En alguna que otra reseña he afirmado que a nivel de programación teatral anual tanto el Lliure como el TNC se llevan la palma en Barcelona por la calidad y el acierto de sus propuestas, diferentes, claro está, pero que consiguen ambas desparramar un fulgor de calidad y pedigrí teatral que ilumina sus respectivos escenarios.
Y la programación de Els feréstecs es una prueba indiscutible de lo que digo, tanto por la filigrana creativa de su autor, Carlo Goldoni; por la finura de la comedia por él escrita; por el trabajo de los actores y actrices que intervienen en ella; y por su sencilla y discreta puesta en escena.
A ver, lo intentaré explicar comenzando por el principio. Els feréstecs es una comedia escrita por Carlo Goldoni en el año 1760 que analiza los cambios en las formas de pensar que se vislumbraban ya por aquella época (recuerden que en 1789 estalló la Revolución Francesa) y la perenne guerra entre sexos que tiene su origen en el alba de los tiempos.
La acción se desarrolla, en esta ocasión, en tierras catalanas, en un pueblo de comarcas. Allí no todos sus habitantes ven con buenos ojos las diversas novedades que en las costumbres sociales y en el comportamiento ha promovido el nuevo régimen político, la I República española (1873-1874), fruto prematuro del desarrollo político del siglo XIX basado en el liberalismo político y fallido reformador de todas las desigualdades propias del Antiguo Régimen.
En concreto, dos cabezas de familia, intolerantes y bravíos, están intentando concluir un acuerdo de matrimonio para enlazar a sus respectivos hijos, en Quimet (Pol López) y la Llucieta (Laura Aubert). Aquellos, chapados a la antigua, no solo rechazan cualquier innovación en cualquier ámbito sino que actúan siempre en base a las normas y costumbres de sus antepasados. Así, a los implicados en el matrimonio se les niega, incluso, el derecho a conocerse antes de la boda y mucho menos se les permite decidir con quién quieren casarse.
Por su parte las mujeres de ambas familias (Rosa Renom y Rosa Vila) poseen unos espíritus más abiertos y rebeldes, y ayudadas por Victòria (Laura Conejero) pretenden al menos permitir a los jóvenes casaderos verse antes de tan crucial acontecimiento. Las continuas riñas y trifulcas entre hombres y mujeres generarán un sinfín de situaciones hilarantes, que dan forma a la trama de la obra.
La puesta en escena de esta versión de Els feréstecs es extremadamente sencilla, hiper-minimalista (a veces incluso demasiado) y me bastará con decirles que a nivel de escenografía tan solo hallaremos la propia decoración de la sala Fabià Puigserver y un reducido juego de sillas, que junto a la existencia de diversas puertas crearán metafóricamente los espacios interiores de las viviendas en las que se desarrolla la acción.
Lluís Pascual, el director, ha optado por ambientar la pieza, como les decía, en un pueblo del interior de Cataluña, un espacio ideal para situar la numantina resistencia ideológica de los feréstecs, y por trocar el veneciano del texto original de Goldoni por una suma de dialectos (mallorquín, valenciano, leridano y gerundense), a veces algo costoso de seguir, sobre todo a aquellos con reducida sensibilidad auditiva, como el que estas líneas escribe, pero que generan toda una serie de giros y chanzas que potencian la comicidad de la obra.
La dirección de Pascual ha favorecido, además, una interpretación extremada de sus actores y actrices que resalta con mucho la hilaridad de la representación, acompañada de una serie de ademanes y dichos que aderezan el imponente resultado final. De esta forma destaca, como siempre, Jordi Bosch, que desarrolla un carácter estúpido y bonachón, si bien riguroso, con una solvencia como la que ya vimos en La Bête. En el bando agreste le siguen Boris Ruiz, Xicu Masó, magnífico en su composición aunque bastante secundario y Andreu Benito, al que le falla en algo, a veces, la partitura de su personaje. Por su parte Pol López encarna al hijo casadero en cuestión.
Del bando femenino, en el que hallamos a Rosa Vila, Laura Conejero, Rosa Renom y Laura Aubert, no se puede más que destacar, también, el trabajo coral de todas ellas, cuyas contradicciones entre sus ideas más domesticas y liberales y su situación y anclaje en unas familias y una sociedad ampliamente machistas, generan las circunstancias idóneas para fabricar humor y del bueno.
El resultado, aunque superando unas fallas técnicas importantes que provocaron el parón por unos días en las representaciones, es una pieza con toques de «obra maestra» sobre el escenario, uno de esos momentos en los que el teatro, el arte y la cultura se unen para dar un respiro al alma, en este caso en forma de comedia, con el que descubrimos que lo actual y lo contemporáneo acostumbra a tener su raíz en los clásicos, y que es la suma de tradición, innovación y adaptación lo que muchas veces permite alcanzar la palma del triunfo.
Parece, pues, que el Teatre Lliure ha tocado el cielo, alcanzando, de nuevo, un enorme acierto a la hora de programar su temporada teatral.
Un hurra por el Lliure!!
«Els feréstecs» se representa en el Teatre Lliure del 16 de abril al 19 de junio de 2013.
Autor: Carlo Goldoni
Dirección: Lluís Pasqual
Reparto: Laura Aubert, Andreu Benito, Jordi Bosch, Laura Conejero, Pol López, Carles Martínez, Xicu Masó, Rosa Renom, Boris Ruiz y Rosa Vila
Traducción del veneciano: Lluís Pasqual
Escenografía: Paco Azorín
Vestuario: Alejandro Andújar y Luis Espinosa
Caracterización: Eva Fernández
Iluminación: Rai Garcia y Lluís Pasqual
Producción: Teatre Lliure
Horario: de miércoles a viernes a las 20:30 horas; sábados a las 17:30 y a las 21 horas y domingos a las 18 horas.
Precios: 30,25 €; 21,30 € (miércoles, día del espectador) / 25,75€ con descuento Idioma: catalán y castellano
Duración: 1 hora y 30 minutos sin pausa
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Escrito por Jorge Pisa Sánchez