4ª edición de “Nuevas escenas, nuevas miradas” de La Pedrera: “¿Y por qué John Cage?”

Porque la ingenuidad colinda con la picardía. Porque la sencillez a veces se enturbia con la extravagancia. Y, además, porque hay espectáculo cuando antes se causa expectación. Y, en todo esto, Jorge Dutor y Guillem Mont de Palol tenían algo que decirnos.

La 4ª edición de NUEVAS ESCENAS, NUEVAS MIRADAS de La Pedrera incluyó en su estancia la sala de ensayo de ambos artistas, a la sazón escenario. Aunque diré con mayor precisión que el auditorio de la insigne mansión ideada por Gaudí cedió parte de su brillo a las buenas artes comunicativas de este dúo de intérpretes.

Con un ojo puesto intermitentemente en la complicidad del respetable, Jorge se atribuye el rol de payaso serio. Ello no es óbice para que Guillem se deslice convencido a lánguidos pasos. Y, juntos, tientan al espectador con un plan de trabajo tan ambiguo como de adscripción creciente: Sin balbucear, advierten que van a experimentar. Y, mostrando sus ejercicios, intentan viajar hacia la esencia del proceso creativo.

Pero, ¡atención! antes de que empecemos a carraspear ante el temor de un nuevo ejemplo de pretenciosidad narcisista, exhiben una refrescante actitud irónica: ¿Podemos contar algo prescindiendo de contarlo? Claro que sí si rechazamos la intención de sentar cátedra. Por ello, Dutor se detiene con firmeza mientras Mont de Palol se empeña en separarse cada vez más del suelo. A la vez que Jorge llega, Guillem va. Y las consignas que enarbolan los noveleros de principios del milenio adquieren en las chispeantes figuras de estos dos prosaicos bailarines un significado inusual al asociarse a la mínima expresión corporal, al humor jocoso y a una simpatía escénica que se nutre de las ganas de su platea.

John Cage es el “macguffin”, como diría otro provocador constante para desconcierto de James Stewart y donaire de Cary Grant. De lo que aquí se trata es de comprobar una vez más que con la observación (Jorge y Guillem recibiendo sin ambages a su público) se toman apuntes; del desafío al espacio inerte (el acoso y derribo de los cuerpos de los artistas a las paredes de la sala) surgen fronteras apasionantes; y de la mezcla de lo banal (la letanía de vocablos con rima consonante en “ete”) y lo fundamental (el bucle que les arrastra cuando no consiguen encontrar nada concreto con que “empezar” el espectáculo) surgen jugosas vivencias.

Por Juan Marea

La 4ª edición de NUEVAS ESCENAS, NUEVAS MIRADAS se celebró en La Pedrera de Barcelona del 4 de febrero al 4 de marzo.
https://www.lapedrera.com/es/actividades/teatro-y-artes-escenicas/nuevas-escenas-nuevas-miradas-2015

Crítica Literaria: Tirano, destructor de ciudades, de Christian Cameron. Ediciones B.

portada Tirano, destructor de ciudadesSeguramente la época helenística es un escenario ideal en el que ubicar la trama de una novela histórica, ya que es un periodo plagado de rivalidades políticas, contendientes de nivel y acontecimientos históricos destacables para alcanzar la tensión dramática adecuada para una novela de este tipo. De ahí que Christian Cameron haya escogido este época para situar su saga histórica Tirano.

Una serie de novelas esta que, además, se desarrolla desde un punto de vista secundario y actual. Secundario porque el protagonismo de la novela no se le cede a ninguna de las grandes figuras políticas del momento, esto es, el personaje principal no es ni Antígono el Tuerto, Demetrio Poliorcetes, Seleuco ni Ptolomeo, beneficiarios finales de las conquistas de Alejandro Magno, sino Sátiro del Bósforo, el soberano de un territorio de dominio griego en la periferia del mundo heleno. Y actual porque precisamente el Bósforo, territorio que comprendería una parte de la actual península de Crimea, se ha materializado en la conciencia popular mediática tras su reciente escisión de Ucrania y su problemática reincorporación a Rusia.

«Hacia 305 a.C., dos hombres se enfrentaron por la hegemonía del Mediterráneo: Tolomeo, señor de Egipto, y Antígono el Tuerto, señor de Asia. Y, entre ambos, la estratégica isla de Rodas que ninguno podía permitirse ceder al enemigo. Para Demetrio, el inteligente aunque jactancioso hijo de Antígono, Rodas era una presa que debía tomarse a toda costa. Rodeada por su poderosa flota, con su ejército acampado ante las murallas y las más ingeniosas máquinas de sitio jamás construidas apuntando hacia ella, la ciudad parecía condenada a sucumbir. Pero atrapado tras sus murallas había un hombre resuelto a salvarla de la destrucción. Un hombre con la valentía y la visión para volver las tornas contra Demetrio y su abrumador poderío militar. Un hombre que, apoyado por sus amigos más íntimos y la mujer a quien ama, sencillamente no puede permitirse fracasar. Un hombre llamado Sátiro«.

Cameron prosigue, de esta forma, con una historia que comenzó en Tirano(Zeta Bolsillo, 2010) la primera entrega de la saga y que ha proseguido con Tirano. Tormenta de flechas(Zeta Bolsillo, 2010); Tirano. Juegos funerarios(Ediciones B, 2011); Tirano. El rey del Bósforo(Ediciones B, 2012) y Tirano. Destructor de ciudades(Ediciones B, 2014).

Esta última entrega se divide en dos grandes apartados: el primero se asemeja más a una historia de piratas (de la antigüedad) en la que Sátiro y su flota se enfrentarán a las amenazas que oculta el mar y al desafío de la armada antigónida y en la que los ataques navales y los riesgos marinos serán los protagonistas. En la segunda parte de la novela el escenario cambiará drásticamente y las fuerzas de Sátiro participarán en la defensa de la ciudad comercial de Rodas, frente al apabullante ejercito de Demetrio Poliorcetes y su batería de ingenios militares, en la cual seremos testigos no solo de lo trágico de la batalla (en la antigüedad), sino que nos angustiaremos y excitaremos al seguir el relato de las diferentes tácticas y estrategias utilizadas en la defensa de la ciudad, la cuál estará a cargo del propio Sátiro. A todo ello le podemos sumar un breve episodio que nos narrará, de forma sucinta, la campaña de Melita, soberana de los escitas, en la tierra de los parni en Hircania, una historia tan solo vinculada a la trama general por el hecho de que la protagonista es la hermana de Sátiro.

Christian CameronComo no podía ser de otra forma, esta quinta entrega de la saga Tirano sigue la estela de las cuatro anteriores, en la que los ingredientes principales de la trama los constituyen las disputas entre los Diádocos por los restos del imperio de Alejandro Magno y el destino político del reino del Bósforo, por lo que la narración de los enfrentamientos militares será la que predomine. Cameron dispone para urdir la trama de un gran número de personajes históricos, ya que el periodo los posee en abundancia, y de otro gran número de personajes ficticios, como corresponde a una saga que ya cuenta con cinco entregas.

Sin embargo la ficción se impone en el desarrollo de la novela ya que, y como reconoce el propio autor en el epílogo final del libro, el protagonista principal de la trama, Sátiro, no estuvo presente en el asedio de Rodas, hecho este que entibiará el ánimo de aquellos lectores que valoran, sobre todo, la veracidad de las historias que les son narradas.

Por lo que respecta al tipo de narración, está también se divide en dos partes: si a lo largo del relato de las operaciones navales de la flota de Sátiro su intensidad pocas veces llega a un grado adecuado, lo que le hace perder parte de su atractivo, en la segunda parte de la novela, la que nos relata el asedio de Rodas por parte de Demetrio Poliorcetes, el estilo de la narración se decanta por detallarnos día a día, casi hora a hora, los hechos acaecidos en la defensa de la ciudad, por lo que el trama gana en intensidad dramática y llega a subyugar al lector.

Por otra parte, y ya acabando con esta reseña, podríamos decir que la novela escrita por Cameron se puede leer como un relato casi independiente del marco histórico en el que se sitúa, ya que aunque las aventuras de Sátiro se ubican en una época muy precisa y los rivales a los que se enfrenta, esto es, Antígono el Tuerto y Demetrio Poliorcetes, son reales, la narración se vincula más al relato de aventuras marítimas y de guerra de asedio que a un marco histórico y político concreto, sirviendo este último tan solo para situar mínimamente al lector en forma de referencia distante en la época helenística.

Tirano Destructor de ciudades es la prosecución de una saga que se arriesga a la hora de escoger un personaje (Sátiro) y unos referentes (el Helenismo y el Reino del Bósforo) no tan conocidos por el lector habitual de novela histórica, si bien convence solo a medias a aquellos a los que nos gusta «meternos» de pleno en las circunstancias y los hechos históricos de un periodo apasionante de la historia. Tendremos que esperar, pues, la continuación de la saga, ya disponible en inglés con el título Tyrant: Force of Kings

Título: Tirano. Destructor de ciudades
Autor: Christian Cameron
Editor: Ediciones B
Fecha publicación: 28 de mayo de 2014
Formato: Tapa blanda
Páginas: 656 páginas
Colección: Histórica

PUNTUACIÓN CULTURALIA: 6 SOBRE 10
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Jorge Pisa