El final de El verano de los juguetes muertos (2011) dejaba al lector en un sinvivir con la desaparición de Ruth Valldaura, la ex esposa del inspector Héctor Salgado. Toni Hill (Barcelona, 1966), padre de las criaturas, nos confesaba entre risas que cuando la hizo desaparecer “ya sabía qué le había pasado, pero vosotros también lo sabéis, si pensáis un poco” (podéis leer aquella entrevista aquí). Tres años después la incertidumbre ha llegado a su fin: tras Los buenos suicidas (2012) la trilogía concluye con Los amantes de Hiroshima, una excelente novela que mantiene el buen nivel de sus predecesoras y en la que el escritor catalán desvela definitivamente qué ocurrió con Ruth al mismo tiempo que Salgado y los suyos intentan esclarecer un doble asesinato, el de unos jóvenes amantes desaparecidos años atrás.
En esta ocasión la historia se desarrolla en dos momentos concretos: en la primavera de 2011, cuando se hallan dos cadáveres en una casa abandonada, y entre mayo y junio de 2004, cuando Barcelona acogía el Fórum Universal de las Culturas. El uso de constantes flashbacks lleva al lector de un tiempo a otro, de la investigación realizada por el inspector Héctor Salgado, junto a sus fieles Leire Castro y Roger Fort, a aquellos días en que cuatro amigos soñaban triunfar en el mundo de la música. De esta manera, Hill enfrenta el pasado y presente de esos chicos para hablar de amor y amistad, pero también de la crisis económica –denunciando imágenes cada vez más habituales, con hombres rebuscando entre la basura, negocios bajo amenaza de cierre, trabajo precario,…–, de las relaciones entre padres e hijos, de una visión romántica de la muerte, y más, de mucho más, elementos todos ellos que giran alrededor de un inquietante y acertado relato de marcado tono gótico.

Con tres novelas a sus espaldas Toni Hill ha logrado crear un sello propio con el que diferenciarse de entre la extensa oferta del género policíaco, una voz personal reconocible que huye de las intrigas más frenéticas y del actioner menos verosímil para presentar un argumento noir de raíces clásicas ambientado en la Barcelona reciente, una ciudad auténtica, con un protagonista que debe descubrir al asesino siguiendo las pistas que va compilando con paciencia, reconstruyendo el pasado para comprender el presente, como si tirara de un hilo para desenredar el ovillo que es el caso que le ocupa. Además, a favor del autor está que el lector puede empatizar perfectamente con los personajes que dibuja con mano firme, gente que vive una realidad conocida por cualquiera de nosotros; así, la trama principal de Los amantes de Hiroshima se desarrolla en mayo de 2011, días en los que la población del país mostró su hartazgo con el gobierno en las célebres concentraciones del 15-M, cuando las plazas públicas fueron tomadas por los “indignados” en un acto de protesta colectiva.
Es evidente que todo escritor anhela crear un personaje capaz de ganarse el favor incondicional del lector, de hacerse un hueco en su imaginario, de lograr que se identifique con los problemas de aquel. Si lo consigue, el triunfo está en sus manos. Y sin duda Toni Hill ha triunfado: el inspector Héctor Salgado logró el beneplácito de los aficionados al género por su temperamento –y su comprensible arranque de furia contra el doctor Omar–, su torpeza a la hora de hacerse cargo de un hijo adolescente, su pericia como investigador y su carisma entre sus compañeros, características que han convertido estas tres novelas en todo un éxito y en un imprescindible de la literatura negra actual. Los amantes de Hiroshima es un disfrutable final, la guinda perfecta que completa una trilogía magnífica, aunque deseamos que pronto, muy pronto, Salgado regrese a las librerías con nuevas aventuras.
Título: Los amantes de Hiroshima
Autor: Toni Hill
Editorial: DEBOLSILLO
Páginas: 474 páginas
Fecha de publicación: Noviembre 2014
ISBN: 9788490624166
Precio: 12,95 €
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Escrito por: Robert Martínez