Solo muy de tanto en tanto uno tiene la suerte de hacer la reseña de un libro que no solo le llamó poderosamente la atención al verlo en la mesa de novedades de las librerías, sino que, además, su lectura ha sido una fuente de disfrute y de aprendizaje.
Este es el caso de la monografía escrita por Mary Beard sobre el triunfo romano, publicada por la editorial Crítica en enero de este año (publicada originalmente por la misma editorial en el año 2008) y que analiza, como su título indica, la realidad y la trascendencia de la ceremonia triunfal no tan solo en la cultura y la sociedad romana, sino también la influencia que tuvo en épocas posteriores.
Lo primero que debemos tener en cuenta al estudiar el triunfo romano es el peso de las imágenes (y por tanto de las ideas preconcebidas) que todos tenemos de esta ceremonia, gracias al continuo uso que el cine, el arte y la literatura han hecho de ella y que han contribuido a moldear nuestra percepción del pasado romano. Una representación que, junto a otras como las famosas y orgiásticas bacanales o las mortíferas jornadas en el anfiteatro y el circo, no acostumbran a resistir los primeros embates de un análisis histórico riguroso.
Beard analiza en las páginas de su libro los diversos elementos que constituyen la ceremonia del triunfo romano, una tarea que realiza con un sorprendente sentido del humor, académico, claro está, y que arranca con el estudio de uno de los triunfos mejor conocidos de la historia romana, aquel que celebró Pompeyo por sus victorias en Oriente en el año 61 a.C. En este primer capítulo podremos examinar la organización y la representación de inicio a final de un triunfo romano.
A partir de aquí y con una visión global del asunto, Beard procede al análisis de los diversos componentes del ritual, ya sean los distintos tipos de triunfos que existían y las diferencias entre ellos, el recorrido triunfal, la fastuosidad de los desfiles, las “escenografías” diseñadas, el papel representado por el general victorioso, el destino de los vencidos expuestos en el desfile, los despojos o las normas y disposiciones que cualquier general victorioso debía respetar para poder celebrar un triunfo.
El triunfo romano repasa, además, en sus capítulos finales los orígenes de la ceremonia, tanto aquellos más míticos localizados en el periodo monárquico, como los más históricos situados en época republicana, y examina su evolución a lo largo de la historia de Roma hasta época imperial, en la que el triunfo fue adaptado y monopolizado en favor de la figura del emperador y los miembros de la familia imperial. Un episodio final que permite a la autora reflexionar sobre cuál se puede considerar el último triunfo romano de la historia y adentrarse, aunque de forma escueta, en la historia medieval y bizantina.

Beard pretende, de esta forma, hacer un examen exhaustivo del triunfo romano, tanto de lo que sabemos de él como de lo que desconocemos, y les puedo asegurar que ignoramos mucho más de lo que podría parecer a simple vista. En este último aspecto la autora analiza, también, la forma en la que se ha ido configurando el conocimiento sobre esta temática concreta de la historia romana, y como los aciertos y los yerros han ido formando una base a veces algo alejada de la realidad histórica a la que hacen referencia.
Un aspecto interesante del libro lo conforma la descripción de las luchas políticas desatadas entre las diversas facciones del Senado a la hora de conceder el triunfo y, de esta forma favorecer la carrera política de alguno de sus miembros. Es curioso al respecto, observar el juego político en la sombra o la falta de decoro de personajes como el propio Cicerón a la hora de informar al Senado de sus logros para obtener el triunfo al regreso de su promagistratura en Cilicia, y observar, de esta forma, como los tejemanejes y las falsedades de los políticos han constituido, ya desde época romana, una parte importante de sus ardides y artimañas para prosperar en la carrera hacia el poder, quedando la verdad eclipsada por el sabio y manipulador uso de las palabras.
El estilo del libro de Beard permite recomendar su lectura no tan solo a los especialistas o a aquellos que conocen la temática, sino también a todo aquel al que, de una forma u otra, le interese el tema, y pretenda ampliar de una forma grata y rigurosa, sus conocimientos sobre la Roma antigua. Como ya les he comentado, el libro está escrito con un notable gracejo, que permite a la autora hilvanar comentarios y opiniones que, se lo aseguro, les hará aflorar, en más de una ocasión, una sonrisa, con la que comprobar lo «pequeños» que fueron no tan solo lo «colosos romanos», sino también los magnos historiadores que analizaron sus proezas a lo largo del tiempo.
El triunfo romano es obra magistralmente escrita y bien traducida, «marca de la casa» en la editorial Crítica, siempre un seguro en este aspecto, algo que no es tan fácil de encontrar, se lo garantizo, en una monografía histórica y nos presenta el triunfo romano con un afán crítico, ameno e incluso combativo. Una obra imprescindible y muy recomendable para conocer una de las ceremonias más célebres del mundo romano.
Título: El triunfo romano. Una historia de Roma a través de la celebración de sus victorias
Autora: Mary Beard
Editorial: Crítica
Colección: Tiempo de Historia
Fecha de publicación: 26/01/2012
Páginas: 584 páginas
Idioma: Español
ISBN: 978-84-9892-320-9
Formato: 15,5 x 23 cm.
Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta
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Escrito por Jorge Pisa Sánchez