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Crítica teatro: Salomé, en el Teatre Goya

Es lícito y hasta necesario llevar a cabo reinterpretaciones del pasado, ya sea de periodos de la historia o de personajes históricos en concreto. De ello el teatro da buena cuenta con propuestas que analizan la historia y, más importante aún, popularizan personajes o etapas históricas. Este es el caso de Salomé, obra estrenada el año pasado en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, y que se representó del 19 al 24 de marzo en el teatre Goya de Barcelona, con dirección de Magui Miras y en la que Belén Rueda dio vida a uno de los personajes más desdeñados de la historia bíblica.

“En los primeros años del Siglo I de nuestra Era, los romanos dominan las tierras que rodean el Mediterráneo. Colocan monarcas que gobiernan a sus gentes. Llegan a Judea. Y allí una princesa, Salomé, apoya en secreto a los rebeldes que resisten al gobierno del Rey Herodes, ese títere corrupto nombrado por Roma. Un hombre sin moral que gobierna sin ley.

Juan el Bautista, líder espiritual de su pueblo, grita contra el invasor y se descarna cautivo en la prisión del Palacio de Herodes. Da la vida por un Tiempo Nuevo. Es un Profeta. Dice que la esperanza es el aliento de todos los sueños. Y enciende el deseo de la princesa. Salomé, perdida en la cabeza de su amado Juan el Bautista, sufre. Rechazada por él se transforma en una mujer sangrante. Salomé, expresión del Poder Sensual Absoluto, extrema su deseo por el Bautista. Un deseo que se desborda en muerte”.

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La versión de Magüi Mira es una propuesta arriesgada, ya que se basa en la biografía de una figura maltratada por la tradición y caracterizada por esa pulsión femenina hacia el deseo y la destrucción, asignada a las mujeres en otras épocas. Pero la obra se inserta en la tendencia que redefine o reinterpreta al personaje y el periodo con los ojos de la modernidad, tan alejada del propósito original del texto bíblico.

Asistimos, pues, a una obra que aúna una representación dramática con toques cómicos e, incluso, con ingredientes de musical, de la mano de Pablo Puyol, que da vida a Juan el Bautista, el foco de atención de Salomé en el episodio bíblico. Mira se propone deconstruir el personaje tal como nos ha llegado en la tradición y darle un toque más actual que le permita ser mejor comprendido por el público del siglo XXI.

La propuesta lo consigue por momentos, ya que sus diversos ingredientes, drama, comedia y musical, rompen lo que podría ser una representación más lineal. La clave de todo está en la reinterpretación de la historia y en la lectura que se hace de ella.

Salomé se representa en un único escenario minimalista que se transforma en los diversos espacios que requiere la obra, como si fuera el papiro en blanco en el que se escribe la Biblia. Por él pasarán reyes, reinas, princesas, profetas, agoreros, dioses y soldados.

En lo que respecta a la interpretación, el peso principal lo lleva a cabo Belén Rueda, que se esfuerza en darle a Salomé una credibilidad escénica más allá de la simbología femenina que le atribuye la Biblia. Así Salomé se transforma en una mujer independiente y seguidora del nuevo mundo por el que lucha Juan el Bautista. Solo el rechazo de este provocará el final trágico de la historia y de la misma Salomé. Rueda está acompañada de un reparto a la altura, en el que destacan Luisa Martín como Herodías y Juan Fernández como el débil y malévolo Herodes, que representan con nota el fondo de disolución moral que tanto critica la Biblia. Pablo Puyol está acertado en su interpretación del Bautista, en el que hayamos los principios y la convicción propia del personaje. La obra incorpora a Sergio Mur que encarna a la divinidad que nos relatará en parte la historia y que da a la representación los toques más poéticos.

Salomé, sin embargo, pierde integridad y realismo en su voluntad de re-interpretar un personaje, símbolo bíblico del poder y del deseo sexual femenino, la voluntad del cual queda significativamente alterada por la visión transformadora de la actualidad. Algo, por otra parte, muy habitual en los tiempo que vivimos, que gusta de revisionar a los personajes históricos dotándoles de voluntades y puntos de vista sin duda espurios, más propios del siglo XXI que de los tiempos a los que pertenecen.

Si exceptuamos este último elemento de valor histórico y religioso, aún siendo conscientes de su importancia, Salomé es una oportunidad de acercarnos a una representación de carácter bíblico con una alta calidad de producción y con una interpretación coral que no nos defraudará, que nos permitirá reflexionar sobre el cambio que se está produciendo en los roles femeninos, en los que las reivindicaciones de igualdad y empoderamiento del movimiento feminista están consiguiendo, poco a poco, crear un espacio de equidad necesario en cualquier sociedad que pretenda ser democrática.

“Salomé” se representa en el Teatre Goya del 19 al 24 de marzo de 2024

Texto y dirección: Magüi Mira
Composición musical: Marc Álvarez
Reparto: Belén Rueda, Luisa Martín, Juan Fernández, Pablo Puyol, Sergio Mur, Antonio Sansano, Jorge Mayor, José Fernández y Jose de la Torre
Escenografía: Curt Allen Wilmer y Leticia Gañan (Estudio deDos AAEE)
Diseño de vestuario: Helena Sanchis
Iluminación: José Manuel Guerra
Producción: Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida y Pentación Espectáculos

Horarios y precios: Web teatre Goya
Idioma: castellano
Duración: 90 minutos
NOTA CULTURALIA: 6

Estreno teatro: Salomé, en el teatro Goya

Llega al teatro Goya Salomé, obra escrita y dirigida por Magüi Mira en la que Belén Rueda interpreta al personaje bíblico que representa todo lo que a las mujeres se les ha censurado y y criminalizado a lo largo de la historia, la sexualidad.

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En los primeros años del Siglo I de nuestra Era, los romanos continúan invadiendo las tierras que rodean el Mediterráneo. Colocan monarcas, dictadores salvajes para someter a sus gentes. Llegan a Judea. Y allí una princesa, Salomé, apoya en secreto a los rebeldes que resisten al gobierno del Rey Herodes, ese títere corrupto nombrado por Roma. Un hombre sin moral que gobierna sin ley.

Juan el Bautista, líder espiritual de su pueblo, grita contra el invasor y se descarna cautivo en la prisión del Palacio de Herodes. Da la vida por un Tiempo Nuevo. Es un Profeta. Dice que la esperanza es el aliento de todos los sueños. Y enciende el deseo de la Princesa. Salomé, perdida en la cabeza de su amado Juan el Bautista, sufre. Rechazada por él se transforma en una mujer sangrante.

Salomé, expresión del Poder Sensual Absoluto, extrema su deseo por el Bautista. Un deseo que se desborda en muerte.

«Salomé» se representa en el Teatre Goya del 19 al 24 de marzo de 2024

Texto y dirección: Magüi Mira
Composición musical: Marc Álvarez
Reparto: Belén Rueda, Luisa Martín, Juan Fernández, Pablo Puyol, Sergio Mur, Antonio Sansano, Jorge Mayor, José Fernández y Jose de la Torre
Escenografía: Curt Allen Wilmer y Leticia Gañan (Estudio deDos AAEE)
Diseño de vestuario: Helena Sanchis
Iluminación: José Manuel Guerra
Producción: Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida y Pentación Espectáculos

Horarios y precios: Web teatre Goya
Idioma: castellano
Duración: 90 minutos

Crítica teatral: La ratonera, en el Teatre Apolo

LaRatonera

Tras sesenta y dos años representándose en los escenarios londinenses de forma ininterrumpida, La ratonera se ha convertido en un caso excepcional: ninguna otra obra ha conseguido mantenerse en cartelera tanto tiempo y con tanto éxito de público, y ya es un aliciente más para visitar la capital inglesa. Con estos excelentes antecedentes era de esperar que llegara a nuestra ciudad una adaptación de este clásico policíaco ideado por Agatha Christie en 1952, y ha sido el Teatre Apolo quien ha apostado por la versión realizada por Víctor Conde, un montaje respetuoso con el original que ya se vio en Madrid y que, tras renovar su reparto, llega a Barcelona con la intención de convencer a los aficionados al género que la reina del misterio siempre es una apuesta segura.

La ratonera comparte el esquema argumental que utilizaba habitualmente la célebre escritora inglesa: un grupo de personas quedan atrapadas en un lugar (en este caso la mansión Monkswell, en otras ocasiones fueron el Orient Express, la Isla del Negro o un barco de crucero por el Nilo), la sospecha de que entre ellos se halla un asesino y la certeza de que alguien morirá; además, todos los personajes tienen motivos para ser el homicida, pero en sus confesiones ninguno será sincero y tratarán de inculpar al resto al mismo tiempo que proponen un estéril juego deductivo al espectador, quien siempre estará a merced de la genial voluntad de Christie.

De este modo, el matrimonio Ralston (Mariona Ribas y Aleix Rengel) inaugura una mansión de aire victoriano –espléndida escenografía de Ana Garay– transformada en hostal al que, poco a poco, irán llegando una serie de personajes pintorescos (atención a la irrupción de Paravicini, a quien da vida un magnífico Xavier Bertran) en busca de refugio al mal tiempo invernal. Muy pronto una llamada de la policía les alertará sobre un asesino que podría estar merodeando los alrededores, un serio aviso que provocará el nerviosismo en cada uno de los habitantes de la mansión, inquietud que dará lugar al terror cuando comprueben que la nieve les ha dejado irremediablemente incomunicados, como si aquellas paredes fueran una siniestra ratonera. Nadie confía en nadie, todos parecen ocultar algún secreto perverso, todos responden con evasivas a las preguntas del sargento Trotter (excelente Ferran Carvajal), cualquiera podría ser la próxima víctima o el criminal que la policía está buscando. Así, y con la melodía de la canción “Tres ratones ciegos” siempre presente, los personajes se prestarán a una minuciosa reconstrucción de los hechos.

Y el resultado es un montaje imprescindible para todo aquel que pasó horas y horas releyendo las novelas de Agatha Christie, mérito por supuesto de su director, Víctor Conde, que supera con buena nota el difícil reto de adaptar una de sus obras conservando la atmósfera de misterio que hábilmente transmitía en sus historias. A su buen hacer con los actores –meros ratoncillos acorralados que realizan paseos coreografiados por el salón como autómatas de mirada perdida y exentos de voluntad– hay que sumar su acierto al mantener el ritmo pausado planteado originalmente por Christie a pesar de que, hoy día, el público está acostumbrado a tramas más aceleradas. Además, Conde juega con la música para acentuar el dramatismo de la historia a su conveniencia, y utiliza de forma elegante la iluminación, un recurso siempre al servicio de la acción y con resultados verdaderamente hermosos, todos ellos elementos que nos harán disfrutar, una vez más, del siempre infalible ingenio de la dama del misterio.

«La ratonera» se representará en el Teatre Apolo del 5 de marzo al 30 de marzo de 2014.

«La ratonera» de Agatha Christie PRORROGA sus funciones en el Teatre Apolo hasta el 1 de junio de 2014.

Autora: Agatha Christie
Dirección: Víctor Conde
Intérpretes: Mariona Ribas, Ferran Carvajal, Aleix Rengel, Xavier Bertran, Anna Gras-Carreño, Santi Ibáñez, Joan Amargós, Isabel Rocatti
Escenografía y vestuario: Ana Garay
Iluminación: Carlos Alzueta
Música: Marc Álvarez
Peluquería y maquillaje: Toni Santos
Fotografía: Javier Naval

Horarios: miércoles, jueves y viernes a las 20:30 horas, sábado a las 18:30 y a las 21:30 horas, y domingo a las 18:00 horas
Precio: de 24 € a 28 €
Idioma: castellano
Duración: dos horas, con un descanso de 10 minutos

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Escrito por: Robert Martínez

Crítica teatral: El sopar dels idiotes, en el teatro Apolo.


El pasado 14 de septiembre inició sus representaciones en el teatro Apolo la nueva versión de El sopar dels idiotes, dirigida por Juan José Afonso, versionada por Josema Yuste e interpretada por David Fernández, Edu Soto y Santi Ibáñez.

Una comedia de enredos “de idiotas” que ya se representó en Barcelona en el año 2002 en el teatro Condal, con una versión dirigida por Paco Mir e interpretada por  Alex Brendemühl, Carlos Heredia, Cati Solivellas y Enric Ases y que nos narra las enojosas consecuencias que pueden causar la vanidad y la arrogancia de aquellos que por su situación social, económica o cultural se consideran más que los otros.

La obra nos presenta en esta ocasión a Edu Soto, un engreído y exitoso editor que organiza semanalmente con sus amigos esnobs una cena a la que son invitados algunos especímenes del género idiota, que amenizan la velada con sus estupideces, en algunos casos supina. Nuestro editor ha convocado a su “candidato a idiota” en su propia casa antes de ir al lugar de la cena, pero la lumbalgia le impide asistir al esperado evento. Este percance de última hora no le permite avisar a su candidato antes de que éste salga de su casa, por lo que el encuentro entre ambos será inevitable. Y es aquí donde comenzarán todos los problemas para Edu Soto, o lo que es lo mismo, dará inicio un recital de idioteces y gansadas que llegarán a afectar, incluso, a la vida personal del anfitrión.

Edu Soto y David Fernández han hallado una obra que les va como anillo al dedo y que les permite reinterpretar todo el registro de gags que les hicieron famosos a las órdenes del televisivo Andreu Buenafuente. Bueno puntualicemos un poquito esto ya que no es del todo cierto. En El sopar dels idiotes Edu Soto encarna el personaje más serio y formal, el del engreído editor, mientras que David Fernández vuelve a interpretar un tipo de personaje al que nos tiene acostumbrados (Gilipolles, Chiquilicuatre…) y en el que el actor se siente mucho más que cómodo.

El encuentro entre el editor y su candidato a idiota comportará toda una serie de equívocos y traspiés que llevarán a la obra y al público a una espiral de risas y de sonoras carcajadas que irán “in crescendo” a lo largo de la representación y que es, sin duda alguna, el mejor activo de la obra. Posiblemente no se pueden cometer (dentro de la ficción de la representación, claro está) más errores y estupideces de las que nos muestra la obra, en la que se colgarán el broche de oro David Fernández y su compañero de trabajo en la delegación de Hacienda, apellidado Fernández, interpretado por Santi Ibáñez.

Por tanto, y como pueden llegar a esperar, las interpretaciones tienen un carácter muy humorístico, algo indispensable en este tipo de comedia y muy propio de sus intérpretes. El sopar dels idiotes es un vodevil actualizado repleto de idiotismo, insensibilidad, esnobismo y estupidez humana (que de ésta hay mucha, tanto dentro como fuera de la representación) e incluso de frikismo (espectaculares las continuas referencias a las maquetas de grandes monumentos construidas por el idiota y los nombres o títulos que éste les pone), regado en su trama final por unos gramos de moralina que nos harán reflexionar sobre quién es verdaderamente más idiota, el que se lo hace o el que cree que no lo es.

Teniendo todo esto en cuenta ya saben cual es el plato que les espera en este menú de idiotas: una comedia sobre idiotas (que no de idiotas) que parece haber sido hecha para el lucimiento de sus dos actores principales, Edu Soto y David Fernández, que, si eso es lo que buscan, no les defraudará.

El sopar dels idiotes” se representa en el Teatre Apolo desde el 14 de septiembre de 2011.

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Autor: Francis Veber
Dirección: Juan José Afonso
Versión: Josema Yuste
Traducción: Gerard Florejachs
Reparto: Edu Soto, David Fernández, Santi Ibañez, David Ramírez, Claudia Cos y Anna Gras-Carreño
Escenografía: Ana Garay
Iluminación: Carlos Alzueta
Música: Marc Álvarez
Producción: Nearco Producciones, Olympia Metropolitana y Cobre Producciones

Horarios: miércoles y viernes a las 21:00 horas; jueves a las 18:00 y a las 21:00 horas; sábados a las 18:30 y a las 21:30 y domingos a las 18:30 horas.
Precio: de 18 a 27 €

Idioma: catalán
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Escrito por: Jorge Pisa Sánchez