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Crítica teatro: Paso a paso en el Teatre Apolo

Si hay algún concepto o idea que hoy en día está valorada, no es otra que el empoderamiento personal, en el que todos y todas podemos vernos representados de alguna forma. La sociedad lleva siglos estableciendo a cada persona que podía y que no se podía hacer y cuáles eran sus límites. El siglo XXI ha llegado con la voluntad de acabar con todos esos límites impuestos y autoimpuestos. Y como no, el teatro se ve obligado, también, a aportar su grano de arena. Un ejemplo de ello lo tenemos en Paso a paso, obra estrenada el pasado 1 de julio y que narra la voluntad de tres amigas de llevar a cabo un recuerdo-homenaje a una amiga fallecida recientemente.

«Paula, Sofía y Mónica son tres amigas que deciden realizar una excursión de 2 días con el fin de ascender una montaña en memoria de su fallecida amiga Rebeca. Cada una de ellas lleva un mensaje inscrito en una piedra con el objetivo de depositarla en la cima a modo de recuerdo y último adiós. Pero tienen que llegar allí primero. Y la ascensión será tan divertida, desafiante e inesperada como la vida misma».

Paso a paso es una obra de amistad y de reconciliación que se basa en la realidad de la vida y de las relaciones personales para hacer un viaje a través de la amistad y la pérdida. Acompañaremos a Paula, Sofía y Mónica (…y a Rebeca) en una ascensión en la que conoceremos a las protagonistas, las claves de las relaciones establecidas entre ellas y podremos examinar los logros y los miedos que todas ellas, y todos nosotros y nosotras, llevamos sobre nuestra espaladas. De ahí que sea clave la interacción de las protagonistas, que nos permitirá conocer la voluntad de la propuesta.

El texto está organizado en las diversas fases de la ascensión en las que iremos conociendo, poco a poco, la personalidad de las tres amigas y sus circunstancias actuales, una boda inminente, la soledad, el paso de los años, la muerte de una amiga y lo que ello representa…

El texto de Peter Quilter está cargado de sustancia, aquella que sustenta lo burlesco, lo cómico y lo triste que nutre la vida. Pero a la obra le falta algo de punch, esa energía que hace que los diálogos y las situaciones sean más creíbles e impactantes y permite que la interpretación de las actrices sea percibida en su potencial por el espectador.

María Lanau, Resu Belmonte y Eva Barceló están bien en sus papeles respectivos, cada uno mostrándonos un perfil diferente de mujer, desde la conquistahombres, pasando por la más formal y esforzada, a la más pasiva y retraída. Si bien no llegan a tocar la fibra en una comedia, o mejor dicho, tragicomedia, que pretende llevar al espectador a ciertas profundidades del alma. Algo que no consigue del todo la dirección de Esteve Ferrer.

Aún así, Paso a paso se merece una oportunidad, sobre todo por parte de aquellos y aquellas a los que les interese indagar de qué están hechas las fibras de la amistad, aquellas que subsisten a lo largo del tiempo, y que nos llevan de la mano a lugares, como la cima de una montaña, donde nunca habríamos pensado que queríamos llegar.

«Paso a paso» se representa en el Teatre Apolo del 1 de julio al 21 de agosto de 2022.

Dirección: Esteve Ferrer
Autoría: Peter Quilter
Reparto: María Lanau, Resu Belmonte y Eva Barceló
Traducción: Helena Salaberria
Iluminación: Juanjo Llorens
Escenografía: Mercé Lucchetti
Iluminación: Juanjo Llorens
Producción: Smedia y Veniu

Horarios: de martes a viernes a las 20:00 horas, sábados y domingos a las 19:00 horas
Precio: Web Teatre Apolo
Idioma: castellano
Duración: 90 minutos aprox.
NOTA CULTURALIA: 6
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Jorge Pisa

Crítica teatral: El Jovencito Frankenstein, en el Teatro Tívoli

Llega a Barcelona El Jovencito Frakenstein, la adaptación musical de la película de Mel Brooks basada en la historia de terror de Mary Shelley, dirigida por Esteve Ferrer e interpretada por Víctor Ullate Roche, Marta Ribera, Jordi Vidal, Anna Herebia, Teresa Vallicrosa y Albert Gràcia.

«El Jovencito Frankenstein es un terrorífica comedia musical que cuenta la divertida historia del joven doctor Frederick Frankenstein, un neurocirujano estadounidense que hereda el Castillo de su abuelo en Transilvania y, aunque al principio trata de evitar caer en los mismos errores que su antepasado, terminará visitando el cementerio para experimentar con la vida y crear a su propio monstruo».

No hace falta presentar ni al creador de la historia, el cómico Mel Brooks, ni la película en la que se basa el musical, interpretada entre otros por Gene Wilder, Teri Garr y Marty Feldman, seguramente bien conocida por todos aquellos y aquellas que están leyendo esta crítica. La propuesta llega inmersa en el éxito actual del teatro musical, que se abre a géneros muy diversos. La productora Letsgo pone de su parte para acrecentar esta hechizo con una adaptación del éxito teatral internacional al que Brooks dio forma en Broadway y el West End, y nos presenta un espectáculo fiel a la película original y con una buena adaptación técnica para el teatro.

La base de todo el espectáculo está más que correcta. Y el envoltorio es de aquellos que generan expectativas. La historia de El Jovencito Frankestein está repleta de escenas y gags más que famosos (las aldabas, la joroba de Aigor, el Fronkonstin…) por lo que uno sabe que va a ir a disfrutar. La obra nos presenta, además, una escenografía ágil y no demasiado invasiva, cosa que se agradece, y la representación está plagada de canciones, 23 en total.

El Jovencito Frankenstein_teatro tivoliPero parece que algo se ha quedado por el camino que no deja brillar a El Jovencito Frankesntein como debería. Tenemos un buen casting musical y de bailarines, en el que destacan Víctor Ullate Roche que da vida a Frederick Frankenstein; Marta Ribera que interpreta a su sensual y adinerada prometida; Anna Herebia que encarna a Inga, la exhuberante auxiliar de laboratorio de Frankenstein; Teresa Vallicrosa, que interpreta de una forma muy mimética a Frau Blücher, la extraña ama de casa del castillo, Jordi Vidal que le da el toque cómico a su personaje de Igor, y a Albert Gràcia que da forma a un monstruo de Frankestein muy conseguido.

Lo que no acaba de funcionar del todo en la representación es el tono algo superficial de las interpretaciones y el déficit de vis cómica general, algo que lastra la representación de la obra. Aquí el toque de la dirección es seguramente el responsable.

Tenemos una escenografía muy correcta pero que en algunos momentos deja muy vacío, demasiado, el escenario. Sin embargo vale la pena destacar por muy acertadas la escena de Un paseo en carro de heno, o la escenografía del bosque cercano al castillo de Frankenstein, por no hablar del laboratorio y la escena de la resurrección, muy conseguida, sí.

Tampoco ayuda demasiado que no haya ninguna canción conocida vinculada al film, hecho que puede impedir al espectador introducirse en la magia de las escenografías y las coreografías.

El Jovencito Frankenstein es, pues, un musical conseguido, y en algunos momentos muy conseguido, pero que no logra despegar del todo. Recomendable, sin duda, para los fans de Mel Brooks, para los fans de la película y para aquellos y aquellas que se pirran con el teatro musical bien hecho, aunque seguro que notarán que a la experiencia teatral y musical le falta algo para ser todo lo completa que debiera.

«El Jovencito Frankenstein» se representa en el Teatro Tívoli del 11 de octubre al 10 de noviembre de 2019.

Dirección: Esteve Ferrer
Reparto: Víctor Ullate Roche, Marta Ribera, Jordi Vidal, Cristina Llorente, Teresa Valligrosa, Albert Gràcia, Pitu Manuben y Gerard Mínguez
Adaptación: Esteve Ferrer y Silvia Montesinos
Libreto: Mel Brooks
Dirección musical: Julio Awad
Escenografía: Felype de Lima
Iluminación: Juanjo Llorens
Sonido: Javier Isequilla
Vestuario: Felype de Lima
Coreografía: Montse Colomé
Producción: LetsGo Company

Duración: 2 horas y 30 minutos (con entreacto)
Idioma: Castellano
Horarios, precios y entradas: Web Ticketea

NOTA CULTURALIA: 6,9
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Jorge Pisa

Crítica teatral: La familia Addams, en el Teatro Coliseum

El teatro vive en la actualidad la época de los musicales. Barcelona y Madrid se han consolidado como dos factorías de musicales de gran nivel. Prueba de ello es el estreno de multitud de espectáculos musicales y adaptaciones como West Side Story, Fun Home, El médico, Carrie o la llegada de La familia Addams al teatro Coliseum, estrenada el año pasado en Madrid en el Teatro Calderón.

«En el mundo de la Familia Addams estar triste es ser feliz, lo insensato es lo sensato, sentir dolor es sentir alegría, lo imprudente es lo prudente y la muerte y el sufrimiento son la materia de la que están hechos sus sueños. Sin embargo, esta peculiar familia está a punto de enfrentarse a una de las pesadillas más espeluznantes (y más comunes) a todo progenitor; sus niños se hacen mayores. Su macabra y querida hija Miércoles se ha enamorado de Lucas Beineke, un chico dulce, cariñoso e inteligente de una familia “normal” y respetable de Ohio».

La Familia Addams es un espectáculo musical al más puro estilo Broadway. No por otra se estrenó originalmente allí en el año 2010 con libreto de Marshall Brickman y Rick Elice y música y letra de Andrew Lippa, adaptando sobre los escenarios el éxito televisivo y cinematográfico del mismo nombre, basados a su vez en los personajes creados por Charles Addams en los años 30. La versión que llega al Coliseum mantiene mucho de ese estilo Broadway adaptado, en mayor o menor mesura, al contexto hispano.

Para comenzar la obra nos presenta una trama que permite abrir el mundo oscuro de los Addams al exterior, uniendo sentimentalmente a la oscura Miércoles con un dulce muchacho normal de una «familia normal», lo que permite al espectador observar el interior del mundo Addams y generar toda una serie de divertidas situaciones y contradicciones que proveen de ritmo y sentido del humor al espectáculo. A lo que no es ajeno los diversos y eficaces temas musicales que jalonan la representación.

la-familia-addams-el-musicalPara ello el casting y la dirección de Esteve Ferrer han acertado a la hora de escoger a los intérpretes y dar forma a los personajes, entre los que destacan, claro está, Gomez (Xavi Mira) con un más que correcto y sombrío toque patriarcal y Morticia (Carmen Conesa) cuya interpretación está provista de la tiesura propia del personaje al que da vida. A ellos se suman Lydia Fairén que da vida a Miércoles y el do de pecho musical del espectáculo; la abuela (Meritxell Duró) que encarna al personaje más cómico de la obra; Alejandro Mesa que interpreta al celoso e irrompible hermano Pugsley y Javier Canales que da vida al mayordomo de tintes tétricos de la familia. Todo un reparto conducido por una especie de cicerone escénico al que da vida el tío Fétido interpretado muy acertadamente por Frank Capdet.

La representación está acompañada de un amplio cuerpo de danza que participa de una forma u otra a lo largo del espectáculo, dándole a la obra un toque de ultratumba muy peculiar.

La dirección ha sabido, además, encajar la mayoría de las piezas para crear una propuesta con ritmo. Si bien el espectáculo falla al integrar en la representación una escenografía con demasiado movimiento y demasiado vacía, que le impide brillar todo lo que debiera.

Una propuesta, en fin, perfecta para los fans de la franquicia y para todos aquellos que busquen y/o disfruten de un musical con mayúsculas.

«La Familia Addams» se representa en el Teatre Coliseum del 21 de noviembre de 2018 al 13 de enero de 2019

Reparto: Carme Conesa, Xavi Mira, Lydia Fairen, Meritxell Duró, Alejandro Mesa, Andrés Navarro, Javier Canales
Autor: Andrew Lippa
Dramaturgia: Andrew Lippa
Libreto: Marshall Brickman y Rick Elice
Adaptación: Esteve Ferrer y Sílvia Montesinos
Dirección artística: Esteve Ferrer
Dirección musical: Pedro Arriero
Músicos: Lola Barroso, Adriá Aguilera, Juan Pedro Moragues, Alejandro Ollero, Jorge Albarrán y Joaquín Molina
Escenografía: Felype de Lima
Iluminación: Juanjo Llorens
Sonido: Javier Isequilla
Vestuario: Felype de Lima
Coreografía: Montse Colomé
Producción ejecutiva: LETSGO

Precio: desde 19,6€
Duración: 135 minutos
Idioma: castellano

NOTA CULTURALIA: 8
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Jorge Pisa

Crítica teatral: TOC TOC, al Teatre Borràs

L’any 2005 s’estrenava a París TOC TOC, una divertidíssima comèdia coral que donava tot el protagonisme a aquelles persones que pateixen algun tipus de TOC: trastorn obsessiu compulsiu. Emparant-se en un text ple de gags còmics sobre algunes d’aquestes obsessions, Laurent Baffie triomfava al seu país amb els seus esbojarrats personatges, potser una mica estereotipats, sí, però tractats amb molt respecte i fins i tot tendresa. Set anys després de la seva estrena francesa, i avalada per les bones crítiques que ha rebut el muntatge en les seves diferents adaptacions –l’obra s’ha representat a França, al Quebec i a Bèlgica, i en les darreres quatre temporades s’ha pogut veure a Madrid–, TOC TOC arriba per primera vegada a Barcelona, concretament al Teatre Borràs, on des del dia 30 d’agost es pot veure aquesta comèdia, adaptada al català per Jordi Galceran i dirigida per Esteve Ferrer, amb un repartiment ple de cares conegudes que s’ha proposat fer riure de forma estrepitosa tot aquell que visiti la sala de la Plaça Urquinaona durant les properes setmanes.

A la consulta d’un reputat psiquiatre especialitzat en comportaments obsessiu-compulsius es troben el Fred, el Camilo, la Blanca, la Maria, la Lili i el Pep, sis pacients que, esperançats, confien en ell per a superar les seves manies. El doctor, però, ha tingut un problema en el seu vol provinent de Londres, així que, per a fer l’espera més entretinguda, decideixen presentar-se i explicar què els ha portat a la consulta; d’aquesta manera coneixerem un home que no pot evitar dir renecs constantment, un taxista obsessionat amb els números, una dona escrupolosa que està sempre pendent de la neteja i amb pànic al contacte físic, una beata que ha de comprovar les coses fins a trenta vegades abans de sortir de casa, una jove que repeteix cada frase dos cops i un noi obsessionat per l’ordre i la simetria a qui li espanta trepitjar les línies del terra.

Acabades les presentacions, l’alegria de Carmen Sevilla interpretant la cançó “Cabecita loca” –tan alegre com encertada per a l’ocasió– serveix per a donar pas a la segona part de l’obra. Ara, els pacients ja coneixen les pors i les debilitats dels seus companys, però el doctor segueix sense aparèixer; d’aquesta manera, amb la intenció de fer passar el temps de la millor manera possible decideixen jugar una partida de “Monopoly”, constantment interrompuda pels “tocs” de cadascun d’ells i que traurà el seu costat més mesquí. Finalment, i veient que el psiquiatre no acaba d’arribar, decideixen començar la teràpia ells mateixos, amb unes pràctiques i uns resultats discutibles.

Al públic de TOC TOC no se li escaparà que el trastorn de cada personatge podria funcionar perfectament com una metàfora de la societat actual, on la gent va a la seva sense fixar-se en les persones del seu voltant; la moralitat de la història, doncs, és evident: la solució és que deixem de capficar-nos en nosaltres mateixos i ens solidaritzem amb els altres. O dit d’una altra manera: la vida és molt més fàcil quan comptem amb el suport dels altres.

D’altra banda, l’objectiu de Laurent Baffie és doble: per un costat, l’autor pretén mostrar sense dramatismes un problema que afecta més gent de la que podríem pensar en un primer moment –segur que, qui més qui menys, es sentirà identificat amb l’estrany comportament d’algun personatge o, per què no, de més d’un–; per l’altre, fer riure l’espectador, una intenció totalment lloable, i el públic només necessitarà cinc minuts (o potser menys) per a comprovar que l’autor se’n surt de forma notable, garantint les rialles constants durant els noranta-cinc minuts de funció.

És evident que el secret de TOC TOC rau en el seu fantàstic text, però la força de l’obra cal buscar-la en els seus actors i en la bona feina del director, Esteve Ferrer, de qui s’intueix que va haver de fer un esforç considerable per a controlar el grup i aconseguir que el resultat final no fos una representació anàrquica i sense sentit. Així, cada personatge té el seu instant de protagonisme, i aquí es veu el bon treball de tot el repartiment, cares conegudes per la seva vessant més còmica, però si ens fixem en la gran quantitat de riallades amb què el públic premia les seves intervencions, és just destacar a Pep Cruz –el seu entusiasme durant els atacs de síndrome de Tourette fan patir el públic per la seva salut real– i Santi Ibáñez –un sorneguer taxista afectat d’aritmomania– com els actors més celebrats de l’obra.

Acabada la funció, el públic surt del Teatre Borràs feliç i amb la sensació d’haver assistit a una veritable sessió de risoteràpia, un muntatge de ritme frenètic, perfectament calculat i encaixat amb precisió quirúrgica que promet una excel·lent estona de diversió a l’espectador.

TOC TOC es representarà al Teatre Borràs a partir del 30 d’agost de 2012.

Autor: Laurent Baffie
Direcció: Esteve Ferrer
Adaptació: Jordi Galceran
Intèrprets: Santi Ibáñez, Pep Cruz, Mercè Comes, Noël Olivé, Anna Moliner, Oskar Ramos, Isabelle Bres
Escenografia i vestuari: Ana Garay
Disseny d’il·luminació: Juanjo Llorens

Horaris: dimecres, dijous i divendres a les 21:00 hores, dissabte a les 18:00 hores i a les 21:30 hores, i diumenge a les 18:00 hores
Preu: de 22 € a 37 €
Idioma: català
Durada: una hora i trenta-cinc minuts

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Escrit per: Robert Martínez Colomé