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Crítica teatral: Pel davant i pel darrera, en el teatro Borràs

Regresa a Barcelona Pel davant i pel darrera, un clásico de la comedia teatral que nos habla de los entresijos del teatro, dirigida por Alexander Herold, adaptada por Paco Mir e interpretada en los papeles principales por Lloll Bertran, Jordi Díaz, Miquel Sitjar, Carme Pla y Lluís Villanueva.

El espectáculo nos muestra las dificultades de todo tipo que sufre una compañía de teatro bastante mala para montar una obra teatral bastante cutre. Los pobres personajes de la obra y su simpatía, combinada con la frenética serie de gags que no paran nunca, conforman la base de este gran éxito de la comedia teatral en Barcelona que por quinta vez aterriza en los escenarios barceloneses. Si inicialmente lo hizo en en los teatros Condal, Victoria y Goya, desde la versión de 2002 se representa en el Teatro Borràs, sala que acoge la obra en la actualidad.

La clave del éxito ya la conocemos, o la conoce una gran parte del público que va a ir a ver la obra este año: la suma de agravios y de vivencias que afectan al trabajo escénico de una compañía de teatro que ha de estrenar en breve una comedia teatral, en la que los diferentes problemas de los actores y actrices y las relaciones que mantienen entre ellos, hará que la representación se convierta en una bomba a punto de estallar.

Esta versión de la comedia, que se estrenó en Londres en el año 1982, sufre, sin embargo de algún desajuste que vale la pena comentar. Nada que decir sobre el texto y la situación escénica. La obra, dirigida en esta ocasión por Alexander Herold, vinculado con la obra desde sus orígenes londinenses, mantiene la agudeza, la chispa y el humor que el texto atesora en su adn. La representación es un contínuo encadenamiento de gags, situaciones e interpretaciones cada vez más alocadas que pasan a gran velocidad ante la vista del espectador, tanto es así, que a veces cuesta estar atento a todo lo que acontece encima del escenario. La triple representación de la obra, desde perspectivas y momentos diferentes, permite además enriquecer el visionado de la misma.

Pel davant i pel darrera_2
En lo que respecta a las interpretaciones y la sincronización, no todo está tal y como tendría que estar. Como decía la obra es un tour de force de encadenamiento de acciones y reacciones, y al menos el día del estreno, siempre el día del estreno, en diversos momentos a la obra le faltaba algo de la intensidad y de la vivacidad que la podría llevar a la cúspide teatral de la que es merecedora. Como si el reparto aún no hubiera integrado la fluidez que requiere la obra y estuviera aún afectados por las marcas de interpretación.

Algo que no se debe, ni mucho menos, a fallos en el casting, en el que encontramos a actores y actrices de la talla de Lloll Bertran, Agnès Busquests, Jordi Díaz, Carme Pla, Miquel Sitjar, Lluís Villanueva, Xavier Serrat, Laia Alsina i Bernat Cot. Lo que no acaba de funcionar bien es la integración de todas las interpretaciones, algo que se entiende al constatar la estructura compleja de la representación y que esperamos, siempre esperamos, que mejore con la simple acumulación de las representaciones.

Aún así, en esta nueva versión de la obra destaca la firmeza interpretativa de Miquel Sitjar y el siempre buen hacer de Lloll Bertran, Carme Pla y Lluís Villanueva; lo acertado de la inocente interpretación de Agnès Busquests y lo algo despistado de Jordi Díaz, que no parece acabar de coger el tono.

Aún así, Pel davant y pel darrera es una excelente ocasión para ver cómo no pasa el tiempo para una brillante obra teatral y cómo el teatro nos puede hacer reír incluso cuando una representación, en la ficción, llega a ser desastrosa. Una de las maravillas del teatro dentro el teatro.

«Pel davant i pel darrera» se representa en el Teatre Borràs del 22 de noviembre de 2018 al 3 de febrero de 2019.

Autor: Michael Frayn
Adaptació: Paco Mir
Direcció: Alexander Herold
Reparto: Lloll Bertran, Agnès Busquests, Jordi Díaz, Carme Pla, Miquel Sitjar, Lluís Villanueva, Xavier Serrat, Laia Alsina y Bernat Cot
Producció: Anexa

Horarios: web Grupo Balaña
Precio: 20 – 24€
Idioma: catalán y castellano
Duración:

NOTA CULTURALIA: 7

Jorge Pisa

Crítica teatral: Sugar, Con faldas y a lo loco. El musical

Es de lo más habitual que las obras que triunfan sobre los escenarios sean llevadas con el tiempo a la gran pantalla. Lo que no es tan habitual es que una película, un clásico del cine en este caso, tocada por el áurea de de las figuras de Tony Curtis, Jack Lemmon y la iconográfica Marilyn Monroe, dirigidas por el gran Billy Wilder, se convierta en un musical. Pues este es el caso de Sugar, un espectáculo musical basado en la película Some like it hot (1959), o lo que es lo mismo, Con faldas y a lo loco, que adapta el musical original de Broadway producido en el año 1972 por David Merrick y Robert Thoeren y dirigida y coreografiada por Gower Champion.

«Año 1929. Chicago. En pleno invierno y durante el periodo de la Ley Seca, dos músicos presencian una ajuste de cuentas entre mafiosos y se ven obligados a huir de la ciudad. La única opción que tienen es convertirse en Josephine y Daphne y viajar hacia Miami con una orquesta formada exclusivamente por mujeres».

Bien, una vez comentada brevemente la sinopsis, conocida por todos, analicemos el espectáculo. Sugar es un acierto a la hora de producir una comedia musical de humor blanco para todos los públicos, un acierto de Som-hi Films, que ya nos sorprendió en el año 2012 con A força de cançons. En esta ocasión las líneas de producción han mejorado, dando como resultado un espectáculo potente, bien interpretado, bien coreografiado y bien escenografiado.

La trama del film se transforma sobre el escenario en la configuración típica de un musical, esto es, con diferentes escenas en las que lo que destaca son las actuaciones musicales tanto del trío protagonista, Bealia Guerra, Xavi Duch i Rubén Yuste, como las realizadas con la ayuda del cuerpo de baile. De esta forma el musical adquiere un ritmo muy nutrido que atrae al público como un imán. La adaptación del guión cinematográfico es también la adecuada y la escenografía resulta de una curiosa mezcla entre el minimalismo y lo fastuoso, dependiendo de la escena.

Sugar_ Con faldas y a lo loco_1Por lo que respecta a las actuaciones es, seguramente, el aspecto que provee de gran parte del éxito al espectáculo. El casting ha sido el acertado a la hora de escoger a los intérpretes, tanto a los principales como a los secundarios. Entre los primeros destaca sobre todo Xavi Duch que sabe proveer a su actuación de una vis cómica suficiente para sobrellevar cómodamente la gran sombra que sobre su papel ejerce el recuerdo de la Daphne de Jack Lemmon; Rubén Yuste cumple a la hora de dar vida a Josephine y al llevar sobre sus espaldas la trama romántica de la representación. Finalmente Bealia Guerra defiende bien su papel como Sugar, la solista algo alcoholizada y enamoradiza de la banda, si bien no acaba de desembarazarse completamente de la silueta de Monroe, algo, por otro lado, difícil de conseguir.

El resto de reparto ayuda a cocinar un espectáculo cómico y musical que está a la altura del teatro Tívoli y que posee todos los ingredientes para convertirse, seguro, en uno de los éxitos del verano escénico en la ciudad. Algo a lo que ayudan las coreografías musicales y el cuerpo de danza que dan al espectáculo ese estilo de gran musical que la producción se esfuerza en alcanzar.

Sugar, tiene todos los número para volver a triunfar sobre los escenarios barceloneses como ya hiciera anteriormente, y para seguirnos recordando que nadie es perfecto, pero que la vida se ha de vivir con algo de glamur y azúcar, o mejor dicho, con un poco de Sugar!!

«Sugar, Con faldas y a lo loco. El musical» se representa en el teatro Tívoli hasta el próximo 30 de julio de 2017.

Dirección: Pau Doz
Dirección musical: Bernat Hernández
Coreografía: Laura Olivella
Traducción y adaptación de las canciones: Roser Batalla y Roger Peña
Escenografía: Pau Doz y Escenografies Moià
Diseño de vestuario: Som-hi Films
Diseño de sonido: Enric Vinyeta
Diseño de iluminación: Jordi Thomas
Producción: Som-hi Films

Reparto: Bealia Guerra, Xavi Duch, Rubén Yuste, Pep Cortés, Maria Santallusia y Jordi Llordella
Bailarines: Lorena García, Ariadna Canals, Anna Lagares, Hugo Rivero, Óscar Planells, Adrià Garcia y Javier Arroyo
Músicos: Filippo Fanó, Jairo Ortega, Josema Martín, Valentí Querol, Bernat Hernández, Pau Lligadas, Pol Padrós, Álvar Montfort, Jordi Santanach y Sergi Felipe

Horarios: de miércoles a viernes a las 20:30 horas; sábados a las 18:00 y a las 21:30 horas y domingos a las 18:00 horas
Precio: 25€
Idioma: castellano
Duración: 120 minutos

NOTA CULTURALIA:  8
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Jorge Pisa Sánchez

Crítica teatral: My sweet country, en el Teatre Poliorama

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¿Recuerdan aquella campaña sobre el reciclaje correcto que llevaba el lema ‘Envàs, on vas?’? Seguro que sí: aquella en la que tres muchachas pizpiretas y de cantinela perenne invitaban a reciclar los envases en el contenedor adecuado con unos anuncios que nos bombardearon desde prensa escrita, radio y televisión hasta el hartazgo. Muchos descubrieron entonces a aquellas cantantes/actrices que, con el desparpajo por bandera, asumían el reto de concienciarnos sobre el reciclaje, pero lo cierto es que esas jóvenes con pelucas ya llevaban un par de años actuando bajo el nombre de The Mamzelles. Ese anuncio las hizo populares, y era cuestión de tiempo que esa fama les permitiera debutar en el teatro con un proyecto confeccionado a su medida; y dicho y hecho: desde el pasado 25 de marzo se instalaron en el Teatre Poliorama para presentar My sweet country, una comedia musical escrita junto al dramaturgo Àlex Mañas en la que ellas tres son las protagonistas absolutas, una historia con un buen planteamiento inicial pero que en cuestión de minutos queda diluido por su alarmante falta de mordiente, resumiéndose en un apenas perceptible hilo argumental con una serie de sketches sobre las ilusiones sin fundamento de esas jóvenes.

Así, My sweet country comienza con las tres muchachas asistiendo a una entrevista laboral muy especial: aspiran a ser prostitutas de lujo para salir del barrio que las ha visto crecer y en el que se sienten prisioneras; su intención es volar alto, sueñan con ser presentadoras de un programa de televisión o ganar el reconocimiento de la sociedad participando en alguna edición de Gran Hermano –fama fácil y rápida, ¿quizás el sueño más anhelado por la juventud del siglo XXI?–, pero el tiempo pasa, y ahora han comprobado que la solución a sus miserias está en codearse con el poder para, de esta manera, tener una vida holgada, de lujo, sin estrecheces económicas, a años luz de los problemas propios de su realidad social. La decisión está tomada, pero en la fiesta a la que han sido invitadas se toparán con caras muy conocidas que dificultarán su ascenso a la fama.

Sin embargo, cuando todo apuntaba a una leve crítica a las fantasías postadolescentes y a la inoperante clase política que nos ha tocado en suerte –el dulce país del título se refiere a un estado en el que nuestros gobernantes fueran gente de palabra y cumplieran sus promesas, algo que en la actualidad parece ser una quimera alejada de la realidad–, el argumento prefiere tomar el camino más fácil y realizar una inofensiva versión a tres intérpretes de Cenicienta (sin que ninguna de ellas acceda a ejercer de hermanastra malvada), un planteamiento ingenuo aderezado por diez canciones que las chicas interpretan en directo, sin duda la mejor parte del espectáculo por ser este el hábitat natural de The Mamzelles, quienes muestran buenas intenciones a la hora de actuar, pero que naufragan por la falta de solidez de sus personajes y las innumerables lagunas argumentales de la historia. En cuanto a la escenografía, el resultado tampoco es mucho mejor: tres sillas y unos recortes de periódico como única decoración es todo cuanto disponen las protagonistas, en un escenario que se revela excesivamente grande para una propuesta tan sencilla como esta, transmitiendo una atmósfera desangelada que incluso se extiende hasta el público asistente.

Y es una verdadera lástima: quienes ya conocíamos a The Mamzelles esperábamos encontrar en My sweet country algo de su habitual ironía, descaro y sarcasmo, y las expectativas aumentaban si se asociaban con Àlex Mañas, de cuyo ingenio habíamos disfrutado anteriormente en, entre otras, la claustrofóbica Íncubo. Por todo ello, a una propuesta surgida del talento conjunto de los cuatro debemos exigirles algo más que una descafeinada sucesión de gags que, con suerte, apenas arrancarán alguna que otra sonrisa en el espectador.

My sweet country se representará en el Teatre Poliorama del 25 de marzo al 28 de abril de 2013.

Dramaturgia y dirección: Àlex Mañas
Intérpretes: Paula Malia, Bàrbara Mestanza, Paula Ribó
Compañía: The Mamzelles Teatre
Música y dirección musical: The Mamzelles
Letras de las canciones: The Mamzelles y Àlex Mañas
Ayudante de dirección: Mireia Farré
Dirección de arte y espacio escénico: Àngela Ribera
Diseño de sonido: Joel Condal
Vestuario: Isis Velasco
Proyecciones: Blai Tomàs

Horarios: jueves 18 de abril, sábado 20 de abril, viernes 26 de abril y sábado 28 de abril, a las 23 horas; y domingo 28 de abril, a las 20:15 horas
Precio: 18 €
Idioma: castellano
Duración: Una hora y cinco minutos

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Escrito por: Robert Martínez Colomé