Cada vez es más habitual que los grandes éxitos del cine del pasado revivan sobre los escenarios teatrales. Los ejemplos son múltiples, entre los que se pueden destacar Sugar, El guardaespaldas, Priscila la reina del desierto o la misma La Bella y la Bestia. Ahora le llega la ocasión a Dirty Dancing, una de esas joyas cinematográficas de los 80 que la mayoría recuerda con aquellos ojos y sentimientos del amor juvenil, aquel que recorre todos los rincones del cuerpo en una época temprana dejando una huella indeleble.
La producción de la adaptación teatral de Dirty Dancing está a cargo de Letsgocompany, productora que tiene en su cartera obras musicales como Jesus Christ Superstar, La Familia Addams o El jovencito Frankenstein. En el caso de Dirty Dancing, sin embargo, el empeño no ha sido recompensado con el pleno acierto teatral, si bien, es seguro que sí obtenga el éxito económico, si nos fijamos en lo amplio y extenso de su gira internacional y española que aún ha de llevar el espectáculo durante este año 2018 a ciudades como Valencia, Mallorca, A Coruña, Vitoria y Madrid.
«La trama de Dirty Dancing plantea cómo en el verano de 1963, Frances “Baby” Houseman, una jovencita de diecisiete años, se encuentra atrapada en unas aburridas y monótonas vacaciones junto a su familia en las montañas de Catskill, Nueva York. Sin embargo, la situación cambia cuando, durante una fiesta en el hotel, se topa con el guapo y famoso profesor de baile Johnny Castle. Este encuentro no solo permitirá a Baby aprender unos cuantos pasos de baile sino que cambiará su vida para siempre».
La base del espectáculo no puede ser mejor, una de aquellas películas que quedaron en la retina emocional de millones de jóvenes y no tan jóvenes de los 80. Además nos narra una historia de principios e ideas que mueven las vísceras de la mayoría. Pero el espectáculo teatral en sí queda un poco frío, no solo porque ya conocemos la historia, sino porque esta nos es narrada casi de la misma e idéntica forma en que ya nos mostrara el cine. Poco se ha innovado creativamente en este Dirty Dancing, algo que aunque entendible (ya sabemos lo reacios que son los cada vez más numeroso fans en relación a cualquier cambio que se plantea sobre las historias que ya conocen y/o desean) fomenta un hieratismo excesivo en el desarrollo del espectáculo. Tampoco ayuda el continuo movimiento de los diversos decorados giratorios sobre el escenario, necesarios para enmarcar el avance de la acción, pero que potencia la frialdad y afecta al ritmo con el que se desarrolla el musical.
Por lo que respecta a las actuaciones, están correctas, Laura Enrech y Christian Sánchez (en el estreno del musical en Barcelona) desarrollan sus personajes en los cauces que ya mostraran Jennifer Grey y Patrick Swayze en el cine. El acompañamiento, Fanny Corral, Antonio Reyes, Lilian Cavale, Jorge Galaz, Pedro Ekong y Enrique Cazorla entre otros, es más que correcto, si bien, en muchos casos no llegan a transmitir al 100% aquellas emociones que sí transmite la película. Tan solo tres momentos alcazan las cotas deseadas: el primero de ellos la escena en la que Castle inicia las clases de baile con Baby y en la que suena el tema Hungry eyes, en el que la nostalgia hace de verdad su primera aparición sobre el escenario; el segundo la escena de la clase acuática, en la que la resolución técnica permite crear de una forma excelente el ambiente que requiere el momento y por último la escena del baile final, aquella en el que se resuelven todas las tramas y en el que suena la mítica (I’ve had) The time of my life. Hecho este que nos permite ser conscientes del destacado papel de la música en el espectáculo. Una música, por cierto y si no recuerdo mal, en parte en directo y en parte enlatada.
Dirty Dancing no es, ni mucho menos, una mala adaptación teatral de la película de los 80, si bien le faltan momentos y elementos que alcen a la producción al nivel del film, entre ellos un global interpretativo con mayor intensidad; una dirección capaz de sacar lo mejor de actores, actrices y escenas (y si es posible, algo más creativa) y un diseño de escenarios más dinámico y menos omnipresente. El resto ya lo tiene. Además la propuesta es poseedora de un as en la manga, y este no es otro que la nostalgia de un éxito cinematográfico que todos llevamos en el recuerdo… por qué, cuándo o en qué época vistes por primera vez Dirty Dancing!!??
Gira española 2018
Pamplona: del 19 AL 22 de abril (Baluarte)
Valencia: del 26 de abril al 20 de mayo (Palau de les Arts)
Palma de Mallorca: del 23 de mayo al 3 de junio (Auditorium)
A Coruña: (del 6 al 10 de junio (Palacio de la Ópera)
Vitoria: del 12 al 15 de julio (Buesa Arena)
Madrid: del 26 se septiembre al 4 de noviembre (Teatro de la Luz Philips Gran Vía)
Director: Federico Bellone
Director Musical: Pedro Arriero
Director de Actores: Esteve Ferrer
Escritura: Eleanor Bergstein
Coreografía: Gillian Bruce
Diseño Escenografía: Roberto Comotti
Diseño Vestuario: Jennifer Irwin
Iluminación: Valerio Tiberí
Diseño Audio: Armando Vertullo
Producción: Letsgo, Lionsgate, Magic Hour Productions y Show Bees
Reparto: Laura Enrech, Pablo Ceresuela, Fanny Corral, Antonio Reyes, Lucia torres, Lilian Cavale, Antonio M. M., Jorge Galaz, Didac Flores, Juls Sosa, Sergio Arce, Pedro Ekong, Enrique Cazorla y Empar Esteve
Músicos: Joseba Llanas (Contrabajo), Alvaro Forcén (Trompeta), Héctor Collado (Saxo) y Miguel García (Batería)