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Crítica teatral: Un enemic del poble, en el Teatre Lliure.

cartel_ Un enemic del pobleAunque una obra de teatro se crea en un contexto determinado y se dirige a un público concreto, el texto tiene la capacidad de adaptarse y ser adaptado a nuevos ambientes históricos gracias a la solidez de su relato y a la relevancia de las ideas que contiene. Este es el caso de Un enemic del poble, de Henrik Ibsen, obra que hasta el próximo 22 de febrero estará en la cartelera del Teatre Lliure Montjuïc.

La acción acontece en el balneario en el que trabaja el doctor Thomas Stockmann. Tras años de dedicación y de grandes inversiones las instalaciones se han convertido en la principal fuente de riqueza de la población. Sin embargo el Dr. Stockmann ha descubierto que las aguas del balneario están corrompidas debido a la contaminación vertida en ellas por las industrias que antaño poblaron el lugar. El agua puede, incluso, ser perjudicial para el uso humano. Dispuesto a comunicar el hecho a las autoridades públicas para que se tomen las medidas necesarias, el Dr. Stockmann se enfrentará a todos los intereses creados en la comunidad.

La apuesta de Mayorga y Miguel del Arco adapta libremente el texto de Ibsen para cocinarnos un debate mucho más que vigente en el momento socio-económico en el que vivimos y que versa sobre la forma en la que el ser humano se relaciona consigo mismo y con el entorno en el que habita. Qué es más importante para el hombre la verdad o la suma de intereses creados? ¿Qué papel juega el poder democráticamente escogido en la gestión de los asuntos de la comunidad? ¿Existe la prensa objetiva o esta defiende siempre intereses propios o ajenos? ¿Se puede triunfar disponiendo tan solo de la razón? ¿Existe realmente la democracia?

Un enemic del poble se conforma como una obra tumultuosa que se estructura a partir de tres fundamentos: Un texto, el de Ibsen, sencillo en sus planteamientos pero de gran audacia especulativa y polémica; un apartado de interpretaciones en el que destacan Pere Arquillué, Roger Casamajor, Pablo Derqui y Jordi Martinez, y una escenografía que sorprende, guste o no, por su atrevimiento formal.

Un texto, como digo, adaptado libremente pero que consigue suscitar en el espectador un debate en el que se puede posicionar fácilmente a partir de su propia ideología y del conocimiento que posee de la realidad que le rodea. Una posibilidad potenciada con escenas como la que se desarrolla en el interior de la redacción del periódico o la impactante asamblea vecinal en la que parte de los actores se mezcla con el público para generar un contexto de proximidad y realismo.

escena enfrentamiento_Un enemic del poblePor lo que respecta a la escenografía el resultado es impactante. El escenario nos muestra un ambiente en el que se mezcla el agua, que hace referencia al balneario, y diversas estructuras industriales que aluden tanto al pasado que envenenó las aguas del lugar como a la idea de desarrollo y modernismo técnico tan de moda en la actualidad. Los actores se mueven en el escenario dividido en dos niveles y sobre el que se proyectan fondos que ayudan a crear tanto el entorno natural del balneario como el ambiente de la redacción del periódico o el de la asamblea popular.

El tercer componente sobre el que se construye Un enemic del poble es el de la interpretación. Aunque la obra se enmarca en un trabajo a primera vista coral, destacan en él Pere Arquillué, que interpreta al doctor Stockmann, si bien al principio no acaba de encontrar un tono creíble; Roger Casamajor, que nos proporciona una actuación enérgica aunque a veces algo tendenciosa; Pablo Derqui que encarna al «pérfido» periodista que lleva a cabo su trabajo de una forma no demasiado honesta o Jordi Martinez que da vida con solidez al representante de los empresarios del lugar.

La obra, por otra parte, nos permite, ser conscientes de lo imbricado de los intereses humanos, ya sean estos políticos, económicos, sociales y/o emotivos y realiza también una clara crítica sobre el papel de los medios de comunicación a la hora de elegir y tratar las noticias que publican. Asimismo, la obra hace hincapié en el escaso espacio que existe hoy en día para la negociación y el acuerdo, algo que estamos acostumbrados a ver tanto en nuestro día a día como en la gestión de los asuntos públicos.

Posiblemente el mayor yerro de la obra sea la palpable obviedad que transmite la versión de Mayorga y del Arco, que pretende más que mostrar o guiar al público enseñarle. Tanto el texto de la versión como las situaciones que este plantea pecan a la hora de hacer evidentes cosas e ideas que ya lo son, tanto que puede echar atrás, y lo hace, a aquellos espectadores que más que lecciones requieren un espacio abierto de reflexión. Tampoco la opción de intercalar en la obra canciones inspiradas en piezas poéticas de Ibsen acaba de integrarse armónicamente en su desarrollo, desnaturalizándola en parte.

El Teatre Lliure nos propone, sin embargo, una oportunidad de re-pensar el presente a través de los ojos de Ibsen (y de Mayorga y del Arco), con una obra sencilla y a veces feroz que reflexiona sobre la soledad de aquellos que lo apuestan todo por sus ideales, pero que son rechazados por una sociedad deslumbrada por el éxito y las comodidades. Una sociedad, en resumen, como la nuestra.

«Un enemic del poble» se representa en el Teatre Lliure Montjuïc del 23 de enero al 22 de febrero de 2014

Autor: Henrik Ibsen
Versión: Juan Mayorga y Miguel del Arco
Dirección: Miguel del Arco
intérpretes: Blanca Apilánez, Pere Arquillué, Roger Casamajor, Mar Casas, Rafa Delgado, Pablo Derqui, Miquel Fernández, Miquel Gelabert, Eli Iranzo, Mónica López, Jordi Martínez, Anabel Moreno, Joan Raja, Santi Ricart y Andrea Ros
Traducción: Cristina Genebat
Escenografía: Eduardo Moreno
Vestuario: Ana López
Iluminación: Juanjo Llorens
Sonido: Sandra Vicente (Estudio340)
Producción: Teatre Lliure

Horarios: de martes a viernes a las 20:30 horas, sábados a las 21:00 horas y domingos a las 18:00 horas
Idioma: catalán
Duración: 2 horas y 10 minutos sin pausa
Precio: 29 € / 22 € (martes y miércoles, días del espectador)
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Jorge Pisa Sánchez

Crítica teatral: El crítico, en el Teatre Borràs.

489Podríamos decir que existen obras de teatro, algo así como un subgénero, que nos hablan sobre el mismo teatro, si bien no hay demasiadas, que yo sepa, que traten sobre la crítica teatral. Una de ellas, El crítico, si supiera cantar me salvaría se representa en el Teatre Borràs desde el 22 de enero, una oportunidad para profundizar un poco más no solo en el trabajo del crítico sino en la naturaleza de una obra de teatro.

Todo comienza con el regreso a casa del crítico Volodia. Ha asistido a un estreno teatral, por lo que se dispone, como acostumbra a hacer siempre, a escribir la crítica de la obra esa misma noche. Alguien llama a su puerta. Volodia se sorprende al constatar que Scarpa, el autor de la obra a cuyo estreno ha acudido, quiere compartir con él el momento de la redacción de la crítica. ¿Será positiva o negativa? Poco a poco irá desarrollándose entre ellos una contienda verbal sobre la forma de ver y entender el teatro, o lo que es lo mismo, cómo entender la vida.

Juan Mayorga, el autor de la obra, nos propone un texto que reflexiona sobre la realidad y el artificio en el teatro, una voluntad materializada en el combate dialéctico que mantienen un autor teatral de éxito y un antiguo crítico de teatro dispuesto a reseñar su obra. Para reforzar esta sensación de combate nos serán recitados parte de los diálogos de la obra ficticia que Volodia ha de reseñar y que trata del mundo del boxeo y del fallido aprendizaje entre un viejo entrenador, del que no se sabe que nunca boxeara, y un joven boxeador con un gran potencial pero que se deja llevar por el empellón del público.

Una contienda que poco a poco veremos que no es a un solo asalto sino que es la culminación de un antiguo vínculo que se ha establecido entre ambos a lo largo del tiempo, desde que el autor estrenó su primera obra. Entre ellos se ha creado un fuerte lazo emocional que ninguno de los dos ha querido reconocer hasta esta noche, pero que ha marcado el desarrollo de sus vidas y de sus profesiones.

juanjo-puigcorbe-pere-ponce-2En la discusión que se establecerá entre autor y crítico surgirán múltiples temáticas que abarcan el mundo del teatro y la creación teatral. ¿Qué representa una crítica? ¿Existe la crítica objetiva? ¿Cuál es el grado en el que un director transforma la obra de un dramaturgo? ¿Existe un teatro auténtico? ¿Por qué exigimos veracidad al teatro cuando en la vida misma la mayor parte de las cosas son mentira?

Como ven los temas que trata la obra son profundos, a veces incluso demasiado, lo que provee a la representación de un ritmo sosegado acorde a la naturaleza de los temas que se tratan. No esperen, pues, otra cosa. Esperen, eso sí, una exploración sobre el mundo del teatro y de la crítica que, seguro, les tocará la fibra, mezclado con ingredientes de thriller o misterio, que irán salpimentando el desarrollo de la obra y complicando algo en exceso la trama en cuestión.

El crítico, además, nos habla sobre diferentes tipos de teatro. Si Scarpa apuesta por un teatro más vivo y actual, que conecta fácilmente con el público aunque a veces lo haga a través de lo postizo, el segundo defiende un teatro de calidad, fiel a sí mismo, desnudo y verdadero, que no se deja persuadir por las falsas modas y que apela a los sentimientos más puros. De ahí que Scarpa se nos presente como un hombre del hoy (y del mañana) y Volodia como un hombre del ayer, del pasado del Metropol, el teatro ya desaparecido donde trabajaban sus padres y donde él conoció el teatro clásico de los años 50.

El director, Juan José Afonso, responsable de obras como Almacenados, La extraña pareja, La cena de los idiotas o El arte de la entrevista, escrita por el propio Juan Mayorga, provee a la representación de un toque clásico y consistente que se construye a partir de una escenografía sencilla pero imponente que nos muestra el interior de la casa de Volodia. En lo que respecta a las actuaciones Puigcorbé impresiona con la plasmación de un personaje, el del solitario crítico Volodia, fiel a sí mismo y minucioso, aunque miembro de una especie de críticos en claro peligro de extinción. El Scarpa de Pere Ponce, sin embargo, se queda algo atrás y no alcanza toda la intensidad necesaria para hacer de antagonista de Volodia. De todas formas, en esta obra el texto está por encima de las actuaciones concretas (y esto lo digo sin ninguna intención de desmerecer el trabajo de los actores) ya que las ideas y las reflexiones cautivas en él absorben, muchas veces por completo, la atención de los espectadores.

El crítico nos propone, así, una hora y diez minutos de espectáculo teatral que nos permiten reflexionar sobre el trabajo de los profesionales del arte escénico (y de la prensa especializada!). Aunque al final una obra de teatro es solo una ficción, y una crítica teatral, como la que ahora estás leyendo, no es más que una valoración que nos habla de lo que otros hacen sobre el escenario, tan subjetiva, en definitiva, como cualquier otra opinión, aunque, y esto es siempre de agradecer, al menos algo más formada y conocedora de lo que habla. ¿No lo creen así?

«El crítico» se representa en el Teatre Borràs desde el 22 de enero de 2014.

Autor: Juan Mayorga
Reparto: Juanjo Puigcorbé y Pere Ponce
Dirección: Juan José Afonso
Escenografía y Vestuario: Elisa Sanz
Diseño de iluminación: Carlos Alzueta Bengoetxea
Diseño de sonido: Raúl Bustillo

Horarios: miércoles y jueves a las 20:30 horas; viernes a las 21:30 horas; sábado a las 18:00 y a las 21:30 horas y domingos a las 18:00 horas.
Precio: de 20 a 28 €
Idioma: castellano
Duración: 1 hora 10 min
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Jorge Pisa Sánchez