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Serie: El Gran Héroe Americano (1981 – 1983)

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Llega el verano y las vacaciones y con ellos de nuevo la nostalgia. Y este mes de agosto nos hemos decidido a recordar una serie, El Gran Héroe Americano, producida por la cadena ABC entre los años 1981 y 1983 y emitida por TVE en el mes de agosto de los años 1984 y 1985. La serie producida por Stephen J. Cannell, responsable de éxitos como El Equipo A, Los casos de Rockford, Renegado o Medias de seda, consta de 44 episodios repartidos en 3 temporadas que incluyen un episodio piloto doble.

El argumento, que todos y todas recordamos, nos presenta a Ralph Hinkley (William Katt), profesor de secundaria de alumnos con problemas de conducta en un instituto de Los Ángeles. Durante una excursión escolar al desierto, Ralph se encuentra con extraterrestres que le entregan un traje que le dota de superpoderes, con los que tendrá que colaborar con el agente del FBI Bill Maxwell (Robert Culp) para luchar contra el crimen y la injusticia en la Tierra. Los problemas de Ralph y Bill comenzarán al perder el manual de instrucciones del supertraje en el desierto, lo que les obligará a descubrir sus poderes con la práctica capítulo a capítulo. Pam Davidson (Connie Sellecca), la abogada y pareja de Ralph colaborará con ambos en su tarea. También intervienen en la mayoría de los episodios de la serie los alumnos «conflictivos» de Ralph, entre los que hallamos a Michael Paré y Faye Grant, que desconocen la existencia del supertraje.

El Gran Héroe Americano es una serie que trae muchos recuerdos a la memoria. La vinculamos, claro está, a las sobremesas del verano de la infancia en la que veíamos en nuestras pantallas a un superhéroe diferente, que se enfrentaba a graves amenazas mundiales pero que también tenía una vida privada afectada por las consecuencias de su actividad superheroica.

En referencia a su reparto, William Katt, Robert Culp y Connie Sellecca se convirtieron en actores y actriz muy populares en su momento, los años 80. De Katt recuerdo la comedia terrorífica House, una casa alucinante (1985), o los films Baby, el secreto de una leyenda perdida (1985) y La muerte pasea desnuda (1990). En la serie daba vida a un profesor que vivía de forma entusiasta sus obligaciones educativas y como superhéroe. Pero es seguramente el papel de Rober Culp, que participó en películas como Ana Caulder (1971) o Los crímenes de las chicas del calendario (1984), el que tenía la carga irónica y cómica más intensa, ya que interpretaba a Bill Maxwell, personaje que vive solo para su trabajo como agente del FBI y que colabora, y a veces se intenta aprovechar en su beneficio, de la tarea de lucha contra el crimen asignada por los extraterrestres, aunque demuestra siempre tener un buen fondo. Connie Sellecca intentaba poner un poco de orden y de sentido común en las andanzas de sus compañeros y la recordamos por la serie Hotel, que también alcanzó el éxito en su emisión en España entre los años 1984 y 1985.

Por lo que respecta al argumento, como digo, la serie se tejía con tramas al estilo superhéroe que tiene que salvar al mundo y otras vinculadas con la vida privada o profesional del protagonista, ligada a su trabajo en el instituto con sus alumnos conflictos (que vistos hoy en día no lo eran tanto) o con el día a día personal del protagonista. Una de las tramas que quedó marcada en mi memoria fue la del episodio La bestia negra, de la segunda temporada, en el que Ralph y Maxwell, junto con los alumnos, se enfrentan al espíritu de una mujer ligado a una vivienda poseída que está a punto de ser derruida. Un episodio que mezclaba ciencia-ficción y terror en un mismo plato. Sin embargo, en muchas ocasiones queda patente que la serie estaba dirigida a un público infantil-adolescente, debido a la inocencia e ingenuidad de algunos argumentos y a la resolución facilona de los mismos.

La serie se ideó originalmente, según su productor Stephen J. Cannell, con la voluntad de que enfatizara en formato de comedia los problemas de la vida real de un superhéroe, si bien por cambios en la productora se demandó a la serie un carácter más heroico en el que el superhéroe se viera envuelto en aventuras para salvar al mundo, ya fuera de invasiones de seres extraterrestres, de la amenaza nuclear o de conspiraciones políticas.

En relación a los efectos especiales, un elemento básico de la serie, he de decir que han envejecido muy mal. Si bien los ojos de un niño de los 80 no se percataban de ello, vistos hoy en día han perdido mucho. Las escenas de vuelo me atrevería a decir que son algo pobres y repetitivas, y el trabajo de los dobles de acción se nota demasiado… Pero bueno, todo ello en los 80 no se notaba, centrados los espectadores, como no podía ser de otra forma, en la trama de los episodios y en las maravillas que podía hacer el traje regalado por los alienígenas benefactores.

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Como os decía, la pérdida del manual de instrucciones del supertraje obligaba a los personajes principales de la serie a ir descubriendo poco a poco sus superpoderes, entre los que se fueron desvelando los siguientes: volar (que no aterrizar), invulnerabilidad, superfuerza, invisibilidad, precognición, telequinesia, visión de cosas que suceden en lugares remotos, controlar el fuego, supervelocidad o incluso detectar lo supernatural.

Por lo que respecta al símbolo que el traje muestra en la pechera, parecido al carácter chino (zhōng en pinyin), que significa «centro» o «medio», Cannell, el productor, indicó que la idea le vino mientras estaban confeccionando el traje, al poner boca abajo unas tijeras.

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Asimismo, al igual que a su personaje, William Katt encontró el traje muy incómodo y no le gustaba ponérselo. Los productores hicieron varias modificaciones al traje para ayudarlo y programaron la filmación para que no tuviera que llevarlo puesto todo el día durante el rodaje.

Una anécdota curiosa lo es también el apellido «Hinkley» del protagonista. Por desgracia, la emisión de la serie coincidió con el atentado que sufrió el 30 de marzo del año 1981 el presidente de los Estados Unidos Ronald Reagan a manos de John Hinckley, por lo que en la primera temporada los productores se vieron obligados a cambiarlo en diversos capítulos por el de “Hanley” o “Señor H” (en castellano).

Como anécdota, también, podemos indicar que en al año 2008 apareció una serie de comics (6 en total) basada en la serie editados por Arcana Studios junto a Catastrophic Comics, compañía propiedad del actor William Katt. Los cómics están guionizados por el propio Katt junto a Christopher Folino y Sean O’Reilly, y dibujados por Clint Hilinski.

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El inolvidable tema central de la banda sonora de la serie se titulaba Believe It or Not, estaba compuesto por Mike Post (música) y Stephen Geyer (letra) e interpretado por Joey Scarbury y se convirtió en un éxito en la época, llegando al número uno en las listas en EE.UU. Se ha versionado en varias ocasiones y, como curiosidad, vale la pena indicar que el grupo español Mocedades la versionó titulándola Lo creas o no.

La serie fue cancelada en el año 1983 debido a las constantes demandas por parte de DC Comics, los editores de Superman o Linterna Verde, que alegaban un plagio con respecto a sus personajes. Los productores, ante este problema, decidieron cortar la emisión a pesar del éxito de la serie.

En el año 1986 la cadena NBC intentó reanudarla, rodándose un nuevo piloto. La negativa de William Katt a volver a interpretar al protagonista obligó a introducir innovaciones. Así, la serie sería interpretada en esta ocasión por Holly Hathaway (Mary Ellen Stuart) que heredaba el supertraje y sus poderes, a la que seguiría acompañando a Maxwell, el cascarrabias agente del FBI compañero de Ralph. Por desgracia el episodio no pasó la prueba de la productora y no llegó a ser emitido. Posteriormente se incluyó como contenido extra al editarse la serie en Dvd.

La serie fue editada en Dvd por primera vez por Anchor Bay Entertainment en el año 2005, siendo reeditada en varias ocasiones más desde entonces, la última de las cuales en el año 2022 por la empresa Visual Entertainment.

Título: El Gran Héroe Americano
Año producción: 1981 – 1983
Capítulos: 44 (3 Temporadas)
País: Estados Unidos
Dirección: Arnold Laven, Ivan Dixon, Rod Holcomb, Bruce Kessler, Robert C. Thompson, Lawrence Doheny, Gabrielle Beaumont…
Guión: Stephen J. Cannell, Frank Lupo, Patrick Hasburgh, Juanita Bartlett, Jeff Ray, Babs Greyhosky, Rudolph Borchert, Robert Culp, J. Duncan Ray, Danny Lee Cole
Reparto: William Katt, Robert Culp, Connie Sellecca, Michael Paré, Faye Grant, Faye Grant, Jesse D. Goins, Don Cervantes, William Bogert
Música: Joey Scarbury, Mike Post
Fotografía: Andrew Jackson, Jacques R. Marquette, Héctor R. Figueroa
Producción: Stephen J. Cannell
Género: Serie de TV | Acción | Aventuras | Fantástico | Ciencia ficción | Comedia | Cine familiar | Superhéroes

Crítica: Los niños de EGB, Xavier y Anna Gassió, Lunwerg editores.

los-ninos-de-egb_portadaEn el año 2008 Oscar Lombana sorprendió gratamente con su libro Papel y Plastico, un recorrido visual diferente por los juguetes y los tebeos de nuestra infancia ochentera. Él fue uno de los precursores de los libros recopilatorios de nuestro pasado, en su vertiente más lúdica, que han ido apareciendo desde entonces, ya que ningún adulto puede librarse de la nostalgia generada por el recuerdo de su infancia. Los autores Xavier y Anna Gassió presentan ahora el libro Los niños de EGB en Lunwerg editores, donde amplían con buena nota este capítulo de placenteros viajes de la memoria al pasado.

Xavier Gassió ya tiene experiencia en mostrarnos lo que vivían y descubrían los niños de otras épocas, en concreto los de las décadas de los cuarenta a los sesenta, ya que es el autor de Los niños de Franco, también en Lunwerg editores. Ahora ha contado con la ayuda de su hija Anna Gassió, ya que ella era niña y adolescente y vivió como tal en los ochenta. Así pues, el libro está escrito a cuatro manos sin distinguir quién escribe cada texto.

Los niños de EGB es una amplia amalgama de temáticas: juguetes, series y programas de televisión, música, cine, modas, publicidad, cromos, comidas, dulces, colegio, consolas, tebeos, revistas, videoclubs, casetes, estilos de vida… Todo puede aparecer. Nos sumergiremos en un amable viaje al pasado en sus cerca de 240 páginas a todo color. Un recorrido altamente visual de todos esos lugares comunes y artefactos que fueron parte de nosotros y que lo seguirán siendo para siempre. Los autores no se han limitado a recopilar imágenes de la web, sino que el lector hallará muchas imágenes pertenecientes a la familia Gassió utilizadas para documentar las vivencias de la época.

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Star Trek, la película

Los textos son fluidos, a veces socarrones, la mayoría con toques amables de humor y escritos con la perspectiva que da el paso del tiempo. El libro no profundiza demasiado en las diversas temáticas, su lectura es amena y nos ponen rápidamente en situación. Se narra la cotidianeidad de entonces. Además el lector descubre curiosidades sobre los productos que se consumían en aquellos años. Xavier y Anna han clasificado y separado muy bien nuestros recuerdos aunque no sean expertos en muchas de las materias que tratan, ni sea, por otra parte, estrictamente necesario.

A diferencia de otros libros de este tipo, Los niños de EGB repasa temas dispares como aquellas divertidas ocurrencias que escribíamos en las agendas del colegio y en las paredes y puertas de los lavabos, los chistes de Lepe, las frases de moda o las frases hechas que molaban del momento…

El punto fuerte de Los niños de EGB es el excelente y variado diseño grafico que lo hace muy entretenido y agradable. Todas las páginas tienen una presentación diferente y puedes empezar el libro por el apartado que te apetezca. Su portada, que simula una carpeta escolar llena de pegatinas, ya es una buena introducción al “jolgorio visual” que hallamos en su interior. Además la aventura nostálgica puede extenderse más allá del libro gracias a los códigos QR incluidos que enlazan al lector a internet y le permiten escuchar diversas intros de series, sintonías y publicidad de los 80.

En definitiva si quieres visitar y recordar lo que te rodeaba en aquella década de los ochenta este es tu libro. No importa que entonces fueras padre o hijo, porque ambos vivisteis ese tiempo, en el que se intentaba que hubiera más relación afectiva y comprensión entre padres e hijos. Como muy bien dice Xavier: (…) un periodo de la historia de España glorioso e irrepetible, en el que el futuro perfecto no era solo un tiempo verbal sino que parecía real. Es un tiempo suyo, nuestro para siempre.
¡Una buena elección y un acierto seguro! ¡Sin duda el mejor regalo!

el coche fantástico
El coche fantástico


PRESENTACIÓN LIBRO LOS NIÑOS DE EGB

El pasado 16 de octubre tuvo lugar la presentación del libro Los niños de EGB en La Casa del Libro en Barcelona. Los autores estuvieron acompañados de un moderador y el editor de la Lunwerg. Como extra a la reseña os presentamos a continuación algunas de las ideas y reflexiones que tuvieron lugar en la presentación.

Moderador: Como esta etapa ochentera quedaba alejada de la niñez y la adolescencia de Xavier Gassió y por lo tanto no la vivió con tanta intensidad, ha contado con la colaboración de su hija Anna que sí era adolescente en esa época. Un libro que es una experiencia inolvidable, un viaje al pasado, lleno de recuerdos que nos hacen sentir escalofríos, por el paso del tiempo, pero a la vez nos provoca una sensación placentera de bienestar. Despierta recuerdos dormidos. Hay que saber estar en el tiempo presente y en lo que está por venir, pero es placentero volver la vista atrás y recordar todo aquello que nos acompañó. Una época de la que tendemos a recordar tan solo la parte en la que éramos felices, y esa parte, esta ligada a todo lo que expone Los niños de EGB.

El libro contiene muchas fotos inéditas de objetos que se daban por perdidos. Es un ejercicio de memoria y recuerdos a partir de fotografías, documentos y texto que lo hacen muy interesante. Un libro que estará siempre vigente porque cuenta una parte de nuestra historia cotidiana. Podemos decir que este es uno de los libros más completos del mercado pues nos presenta los ochenta en sus muchas facetas. No solo recordaremos lo mencionado sino que también exploraremos algo tan curioso y poético como aquellos mensajes de puerta trasera de lavabo o libreta de apuntes. Un mundo diferente y espectacular. Frases hechas, dedicatorias y versos añejos similares en todos los lugares de España. Leerlos es sonreír. Hay también una página dedicada, como no, a Lepe.

Las marcas comerciales también tienen cabida en Los niños de EGB, pues esta fue la primera generación que dio importancia a llevar determinadas marcas y modelos de ropa. Estábamos alienados sin darnos cuenta hasta tal punto que apareció una colección de cromos ¡de marcas! En los sesenta y setenta solo importaba que un zapato fuese bueno y cómodo.

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Album de cromos Marca manía

Un libro a todo color con más de 220 páginas que se centra en el aspecto visual de la época, es suculento y está bien presentado, sin atiborrar.

Xavier y Anna se han convertido en historiadores de la vida cotidiana. La historia habitualmente te explica actos políticos, batallas, crisis económicas, revoluciones. Ellos nos explican las cosas elementales con las que nos entretuvimos, de qué manera se ha amado, qué hemos comido… La vida cotidiana que hemos compartido pertenece a la historia en mayúsculas, pero forma parte con mucha intensidad de nuestra propia vida. En el libro os encontrareis reflejados con lo que consumíais en muchos ámbitos. Es sorprendente cómo han conseguido todo este material grafico casi imposible de encontrar. Y esto se traduce en el síndrome de Diógenes que “sufre” Xavier, guardando lo que creer que algún día le podrá ser útil. Este libro también contiene un dialogo entre generaciones: el del padre y su hija. La confianza llegó a tal punto que Xavier llegó a leer página a página la antigua agenda de clase de su hija. Pudo repasar sus citas, las literarias y las otras, descubriendo sus ídolos, sus secretos juveniles que han salido a la luz para este libro. Incluso la última página del libro nos muestra la confesión de Anna acerca de este striptease emocional.

¿Cómo ha funcionado este intercambio de información y cómo trabajasteis juntos?

Xavier: Después de la infancia de los niños de los 40, 50 y 60 pensé continuar con los ochenta, con los niños de EGB. Tenía el material abriendo las puertas de mis armarios o a través de amigos, pero pensé que tenía que trabajar junto a un especialista en este periodo, y se lo plantee a mi hija. La condición era que tendría que explicarme muchas cosas porque si no sonaría a falso y a partir de aquí salió lo del diario, sus fotografías, etc… No es que descubriese nada que no supiera porque cuando en el diario leía: mis papás se van de fin de semana ¡Fiesta! y una lista de amigos de instituto para invitar, ese fin de semana nosotros ya sabíamos que había habido una fiesta en casa. Aunque Anna tenía mucho cuidado de que todo estuviese limpio y ordenado cuando llegáramos, nosotros hacíamos como que no nos enterábamos (¡las cosas delicadas ya las habíamos guardado previamente!). Aunque claro hay cosas que no saldrían en esa agenda… (risas)

La Televisión.

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Un Dos Tres y La Ruperta

Moderador: Hay una parte muy interesante dedicada a la televisión. TV3 nació en 1983 y las privadas a principios de los noventa y el relato del libro ocupa buena parte del tiempo cuando no existía tanta oferta televisiva como ahora. Por lo tanto había un alto porcentaje de espectadores que veían lo mismo y con intensidad. Por ejemplo el programa Un Dos Tres de Chico Ibáñez Serrador.

Xavier: Fue un programa mítico que marcó mi generación y la de mi hija. Chicho ha sido uno de los grandes creadores de espectáculo televisivo, un personaje brillante y muy especial. He tenido el privilegio de conocerlo y de trabajar con él proponiéndole personajes y guiones. Los escenarios, la parafernalia, la Ruperta, los sufridores en casa, estos programas que duraban unas dos horas han marcado a muchos millones de personas. Pero es verdad que como solo había dos canales, la sensación que tenemos ahora es que había más calidad televisiva, pero entre otras cosas, era porque todo estaba muy concentrado y seleccionado en unas pocas horas. No olvidemos que la televisión en esa época empezaba al mediodía.

Anna: También había programas como La Bola de Cristal que llegaban a varias generaciones con edades muy diferentes. La televisión era muy compartida, la veían a la vez abuelos, padres e hijos: Los mismos contenidos, los mismos programas.

Del VHS a la nube…

Moderador: El libro enseña aquellas películas que alquilábamos en VHS en los casi desaparecidos videoclubs y es que uno de los cambios más brutales ha sido la evolución de lo analógico a lo digital.

Xavier: En este aspecto la nuestra fue una generación que tuvo el privilegio de compartir con los hijos una complicidad que no la había tenido la generación anterior, ni las posteriores. Todos los de mi edad salíamos de una etapa oscura, de un mundo cerrado, y muchos elementos de tipo cultural no llegaban y este fue un momento de eclosión en el que estas libertades aparecieron y comenzamos a crecer. Fue el mismo momento en el que la siguiente generación comenzaba a crecer y a entrar en el mundo. Todos entramos en este mundo de libertad y de visión diferente al pasado. La transición del mundo analógico al digital fue un cambio de estructura social muy importante y no hablemos de la informática que empezó a entrar en las casas en esta época. Los juegos de ordenador nos fascinaban a los adultos porque ningún juguete eléctrico podía superarlos. Competíamos y jugábamos, aunque mal, con nuestros hijos. Pero ellos ya nacieron con esto aprendido, lo asumieron como propio muy rápidamente, para nosotros era un lastre porque éramos adultos y nos costaba aprender todo esto. Teníamos que pedir consejo a nuestros hijos para aprender cómo funcionaban ¿Cómo te pasas esta puñetera pantalla?

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Magical Kid Wiz, para MSX.

La vida en anuncios.

Moderador: La tele en el punto más álgido tenía unos seis canales, lo que quiere decir que la intensidad de los anuncios que se emitían era espectacular y todo el mundo los recordaba y los cantaba. Y hasta se jugaba a intentar adivinar a qué anuncio pertenecía una sintonía. Ahora con los cientos de canales de televisión la publicidad está muy atomizada e incluso se puede evitar viendo programas y series sin publicidad. Los anuncios ya no tienen la carga emocional que poseían en aquellos años. ¿Qué criterios habéis seguido para escoger los anuncios?

Anna: Somos una generación muy marcada por sintonías de televisión y por la publicidad. Los anuncios estaban más en antena y no había tanta variedad. Lo mismo con las series de televisión, cuando veías un capitulo al día siguiente todo el mundo había visto el mismo capitulo, se comentaba en clase, imitábamos a los personajes, tenías que esperar una semana para ver el capítulo siguiente. Ahora si preguntas a los jóvenes que serie vieron ayer, seguramente cada uno te dirá una distinta.

Xavier: La publicidad sintetiza muy bien los intereses de una sociedad en un momento determinado. Cuál es la estética, cuáles son los valores y, sobre todo, cuáles son los objetos y deseos de una sociedad. Los refleja rápidamente y con mucha eficacia. Este país ha tenido publicitarios extraordinarios que han obtenido premios internacionales con sus creativos anuncios. El ingenio publicitario forma parte de que la sintonía y el eslogan nos queden grabados. Eran elementos que consumíamos y nos fascinaban. Algunos anuncios podrían ser innecesarios pero la mayoría se correspondían a cosas que deseábamos o necesitábamos en esos momentos, y siempre se creaban, producían y presentaban de la mejor manera con la publicidad. Creo que la publicidad es fundamental para entender una época.

Juguetes y juegos de mesa.

Moderador: Los ochenta fue un tiempo fértil para los juguetes y los juegos de mesa. Podías montarte tus películas con tus clicks de Famobil, Masters del Universo, Star Wars, Barbies y demás, pero también abundaban nuevos juegos de mesa para compartir, conviviendo con los más antiguos como los Juegos Reunidos Geyper. El mundo de los videojuegos no ha destruido, afortunadamente, a los juegos de mesa y ahora existen muchas propuestas muy divertidas y elaboradas. Cuando empezaron las primeras maquinitas individuales, también eran en parte algo compartido, pues tenías que esperar el turno para que el amigo que la tenía te dejase jugar una partida. Ahora los teléfonos y las tabletas conllevan un alto grado de adicción en solitario mientras que los juegos de mesa fomentaban el compartir entre amigos. Esto es algo del pasado que es más interesante que este presente.

Anna: Ha cambiado la percepción del tiempo. De pequeña podías estar en casa jugando sola, pero tenías momentos de aburrimiento. Ahora coges la tableta, el iphone y ya está.

Xavier: ¿Quién sabe que fue antes el lápiz, la pluma, el bolígrafo? El caso es que todos han coexistido, todos son vigentes. Cada uno ha encontrado su lugar. Y con los libros digitales o en papel pasará lo mismo, todos encontraran su espacio. El tema físico, objeto del libro, es un claro ejemplo de esto y con los juegos pasa igual. Ahora podrás jugar al monopoly con varios jugadores a través de una tablet pero no podrás ver la cara de rabia de los jugadores ante una jugada tuya, y claro, no es lo mismo.

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Los billetes del Monopoly

La ilusión ochentera.

Moderador: Era una época de proyectos, de ilusiones, hablábamos de futuro creíamos en el futuro, había trabajo, no sé si es una idea falsa, pero era mas sencillo trabajar. Era una generación con ganas de cambio y ganas de hacer cosas, y todo esto se refleja en el libro. Ahora la sensación es que nadie habla de futuro, estamos asqueados, hay crisis de valores, no creemos en la política, ni en los políticos, ni en el mundo de la economía. Tenemos la sensación de que estamos hechos un lío y posiblemente todo esto se tendría que recuperar. ¿Que relato hacéis en este libro de esta generación del cambio de la ilusión?

Xavier: Es cierto que mi generación participó en una ilusión colectiva que fue el cambio, la transición que cambio este país Y la generación de EGB, la vivió muy de lleno, creció y se educo en esta transición, y por tanto todo era o parecía posible en esos momentos. Luego hemos visto que por otras circunstancias, algunas propias del país y otras ajenas, de cambios y de historias cíclicas, los vaivenes siempre suceden en la historia. Ahora nos hemos encontrado que todo esto ha quedado más truncado. Precisamente uno de los motivos, entre otros, por el que se han descrito, descubierto y puesto cosas en este libro es para decir: vale, la nostalgia no es el valor en el que te has de refugiar. No es un refugio, es un impulso, un sentimiento que sirve para recordar aquellos hechos o cosas que te hicieron vibrar en aquellos momentos y recobrar aquel impulso vital, aquellas ganas, aquel optimismo que tuviste en una determinada época, no solo por las circunstancias, entre otras cosas, porque en aquellos momentos lo vivías todo con mayor intensidad. Por esto está bien recordarlo y revivirlo, porque te vuelve a revitalizar. Y te permite volver a decir “todo es posible”.

Título: Los niños de EGB
Autores: Xavier Gassió y Anna Gassió
Editor: Lunwerg Editores
Formato: Tapa blanda
Paginas: 226
Medidas: 26,5 x 22,7 cm
Precio: 20 €
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Taradete

Crítica teatral: I LOVE TV, en el teatro Capitol.

ILOVETVCasi todos los jóvenes-adultos de hoy en día hemos querido a la televisión. Muchos de nuestros gratos recuerdos de infancia y juventud van ligados a míticos programas o a series televisivas. Tal vez la generación adolescente actual será la que esté menos atada a este aparato porque de pantallas para distraerse tienen de sobras. Probad a poner a una persona que pase de los treinta alguna sintonía de algún éxito televisivo de sus años mozos, la sonrisa bobalicona aflorará en su rostro. Con esta premisa el trío de actores compuesto por Francesc Ferrer, Alba Florejachs y Sergio Matamala no lo tienen difícil para hacernos sonreír con la obra teatral I love TV.

El espectáculo se compone de pequeños sketches donde en clave de humor recordaremos series añejas de dibujos animados, escucharemos extraños análisis de series americanas, seremos testigos de las barbaridades que suceden en un casting de Gran Hermano, y como no, nos sumergiremos en la ronda de preguntas del Un Dos Tres. Porque la obra explora tanto los programas de televisión como lo que hay detrás de ellos: cómo nuestras relaciones personales pueden verse condicionadas por la TV; las diferentes maneras de ver la tele o cómo esta abandona a sus estrellas cuando ya están en decadencia.

Hasta ocho guionistas han intervenido en la elaboración de las diferentes piezas de que está formada la obra, por lo que habrá para todos los gustos, algunas mejores que otras pero absolutamente todas nos arrancarán alguna sonrisa ya que presentan discursos e ideas originales. La mayoría, eso sí, se centran en recuerdos ochenteros.

La televisión actual es rapidez e inmediatez y esta obra también lo es. No te has recuperado de un sketch que ya se da paso al siguiente, en el que gracias al buen hacer de los actores nos situamos de lleno en breves instantes. Con tanta variación de registros no hay tiempos muertos para aburrirse, es como si hiciéramos zapping y sin apenas cambiar el decorado: un salón comedor un poco como los de antes en el que reina, en el centro, un antiguo aparato de televisión. Sin duda el espacio perfecto para una obra como esta.

Qué decir del prólogo de la obra, en el que de forma cercana pero que muy cercana al público los actores conversan, como si estuvieran en un foro de internet, sobre la serie El coche fantástico. Igual de logrado que el número que cierra el espectáculo con una Alba Florejachs en su salsa.

¡Si amas o amaste la Televisión no te puedes perder I love TV!

«I love TV» se representa en el Club Capitol del 17 de octubre al 15 de diciembre de 2013.

Dramaturgia: Blanca Bardagil, Marta Buchaca, Jordi Casanovas, Cristina Clemente, Guillem Clua, Jordi Galceran, Llàtzer Garcia, Marc Crehuet y Alberto Ramos. A partir de una idea de Jordi Casanovas
Dirección: Cristina Clemente y Carles Mallol
Producción: FlyHard Produccions
Escenografía: Albert Pascual y Marta Soto
Fotografía: Roser Blanch Gallego
Idea original: Jordi Casanovas
Iluminación: Fernando Portillo
Sonido: Lluís Rovirola
Vestuario: Marta Soto
Vídeo: Pablo Lammers

Horarios: de jueves a sábado a las 22:30 horas y domingos a las 19:30 horas.
Precio: 20 €
Idioma: català
Duración: 80 minutos
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Escrito por Taradete