decisiones sobre el futuro, la importancia de la familia, las primeras decepciones…

Algunas escenas protagonizadas por los personajes más jóvenes que se concatenan con otras interpretadas por los personajes más adultos vinculados a la Casa Calores, una terraza condenada a desparecer con el tiempo, como el tiempo hace desaparecer la infancia y la juventud y nos enfrenta a las vidas que, en gran medida, escogemos vivir.

La propuesta de Riera y la Beckett no defrauda, no nos quiere convencer con finales felices o con finales redondos, tan solo intenta mostrar, poéticamente diría yo, la vida, y nos intenta conmover a través de la memoria, a través del recuerdo de lo que fuimos cuando aún no éramos lo que somos ahora.

Solo por eso, pero por mucho más, vale la pena ver Casa Calores, por contemplar el escenario-azotea donde se desarrolla la acción, por asistir a un ejemplo más del drama vital humano y para disfrutar de una historia que, seguro, nos toca a todos y nos recuerda que el pasado y la juventud no es nada más ni nada menos que una burbuja repleta de posibilidades y de sueños, que de una forma u otra, han marcado nuestra existencia. El pasado, siempre el pasado.

«Casa Calores» se representa en la Sala Beckett del 10 de abril al 19 de mayo de 2024

Autoría y dirección: Pere Riera
Reparto: Emma Arquillué, Jordi Boixaderas, Júlia Bonjoch, Arnau Comas, Eudald Font y Rosa Renom
Voz en off: Pablo Derqui
Escenografía: Sebastià Brosa
Iluminación: Guillem Gelabert
Sonido: Jordi Bonet
Vestuario: Marian Coromina
Caracterización: Clàudia Abbad
Producción: Sala Beckett

Horario: De miércoles a sábado, 20 h y Domingo, 18:30 h
Duración:1 hora y 40 minutos
Espacio: Sala de baix
Precio: de 11 € a 22 €
Idioma: catalán
NOTA CULTURALIA: 9,5
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Jorge Pisa

Crítica teatre: Cantando bajo la lluvia, el nou musical de Nostromo Live

S’ha de ser valent i agosarat per portar a l’escena teatral la adaptació de Cantando bajo la lluvia, un dels grans musicals de l’època daurada de Hollywood. Però aquí estem, asseguts al Tívoli, amb les espectatives molt i molt altes per veure la visió del clàssic que Àngel Llàcer i Manu Guix ens proposen.

La aposta és reformular amb una visió més irònica, amb tocs d’humor i gags que fan homenatge a escenes de diferents clàssics com «A night at the opera». És en general un homenatge i seguix una línia continuista amb el musical protagonitzat per Fred Astaire i Ginger Rogers i que narra una història d’amor dels anys 20 del segle passat, quan s’obria pas el cinema sonor.

La seva ambiciosa proposta, a jutjar per la reacció del públic ha estat gairebé perfecta. Tot i que l’espectacle te una bona qualitat, en alguns moments m’ha semblat lent.

A continuació anem a  desgranar una mica cadascun dels aspectes que més m’han agradat.

Destacaria l’orquesta, els 17 músics que van aconseguir des de la primera nota de l’obertura fer callar el públic i captivar-lo. Crec que és un personatge principal més. La sincronització perfecta amb els actors demostra que ells són part de l’escena.

Llàcer segueix amb força fidelitat la pel·lícula, però s’alia amb la tecnologia, les projeccions, per crear escenes genials que et porten al cinema mud dels anys 20.

Personalment, m’hagués agradat que el text fos en català i que si no hi havia més remei que traduir alguna icònica cançó de l’anglès, per allò de fer més entenedora la trama, també fos amb la nostra llengua, però suposo que tot és qüestió de voluntat. I si l’obra ha de fer gira per fora de Catalunya, s’havia de fer un altre esforç econòmic per la feina de tornar a traduir-ho al castellà.

Un dels plats forts d’aquest musical optimista i vital, és precisament aquesta energia positiva que transmet al públic, que pica de mans per acompanyar el ritme de les cançons o son convidats a interactuar amb Mireia Portas en les escenes de dicció.

Pel que fa a l’actuació dels personatges, penso que s’han deixat endur una mica per la forma de gesticular de les pel·lícules dels anys 20. És a dir, els trobo exagerats, amb el to i els gestos. A mi  em posa nerviosa tanta solemnitat ja que em recorda al teatre amateur, on tot i la bona voluntat dels actors, no acaben de ser creïbles. Però com tot, és qüestió de gustos, perquè quan alguna cosa em grinyolava, girava el cap i observava la reacció del públic, i els veia totalment enganxats a l’escena.

Pel que fa a les interpretacions, per mi el que és deixa la veu, els peus i la suor a l’escenari es Ricky Mata. Que juga perfectament en totes les escenes amb l’espectador, i diu en veu alta el que tots estem pensant, fent de el nostre «Pepito grillo» col·lectiu.

I  en la part femenina, em decanto per Sylvia Parejo, amb la seva intervenció de «Beutiful girl» al primer acte, amb una gran qualitat vocal i escènica. Magnifica. 

L’Escenografia d’Enric Planas i  tot l’equip tècnic d’Agustí Custey potser són els grans guanyadors de la nit. Parlàvem abans que els músics eren un personatge més que t’acompanyava durant tota l’obra, però no podem obviar la gran qualitat escenogràfica que ajuda a l’espectador i als personatges a portar un ritme constant que et fa estar entretingut, gaudint de cadascun dels canvis coreografiats a la perfecció.  Estem parlant de 23 actors i ballarins , 29 músics en directe, 190 canvis de vestuari, 75 canvis d’escena i a més un tanc amb 1000 litres d’aigua, i gestionar això amb dos passes en cap de setmana té la seva dificultat.

«Cantando bajo la lluvia» se represent en el teatre Tívoli del del 15 de setembre al 28 de novembre de 2021.

Direcció: Àngel Llàcer
Interprets: Ivan Labanda, Diana Roig, Ricky Mata, Mireia Portas, José Luis Mosquera, Oriol Burés, Clara Altarriba, Bernat Cot, Bittor Fernández, Miguel Ángel Belotto, Júlia Bonjoch, Sylvia Parejo
Autors: Betty Comden y Adolph Green
Traducció i adaptació: Marc Artigau
Direcció musical: Manu Guix y Andreu Gallén
Lletres: Arthur Freed
Música original: Nacio Herb Brown
Bailarins: Diana Girbau, Empar Esteve, Sara Martín, Carmen Soler, Clara Casals, Adrián García, Marc Sol, Albert Escobar, Pablo López, Julia Saura Chema Zamora
Escenografía: Enric Planas
Iluminació: Albert Faura
So: Roc Mateu
Vestuari: Míriam Compte
Coreografía: Myriam Benedited

Horaris i preus: Página Grup Balañà
Duració: 2 hores i 30 min
Idioma: castellà
NOTA CULTURALIA: 8,5
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Teresa Gilisbars

Estreno teatro: Cantando bajo la lluvia, en el Teatro Tívoli

El próximo 15 de septiembre llega al Teatro Tívoli Cantando bajo la lluvia, la gran clásico de la comedia musical de los años 50. Un espectáculo producido por Nostromo Live, responsable de éxitos como Las tienda de los horrores y La jaula de las locas, con el tándem Àngel Llàcer en la dirección y Manu Guix en dirección musical y con coreografía de Myriam Benedited que pondrá sobre el escenario a más de 30 actores y bailarines, una escenografía espectacular, un vestuario impresionante y unas coreografías que no dejarán indiferente a nadie.

El espectáculo apuesta por una estética lujosa y detallista, increíbles números de baile, optimismo y sensibilidad. Un musical que gustará a todo el mundo que tenga ganas de pasarlo bien…

Considerada una de las mejores películas musicales de todos los tiempos, Cantando bajo la lluvia, narra una historia de amor ambientada en el periodo de irrupción del cine sonoro en Hollywood, mostrando toda la elegancia formal y estética característica de los años 20. El excelente y divertido guión narra de forma irónica la propia historia del mundo del cine estadounidense mostrando al espectador algunas de las problemáticas que se encontraron tanto los actores, productores y directores a la hora de utilizar las nuevas técnicas. Una historia llena de referencias y guiños cinéfilos que se convirtió en un clásico y que tiene como himno la famosa canción “Singin’ in the rain”.

El reparto del musical de Cantando bajo la lluvia cuenta, entre otros, con Iván Labanda, Diana Roig, Ricky Mata, Mireia Portas… y más de 30 actores y bailarines que, junto a las canciones icónicas del musical, las coreografías espectaculares y un espléndido vestuario, llenarán el Teatre Tívoli de elegancia, glamour y felicidad.

Singing in the rain, Make em’ laugh, Good Morning, All i do is dream of you… te esperan este septiembre en Cantando bajo la lluvia el musical. Una propuesta imprescindible para los amantes del género!

“Cantando bajo la lluvia” se representa en el Teatro Tívoli del 15 de septiembre al 24 de octubre de 2021.

Dirección: Àngel Llàcer
Reparto: Ivan Labanda, Diana Roig, Ricky Mata, Mireia Portas, José Luis Mosquera, Oriol Burés, Clara Altarriba, Bernat Cot, Bittor Fernández, Miguel Ángel Belotto, Júlia Bonjoch, Sylvia Parejo
Autores: Betty Comden y Adolph Green
Traducción y adaptación: Marc Artigau
Dirección musical: Manu Guix y Andreu Gallén
Bailarines: Diana Girbau, Empar Esteve, Sara Martín, Carmen Soler, Clara Casals, Adrián García, Marc Sol, Albert Escobar, Pablo López, Julia Saura Chema Zamora
Escenografía: Enric Planas
Iluminación: Albert Faura
Sonido: Roc Mateu
Vestuario: Míriam Compte
Coreografía: Myriam Benedited
Letras: Arthur Freed
Música original: Nacio Herb Brown

Horarios y precios: Página Grup Balañà
Duración: 2 horas y 30 min (intermedio incluido)

Crítica teatral: Rent, en el Teatre Condal

Rent es un musical extraño. Y no en el mal sentido de la palabra. El espectáculo musical toca temas muy reales y crudos como puede ser la dificultad de los más jóvenes para triunfar; los estragos provocados por la plaga del sida en los 90 y la voluntad de ser uno mismo en la vida. Si a esto le sumamos que es un espectáculo musical casi totalmente cantado, lo convierte en una propuesta singular y notable.

Daniel Anglès vuelve a enfrentarse a un proyecto difícil que ya afrontó el pasado 2016 en el teatro del Casino de l’Aliança del Poblenou. En aquel caso el musical se representaba en catalán y los encajes técnicos no fueron los mejores. Esta segunda oportunidad, sin embargo, ha permitido a Anglès mejorar en la escenografía y el montaje técnico, para presentar un espectáculo más sólido.

“Rent es un homenaje a la libertad y la superación personal. La revolucionaria ópera rock de Jonathan Larson ganadora de un premio Pulitzer, narra la historia de una generación de bohemios del barrio de East Village de Nueva York que luchan para conseguir la aceptación social mediante su arte. Jóvenes que cuentan su vida en ciclos de amor y que deben hacer frente a la sociedad superando obstáculos como pagar el alquiler y que reaccionan a la proximidad de la muerte celebrando la vida y el amor”.

El Rent del Condal es un espectáculo que demuestra una firmeza destacable. Anglès ha sabido unir su experiencia como actor y director, ya que interpretó a Mark, uno de los protagonistas principales, hace 20 años en el estreno de la obra en España, para ofrecernos una propuesta más madura que la del Casino de l’Aliança.

Este Rent nos permite introducirnos en el laberinto sentimental, existencial y profesional de un grupo de jóvenes que lo están intentando. Están intentando hacerse su lugar en la vida. Una vida, por cierto, que se lo hace pasar muy difícil, con trabajos “de paso”, relaciones sentimentales intempestivas y con el sida y la muerte rondándoles de muy cerca.

La propuesta de Onyric Teatre Condal presenta un aspecto escenográfico algo más ordenado, dentro de lo desordenado de la obra original y, sobre todo, un resultado técnico inteligible, algo importante en una obra que casi es íntegramente cantada.

En el apartado de las interpretaciones hemos de valorar un notable general, ya sea en el ámbito de la interpretación, del cante y de las coreografías, algunas de ellas muy exigentes, pero que se aprueban con buena nota por el reparto de la obra. En este destacan como protagonistas principales Iñaki Mur (que interpreta al joven y voluntarioso director de cine Mark Cohen), Víctor Arbelo (que da vida a Roger Davis, un compositor que quiere componer la mejor canción de amor), Júlia Bonjoch (una potente e independiente Mimi Márquez), Albert Bolea (que interpreta a un muy agradecido Ángel Schunard), África Alonso (la abogada Joanne Jefferson), y Anna Herebia (que da vida a la actriz de fuerte carácter Maureen Johnson).

Y, evidentemente, no se puede hacer una crítica de la obra sin hacer referencia a su tema principal, Seasons of love (Tiempos de amor), seguro que el momento más esperado para muchos y muchas de los espectadores. Y la espera, hasta el inicio del segundo acto, no defraudó a nadie. El tema, el buque insignia del musical, te retrotrae a otros tiempos, a aquellos en los que lo oías por primera vez, ya fuera a finales de los 90 o principios de los 2000. A aquella juventud en la que la música está mucho más presente en nuestras vidas, y que nos hacen llorar, a veces para adentro, cuando la volvemos a oír. Y sí, en las manos de Anglès y el Onyric Teatre Condal, ni el tema ni la propuesta han defraudado.

Un musical muy “extraño” que vale la pena visitar o revisitar. Un musical que nos debe hacer pensar en lo compleja que es la vida, en lo difícil que es hacerse con sus riendas y en lo genial que es disfrutar de ella…

«Rent» se representa en el Teatre Condal hasta el 26 de mayo de 2019.

Libreto, música y letras: Jonathan Larson
Adaptación al castellano: Daniel Anglès y Marc Gómez
Dirección: Daniel Anglès
Coreografía: Óscar Reyes
Dirección musical: Miquel Tejada
Reparto: Iñaki Mur, Víctor Arbelo, Júlia Bonjoch, Albert Bolea, África Alonso, Anna Herebia, Xavier Navarro, Peter Vives, Clara Altarriba, Marc Andurell, Iskra Bocanegra, Nil Bofill, Raquel Jezequel, Edgar Martínez, Elisabet Molet, Marc Gómez y Joana Roselló
Banda de música: Miquel Tejada, David Txes, Unai Eizaguirre, Adri Mena, Pol Barbé, Roger Julià, Berenguer Aina, Betel Martínez y Miquel González
Escenografía y vestuario: Laura Galofré y Raquel Ibort
Sonido: Jordi Ballbé
Iluminación: Xavi Costas y Daniel Anglès
Caracterización: Núria Llunell
Producción: FOCUS y NO DAY BUT TODAY

Horarios: de martes a viernes a las 20:00 horas; sábados a las 17:00 y a las 20:45 horas y domingos a las 18:00 horas
Lunes 22 de abril y miércoles 1 de mayo a las 18:00 horas
Precio: A partir de 28€
Duración del espectáculo: 2 horas y 40 minutos (con entreacto)
Idioma: castellano

ENTRADAS: Ticketea

NOTA CULTURALIA: 8
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Jorge Pisa

“L’última cinta” en el Almeria Teatre: Grabaciones revitalizadoras

Esto es una manera de hacer balance. Sin que se vea venir. Como quien no quiere la cosa. Desde la comicidad del clown encantado de haberse conocido porque nos ve cerca, en un patio de butacas confundido y deseoso de jugar con él.

Su llegada le viste de euforia mientras se pavonea de un extremo a otro del escenario. Bien ataviado con una gracia corporal que emana oficio y encanto.

A sus pies.

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                             Un clown y el drama de la vida sin improvisar

Pronto nos extrañamos con el juego de opuestos en que se sustenta el espectáculo: el mimo enérgico y voluntarioso se enfrenta a la seriedad de una oficina atiborrada de rancios archivadores. Uno y otra son más que viejos conocidos: de hecho la segunda se ha convertido en refugio, incluso búnker, del primero. Este, lejos de huir en busca de aire vital, se esconde entre cajas numeradas y cintas que reproducen con meticulosidad religiosa las experiencias pasadas mediante su propia voz exclamativa, chillona, chirriante, desgarradora.

L’última cinta” se desliza arriesgadamente por el filo del drama existencial pero con una colchoneta protectora a base de comedia amable. Cuando el artista, Víctor Álvaro, corretea por ese suelo de simpática mueca y elegantes gestos, la historia crece, emociona y causa expectación. Porque nuestro protagonista comunica, entretiene y crea una valiosa complicidad con nosotros. Sus gemidos infantiles iniciales por su gozosa aparición son seductores, algunos gags resultan entrañables (el momento en que pela y vuelve a cubrir con su piel el plátano es ingenioso y tierno).

El objetivo es ambicioso: Pretende recorrer el difícil trayecto de la risa al llanto en apenas sesenta minutos.

Al encaramarse en cambio en la cuerda floja de la vertiente trágica, su seguridad flaquea. La voz en off que discurre entonces se adueña de la función, y paraliza su ritmo al abocar el estatismo del actor a poco más que espectador de la narración, pretenciosa y confusa. Conseguimos averiguar que se trata de una recopilación pormenorizada de las vivencias del personaje, ordenadas metódicamente día a día, cinta a cinta, caja a caja, archivador a archivador. Él parece disfrutar su audición con ilusión morbosa. Pero nuestro interés va decayendo al no percibir en su expresión la progresión que pide tan trascendental relato. Tampoco el lenguaje escénico ayuda a paliar este defecto: Se encalla el desarrollo de la trama por recrearse demasiado el espectáculo en la ambigüedad, necesaria en toda expresión artística pero aquí insuficiente al no entrar en materia.

No obstante el mensaje, inquietante, es contundente: Hay quien vive reviviendo una y otra vez lo vivido y alejándose del mundo real se consuela en la comodidad de lo “diferido”, que ya ocurrió y que, por consiguiente, parece que podríamos “anticipar”.

Álvaro vuelve a encandilarnos al final de todo, cuando parece que todo está perdido y a modo de celebrado bis: tocando el ukelele, con irresistible ironía y voz clara y hermosa. Y se pregunta “¿Cómo puede ser que en este mundo tan bonito y maravilloso alguien esté triste o se sienta tan solo”’? La respuesta la sabemos todos más o menos y felicitamos a este bufón encantador por acusarnos tan certeramente.

 por Juan Marea

Del 25 al 28 de julio
Almeria Teatre
c/ de Sant Lluís, 64, de Barcelona
http://www.almeriateatre.com/ultimacinta.htm
En catalán
Dirección e interpretación: Víctor Álvaro
Ayudante de dirección: Júlia Bonjoch