Crítica cinematográfica: Los mercenarios 2: Es hora de recargar, de Simon West.


Breve Sinopsis:

Barney Ross (Sylvester Stallone) y su equipo de rudos y leales mercenarios siguen cumpliendo con éxito las misiones que les encomiendan. El señor Iglesia (Bruce Willis) vuelve a contactar con ellos para que realicen un trabajo como pago de una deuda: la recuperación de un objeto secreto perdido en un accidente de avión en territorio ruso. Para esta misión les es asignada una nueva compañera (Maggie, Yu Nan). Parece una tarea sencilla hasta que descubren que la mafia rusa, capitaneada por Jean Vilain (Jean Claude Van Damme), también está interesada en el objeto. Tras la muerte de uno de sus hombres, Ross buscará la venganza al mismo tiempo que intentará que una tonelada de plutonio no caiga en malas manos.

El grupo de mercenarios

La película da al público lo que busca, una ensalada sin tregua de tiros, testosterona desbordada, frases lapidarias, y el retorno conjunto de viejas glorias del cine de acción de los 80/90. Si ves una película porno buscas el porno, los diálogos, el argumento y la vida social no hace falta que sean muy consistentes. Esto es, en el género del cine de acción, Mercenarios 2: Es hora de recargar.

Sylvester Stallone interpretó y dirigió la primera aventura de Los mercenarios en 2010 como un homenaje a aquellas películas de acción de los ochenta, que tenían un mínimo de consistencia o pretensiones en su guión, variedad de secuencias y en las que la acción no copaba toda la película en sí. La primera parte buscaba el homenaje a este tipo de cine en la acción grotesca y pasada de vueltas, aunque algo confusa en las peleas, y lo lograba a medias, pero la trama era simplona y ridícula. No digamos nada (atención spoiler) de la escena final con la gratuita vuelta de Dolph Lungren de entre los muertos, después de una traición, al grupo de mercenarios.

En Los Mercenarios 2 Stallone también participa en el guión, aunque deja la batuta de dirección a Simon West (responsable, entre otras, de Con Air y Lara Croft: Tomb Raider). El resultado es una película mucho más divertida que la primera por el mero hecho de que la acción se desborda al 150 %. No es que el caballo del bueno corra más, es que ni lo ven los malos. La primera entrega pretendía que la acción se tomase un poco en serio. Esta ya ni de coña. En esa exageración radica el divertimento y no se le puede pedir más.

Los Mercenarios 2 se inicia al más puro estilo Equipo A, con la irrupción de una especie de tanque tuneado con guiño incluido, al verse estampadas las palabras “Bad Attitude” en su carrocería. Una escena rodada al estilo de la vieja serie de televisión. De ahí que los cientos de «malos» no acierten ni por asomo a ninguno de los miembros del grupo dirigido por Stallone, por mucho que disparen. Bueno, Stallone sufre un rasguñito de bala, pero porque estaba distraído que si no, ni eso!! La escena inicial culmina con una de las frases más antológicas dichas por Arnold Schwarzenegger en la gran pantalla, en esta ocasión dirigida al propio Stallone.

El plato fuerte de la película es que esta vez los protagonistas sí que se ríen de ellos mismos sin pudor y con contundencia. El film contiene diversos guiños a sus películas, a su edad (no son precisamente unos jovencitos!!), a sus frases recurrentes y lapidarias… Es como un Scary movie pero riéndose de los clásicos del cine de acción ochenteros. Algunos diálogos y salidas son antológicos. Además del homenaje a El Equipo A (al fin y al cabo son también mercenarios, aunque los de Stallone son más duros, dantescos y de dar miedo), se hace referencias a diversas películas como “En busca del arca perdida”, “Desafio Total”, “Solo ante el peligro”, «McQuade, el Lobo Solitario» o “Panorama para matar”.

Otra de las características que hace que disfrutes de Los Mercenarios 2 es la aparición estelar e impagable de Chuck Norris. En cambio Jean-Claude Van Damme como malo no resulta odioso. Lo único que despierta nuestro interés en él es ver cuántas bolsas tiene bajo los ojos, y es que la edad no perdona a nadie, ¡ni a los héroes de acción!. La clásica confrontación final no está mal y al menos está bien rodada, pero hay pocas peleas cuerpo a cuerpo a lo largo del film. Y es que la mayoría de «los mercenarios» ya no están para estos trotes y se limitan a disparar, que los malos ya irán cayendo.

El demencial tiroteo en el aeropuerto en el que, inexplicablemente, no se hiere a ningún civil, nos permite, sin embargo, ver en una misma secuencia de acción a Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenegger, Bruce Willis y Chuck Norris luchar en el mismo bando (impagable el «pasaba por ahí» de Norris), una escena «de ensueño» para todos aquellos que gozaban con sus películas de acción rodadas en las décadas de los 80’s y 90’s.

Como bonus esta vez hay chica en el grupo (la atractiva Yu Nan), pero es imposible que pueda haber historia de amor. Es como juntar bestias y mujeres. Existe, con todo, un indicio de atracción entre Nan y Stallone, más inverosímil que la propia acción que se desencadena en la película.

RESUMIENDO: Machotes buenos contra malos malosos. Frases dinamita y leyendas vivas. Pura diversión para aquellos que dejen aparcados durante dos horas su sentido y su sensibilidad y vuelvan a aquellos años de alquiler de películas de videoclub de acción desconocidas y sin pretensiones. Evidentemente, eran otros tiempos…

Título: Los mercenarios 2: Es hora de recargar
Director: Simon West
Reparto: Sylvester Stallone, Jason Statham, Jet Li, Dolph Lundgren, Randy Couture, Terry Crews, Liam Hemsworth, Yu Nan, Arnold Schwarzenegger, Bruce Willis, Chuck Norris y Jean-Claude Van Damme
Genero: Acción
Duración: 102 minutos
Nacionalidad: USA
Guión: David Agosto y Ken Kaufman
Fecha de Estreno en España: 24 de Agosto de 2012



Escrito por Taradete

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Publicación: Letal como un solo de Charlie Parker, de Javier Márquez

La ciudad de Las Vegas de los años cincuenta es un escenario perfecto para ambientar una novela negra: aquella era una ciudad en la que buscaban refugio estrellas de la música y del cine, sus lujosos hoteles ofrecían un sinfín de oportunidades al turista ávido de diversión, mientras las familias mafiosas controlaban la situación para mantener intactos sus abundantes beneficios. El escritor Javier Márquez entendió que ese ambiente le ofrecía enormes posibilidades a su imaginación, y no dudó en plasmar esa fascinación en su nuevo libro, Letal como un solo de Charlie Parker (Salto de Página), una novela que combina historia real y ficción para recrear la “Ciudad del Pecado” de mediados del siglo XX.

El escritor Javier Márquez

Durante el rodaje de El conquistador de Mongolia, un western asiático protagonizado por John Wayne y producido por el millonario Howard Hughes, un trágico suceso interrumpe la grabación: una actriz aparece muerta en un río, y todo indica que la joven se ha suicidado. El encargado de gestionar el papeleo será Eddie Bennett, alias el Figura, un ‘solucionador de problemas’ que reside en una suite del Hotel Flamingo, conduce un Pontiac Silver Streak, comparte sofisticados cócteles con atractivas señoritas y se desenvuelve con soltura entre estrellas del show business, como Frank Sinatra, y capos de la mafia, como Johnny Roselli. Sin embargo nada será tan fácil como imaginaba, por lo que Bennett deberá investigar el caso ayudado por una diligente periodista, y esas indagaciones le llevarán a descubrir un dramático suceso y una conspiración para ocultarlo, con la Mafia, la CIA y el Ejército de los Estados Unidos implicados peligrosamente.

Enamorado confeso de la música y el cine, Javier Márquez utiliza ambas temáticas para tejer el debut literario de Eddie Bennett, un personaje que toma el nombre del protagonista de la película El buscavidas (Eddie Felson, interpretado por Paul Newman) y el apellido del cantante italoamericano Tony Bennett, y que sin duda en el futuro vivirá nuevas aventuras. Quizás el germen de Letal como un solo de Charlie Parker hay que buscarlo en Rat Pack. Viviendo a su manera, libro sobre el “Clan de las ratas” –Frank Sinatra, Dean Martin, Sammy Davis Jr., Peter Lawford y Joey Bishop– que estableció su sede en Las Vegas y que Márquez publicó en 2006. Ahora, el escritor sevillano utiliza la información recogida en aquel volumen con la intención de dar verosimilitud a su relato, una novela negra con el sabor de los grandes clásicos del género que mezcla realidad y ficción, con personajes e historias reales compartiendo escenario con personajes surgidos de la imaginación del autor, y todo ello en una trama que denuncia los intereses compartidos entre el gobierno estadounidense y el crimen organizado.

Título: Letal como un solo de Charlie Parker
Autor: Javier Márquez Sánchez
Editorial: Salto de Página
Colección: Púrpura
Páginas: 272 páginas
Fecha de publicación: Febrero 2012
ISBN: 9788415065241
Precio: 18,00 €

Crítica: El triunfo romano, Una historia de Roma a través de la celebración de sus victorias, de Mary Beard, ed. Crítica.

Solo muy de tanto en tanto uno tiene la suerte de hacer la reseña de un libro que no solo le llamó poderosamente la atención al verlo en la mesa de novedades de las librerías, sino que, además, su lectura ha sido una fuente de disfrute y de aprendizaje.

Este es el caso de la monografía escrita por Mary Beard sobre el triunfo romano, publicada por la editorial Crítica en enero de este año (publicada originalmente por la misma editorial en el año 2008) y que analiza, como su título indica, la realidad y la trascendencia de la ceremonia triunfal no tan solo en la cultura y la sociedad romana, sino también la influencia que tuvo en épocas posteriores.

Lo primero que debemos tener en cuenta al estudiar el triunfo romano es el peso de las imágenes (y por tanto de las ideas preconcebidas) que todos tenemos de esta ceremonia, gracias al continuo uso que el cine, el arte y la literatura han hecho de ella y que han contribuido a moldear nuestra percepción del pasado romano. Una representación que, junto a otras como las famosas y orgiásticas bacanales o las mortíferas jornadas en el anfiteatro y el circo, no acostumbran a resistir los primeros embates de un análisis histórico riguroso.

Beard analiza en las páginas de su libro los diversos elementos que constituyen la ceremonia del triunfo romano, una tarea que realiza con un sorprendente sentido del humor, académico, claro está, y que arranca con el estudio de uno de los triunfos mejor conocidos de la historia romana, aquel que celebró Pompeyo por sus victorias en Oriente en el año 61 a.C. En este primer capítulo podremos examinar la organización y la representación de inicio a final de un triunfo romano.

A partir de aquí y con una visión global del asunto, Beard procede al análisis de los diversos componentes del ritual, ya sean los distintos tipos de triunfos que existían y las diferencias entre ellos, el recorrido triunfal, la fastuosidad de los desfiles, las “escenografías” diseñadas, el papel representado por el general victorioso, el destino de los vencidos expuestos en el desfile, los despojos o las normas y disposiciones que cualquier general victorioso debía respetar para poder celebrar un triunfo.

El triunfo romano repasa, además, en sus capítulos finales los orígenes de la ceremonia, tanto aquellos más míticos localizados en el periodo monárquico, como los más históricos situados en época republicana, y examina su evolución a lo largo de la historia de Roma hasta época imperial, en la que el triunfo fue adaptado y monopolizado en favor de la figura del emperador y los miembros de la familia imperial. Un episodio final que permite a la autora reflexionar sobre cuál se puede considerar el último triunfo romano de la historia y adentrarse, aunque de forma escueta, en la historia medieval y bizantina.

Triunfo romano

Beard pretende, de esta forma, hacer un examen exhaustivo del triunfo romano, tanto de lo que sabemos de él como de lo que desconocemos, y les puedo asegurar que ignoramos mucho más de lo que podría parecer a simple vista. En este último aspecto la autora analiza, también, la forma en la que se ha ido configurando el conocimiento sobre esta temática concreta de la historia romana, y como los aciertos y los yerros han ido formando una base a veces algo alejada de la realidad histórica a la que hacen referencia.

Un aspecto interesante del libro lo conforma la descripción de las luchas políticas desatadas entre las diversas facciones del Senado a la hora de conceder el triunfo y, de esta forma favorecer la carrera política de alguno de sus miembros. Es curioso al respecto, observar el juego político en la sombra o la falta de decoro de personajes como el propio Cicerón a la hora de informar al Senado de sus logros para obtener el triunfo al regreso de su promagistratura en Cilicia, y observar, de esta forma, como los tejemanejes y las falsedades de los políticos han constituido, ya desde época romana, una parte importante de sus ardides y artimañas para prosperar en la carrera hacia el poder, quedando la verdad eclipsada por el sabio y manipulador uso de las palabras.

El estilo del libro de Beard permite recomendar su lectura no tan solo a los especialistas o a aquellos que conocen la temática, sino también a todo aquel al que, de una forma u otra, le interese el tema, y pretenda ampliar de una forma grata y rigurosa, sus conocimientos sobre la Roma antigua. Como ya les he comentado, el libro está escrito con un notable gracejo, que permite a la autora hilvanar comentarios y opiniones que, se lo aseguro, les hará aflorar, en más de una ocasión, una sonrisa, con la que comprobar lo «pequeños» que fueron no tan solo lo «colosos romanos», sino también los magnos historiadores que analizaron sus proezas a lo largo del tiempo.

El triunfo romano es obra magistralmente escrita y bien traducida, «marca de la casa» en la editorial Crítica, siempre un seguro en este aspecto, algo que no es tan fácil de encontrar, se lo garantizo, en una monografía histórica y nos presenta el triunfo romano con un afán crítico, ameno e incluso combativo. Una obra imprescindible y muy recomendable para conocer una de las ceremonias más célebres del mundo romano.

Título: El triunfo romano. Una historia de Roma a través de la celebración de sus victorias
Autora: Mary Beard
Editorial: Crítica
Colección: Tiempo de Historia
Fecha de publicación: 26/01/2012
Páginas: 584 páginas
Idioma: Español
ISBN: 978-84-9892-320-9
Formato: 15,5 x 23 cm.
Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta

Escrito por Jorge Pisa Sánchez

Publicación: El hijo de Brian Jones, de Jesús Ferrero

Muchos escritores han encontrado la inspiración en la música y sus ídolos a la hora de escribir sus relatos de ficción; así, podríamos citar entre ellos a Julio Cortázar (El perseguidor), Jordi Sierra i Fabra (El joven John Lennon) o Nick Hornby (Alta fidelidad), autores que han utilizado la música como uno de los ingredientes principales para elaborar sus novelas. Jesús Ferrero es uno de los escritores que, recientemente, se ha unido a ese grupo con El hijo de Brian Jones (Alianza Literaria), una novela en la que el destino unirá los caminos del protagonista, Julián, con los de Alexis, uno de los hijos ilegítimos de Brian Jones, una obra con marcado ritmo de rock’n’roll que ha sido galardonada con el XIII Premio de Novela Fernando Quiñones.

Imagen de los primeros Rolling Stones, con Brian Jones al frente

Brian Jones falleció ahogado en su piscina en 1969; ese mismo año nacía Julián, hijo del que fuera jardinero del guitarrista. Huérfano desde su niñez, cuando murieron sus padres en un accidente de tráfico, el chico fue criado en Madrid por su abuela y su tía, una acérrima seguidora de los Rolling Stones. Con el tiempo Julián tendrá la necesidad de esclarecer su identidad, buscar sus orígenes, conocer todo cuanto tenga relación con sus progenitores y el mundillo que frecuentaron, y por esa razón emprenderá un viaje hasta Nueva York, donde conocerá a un joven actor de aspecto frágil, Alexis, hijo ilegítimo de Brian Jones. Así, Julián descubrirá quiénes eran realmente sus padres y qué papel jugaron en la vida y la muerte del trágico músico británico.

La fascinación de Jesús Ferrero por Brian Jones se originó en su adolescencia, cuando descubrió una fotografía del músico en la que destacaba por su aspecto maligno y destruido; para Ferrero, Jones fue víctima del éxito prematuro, simboliza el proceso de autodestrucción y la fascinación por seguir la tentación del abismo hasta el final, ideas propias del romanticismo alemán. Además, la figura del guitarrista británico le sirve también para reflexionar sobre las contradicciones existenciales y la responsabilidad paternal en una época, los años sesenta, donde la juventud se evadía a ritmo de rock’n’roll y sus excesos eran habituales, puro hedonismo con una obsesión común: ser eternos adolescentes.

Jesús Ferrero, autor de la novela

El hijo de Brian Jones recorre un total de cuarenta años para hacer el mejor retrato del Londres de los años sesenta, también conocido como “Swinging London” y en el que Jones aparecía como un aristócrata del pop perseguido por las mujeres, y de la ciudad de Nueva York en los años noventa, donde reside el hijo del músico y sus amigos. Así, Ferrero firma una novela existencial con la música de los Rolling Stones como telón de fondo, y en la que sus protagonistas se han visto obligados a madurar sin la presencia de una figura paterna como referente.

Título: El hijo de Brian Jones
Autor: Jesús Ferrero
Editorial: Alianza Literaria
Páginas: 320 páginas
Fecha de publicación: Febrero 2012
ISBN: 9788420669717
Precio: 18,00 €

Sleepwalker’s station: una formación alemana que debuta en Barcelona

La música puede ser un excelente elemento aglutinador, auténtico lenguaje universal capaz de unir a profesionales de distintas nacionalidades sin que el resultado se resienta de forma negativa, más bien todo lo contrario; así piensan los miembros de Sleepwalker’s station, una banda de indie-folk originaria de Alemania con más de diez años de vida que cuenta en sus filas con doce músicos de hasta cinco países distintos, todo un reto a la hora de ponerse de acuerdo en sus trabajos, un mestizaje que no parece ser inconveniente a la hora de componer sus canciones, ya que en todos estos años han publicado cuatro discos; su próximo álbum, Reptile Skin, todavía se encuentra en postproducción, pero sus nuevas canciones serán el principal reclamo para el debut de la formación en tierras catalanas, un total de cinco conciertos en Barcelona y cercanías.

Sleepwalker’s station nació en 1998 en Múnich, cuando el cantante y guitarrista Daniel Domenico Bassetti, un auténtico nómada que, hasta ese momento, se había dedicado a acumular experiencias por todo el mundo (Sudáfrica, Australia, Canadá, Argentina, Islandia, etc.), decidió montar su propia banda, un proyecto en el que daría el protagonismo a sus melodías suaves y acústicas, música post-grunge con influencias de géneros como el folk, el jazz, el soul o la música étnica. Así, el grupo fijaba sus principios musicales en una mezcla de la filosofía del cantautor inglés Nick Drake con las raíces de Bob Dylan y los sueños del «Mr. Jones» de Counting Crows.

Portada del disco «Windmills»

En 2001 el grupo publicó su primer disco, Autumn leaves, autumn colours, al que siguieron About the tides (2006), Not from here (2008) y Windmills (2011). En los primeros meses de 2012, Sleepwalker’s station empezó a trabajar en su nuevo LP, titulado Reptile Skin, un álbum que saldrá a la venta a finales de año y que la formación ha grabado en los pocos instantes libres que les ha dejado su gira europea; para la ocasión Sleepwalker’s station han utilizado dos estudios de grabación, el de Sigur Rós, en Islandia, y las instalaciones de SoiArt, en Barcelona, donde colaboraron con el músico Carlitos Sarduy, de Ojos de Brujo.

Tras varias actuaciones por Islandia, Bélgica, Holanda y Alemania, en las próximas semanas Sleepwalker’s station protagonizará su primera gira por Catalunya, una serie de conciertos que les llevará a actuar en diversas salas de Barcelona y alrededores. De esta manera, la formación debutará en Gravedad 0, el nuevo ciclo de directos organizados por la sala La Cápsula del Tiempo (Sant Boi del Llobregat), que ha programado su concierto para el próximo 9 de septiembre a las 19.30 horas; tras esta actuación, Sleepwalker’s station presentará su trabajo en Badalona (el 10 de septiembre en La Doncella de la Costa), Mollet del Vallès (La Bombeta, día 11) Manresa (Voilà, 14 de septiembre) y Barcelona (Inusual Project, 16 de septiembre).

Más información: http://www.reverbnation.com/sleepwalkersstation

Crítica cinematográfica: The possession, el origen del mal, de Ole Bornedal.


El próximo viernes 7 de septiembre llega a las carteleras españolas The possession, el origen del mal, un film de terror que nos narra, como su título indica, una posesión maléfica «basada en una historia real». Una película producida por Sam Raimi, dirigida por Ole Bornedal e interpretada por Jeffrey Dean Morgan, Kyra Sedgwick y Natasha Calis.

The possession nos acerca, de esta forma, a los peligros que comporta mezclarse, aunque sea de forma accidental, en los asuntos de ultratumba. Todo comienza y está ligado a una antigua caja, comprada en un mercadillo de segunda mano por Emily (Natasha Calis), la hija menor de la familia Brenek. El cofre, con un misterioso sistema de apertura y una enigmática inscripción hebrea, comenzará a ejercer un poderoso influjo sobre Em, cuyo carácter y comportamiento se irán envileciendo y volviéndose más violento. Una contrariedad que se suma a la difícil situación de divorcio que vive la familia, causada por las continuas ausencias laborales de Clyde (Jeffrey Dean Morgan) y las carencias afectivas que resultan de todo ello.

Las cosas se complicarán al sospechar Clyde que su hija puede estar poseída por un espíritu maligno, un dibbuk, que se está apropiando del cuerpo y de la voluntad de Em y que hará todo lo posible para conseguir aquello que no tiene, la vida. La familia Brenek luchará para liberar a su hija de las maléficas garras del espíritu maléfico enfrentándose a él con la ayuda de un joven rabino (Matisyahu, Matthew Paul Miller) y la mayor arma que tienen a su disposición, el amor que aún la mantienen unida.

The possession, el origen del mal, se desarrolla por las vías habituales de las películas del género que siguen la estela del gran éxito que supuso El exorcista en el año 1973. Algo que no hace desmerecer a la película, ya que el film de William Friedkin marcó, de una forma u otra, las líneas de desarrollo de la mayoría de películas que tratan la temática de la posesión/exorcismo.

Tras la presentación de la familia, y de los problemas que padece, provocados en gran parte por el absorbente trabajo de Clyde como entrenador de baloncesto y la poca presencia familiar que su dedicación le permite, hace la aparición la «fuente» de los problemas a los que se enfrentarán los Brenek, la caja ritual de origen hebreo donde está prisionero el espíritu maligno que aterrará a la familia.

El film de Bornedal alterna, de esta forma, las escenas más intimistas y familiares, como las que nos muestran los fines de semana compartidos por Clyde con sus dos hijas o los conflictos que suponen la nueva relación de Katherine (Kyra Sedgwick) con Brett (Grant Show, en un papel muy muy secundario), su nueva pareja. A estas se suman las escenas propiamente de terror en las que seremos testigos de la evolución «a peor» de Emily. Vale la pena indicar que las escenas de terror en The possession tienden a ser más «realistas» que en otras películas del estilo. Y entiéndaseme cuando digo más realistas: no veremos demasiados efectos especiales «terroríficos» sino que las escenas se centrarán más en la violencia que genera la posesión. Olvídense, pues, de niñas escupiendo un vómito verde, bajando las escaleras de formas poco anatómica, o levitaciones místicas. En este aspecto el film es más cotidiano.

Otro de los elementos que le hace salir al film, aunque solo sea un poco, de la plantilla habitual del género es su trasfondo judaico, que releva al habitual cristiano que tienen la mayor parte de estos films. De esta forma el sacerdote católico al estilo padre Carras es substituido por un joven rabino judío, no del todo ortodoxo, que se dispone a ayudar a la familia.

Por lo que respecta a las interpretaciones, todas son correctas. La única que destaca sobre las demás es la de Natasha Calis como la niña poseída, que consigue dar a su papel el toque inocente y maligno que la posesión requiere. Es curioso ver como el uso del maquillaje, del tinte de la fotografía, de una mirada como la de la escena del columpio y de una ligera ráfaga de viento, pueden dar a la muchacha un carácter tan siniestro. Algo que se agradece, ya que son pocas las películas de «terror con niño» que superan las dificultades de trabajar con menores. Digno de destacar es, también, por lo insólito de su papel, la interpretación de Matisyahu como el joven rabino que asistirá a la familia en su duelo contra el mal. Un papel que adapta, en parte, su singular opción artística como cantante reggae-jasídico en la vida real.

En lo que Possession, el origen del mal no es demasiado original es en el trasfondo familiar que nos propone. Este sí que parece que es un cliché difícilmente superable para las películas de cuño norte-americano, donde, al parecer, la unión, el amor familiar y los continuos problemas que una «buena familia americana» (y cristiana) han de vencer son como un mantra machacón que muchas cintas de terror no se pueden quitar de encima. Un leitmotiv que la mayoría de las veces repercute en el ritmo de la película en cuestión, sobre todo porqué prefigura, en muchos casos, el final de la historia.

Vale la pena indicar que aún siendo una producción Raimi, el film posee un toque más actual que el ochentero de su última producción Arrástrame al infierno (2009). Por lo que respecta a su director, Ole Bornedal, se le reconoce una amplia experiencia en los géneros del thriller y el terror con títulos como El vigilante nocturno (1994), La sustituta (2007) o Deliver us of evil (2009).

Aún así, The possession, el origen del mal, es una buena oportunidad para aquellos a los que les guste pasar miedo en la butaca (avisados están de que es un miedo más realista) y disfruten con los estrenos del género de terror. Y por si el tema de las taquillas les interesa o les influye a la hora de ir a ver una película al cine, que sepan que el fin de semana pasado The possession fue número uno en el Box Office estadounidense, recaudando la friolera de 17.700.000 dólares (la película tuvo un coste de 14.000.000 de dólares), lo que parece asegurar una segunda parte, algo de lo que ya ha hablado el bueno de Raimi.

Título: The Possession (El Origen del Mal)
Dirección: Ole Bornedal
Reparto: Jeffrey Dean Morgan, Kyra Sedgwick, Madison Davenport, Natasha Calis, Grant Show y Matisyahu.
Guión: Juliet Snowden y Stiles White
Productores: Sam Raimi, Robert Tapert y J. R. Young
Director de fotografía: Dan Laustsen, D. F. F.
Diseño de vestuario: Carla Hetland
Música: Anton Sanko
Género: Terror
Nacionalidad: USA
Fecha de Estreno: 7 de Septiembre de 2012

Escrito por Jorge Pisa Sánchez

Novedad editorial: Calle de los olvidados, de Stefanie Kremse, ed. Edhasa.

La editorial Edhasa presenta Calle de los olvidados, la nueva novela de la alemana Stefanie Kremse, que nos sumerge en una arrebatadora trama policíaca para ofrecernos un espectacular retrato de la Barcelona de nuestros días en el que predominan la profundidad de campo y el claroscuro de género.

Anna Silber, periodista profesional y detective ocasional, llega por primera vez a Barcelona con el objetivo de escribir una guía de viajes alternativa de la ciudad. Sin embargo, esta hija de un alemán y de una catalana recientemente fallecidos alberga también la esperanza de hallar algunas piezas de su pasado que la ayuden a construir y afirmar su identidad, para superar de este modo una amarga crisis personal.

La ciudad donde aterriza en nada se parece a los tópicos que muestran las postales, y no tarda en descubrir que los habitantes del barrio en que se aloja viven atemorizados por lo que parece un asesino en serie. Al tiempo que es arrastrada por la vorágine de una vida cultural desenfrenada, Anna empieza a verse envuelta en una estremecedora trama en la que la especulación inmobiliaria, las mafias de Europa del Este y una serie de enigmáticos ritos parecen establecer extrañas vinculaciones.

Una novela en la mejor tradición de la novela negra barcelonesa de González Ledesma y Vázquez Montalbán.

Stefanie Kremser, nacida en 1967 en Alemania, creció con su familia germánico-boliviana en la ciudad de Sao Paulo, en Brasil. A los veinte años se trasladó a Múnich, donde cursó estudios de cinematografía documental en la Escuela de Cine y Televisión. Es autora de varios guiones para el cine y la televisión, y su primera novela, Postal de Copacabana, se publicó en la prestigiosa editorial alemana Piper. Actualmente reside en Barcelona, escenario de Calle de los olvidados.

Título: Calle de los olvidados
Autora: Stefanie Kremser
Editorial: Edhasa
Sello: Polar
Formato: Rústica c/solapas / 14.5 x 22.5 cm
Traducción: Isabel Romero Reche
ISBN: 978-84-350-1076-4
Precio: 18 €

Más información:
Web oficial de la autora: http://www.stefaniekremser.de

Crítica teatral: Records a Broadway, en el Versus Teatre.


No descubro la fórmula de la Coca-cola si les digo que si existe en el mundo una calle conocida por la magia de sus teatros y por la categoría de sus espectáculos musicales, esta no es otra que Broadway, la neoyorquina avenida donde nació y se desarrolló el espectáculo musical moderno. Broadway se ha convertido en un referente, en un tópico que hace volar nuestra imaginación hacia los grandes teatros, con esplendorosas escenografías y magníficas coreografías en los cuales los sueños y los deseos se hacen realidad, acompañados de algunos de los temas musicales y de los nombres, ya sea de autores, de compositores, de cantantes o de actores, más reconocidos del mundo del entertainment y del show business.

Es en este patrimonio en el que se basa Records a Broadway, un espectáculo musical de pequeño formato que recorre la historia de la calle más famosa de Manhattan. La obra, producida por la compañía La Nota Teatre, nos propone un viaje por los grandes espectáculos musicales representados en Broadway, haciendo especial hincapié en las figuras que los crearon y en los grandes temas que nacieron en los escenarios que orillan la avenida.

El Versus Teatre nos presenta, pues, una mirada diferente al Broadway más espectacular que año tras año llega a los teatros barceloneses rodeado de formidables parafernalias técnicas y escénicas. Records a Broadway nos muestra, por el contrario, un lienzo escénico más intimista y más próximo. Será en un viejo bar donde sus cuatro actores, cantantes y músicos (Arnau Burdó, Marc Casanova, Antoni Font y Arnau Tordera) versionan los clásicos de Broadway, que podremos escuchar en catalán, de la mano de la traducción y arreglos de Arnau Tordera, Rosa Collell y Antoni Font.

Records de Broadway realiza de esta forma un repaso histórico, comenzando con la obra renovadora y sensual de Ziegfeld y pasando por los grandes nombres como Hammerstein, Sondheim, Bernstein o Lloyd Webber, hasta llegar a la magia de las versiones teatrales de las historias Disney, escritas por auténticos magos musicales como Howard Ashman, Tim Rice o Alan Menken. El recorrido incluye, entre otros, temas de Show Boat, Boscos endins, West Side Story, Sonrisas y lágrimas, Cantando bajo la lluvia, A Little Night Music, La Sirenita o La Bella y la Bestia. Si bien no escucharemos todos los temas en sus versiones completas sino adaptaciones de las mismas, agrupadas en algunos casos en medleys o suites, lo que hace posible que suenen a lo largo del espectáculo hasta 24 temas diferentes.

La propuesta musical de La Nota Teatre posee sus aciertos y sus fallos. Entre los primeros están las versiones de los temas interpretados, que demuestran un trabajo elegante y delicado que respeta la esencia de las canciones originales. Es una gozada escuchar las grandes melodías de Broadway en catalán, sobre todo cuando los arreglos son los adecuados. La interpretación y los números musicales también son buenos y nos muestran el grado de compenetración y el trabajo colectivo de la compañía. De ello son buena señal el magnífico medley que recoge tres de los temas de West Side Story (Maria, Somewhere y Something’s Coming) o algunas de las interpretaciones a coro. Seguramente el punto débil del espectáculo sea la presentación de los temas, realizada con un ritmo que recuerda demasiado las formas de un documental, lo que hace que el compás del espectáculo no sea todo lo ágil que debiera.

La escenografía, aunque un poco limitada, nos permite hacernos la idea de que estamos en un pequeño bar frecuentado por artistas vinculados al teatro, algunos autores y actores noveles y otros ya consagrados a los que le gusta recordar sus inicios. En este ambiente los cuatro intérpretes de la obra nos irán relatando la historia de Broadway. Un itinerario salpicado de los hits más teatrales. Un homenaje a una de las factorías de ilusión y de sueños (y de un sinnúmero de enamoramientos) poseedora de una de las denominaciones de origen más conocidas del mundo.

Un homenaje al que no pueden faltar todos aquellos que, de tanto en tanto, y normalmente a escondidas de los demás, tararean el I’m fell pretty de West Side Story, el Singing in the rain de Cantando bajo la lluvia o el Be our guest de La Bella y la Bestia, para acompañarse en su rutina diaria de los temas más famosos de Broadway, que seguro que les transportan a algunos de los momentos más felices y azucarados de su propia existencia.

«Records a Broadway» se representa en el Versus Teatre del 21 de agosto al 30 de septiembre de 2012.

Dirección escénica y teatral: Arnau Burdó, Marc Casanova, Antoni Font y Arnau Tordera
Actores: Arnau Burdó, Marc Casanova, Antoni Font y Arnau Tordera
Arreglos: Arnau Tordera
Traducción y adaptación de las canciones: Rosa Collell y Antoni Font
Dramaturgia: Marc Casanova y Antoni Font
Coreografía: Karina Amato
Escenografía: Pau Sánchez
Diseño de sonido: Arnau Burdó
Diseño de iluminación: Antoni Font
Producción: La Nota Teatre

Horarios: de martes a sábado a las 22:30 horas y domingos a las 21:00 horas.
Precio: 16 €.
Duración del espectáculo: 1 hora.
Idioma: catalán.

Novedad editorial: Maratón, de Andrea Frediani, ed. Algaida

Os presentamos una novedad en novela histórica del mes de junio de la editorial Algaida ambientada durante las Guerras Médicas, el gran conflicto militar que enfrentó a persas y griegos a principios del siglo V a.C. Una historia intensa y cautivadora sobre la guerra y el amor en la Atenas clásica amenazada por el Oriente dominado por los grandes soberanos persas.

480 a. C. La flota griega espera conocer el resultado de la batalla de las Termópilas. Esquilo, que presta servicio en una de las naves como hoplita, recibe la visita de una mujer misteriosa que le cuenta su versión de la batalla de Maratón, en la que el propio poeta había participado diez años antes. Los recuerdos de los dos interlocutores se cruzan para reconstruir una historia jamás contada sobre el primer enfrentamiento entre griegos y persas, y lo que ocurrió inmediatamente después, cuando los heraldos corrieron a Atenas para comunicar la victoria griega antes de que quienes apoyaban a los persas abrieran las puertas a los invasores. Maratón es la apremiante crónica de una batalla y de una carrera, los tres protagonistas ponen en juego su amistad y su propia vida para disputarse el amor de una mujer, pero también para descubrir los límites de su propia ambición.

Título: Maratón
Autor: Andrea Frediani
Editorial: Algaida
Colección: Algaida Literaria>Inter
Formato: Rústica Hilo / 15,5 x 23 cm.
Fecha de publicación: junio de 2012
Nº de páginas: 416
I.S.B.N.: 978-84-9877-792-5
Precio: 18 €

Novedad editorial: Burning. Madrid, de Alfred Crespo

En el año 1974, justo cuando la dictadura entraba en su agónica recta final, cuatro jóvenes del barrio madrileño de La Elipa unían sus fuerzas para imitar aquella música que retumbaba en sus cabezas, puro rock’n’roll, el sonido que una vez tras otra reproducía su tocadiscos, con Lou Reed, Chuck Berry, Deep Purple y los Rolling Stones entre sus preferidos, material que los muchachos conseguían tras burlar la censura del momento. Aquellos aprendices de rockers no lo sabían, pero acababan de fundar una de las bandas de rock más influyentes del país, y encontraron su nombre en el calor sofocante de su ciudad: así nacía Burning, pioneros en adaptar a su idioma los ritmos rockeros que tanto admiraban, y que Alfred Crespo retrata en Burning. Madrid (66 rpm), un libro que pretende recuperar el legado de la banda, mostrar su historia a las nuevas generaciones y dar respuesta a algunos de los interrogantes que han acompañado al grupo desde su fundación.

Burning en la década de los 70

¿Y quiénes eran aquellos cuatro aspirantes a estrellas del rock? Toño Martín, Pepe Risi, Johnny Cifuentes y Quique Pérez –convertidos en quinteto con la posterior entrada de Tito a la batería– cumplieron el sueño adolescente de subir a un escenario para interpretar un repertorio eminentemente rockero con influencias glam, relatos sinceros sobre la vida al límite, códigos de honor y amistades peligrosas, canciones nocturnas que homenajeaban las calles que les vieron crecer, aquellas que presenciaron sus primeros escarceos canallas y donde conocieron auténticos buscavidas solitarios, tipos duros que trataban de ocultar su romanticismo ante aquellas mujeres que ansiaban emociones fuertes. Muy pronto el público hizo suyos esos temas, y el tiempo los convirtió en auténticos himnos, como Jim Dinamita, Una noche sin ti, Las chicas del drugstore, Mueve tus caderas o ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este?

El periodista Alfred Crespo, codirector de la revista Ruta 66, es el encargado de compilar toda la información en Burning. Madrid, una biografía oral que repasa la larga trayectoria del grupo, deteniéndose en los éxitos y sin eludir los fracasos. Nadie mejor que él para escribir su historia, ya que desde finales de los ochenta se convirtió en habitual compañero de aventuras de la banda; de esta manera Crespo se granjeó su confianza, y ahora recoge el testimonio de músicos, productores, amigos, y críticos para ofrecer una visión tan cruda como real de lo que significaba tener una banda de rock’n’roll en los setenta, opiniones completadas con las declaraciones y el material gráfico aportado por los miembros del grupo que aún siguen en activo.

Burning caminó siempre por el lado más salvaje de la vida sin miedo, y así se ganó una merecida fama de músicos conflictivos de la que hacían gala sin rubor alguno, siempre desafiantes. En la actualidad, de aquellos cuatro muchachos madrileños tan solo se mantiene en activo Johnny CifuentesQuique Pérez abandonó la formación en 1979, mientras que Toño Martín y Pepe Risi fallecieron en la década de los noventa–, encargado de mantener la leyenda de un grupo que, sin apenas proponérselo, convirtió su afición por el rock en toda una filosofía de vida, y que desde el pasado mes de julio tiene su merecido homenaje con la publicación de Burning. Madrid.

Título: Burning. Madrid
Autor: Alfred Crespo
Editorial: 66 rpm
Páginas: 207 páginas
Fecha de publicación: Julio 2012
ISBN: 9788493952440
Precio: 20,00 €