Bueno, parece que la situación epidemiológica se esta complicando de nuevo en España, y más concretamente en Cataluña, donde en diversas zonas con rebrotes se ha vuelto a activar cierto grado de confinamiento, aún no tan duro como en el mes de marzo, pero un paso atrás sin duda.
La razón: el virus no ha desparecido, a lo que se suma la incompetencia de las autoridades públicas y la irresponsabilidad de parte de la población. Todo ello ha llevado a suspender en las zonas más afectadas por los rebrotes las actividades culturales como cines y teatros, medida esta vez decretada por el gobierno autonómico de Cataluña.
La pregunta es: ¿tiene sentido el cierre total de las actividades culturales en las zonas afectadas de Cataluña? Mi experiencia personal, después de asistir este mes de julio a la representación de las obras de teatro, The Scarlet Letter, en el Teatre Lliure y ‘La morta’ de Pompeu Crehuet, en la Sala Beckett y sin ser un epidemiólogo, es que el sector cultural se ha puesto las pilas en referencia a las medidas de seguridad necesarias para hacer viable su actividad sin riesgo.
La entrada a los espacios controlada; gel hidroalcohólico disponible para los asistentes, aforo reducido y distancia de seguridad entre los espectadores (en el Lliure llegué a oir decir a uno de los asistentes que el espacio entre espectadores era exageradamente amplio), uso obligado de mascarillas en el interior y sistema de salida del público ordenado y escalonado.
Dicho esto, no parece que los esfuerzos del sector cultural en un momento crítico pero que parece bien gestionado por teatros y cines, pueda hacer entrar en razón al govern autonómico. Tanto quejarse de lo odiosamente mal que lo hacía el gobierno central durante el estado de alarma y cuando es el propio govern catalán el que lo gestiona, o bien no ha aprendido nada o bien su incapacidad manifiesta le ha llevado a tomar toda una serie de decisiones erróneas y a destiempo. Espero que esto, al menos, haga abrir los ojos a algunos…
Desde Culturalia esperamos que el sentido común se imponga en un momento muy delicado para todos. ¿Si bares, terrazas y playas pueden abrir, siguiendo las medidas de precaución y protección, por qué cines y teatros y el resto de actividad cultural que también han implantado estas medidas, no lo pueden hacer?