Del 2 al 6 de noviembre tendrá lugar en Igualada la novena edición de Zoom, Festival Europeo de Cine para Televisión, que incluirá este año miniseries y series españolas en la sección oficial a concurso.
Zoom, Festival Europeo de Cine para Televisión, es el único festival del Estado español dedicado a reconocer el cine para televisión. Nació en el año 2003 con el objetivo de potenciar y dar a conocer la producción audiovisual que se hace en Europa, poniendo especial atención en los largometrajes de ficción televisiva.
El festival, pionero en su categoría, otorga un total de 5.000 € en premios a las tvmovies a concurso. Los premios que se entregan son: Premio Zoom a la Mejor Película para TV, con una dotación económica de 3.500€, y el Premio a la Mejor Miniserie con una dotación económica de 1.500€, los dos premios los otorga el Jurado oficial.
Zoom otorga también cuatro premios sin dotación económica que son el Premio al Mejor Director, el Premio al Mejor Guión, el Premio Zoom a la Mejor Película para TV que concede el Jurado Joven (compuesto por estudiantes de diferentes institutos de Igualada y presidido por un profesional del mundo audiovisual) y el Premio de la Crítica, compuesto por profesionales del mundo de la comunicación, que decide cuál es la mejor serie de televisión española producida en la temporada 2010-2011.
La Sección Oficial este año incorpora como novedad el Premio a la Mejor Miniserie española. Además, el festival entrega también los Premios a la Trayectoria Profesional a dos personalidades del panorama audiovisual y a una productora; el Premio “Tú eres la tele”, a un personaje o programa que haya marcado la vida de los espectadores y el Premio Auguri Sita Murt, a una joven promesa de la interpretación femenina.
Entre las 46 producciones que han llegado de Francia, Holanda, Alemania y España, la organización seleccionará las ocho que competirán en la Sección Oficial de la novena edición del festival, que se celebra en Igualada entre el 2 y el 6 de noviembre.
A parte de las proyecciones, la programación del festival la completan charlas, fórums y encuentros entre profesionales, actividades para escuelas y toda una serie de actividades paralelas que se irán anunciando a medida que se acerquen las fechas del certamen.
El festival apuesta por esta disciplina tan singular y única porque tiene poca presencia en la gran pantalla. El cine para televisión tiene poca difusión debido a que una vez los films se emiten por antena, tienen poco recorrido y raramente se trasladan al cine. Zoom Festival tiene por tanto, como uno de sus principales objetivos, el de dar vida y trayectoria a estas producciones audiovisuales, dándolas a conocer y exhibiéndolas en la gran pantalla.
El certamen quiere favorecer también el intercambio entre profesionales del mundo audiovisual europeo. Por ello se programan paralelamente una serie de actividades que fomentan las relaciones profesionales. Otro de los objetivos del festival es dinamizar la oferta cultural de la comarca de Anoia y convertir su capital, Igualada, en el punto de referencia del audiovisual catalán y europeo.
El Festival Zoom es una iniciativa y producción de Deverité Produccions, organizado desde el Ateneu Igualadí y cuenta con el patrocinio oficinal de Unnim, y la ayuda de del ICIC de la Generalitat de Catalunya, el Ajuntament d’Igualada y el Consell Comarcal de l’Anoia y la colaboración de empresas privadas de la ciudad de Igualada.
MÁS INFORMACIÓN FESTIVAL Entradas:
Sección Oficial: 3 euros
Acto de Inauguración: 3 euros
Gala de Clausura: 3 euros
Resto de Sesiones y actividades: entrada libre
Las entradas se pueden adquirir en las taquillas del Ateneu Igualadí, a partir de una hora antes del inicio de cada sesión
Hace ya algunos años que las televisiones de nuestro país nos ofrecen las mejores historias que se realizan en EE.UU., pero ya no se trata precisamente de las películas made in Hollywood, no: las buenas ideas, los buenos guiones, algunos de los mejores actores, han encontrado su lugar en las magníficas series que se están cociendo al otro lado del Atlántico. Productos tan elaborados y elegantes como Mad men, El ala oeste de la Casa Blanca, 24 o, un poco más lejos, Los Soprano, han seducido a una amplia mayoría de público que, ávido de buenos argumentos, ha terminado por sucumbir al adictivo mundo de las teleseries norteamericanas.
Próximamente Cuatro ofrecerá en abierto (ya se ha emitido en FOX) la primera temporada de una de esas fascinantes historias: Hijos de la Anarquía (Sons of Anarchy en su versión original), la historia de un club de moteros situado en un pueblo del norte de California (la ficticia Charming, concretamente) que vive al margen de la Ley, una asociación que protege a la población de las amenazas externas, y que tiene como sede el taller Teller-Morrow, aunque éste no es más que la tapadera de la que realmente es su ocupación: el tráfico de armas, en un relato que sería la mezcla perfecta de El padrino, Easy Rider, batallas entre bandas que recuerdan a Quadrophenia y pinceladas del mejor Shakespeare, todo ello aderezado con un poco de rock sureño.
La trama gira, principalmente, entorno a tres personajes: el matrimonio formado por Clay y Gemma Morrow y el hijo de ésta con su difunto marido, Jax. La historia arranca cuando el almacén donde la banda guarda las armas antes de venderlas es saqueado e incendiado por Los Mayas, rivales de Los Hijos de la Anarquía, toda una declaración de guerra que los moteros no permitirán que quede impune. La sed de venganza de Los Hijos de la Anarquía y la ilegal forma de financiación de la banda que capitanea el presidente Clay chocarán con las intenciones del joven Jax, a quien un manuscrito de su padre, John Teller (fundador del grupo), le hará recapacitar sobre el destino del grupo y la necesidad de virar el rumbo hacia negocios menos turbios.
Ésta es una historia compleja de rudos moteros tatuados hasta las cejas (todos los miembros del clan lucen en su espalda el icono del club, la muerte con una guadaña ensangrentada y empuñando un fusil), de pasión por las Harleys customizadas, de policías corruptos, de hombres de honor, de traiciones y venganzas, de conflictos entre bandas, contactos con el IRA, contrabando de armas, prostitución y drogas. Kurt Sutter, creador de esta espléndida historia, podría haber construido toda una apología de la violencia, recreándose en ella y dotándola incluso de una pátina de glamour que maravillara a los espectadores menos exigentes, pero Hijos de la Anarquía no está pensada para ello, o al menos no de forma específica: la cámara tan sólo muestra escenas de violencia explícita en contadas ocasiones; además, ya desde el primer capítulo empatizamos con sus personajes, aunque no por la supuesta vistosidad de su estilo de vida, ni por sus negocios fuera de la ley, sino que lo hacemos porque se trata de personajes que, a parte de sus enfrentamientos con las otras bandas, también tienen que hacer frente a sus problemas diarios, unos problemas que nada tienen que ver con la delincuencia, como los de Jax, cuyo hijo nace de forma prematura, y con una malformación cardiovascular congénita, por culpa de las adicciones de su esposa, adicta al crack.
El clan se estructura de forma piramidal, con un presidente, Clay Morrow, y un vicepresidente, Jax Teller, a los que siguen el resto del grupo, hasta un total de siete moteros, sin contar con las filiales repartidas por el país ni los miembros encarcelados. Cualquier decisión debe ser aprobada en asamblea, con todos los miembros reunidos alrededor de una preciosa mesa tallada con el icono del club, una forma de actuar democrática y perfecta, hasta que las disputas por el poder entre el presidente y el vicepresidente se agraven y fragmenten el grupo en dos.
Sutter insiste en que, desde un principio, su idea era la de crear una historia bajo la influencia de la literatura de William Shakespeare, y lo cierto es que es fácil reconocer algunos puntos en común con el mundo del magnífico escritor inglés. La misma estructura del grupo (con un presidente y un vicepresidente al que siguen sus fieles compañeros de viaje) hace pensar en un rey y su sucesor al que deben fidelidad sus caballeros, algo que encontramos en cualquier texto de Shakespeare. Además, el paralelismo con Hamlet es evidente: por un lado, Jax Teller podría ser el Príncipe Hamlet, ambos desorientados tras la muerte de sus respectivos padres (asimismo, la figura paternal está presente en todo momento, como espíritu en la obra de Shakespeare, aquí en forma del manuscrito encontrado por Jax), mientras que Clay y Gemma serían, respectivamente, el rey Claudio y Gertrudis. Finalmente, una de las formas de resolver pequeños problemas en el grupo es preparar una gran cena en común, como los banquetes que tanto le gustaban describir al inglés en sus historias.
Hijos de la Anarquía es una obra coral (hasta diez son los actores que forman la banda), y para dar mayor credibilidad a sus argumentos, sus responsables optaron por contar con unos actores apenas conocidos para el gran público (sobre todo en nuestro país), todo un acierto a tenor de los resultados. Así, encabezando el reparto encontramos a Ron Perlman (recordado por su papel de monje en El nombre de la Rosa) y Charlie Hunnam, encargados de dar verosimilitud a Clay Morrow y Jax Teller, respectivamente. Ambos salen airosos del reto que supone defender unos complejos personajes, logrando unas actuaciones sobrias y convincentes. Pero sin duda, el personaje más fascinante de todos es el de Gemma Morrow, papel que recae en Katey Sagal, un personaje poliédrico y manipulador, con muchos matices, tan pronto se muestra como una mujer fuerte y manipuladora, como se vuelve frágil e insegura; sea como sea, es el eje alrededor del cual se vertebra el grupo, algo que se confirmará en la segunda temporada.
En la actualidad, en EEUU se está emitiendo la tercera temporada de Hijos de la Anarquía, mientras que en nuestro país, a la espera de su estreno en abierto, están a la venta las dos primeras temporadas, un material que resulta altamente adictivo.
Título:Hijos de la Anarquía / Sons of Anarchy Director: Kurt Sutter Intérpretes: Ron Perlman, Charlie Hunnam, Katey Sagal, Maggie Siff, Kim Coates País: EE. UU. Duración: 13 capítulos (1ª temporada), 13 capítulos (2ª temporada)
Después de nueve entregas de Hispania la leyenda llegamos al desenlace de la primera temporada de la serie con un episodio que consiguió reunir a 3.376.000 espectadores delante del televisor y del que vamos a pasar, a continuación, a resumir su argumento.
Ha sido en el campamento romano donde se ha centrado gran parte de la trama de este capítulo. Si bien creíamos que Marco había sido envenenado por Galba nos hemos dado cuenta de que tan solo había sido adormilado por el pretor, que ha pretendido castigarle a él y a su mujer Claudia a lo largo del capítulo por su traición. La entrega de Viriato por parte de Cesáreo con el objetivo de éste de recuperar a su hijo Darío, ha permitido que casi todos los rebeldes se concentraran, en contra de su voluntad, en el campamento legionario.
Cuando todo parecía perdido para la causa indígena, Viriato apresado y torturado, Sandro y Paulo encarcelados y Héctor crucificado, las tropas lusitanas (que no hispanas!!) se han concentrado para atacar al ejército romano, lideradas por Cesáreo y el resto de caudillos lusitanos. En el interior del campamento la acción no ha cesado en ningún momento: enfrentamientos gladiatoriales entre los cautivos lusitanos, intentos de asesinato, torturas al fiel Marco y por fin, casi en el último momento, la rebelión de la legión en contra de Galba y a favor de su general.
Todo estaba preparado para que se produjera el enfrentamiento final (de la temporada) entre romanos y lusitanos que se ha llevado a cabo en dos escenarios. Mientras que el grueso de la lucha se ha producido en el campo de batalla, un pequeño grupo de lusitanos ha liberado a Viriato y a sus hombres. La victoria final ha sido para el bando lusitano y se ha conseguido gracias a una astuta táctica militar de los indígenas y tras la llegada al campo de batalla de Viriato con el estandarte de la legión, prueba de que el campamento romano había sido tomado y de la muerte del propio Galba.
El intento de asesinato de Galba
Como podemos observar en este último capitulo de la temporada la tensión ha incrementado por momentos centrándose en los preparativos militares del enfrentamiento entre lusitanos y romanos. La ocasión no ha sido la mejor para estos últimos, ya que en el campamento romano se ha producido una rebelión en contra del pretor y general Galba, como sabemos ya, un hecho algo común en la larga historia romana. Es así, que mediando un conflicto interno en la legión, no podía ser, ni mucho menos, el mejor momento para enfrentarse con el enemigo. La sedición se ha producido, además, en el momento en el que los soldados han sido testigos de la humillación de Marco, su oficial superior.
En el apartado más dramático he de alzar una crítica airada ante la rápida recuperación tanto de Marco como de Viriato tras las torturas de las que han sido objeto. O son superhombres o es un nuevo “error” el hecho de que después de haber sufrido una cruel y dura tortura ambos se hayan recuperado apresuradamente de sus heridas, que hubieran acabado, sin duda, con la vida de más de un hombre.
Ha sido interesante ver como se ha organizado una especie de combate de gladiadores entre los cautivos lusitanos en el campamento legionario. Un elemento tan característico de la cultura romana que hemos visto en diversas películas ambientadas en la antigüedad. Una escena parecida se puede ver en Espartaco, de Stanley Kubrick (1960), en la que los gladiadores rebelados hacen combatir entre ellos a dos senadores “capturados” como venganza ante el estado de esclavitud al que se habían visto sometidos. En la serie el enfrentamiento gladiatorial está organizado como espectáculo para levantar la moral de las tropas en horas bajas tras la detención y atropello del general Marco.
Pasaremos ahora a considerar un poco más detenidamente el enfrentamiento armado entre romanos y lusitanos que, y como viene siendo habitual en el “cine de romanos” al uso, no se ha plasmado de la forma más correcta en el aspecto histórico. Una batalla en la Antigüedad no es, como estamos acostumbrados a ver, un tumulto alocado en el que millares de soldados, sin orden alguno, luchen en combates singulares y fuera de formación, como hemos visto en el capítulo del martes pasado. Al contrario, el éxito o el fracaso de un ejército radicaba, las más de las veces, en el mantenimiento de las formaciones cerradas de hombres (legiones, cohortes, manípulos) durante el choque armado, por lo cual tan solo se luchaba entre las primeras líneas de ataque de ambos ejércitos y no de la forma desparramada que hemos visto en la reconstrucción de Hispania, en la cual aunque el ejército romano si que estaba ordenado inicialmente en el campo de batalla, el lusitano no, lo que ha llevado, en el momento del choque, a un desperdigamiento militar en el que las líneas y las formaciones se han acabado diluyendo hasta su total desaparición. Es sabido, que la reconstrucción histórica de una batalla es difícil y compleja, y no daría lugar a los “heroicos” combates personales que hemos visto protagonizados por Darío, Paulo o Sandro. Aunque no estaría mal que en alguna ocasión se intentara mostrar de una forma algo más correcta e histórica un enfrentamiento de este tipo, que daría a la película, documental o capítulo una solidez “histórica” desconocida en el género. De nuevo una pena!!
La derrota romana
Más ridícula ha sido la entrada de Viriato en escena a caballo portando el estandarte de la legión, hecho que ha “paralizado” la batalla. Algo insólito e increíble en un momento en que millares de hombres están luchando. Si un caso la llegada de Viriato con la insignia romana podría provocar miedo en los soldados enemigos, los cuales, como pasó en muchas ocasiones, podían huir, entonces, del campo de batalla, momento aprovechado, normalmente, por el ejército vencedor para perseguir y diezmar al enemigo. Pero la llegada de Viriato no puede paralizar a unos rivales que, por lo que hemos ido viendo a lo largo de las diferentes entregas de la serie, se odian y desprecian ampliamente. El único aspecto “histórico” de esta escena es la importancia que los legionarios romanos daban a sus insignias y estandartes militares a los que se rendía un culto casi divino, y que representaba casi un icono sagrado para la supervivencia de la legión.
Como podemos ver, aunque la tensión dramática del episodio ha ido creciendo a lo largo del mismo, dirigiéndonos hacia un desenlace inesperado por todos, la corrección histórica del mismo ha seguido las huellas de las entregas anteriores, primando la trama argumental sobre la veracidad. Hecho que podemos comprobar en uno de los diálogos finales del episodio, en el que un lusitano indica a Darío y los suyos que Cartago ha sido tomada por los romanos, lo que hace prever, en próximas entregas, que la presencia militar romana en la península Ibérica ha de incrementar, quedando libre el Senado romano de enviar legiones a África.
Pues bien, ese comentario solo puede hacer referencia a la toma y destrucción de la ciudad de Cartago por parte del ejército romano en el año 148 a.C. Sin embargo la historia nos dice que Galba fue nombrado gobernador en Hispania Ulterior durante los años 151 y 150 a.C. y regresó a Roma en el año 149 a.C., donde fue acusado ante el Senado por sus actos de gobierno en la provincia. Así, pues, como la mala noticia llegada de África para los pobres lusitanos es anunciada poco después de que Galba sea acuchillado por su mujer Claudia en el campamento romano y dado por muerto, aunque verdaderamente no lo esté, y el pretor aún está en Hispania (es decir, al final de su mandato, o lo que es lo mismo, a finales del 150 a.C.) podemos observar como la caída de Cartago se ha avanzado dos años en la historia. Todo un alarde para los guionistas de la serie!!
Tendremos que esperar algunos meses para ver nuevos capítulos de Hispania la leyenda, ya que como decía al inicio de esta reseña, la novena era la última entrega de esta primera temporada. Así, pues, para acabar este breve análisis haré mención de una de las frases más acertadas e históricas que se han pronunciado en este capítulo, y que no es otra que la que le dice Marco a Viriato antes de la batalla final arriba mencionada: “Roma no se irá de estas tierras”. Y no lo hizo, y por ello Roma formó parte, a partir de entonces, de la historia de España y forma parte, de una manera u otra, en nuestro día a día, ya que el legado romano es parte de la base de nuestra civilización, con todo lo bueno y todo lo malo que esto conlleve.
El pasado miércoles 15 de diciembre Antena3 programó el último capítulo de este año (2010) de la serie Hispania la leyenda, que obtuvo el 24,1 % de la audiencia en el momento de su emisión, o lo que es lo mismo, 4.145.000 espectadores, que no es poco.
Sin embargo si que es poco lo que podemos comentar del capítulo en particular, ya que la mayoría de las subtramas iniciadas en entregas anteriores no han hecho más que seguir su evolución propia, sin aportar, eso sí, demasiadas novedades o cambios. Eso no significa que la tensión de la historia haya decrecido lo más mínimo, y el siguiente resumen nos lo mostrará.
En el campamento romano la situación entre Galba, su mujer Claudia y el legado Marco ha llegado a su clímax (casi) final, intentando la patricia asesinar a su marido con la ayuda de su amante y de su esclava Sabina. Un intento que, felizmente para Galba, no ha acabado en éxito. A esta actividad conspirativa se ha sumado, al final, una victoria romana sobre los hombres de Viriato, en la que han muerto o han sido hechos prisioneros todos sus seguidores, a excepción del propio Viriato. El golpe militar ha sido enorme, lo que ha obligado al rebelde a contactar con Césaro y el resto de régulos y caudillos lusitanos para organizar una acción militar conjunta contra las tropas de ocupación romanas.
Poco más es lo que se ha avanzado en la trama: Helena ha seguido mintiendo a su padre y a Alejo, su prometido, haciéndose pasar por una hija solicita y sumisa para ayudar a Viriato y a sus rebeldes, y los cautivos hispanos han sido encarcelados en la tienda de prisioneros del campamento romano de la que han intentado, o mejor dicho, intentan escapar. La única novedad ha sido el anuncio de la posibilidad de que la hija de Viriato, que se pensaba hasta ahora que había muerto en la matanza perpetrada por Galba, siga aún con vida en Roma, como esclava del hijo del pretor.
La crucifixión de algunos de los rebeldes lusitanos
En el octavo capítulo hemos presenciado la crucifixión de algunos de los rebeldes lusitanos de Viriato, y entre ellos a Héctor, el hermano de Sandro. Por fin después de que la amenaza de tal suplicio hubiera sido citada en diversos capítulos, hemos podido contemplar su puesta en acción. Aunque en este capítulo la utilización de tal castigo sea acertada, es decir, se aplica a rebeldes lusitanos, las conversaciones y amenazas aparecidas en otros capítulos en la que el propio Galba y su legado Marco se veían amenazados por un final tan aciago, son totalmente erróneas. La razón es que la crucifixión solo se reservaba a esclavos, piratas y a enemigos del Estado romano (como en el caso de la revuelta servil de Espartaco o los rebeldes judíos), no a los propios ciudadanos romanos, que estaban exentos de este castigo, aunque no de la pena capital. A los ciudadanos romanos se les exiliaba y se les castigaba de una forma más honorable, pero nunca se les ajusticiaba con la crucifixión, que además, era considerada una muerte poco honorable, ya que el cuerpo del finado quedaba deformado por los castigos previos y por la propia estancia en la cruz y, las más de las veces, no recibía sepultura. Aún así, y como comentaba, Galba y Marco nada han de temer por sufrir una muerte de este tipo (sobre todo el pretor) ya que en el caso de ser considerados traidores a Roma su muerte, como ciudadanos, de seguro, se realizaría de una forma menos “dañina” y más honorable. Por desgracia, pues, otro error de documentación de la serie!!
Por otra parte, y después de muchos ruegos, Viriato se ha decidido a solicitar la unión de los diversos reyezuelos lusitanos para enfrentarse a Roma. Esto solo se ha producido una vez que el líder rebelde ha perdido a todos (y digo a todos) sus hombres tras la localización de la base de operaciones de Viriato por parte de Marco. Así, pues, para el próximo año, hemos de esperar (y eso parece adelantar el avance del capítulo noveno) que la lucha entre lusitanos y romanos cambié de registro y nivel, y podamos ver como Viriato se convierte en un auténtico rebelde y deja atrás su experiencia robinhoodiana, que era la que hasta ahora había llevado a cabo. Hemos visto, pues, a los caudillos lusitanos reunirse en consejo y decidirse por la lucha, aunque la actuación de las tropas romanas, alertadas por Alejo, ha permitido a Galba controlar la situación y apresar, también, a los régulos lusitanos.
La conspiración de Marco ha sido descubierta
Ya por último mencionar algo que me ha parecido todo un acierto, aunque no tenga que ver con el trasfondo histórico sino con la dramatización de la serie. Y este acierto no es otra cosa que la conversación que han mantenido Héctor y Galba antes de que este último se decidiese por crucificar al lusitano. Héctor se ha referido a la matanza que Galba llevó a cabo con los lusitanos desarmados (en el primer capítulo de la serie), el episodio conocido como “la perfidia de Galba”. Aunque inicialmente ha aludido al asunto como “matanza” rápidamente el mismo Héctor ha rectificado sus palabras y ha hablado de batalla, para conseguir, de esta forma, ganarse la benevolencia del pretor. Aquí podemos ver como, las más de las veces, las palabras que se utilizan en un guión (o en una conversación) pueden estar cargadas de significación, a veces incluso más de la que el mismo emisor puede llegar a ser consciente. Y nos permite hacernos una idea, también (aunque solo sea en el ámbito de la ficción) de lo difícil que es a veces estudiar el pasado a través de las fuentes escritas, de las obras de historiadores y escritores, tanto griegos como romanos, que para hacer referencia a un capítulo de la historia pueden llegar a utilizar una series de palabras de las que, a veces, desconocemos su sentido concreto o completo, o tienen más de uno, o, y esto puede ser aún peor, puedes tener un significado muy personal y propio para el mismo autor, hechos todos que puede llegar a emplazar elevados obstáculos en la carrera de fondo de un historiador actual que estudie la época antigua, que utiliza unas fuentes de información escritas, además, en un idioma que no es el suyo.
Bien, dejaremos, si un caso, esta última reflexión, espero que no demasiado pesada, para otro momento y esperaremos a ver el próximo capítulo de la serie, que, como nos ha dejado bien claro Antena3, se emitirá en el año 2011, fecha que, aunque no lo parezca, no está excesivamente lejos.
Llegamos hoy, o más bien dicho el miércoles pasado, al penúltimo capítulo de Hispania la leyenda, que obtuvo una audiencia de 4.194.000 espectadores, y, no voy a abstenerme en mi opinión, que muestra una clara mejora en la calidad de la dramatización de la serie.
Vayamos, pues, con el resumen del capítulo. El pretor Galba ha ideado una nueva estratagema para hacerse con la cabeza de Viriato consistente en la infiltración de un antiguo gladiador llamado Leukón en las filas rebeldes con el objetivo de matar a su cabecilla. La actividad en el campamento romano no se ha limitado a esto ya que el propio Senado de Roma, alarmado de las noticias de alzamiento en Lusitania, ha enviado a un cuestor, en la persona del hermano de Marco, Cayo Octavio Cornelio, con la misión de recabar información sobre la auténtica situación del territorio.
Cayo ha iniciado las investigaciones no solo atendiendo a los informes aportados por Galba sino también interesándose por la opinión de los indígenas. A la cena mantenida con el pretor y con Alejo y Teodoro, ha sumado el testimonio de la esclava Nerea y finalmente ha realizado una visita al poblado de Caura, con el empeño de entrevistarse con su jefe. Tanta información solo podía repercutir en el descubrimiento de la política real desplegada por Galba en la provincia, y en el temor de éste de que aquélla llegase a Roma y acabara con su carrera, hecho que solo ha podido significar la muerte del cuestor, en manos de su propio hermano.
Leukón, ayudado por Héctor, ha fallado en su intentona de acabar con la vida de Viriato. Aunque la trama ha dado un giro inesperado al conocer Helena que su padre Teodoro fue quien delató a Bárbara, la hermana de Viriato, a los romanos, hecho que ha forzado a la primera a huir hacia el campamento rebelde y a Sandro a vengar la muerte de su mujer, en un retorno furioso a Caura para caer en lo que parece una nueva trampa preparada por Teodoro, Alejo y Galba.
Leukón intentará acabar con la vida de Viriato
Analicemos, ahora, algunos aspectos interesantes del capítulo. Una de las subtramas más interesantes del capítulo, y si se me permite, de la serie, ha sido la llegada del cuestor enviado por Roma para investigar la acción política de Galba. Lástima que el cargo de cuestor no tuviera esas tareas asignadas. En un principio el cuestor era un magistrado elegible relacionado con las finanzas y el control del erario público de la República, más que con la investigación política. Si un caso los gobernadores o pretores podían ayudarse en sus tareas de gobierno por un cuestor elegido por ellos mismos, pero en ningún caso era la especie de inspector que nos muestra la serie. ¡¡Otro error sumario de Hispania!! Aún así la llegada de Cayo Octavio nos ha dejado ver, sí, la realidad política tanto de Roma como de los gobernadores, que pretendían hacer carrera con unos “buenos resultados” alcanzados en la administración de sus provincias. No sé si lo llegaremos a ver, pero, como creo que ya dije, Galba fue acusado y juzgado por su actividad como pretor en Hispania tras llegar a Roma, aunque, y gracias a sus alianzas políticas, consiguió ser absuelto.
Por otra parte hemos visto al “cuestor” interesarse por la realidad de la gobernación de Galba hablando tanto con esclavos como con hispanos, algo que no nos tendríamos que creer demasiado, ya que los primeros casi no tenían valor como testigos en la ley romana, y los segundos no eran más que provincianos, muy por debajo del valor, el honor y los “contactos políticos” de un ciudadano romano como Galba. Sin embargo su “investigación” también nos ha dejado ver una escena de banquete romano, en la que hemos visto como los comensales se distribuían alrededor del triclinio formado por tres lechos encarados. La distribución no sería todo lo correcta que debería ser, ya que cada lecho era ocupado por un comensal, en cambio en la serie vemos como cinco comensales, todos ellos hombres, se distribuyen en los tres triclinios. Las mujeres están en un segundo plano, correcto para la época en la que se ambienta la serie, no olvidemos, en el siglo II a.C., aunque más tarde, en época imperial, las mujeres formarían también parte, y no poco activa, de los banquetes romanos.
Se ha vuelto a tocar el tema del comercio entre romanos y lusitanos, en el que tanto Teodoro como Alejo estaban muy interesados. No debemos olvidar, como también se dijo en algún otro lugar, que el dominio romano favoreció sobre todo, a las élites indígenas, representadas aquí por Teodoro y Alejo, que verían consolidada su posición social y económica con la llegada de Roma. De aquí que su colaboracionismo con Roma esté más que documentado en la época.
Sandro tiene sus dudas sobre la llegada de Leukón
También hemos visto, o se nos ha dejado notar, como el número de seguidores de Viriato ha ido aumentando, tanto que parece incluso que todos no caben en la cueva que les sirve de base de operaciones. Es de esperar que poco a poco su número ascienda hasta los miles de seguidores que secundaron al rebelde en su lucha contra Roma, y que podamos abandonar, alguna vez, el fondo “bosquíforo” en el que se ambienta la resistencia lusitana.
Podríamos, pues, decir, que si parece que la trama y los argumentos de la serie mejoran con el paso del tiempo, también se van acumulando más y más errores históricos en el devenir de la misma, y parece que la realidad se va alejando, un poquito más cada vez, de lo que conocemos como la historia de Viriato. Aún así, hay que tener en cuenta que la serie no está rodada como un documental para “ratas de biblioteca” y especialistas varios sino como un entretenimiento para un amplio público, y la mejora en la dramatización de la serie e incluso de las filmaciones de las escenas parece que van otorgando a Hispania la leyenda diversos méritos a tener e cuenta.
Aunque esta semana se ha retrasado, por motivos personales, la crítica del sexto capítulo de Hispania la leyenda, tanto que casi se encabalga con la de la entrega número siete que se emitirá mañana, no por ello vamos a dejar de colgarla.
En el capítulo del miércoles pasado las cosas se han precipitado casi de un forma violenta tanto en el campamento romano como en el poblado lusitano de Caura. El pretor Galba ha caído enfermo de unas fiebres africanas, acontecimiento que ha hecho disparar todas las alarmas y todas las conspiraciones tanto entre los romanos como entre los lusitanos. La única que podrá curar a Galba es Helena, la hija de Teodoro. Por otra parte Marco, se ha de hacer cargo del campamento durante la “baja” de Galba e intentará, también, “atentar” contra la vida del gobernador, lo mismo que Claudia, su esposa, que tendrá que emplearse a fondo para detener los planes de su marido de dejarla sin testamento.
La dramática situación del campamento no impide que lleguen a él las primeras monedas romanas con el objetivo de normalizar y potenciar la actividad económica en toda la zona, una medida rechazada en pleno por el Consejo de Caura, que ve la llegada de las monedas como un primer paso para dominar el territorio. Será en este contexto en el que Alejo y Teodoro intentarán obtener unos pingües beneficios vendiendo espadas “especiales” a los romanos forjadas con una aleación mejor.
Como siempre, y una vez expuesto brevemente el argumento del capítulo, procederemos a analizar algunos aspectos del mismo.
Un tema que parecía podía ser interesante es el de la llegada de la moneda romana, aunque el planteamiento de la serie no ha sido el más histórico posible. Hemos de tener en cuenta que la moneda ya circulaba por la península Ibérica antes de la llegada de los romanos, ya que los pueblos indígenas comerciaban desde los siglos VII y VI a.C. con fenicios y griegos. Por lo que convertir a los romanos en portadores de la primera moneda a Hispania es erróneo ya que nos muestra a Roma como una cultura avanzada y a los lusitanos como un “pueblo atrasado”. Error que el propio capítulo desenmascara ya que el mismo Alejo de Urso, el prometido de Helena, nos ha comentado que comercia desde hace tiempo con los romanos, con los que también quiere hacer negocios durante este capítulo. Por tanto el slogan de que la guerra no se gana con las espadas sino con la moneda queda un poco descafeinado. Lo que sí podríamos decir a favor de la aparición de la moneda en el capítulo es que con el dominio r
omano la economía peninsular se integra plenamente en el contexto romano y mediterráneo y el intercambio monetario se generaliza, aunque, como es obvio, no llegó a equipararse nunca con el uso que actualmente hacemos de la moneda y de los billetes.
Hemos conocido, aunque muy por encima, la existencia de la medicina romana y la indígena. Una vez que Galba cae enfermo el médico de la legión se hace cargo de él, dejando su puesto más tarde a Helena, la única que conoce la enfermedad y puede remediar sus efectos. Hemos de tener en cuenta que la medicina ya existía en el siglo II a.C., ya que había sido desarrollada desde tiempos inmemoriales, aunque no se puede comparar con la actual, tan tecnificada y desarrollada. El mundo antiguo, e incluso el de épocas muy recientes, no conocían, sin embargo, de la existencia de los virus y las bacterias, ni tampoco demasiado del funcionamiento interno del cuerpo, de ahí que Helena indique que la infección solo se puede materializar a través un contacto entre la sangre y una herida abierta. Siendo así, nos tendríamos que preguntar ¿cómo y dónde se ha contagiado Galba?
Helena intenta curar al pretor Galba
Un aspecto interesante del capítulo han sido los testamentos del padre de Claudia y de Galba y del empeño que su posesión y control ha
originado. Los testamentos existían también en época romana. Fijémonos en que los dos testamentos de los que hemos oído hablar en el capítulo son de dos pater familias romanos, ninguno que afectase a los lusitanos. A través de estos testamentos escritos se dilucidaba el destino de los bienes de una persona, un hombre normalmente en estas épocas, cuando la muerte venía a trastocar su existencia. Testamentos famosos fueron, por ejemplo, el de Julio César y el de Marco Antonio en época republicana, y más tarde los redactados por los emperadores, ya que sus últimas voluntades podían señalar y señalaban al heredero de tan vasto poder, como fue el caso de Augusto, Tiberio o Calígula.
Si el tema de los testamentos es un acierto, el asunto de las espadas es un descalabro. El intento de negocio entre lusitanos y romanos con las espadas, llamadas gladius, es casi un sinsentido. Como no podía ser de otra forma Roma suministraba en época republicana a sus soldados las armas necesarias para llevarlos al campo de batalla, por lo que disponía de los talleres y arsenales necesarios para su fabricación y almacenaje, aunque en épocas anteriores fueran los mismos ciudadanos/legionarios los que tenían que aportar su armamento. Hemos de pensar que en estos momentos la actividad militar era considerada un derecho ciudadano, no una obligación, como lo es en la actualidad. Por todo esto es bastante fantasioso que los propios indígenas lleguen a fabricar espadas de cuño romano incluso con una mejor aleación, que por lo visto las hace más eficaces. Aunque este hubiera sido el caso, que no lo fue, la legión se autoabastecía de este tipo de artículos vitales para su éxito final, dependiendo más, cuando estaba en campaña, del abastecimiento de comida, necesidad que podía satisfacer gracias a los impuestos estipulados a los territorios cercanos e incluso con la caza.
Centrándonos un poco más en Viriato, he de decir que tengo aún la sensación de que la serie está robin hoodiando su figura histórica. Si nos fijamos el rebelde y los suyos viven y se ocultan en el bosque y su base de operaciones es una cueva. Si no me equivoco creo que se ha optado por un modelo antagónico a la hora de dibujar tanto a romanos como a lusitanos. Si los primeros son presentados como inmorales, sin principios e incluso malignos, Viriato parece ser un alma cándida y benevolente, a encarnación de los mejores valores de la nación hispana. Hemos de tener en cuenta que la realidad fue, seguro, menos idealista que lo que nos muestra la serie, y los grises abundarían mucho más que no los blancos y los negros, tanto en un bando como en otro. Aunque conocemos casos de pretores que más que gobernar se dedicaban a la rapiña, también conocemos casos opuestos, en los que la actividad de los gobernadores era loada incluso por los propios indígenas y más tarde hispano-romanos.
Por último nos centraremos en la acción llevada a cabo por las esclavas de Claudia, Nerea y Sabina. Esta última ha intentado escaparse del campamento con la ayuda de su compañera, un hecho bastante habitual en la época. No hemos de pensar en la vida de los esclavos como en un infierno, como a veces hemos visto en las películas, sino tan solo en una existencia privada de libertad. Los esclavos eran una propiedad más de sus amos, por lo que a éstos no beneficiaba en nada “estropearla” y maltratarla, cosa que incidiría negativamente en su propia economía. Aún así, no todos los esclavos se tomaban a bien su situación social, por lo que podían intentar escaparse. Para evitar esto se promulgaron leyes que indicaban los castigos a los que se exponía un esclavo evadido. Aún así, y como todos conocemos, en el siglo I a.C., un poco más tarde de la época en la que está ambientada la serie, se produjeron grandes revueltas de esclavos, la más conocida de ellas fue la de Espartaco, que reunió bajo sus órdenes a miles de esclavos y puso en jaque la estabilidad social, económica y política de la propia Roma.
Sabina y Nerea obligadas a matar para mantener su secreto
Es de remarcar también el final de estilo gore del capítulo en el que las dos esclavas dan a comer a los cerdos del campamento los restos del cuerpo del liberto que no solo ha evitado la huida de Nerea sino que se ha aprovechado carnalmente de ello forzando sexualmente a Sabina.
Lo dejamos aquí por hoy, de nuevo a la espera de una nueva entrega de Hispania la leyenda.
——————————————- Escrito por: Jorge Pisa Sánchez
Un nuevo capítulo de la serie Hispania la leyenda y, como no, un nuevo análisis del mismo en Culturalia. Y así, como el que no quiere, podemos decir que sin duda, en el aspecto de interpretaciones y de realización, seguramente la de esta semana es la mejor entrega de las cinco que hemos visto. Pasaremos, pues, a resumir brevemente el capítulo.
Las primeras escenas de la quinta entrega nos muestran a un Viriato abandonando a los suyos tras la muerte de su hermana Bárbara. Parece que la dureza de la actividad romana ha acabado con la energía del líder rebelde. Sin embargo la inicial renuncia de Viriato generará algunos problemas de lideraje entre sus hombres, originados por la voluntad de algunos de ellos de ocupar su lugar. Por su parte Galba ha planeado una nueva estratagema: sus soldados han atacado diversas caravanas de comerciantes indígenas vestidos y armados como lusitanos, con el objetivo de hacer creer a todos que son los hombres de Viriato los culpables de tal agresión, haciéndole, así, perder apoyos entre la población lusitana.
En el campamento romano las cosas han empeorado entre Galba; Claudia, su mujer y Marco; el legado romano. Las noticias de la muerte del padre de Claudia y la posterior confirmación de que su marido ha estado involucrado en ella, ha empujado a ésta a intrigar abiertamente contra la vida de su propio esposo. La lucha entre el pretor y su esposa ha arrastrado, como siempre, a sus esclavas, Nerea y Sabina, e incluso a Marco, que tras las continuas ofensas de Galba hacia sus responsabilidades como legado militar y sus continuos errores, ha decidido sumarse a los esfuerzos de Claudia. Nerea ha podido por fin salir del campamento y ver a su prometido, Paulo, y ser la mensajera de Claudia para encontrarse con Viriato y pactar la muerte de su esposo durante la celebración de la fiesta de la fertilidad que se celebra en Caura.
Aquí, en el poblado, Teodoro ha proseguido maniobrando para hacerse con las riendas de Caura, en cuya actividad ha contado con la ayuda de su futuro cuñado Alejo, que ha demostrado desenvolverse muy bien ante la persona del pretor. El atentado contra Galba ha fracasado, hecho que ha provocado el arresto de Darío, que no se ha salvado de la muerte hasta el final del capítulo y la revelación de las estratagemas del pretor romano.
Alejo y Teodoro recriminando su actitud a Helena
Como era lógico de pensar Galba ha continuado maniobrando para conseguir vencer a Viriato, por lo que no es de extrañar su estratagema contra los comerciantes lusitanos. Una fechoría a pequeña escala que puede hacerle conseguir grandes triunfos. Su actitud hacia Claudia ha empeorado, sobre todo desde la muerte de su suegro. Como ya hemos dicho varias veces, el juego político entre el patriciado podía llevar a situaciones como esta, en la que las mujeres de la familia podían ser usadas como lazos políticos entre diversas familias nobles romanas, como fue el caso con César y Pompeyo y Augusto y Marco Antonio. En Roma no sería raro que las mujeres de las familias más ricas participaran también, conocieran e incluso fueran instigadoras de los asesinatos y complots políticos del momento.
El abandono momentáneo de Viriato ha tenido un peso dramático importante en el quinto capítulo y nos ha proporcionado dos asuntos de los que hablar. El primero es el lideraje entre los lusitanos. Con Viriato desaparecido las riñas entre sus hombres han tardado poco en aparecer, algo muy propio del lideraje personal que poseía Viriato. Sus hombres luchan con Viriato y bajo su autoridad, una vez desaparecida ésta, su desempeño comporta rivalidad entre sus hombres. El que demuestre ser más apto para sustituirlo obtendrá el éxito. No hemos de pensar, así, en el grupo rebelde de Viriato como en un estamento “oficialmente” organizado, con rangos férreamente establecidos, sino más como hombres y grupos de hombres que luchan bajo las órdenes se un caudillo, que los guía en su actividad de resistencia contra el dominio romano.
El otro aspecto a tener en cuenta es del sueño de Viriato, en el que hemos visto a las tres mujeres más importantes para él, su mujer, su hija y su hermana. La espiritualidad y trascendentalidad del sueño han sido muy bien conseguidos y nos muestra un aspecto que era muy real en la época: la importancia que se le daba a los sueños y a todo aquello sobrenatural que acompañaba la vida de los hombres y de las mujeres de la época, en la que la ciencia y el conocimiento científico del momento, como sabemos, aún no tenía explicación para todo.
El sueño de Viriato
La actitud de Galba ha provocado lo que se veía venir, la oposición y rebeldía de Claudia y, lo que es más importante aún, la sombra de rebelión entre sus tropas, personificada en la actitud de Marco. Este asunto era de vital importancia en el ejército romano, y, si se me permite, en todo ejército que exista. La actitud rebelde de una legión o de parte de ella podía hacer fracasar una campaña romana, y lo que es peor, acabar con la vida de su estado mayor. En la historia de Roma seria, por desgracia, algo muy común la rebelión y la usurpación política originada en los diversos cuerpos legionarios distribuidos sobre el territorio dominado por Roma. Un problema que no tan solo no pudo solucionar el Estado romano sino que, en parte, llevo a la caída de su poder en el siglo V d.C.
En referencia al poblado lusitano, en el capítulo del pasado miércoles hemos asistido a la representación de la “Fiesta de la Fertilidad”, la que parece peligrosamente parecida a la “fiesta mayor” de cualquier pueblo en la actualidad: Música, comida, divertimento en general… cosa bastante alejada del concepto de celebración en la antigüedad donde el culto a los dioses, los sacrificios y el hecho religioso dominaba por completo estas “festividades”. Un error de la serie, seguro, a la hora de documentarse y construir la trama del capítulo. Por otra parte, la presencia del gobernador romano en la “fiesta” es, como poco, bastante descabellada…
El verdadero culpable de los asesinatos de comerciantes
Por el contrario, la referencia a las leyes del Caura a la hora de juzgar y castigar a Darío, el hijo de Césaro, es un acierto. Roma no intentó, en ningún momento, ni en Hispania ni en ninguna otra provincia, asimilar y homogeneizar el territorio conquistado, sino que respetó, hasta cierto punto, las formas de vida y la organización política de los pueblos conquistados, solo eliminando aquello que se oponía a su poder indiscutible. Por eso las diferentes tribus y pueblos firmaban acuerdos o foedus con los generales romanos que les permitían mantener su “autonomía” hasta cierto punto. Tan solo las colonias creadas por Roma se organizaban a imagen de ella, aunque, aún así, siempre existían diferencias con la metrópolis. De ahí que la mención a las leyes del poblado sean correctas, unas leyes que tardarían, seguro, muchas décadas en desaparecer. Aunque el comportamiento “democrático” del consejo de Caura, y la presencia en él, según me ha parecido ver, de mujeres, es como mínimo anacrónico. La democracia, el derecho a expresar las opiniones libremente y la actividad representativa y “democrática” en un consejo ciudadano no pertenece, ni mucho menos, a la realidad política y social de los pueblos indígenas de la península Ibérica en la Antigüedad.
Aciertos y errores; errores y aciertos que iremos viendo a lo largo de las emisiones de los próximos capítulos de la serie, y que intentaremos desgranar y analizar aquí en Culturalia.
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Un nuevo capítulo de la serie Hispania la leyenda, y sin duda el más dramático de los cuatro que ha emitido Antena 3. Una entrega que se ha centrado en la represalias tomadas por Galba contra la familia de Viriato y que ha llevado a un desenlace inesperado. Pero hagamos un poco de resumen:
El capítulo emitido el pasado miércoles y titulado El rescate de Bárbara ha dado comienzo con otro fracaso romano, y de los importantes: la pérdida de la soldada, de la paga de los legionarios, de nuevo a manos de los rebeldes de Viriato. Galba, cada vez más enojado con los constantes errores de su legado Marco, decide, nuevamente, tomar represalias en el poblado lusitano, pero esta vez con un carácter más personalizado: la recriminación a Teodoro sobre las amistades de su hija Helena (con Viriato) y el pago de una alta suma de dinero por su vida, y la captura de Bárbara, hermana de Viriato y mujer de su amigo Sandro.
Al mismo tiempo Darío y Paulo han iniciado una expedición por territorio lusitano para sumar más hombres a su causa, lo que les ha hecho hablar con algún jefe de poblado y con grupos de indígenas sobrevivientes de los ataques romanos. Mientras tanto Teodoro amenazado por el propio Galba, ha proseguido su política en el poblado para conseguir hacerse allí con el poder en el Consejo, para lo que no ha dudado en amenazar al jefe de la tribu y padre de Darío.
Una vez resumido, brevemente, el argumento podemos pasar a analizar la historicidad de la trama. Un primer tema a tener en cuenta es el de la soldada de los legionarios. Este era un asunto muy serio que un general en campaña tenía que saber controlar, sobre todo en época imperial, cuando los ejércitos eran profesionales y por lo tanto recibían un salario del Estado. En el periodo en el que está ambientada la serie, en la época republicana anterior, los ejércitos romanos estaban compuestos por ciudadanos, que aunque si que eran pagados con un stipendium, este era considerado como una compensación por sus obligaciones militares más que como un salario. Si bien el botín conseguido durante una campaña militar o tras la toma de una ciudad enemiga contribuía a redondear los “ingresos” de un soldado romano durante el tiempo que éste dedicaba a sus deberes militares. Que no llegará, pues, la soldada, lo que demostraba la poca capacidad del general de turno, en este caso Galba, podía poner a éste en una situación muy problemática, como ya explicamos que podía pasar con lo víveres y la logística, y favorecer las actitudes rebeldes de la soldadesca.
Claudia y sus esclavas
Hemos visto también, las confianzas que Claudia comienza a tomarse con su esclava lusitana Nerea, la prometida de Paulo, lo que nos permite introducir el tema de la sexualidad en el mundo antiguo. En principio podríamos decir que el que un dominus o una domina utilizaran a sus esclavos para obtener placer sexual no era algo inhabitual en Roma, ya que estos últimos eran considerados propiedades obtenidas para el uso y disfrute, si este era el caso, de sus dueños. Además no podemos trasladar los parámetros sexuales impuestos a partir del siglo III y IV d.C. por el cristianismo, que perviven en parte en la actualidad, a una época en la cual los comportamientos morales y sexuales eran más naturales y menos doctrinarios, y donde más que la diversidad y la tipología de los actos y las prácticas sexuales lo que importaba era el rol que el hombre (y la mujer) tomaban en él. Por otra parte, y a no ser que sea por la “publicidad engañosa” de la cadena, no entiendo muy bien la existencia de una escena “censurada” en la que Claudia besa en la boca a Nerea, ya que este momento televisivo comparado con la programación habitual de las cadenas nacionales e internacionales (véase Sálvame, Belén Esteban, y la miasma de personajes y personajillos que nos explican diariamente y en horario infantil inclusive, sus comportamientos mayoritariamente inmorales, sexuales y si me lo permiten, presuntamente aborrecibles) adopta una forma casta e incluso grata a los ojos del que estas líneas escribe.
Darío y Paulo buscan ayuda para su causa
Un comentario especifico haré sobre la escena en la que Galba le explica a su lugarteniente Marco, la información llegada a él de que en Roma se representa una comedia en la cual se mofan del pretor y de su política llevaba a cabo en Hispania. Era muy corriente, al menos en época imperial, e incluso antes, la escenificación en Roma, y en el occidente romano, de comedias y de obras de mimo y de pantomima, donde se podía hacer mofa de de situaciones de la vida cotidiana o los asuntos relevantes del momento e incluso de temas mitológicos. Aunque la comedia y la tragedia, heredadas de Grecia, también tuvieron su espacio en Roma, estas acabarían siendo substituidas por estas obras basadas en la comicidad y que caricaturizaban a personajes y hechos históricos, mitológicos o de la política del momento. Un ejemplo de esto lo podíamos observar en la serie Roma, producida por las cadenas BBC, HBO y la RAI, en la que veíamos como, incluso, Julio César presenciaba una obra de teatro de este tipo.
Por parte indígena también hemos sido testigos de un ritual de observación de los augurios a través del examen de las entrañas de un animal, si no me equivoco de una cabra, después del sacrificio del mismo llevado a cabo por un sacerdote lusitano. Era muy propio del mundo antiguo, sobre todo del mundo etrusco y romano, el interés por la observación de los indicios de la voluntad de los dioses a través del estudio de las entrañas y las vísceras de animales sacrificados, como el ejemplo que vemos en la serie. Un estudio que podía, según se creía en la época (recordemos que una era en el que la ciencia, el conocimiento científico y las explicaciones sobre la naturaleza de las cosas no estaba tan desarrollado como en la actualidad, por lo que existía un espacio ampliamente abierto a las supersticiones y la “magia”), permitía a los sacerdotes obtener información sobre la voluntad de los dioses. Otro tema a tener en cuenta, y mencionado también en el capítulo, es el de los sacrificios humanos, realizados también por el sacerdote rebelde en cuestión. Según nos informa Estrabón, geógrafo e historiador griego de finales del siglo I a.C. e inicios del I d.C., los lusitanos realizaban predicciones a través de la observación de las entrañas de los prisioneros de guerra y de la forma en la que caían los cuerpos al suelo después de ser golpeados por un adivino. Un hecho reseñado pues, correctamente, en la serie, aunque, y como no podía ser de otra forma, este era un ritual religioso no diario y general sino practicado en contadas ocasiones.
Otro elemento que inspira confianza en el devenir de la serie es la actividad de reclutamiento llevada a cabo por Darío y Paulo entre los pueblos lusitanos para conseguir más apoyo en su “pequeña” guerra contra Roma. Como ya dije en un comentario anterior, los cinco rebeldes del grupo de Viriato, son muy pocos para poner en jaque a la maquinaria militar romana. Esperemos que la transformación de Viriato de un simple bandolero a un auténtico rebelde se vaya materializando poco a poco.
Crecen los problemas de Teodoro
Finalmente quiero comentar algo sobre la relación entre Helena y su padre Teodoro. En principio y como regla general hemos de tener en cuenta que en épocas tan remotas las relaciones de autoridad y de poder que se establecían dentro de una familia, ya fuera romana, indígena o de cualquier otra adscripción, eran mucho más estrictas y autoritarias que en la actualidad, donde la libertad de comportamiento y de consciencia está, a veces por desgracia, ampliamente consolidadas. El padre tenía pleno poder sobre todos aquellos que estaban bajo su autoridad familiar, llegando incluso a poder decidir, en las épocas más remotas, sobre la vida y la muerte de los miembros de la misma, autoridad esta que se fue debilitando con el paso del tiempo, al menos en el mundo romano, aunque no llegó, ni mucho menos, a mostrar las amplias libertades que conocemos en la actualidad. Por eso la actitud de Helena, la hija de un aristócrata lusitano, ante su padre y sobre todo, en referencia a su boda con Alejo, negándose incluso en algún momento a la materialización de su enlace matrimonial, me parecen muy alejadas de la realidad histórica, algo, que, como era de temer, no era el objetivo de la serie, que actualiza y “presentiza” unas relaciones y comportamientos sociales (léase Paulo) que reflejan más a la sociedad actual que a la lusitana que pretende representar.
Pues nada más por hoy, tendremos que esperar a ver un nuevo episodio de la serie, para seguir “aprendiendo” algo más sobre la historia de España (Hispania) y la de Roma.
Rick Grimes, policía herido en acto de servicio, se despierta en un hospital desierto para descubrir que el mundo se ha vuelto loco y que los muertos caminan por las calles deseosos de comerse a cualquier ser vivo que se cruce en su camino. Su objetivo principal: localizar a su mujer y a su hijo, supuestamente refugiados en Atlanta. Grosso modo, esta sinopsis resume el planteamiento inicial de “The Walking Dead”, el aclamado cómic creado por Robert Kirkman junto a Tony Moore y Charlie Adlard que ahora podemos volver a disfrutar esta vez en forma de serie televisiva.
Los protagonistas
La serie, presupuestos holgados aparte, destila un cariño evidente en realizar una adaptación digna, que este a la altura del material original. Como cualquier otra adaptación, la serie cambia / reinventa (táchese lo que no proceda) algunas situaciones sin traicionar en ningún momento la esencia del cómic. El primer capítulo, estrenado, muy acertadamente, el día de Halloween, me pareció fantástico, destacando la cuidada ambientación, un maquillaje efectivo (obra del especialista Greg Nicotero), y, por encima de todo, la gran historia que nos cuenta. Frank Darabont, showrunner de la serie y director de corte clásico (véase “Cadena Perpetua”, “La Milla Verde” o “The Majestic”), dirige con buen pulso este primer episodio y nos ofrece una historia pausada, de pocos personajes, de primeras sensaciones, que sirve como introducción para situarnos en el universo creado por Kirkman. Habrá espectadores que ante el ritmo lento de la narración y esperando hordas de zombies a cada momento se sientan decepcionados. A los espectadores impacientes sólo puedo decirles que lo mejor aún está por venir. “The Walking Dead” no es una serie de terror al uso. Los zombies son una excusa (perfecta) para hablar de las miserias de un grupo de supervivientes, relatando su día a día en este nuevo mundo donde encariñarse con cualquier personaje es una temeridad porque, como ha comentado alguna vez el propio Kirkman, ninguno de ellos tiene el futuro asegurado.
Altamente recomendable.
A destacar: los bemoles de AMC, la cadena de televisión USA que produce la serie, que ha dado luz verde a un proyecto que tiene la firme intención de ser fiel al original, detalles escabrosos incluidos.
A olvidar: nada (por ahora).
Si tienes tiempo libre: y aún no sigues la serie de cómic, ya tardas en comprarte los 12 volúmenes editados.
——————————————- Escrito por: Nexus6cat
El pasado miércoles 3 de noviembre Antena3 programó, aún en su guerra por la audiencia con la cadena Telecinco, el tercer capítulo de la serie Hispania, la leyenda. En él se ha podido avanzar en la línea de la trama dramática y también, por desgracia, confirmar que la veracidad y el rigor históricos no son los elementos de guía de la serie.
Nos irá, pues, bien un pequeño resumen del argumento. El enfrentamiento entre los rebeldes lusitanos liderados por Viriato y los invasores romanos parece que va en aumento. Viriato y los suyos han castigado al campamento y las tropas romanas utilizando una táctica de guerrilla. Han corrompido la fuente de agua del campamento y han atacado sus avituallamientos. Por lo que Galba, Claudia, Marco y el resto de soldados se han quedado sin agua y casi sin comida, algo que seguro, puede poner nerviosos e intranquilos a los legionarios.
El pretor ha respondido a los ataques de Viriato con el requisición de comida del pueblo lusitano y aumentando la recompensa por la cabeza del rebelde, que ha subido de 300 a 500 denarios. Por su parte la relación entre Galba y su mujer parece que empeora, hecho al que ha ayudado la falta de higiene y de comodidades de Claudia debidas a la escasez de agua en el campamento.
En el poblado lusitano las requisiciones obligatorias de Galba han provocado más enfrentamientos en el Consejo del pueblo. Teodoro ha continuado con los rituales religiosos necesarios para unir en matrimonio a su hija Helena con el rico aristócrata indígena Alejo, lo que ha provocado que aquélla se debata entre sus deberes familiares y su auténtico amor por Viriato, antiguo cabrero de su padre.
Podemos considerar que la trama principal del episodio, la falta de agua y de víveres en el campamento romano, está basada en un sinsentido general. Como en cualquier ciudad, fortaleza o incluso campamento militar las necesidades de agua y de comida son un peliagudo problema, siempre y cuando el acceso a ellas esté impedido por un asedio o por fuerzas enemigas, que no es el caso. En el campamento romano nada priva a los soldados para poder desplazarse a cualquier río, arroyo o pozo de la zona y abastecerse de agua. La excusa de la falta de barriles y recipientes contenedores es muy poco creíble, como también lo es conseguir infectar el agua del río con los cadáveres de dos jabalíes y excrementos de caballo, aunque esto último sea algo necesario para iniciar la trama del capítulo.
Los rebeldes contaminan el suministro de agua del campamento romano
Sin embargo, aunque el planteamiento sea erróneo sí que nos permite ser consciente de que el avituallamiento y la logística del ejército romano, es decir, de grandes cantidades de hombres y animales, siempre fue algo costoso y necesario para alcanzar el objetivo de cualquier campaña militar. Incluso la falta de víveres y de agua, de lideraje en definita, podía acarrear una rebelión entre las propias tropas, cuyas vidas estaban en peligro en territorio enemigo, Por eso la ubicación de un campamento siempre fue algo estratégico. En la península Ibérica existe una ciudad, León, cuyo origen no es otro que el establecimiento de un campamento romano en el lugar, origen compartido con otras muchas ciudades tanto dentro como fuera de la Península, y cuyo propio nombre, León proviene, incluso, del término latín legio, o lo que es lo mismo, legión.
Lo que parece que no avanza es la cuantía de la fuerza rebelde lusitana capitaneada por Viriato. Pensemos que Galba ya habla de él como un gran rebelde, aunque hemos de pensar que Viriato solo tiene cuatro hombres a sus órdenes (y uno de ellos es un traidor). Esta claro que un rebelde de esa categoría, aunque tenga las simpatías de los lusitanos, no podía ser un rival digno para una legión romana. Me imagino que la falta de presupuesto impide a la producción de Antena3 hacer aparecer a más extras y aumentar el número de rebeldes. Hemos de pensar que Viriato fue un gran líder lusitano que se enfrentó a los invasores romanos con una fuerza compuesta, en algunos momentos, por miles de hombres, magnitudes éstas que aún no hemos visto en la serie.
Un acierto, aunque de dimensiones más modestas, es la forma en la que se desarrolla el enfrentamiento entre Viriato y los romanos. Es un enfrentamiento de guerrilla y de emboscadas, nunca una lucha directa. Justamente este fue uno de los aciertos de Viriato en su lucha contra Roma. Viriato desgastó a las tropas romanas en base a pequeños encontronazos y una lucha de guerrilla, ante la cual Roma era incapaz de contraatacar con éxito. Aún así, Viriato también obtuvo grandes éxitos militares contra las fuerzas romanas, a lo que le ayudaba su mejor y más preciso conocimiento del territorio.
Un elemento que no cuadra en demasía es el tema de la recompensa. Algo que parece más sacado de un western o de la historia de Robin Hood. Por cierto, un esquema, este último, en el que se basa la serie, ya que no olvidemos que en el enfrentamiento entre Viriato y Galba parece que el primero representa un comportamiento bondadoso y compasivo, roba a Roma para entregárselo a los “oprimidos lusitanos”, y en el que pretor romano encarna el mal, tomando decisiones crueles e inhumanas para conseguir su objetivo político, que no es otro que el de ascender en su Cursus Honorum, o carrera política en Roma. Una Roma que vuelve a estar presente en el capítulo, sobre todo en la relación entre Galba y su mujer Claudia. Esta última tiene como único objetivo volver a la capital del Lacio y gozar de todas las comodidades y lujos de la metrópolis italiana. La mención de su padre senador, aparece varias veces durante el episodio, siempre como recriminación a la actitud y formas de su marido.
Por lo que respecta a las costumbres religiosas lusitanas en este nuevo capítulo hemos podido ver la recreación de un culto lusitano, el realizado por Teodoro y su familia por la boda de su hija. El ritual realizado está dedicado a la diosa Ataegina, a la que se la ruega en favor de la fertilidad de la unión de Helena y Alejo. El culto a esta diosa estaba muy extendido en los territorio que más tarde formarían las provincias romanas de Lusitania y Bética, y simbolizaba la idea del renacer (la primavera), la fertilidad y la naturaleza. Por desgracia el ritual que vemos en la serie se parece en demasía a un bautizo cristiano, algo que podría ser anacrónico, aunque Teodoro habla de sacrificios y rituales purificadores que tendrían que ver, sin duda, con el animal asociado al culto de esta diosa indígena, la cabra.
El ritual de fertilidad dedicado a la diosa Ataegina
También hemos podido ver un ritual (doble) de incineración por la muerte de algunos lusitanos, uno de ellos más concretamente por el propio Viriato, hecho que da nombre al capítulo. La incineración era el ritual generalizado de enterramiento entre los lusitanos, desde el siglo IV a.C. Durante la incineración se cremaba el cuerpo del difunto y tras la extinción del fuego se recogían los restos de la cremación en una urna que se enterraba, muchas veces, junto a objetos, joyas o armas propias del difunto. En el capítulo del pasado miércoles pudimos ver la primera parte, y la más emotiva, de este ritual, la cremación de las piras funerarias, que estarían acompañadas, al menos en el caso de personajes aristocráticos o importantes del poblado, con desfiles y cánticos, e incluso combates sobre el túmulo en el cual era enterrado el cadáver.
Una imagen del ritual funerario de incineración
Para finalizar solo comentar que, aunque poco desarrollada por los medios propios de la producción televisiva, también hemos sido testigos en la serie del inicio del terror que provocó la resistencia lusitana y celtíbera sobre las tropas y los ciudadanos romanos, los cuales se negarían con el tiempo a enrolarse en los ejércitos de los gobernadores enviados a Hispania, por el miedo que provocaba la resistencia y la valentía indígenas, contra la que chocarían ejércitos romanos enteros en su empeño de conquistar la península Ibérica y sumarla a su imperio.