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Crítica teatral: Billy Elliot, en el Nuevo Teatro Alcalá

Bueno, comenzamos temporada teatral y lo hacemos con una escapada a Madrid para ver Billy Elliot el musical, espectáculo que inicia su tercera temporada en el Nuevo Teatro Alcalá y que adapta teatralmente la película del mismo título estrenada en el año 2000.

«El musical narra la historia del joven Billy, nacido en una ciudad del norte de Inglaterra en la que los hombres practican el boxeo y trabajan en la mina. Ninguno de ellos baila ni alberga ambiciones de presentarse a la Royal Ballet School. Pero Billy es diferente. Criado por un padre viudo, sin el cariño de una madre, a Billy no le gusta el boxeo pero está cautivado por la gracia y la maravilla del ballet. Con férrea determinación luchará para alcanzar sus sueños, devolviendo la unión a su familia y la fe a una comunidad devastada por el convulso final de la industria minera británica».

El musical en cuestión posee una manufactura internacional ya que se representa desde hace 11 años en Londres y desde hace cuatro en Broadway. La propuesta está dirigida por Stephen Daldry y adaptada y dirigida en su versión española por David Serrano. Y algo a destacar, y mucho, la música está compuesta por Elthon John con libreto y letras de Lee Hall. Todo un seguro de éxito y brillantez.

Billy Elliot es un espectáculo redondo que nos narra una historia de superación personal en un contexto difícil. El esfuerzo de trasladar el éxito cinematográfico a un escenario teatral se basa en una adaptación de la historia muy acertada y comprensible para el espectador, que desde muy pronto conecta con el espíritu luchador y soñador que todos y todas llevamos dentro. Como bien nos indica la promo del musical, el espectáculo muestra la contradicción de lo rudo del contexto social en el que vive el protagonista, una comunidad minera británica en decadencia, y la voluntad del joven Billy Elliot de hacer realidad sus sueños, que no son otros que dedicarse al ballet. Como os podéis imaginar el contraste entre la familia de Elliot, mineros inmersos en un duro conflicto laboral, y las aspiraciones vitales del joven bailarín no pueden ser más opuestas.

Billy Elliot el musical__1En lo que respecta al elenco de la obra, los aciertos son muchos. Todo el casting sabe lo que ha de hacer, algo más que difícil en una obra en la que los niños y las niñas son la parte sustancial de la trama. Como no podía ser de otra forma, destaca el personaje de Billy Elliot, interpretado en la sesión en la que asistimos por Millan de Benito, que provee a su personaje de la inocencia, la sensibilidad y la técnica de baile adecuada. Junto a él destaca Álvaro de los Santos que da vida a Michael, el mejor amigo de Elliot y que ofrece una de las interpretaciones más sentidas de la obra. Muy dignas también son las actuaciones del resto de actores y actrices infantiles, que le dan a la obra el contexto que necesita.

Por lo que respecta a los actores adultos, todos, vuelvo a decirlo, están mucho más que bien, ya sean los miembros de la familia de Elliot (José Luis Torrijo, Adam Jezierski, Noemí Gallego, y Patricia Clark) y muy especialmente Pepa Lucas, que proporciona al personaje de la profesora de ballet de Elliot un candor y una sensibilidad muy vívidas.

En la obra destaca además una escenografía que aunque muy presente físicamente a lo largo de la representación, no se hace en ningún caso tediosa ni intrusiva y enmarca correctamente el avance de la trama. Y también, como no, destacan algunas escenas como la de la lectura de la carta de la madre de Elliot en la clase de ballet, la discusión en casa de los Elliot, la representación de la lucha obrera en forma de número musical o las escenas del aprendizaje de Elliot. Mención aparte requiere la música interpretada en directo que da vida al musical. Todo ello hace que la representación acabe con el público levantado y aplaudiendo, seguro, en cada función.

Billy Elliot es una experiencia teatral y musical que llena, no solo por la historia de superación que nos narra sino también por la calidad de la producción y la interpretación que atesora. Una oportunidad para ser consciente, de nuevo, de que los sueños están para vivirlos, y de que sea cual sea el contexto en el que vivamos, siempre existe la posibilidad de mejorar y de hacer verdad todo aquello en lo que soñamos.

Felicidades Billy Elliot!!

«Billy Elliot» se representa en el Nuevo Teatro Alcalá hasta el 1 de diciembre de 2019.

Dirección: Stephen Daldry y David Serrano
Música: Elton John
Libreto: Lee Hall
Dirección musical: Gaby Goldman
Traducción: Alejandro Serrano y David Serrano
Adaptación: David Serrano
Reparto:
BILLY: Pablo Bravo / Pau Gimeno / Miguel Millán / Óscar Pérez / Diego Rey / Julián Cecilio / Hugo González / Óscar Pérez
Natalia Millán, José Luis Torrijo, Adam Jezierski, Mamen García, Pedro Ángel Roca, David Lorente, Noemí Gallego, Patricia Clark, Pepa Lucas…
Escenografía: Ricardo Sánchez Cuerda y Juan José González Ferrero
Iluminación: Juan Gómez Cornejo y Carlos Torrijos
Caracterización: Laura Rodríguez
Vestuario: Ana Llena
Coreografía: Peter Darling
Producción: SOM Produce

Horarios y precios: Web Ticketea
Idioma: Castellano
Duración: 2 horas y media y entreacto
NOTA CULTURALIA: 9
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Jorge Pisa

Crítica teatral: El alcalde de Zalamea, en el Teatre Lliure

A principios de marzo tuve la oportunidad de asistir a la representación de la nueva adaptación de El Alcalde de Zalamea, uno de esos clásicos de verdad, de los de antes, realizada por la Compañía Nacional de Teatro Clásico, dirigida en esta ocasión por Helena Pimienta y estrenada en el Teatre Lliure.

“Drama de honor, El alcalde de Zalamea aborda los desmanes que la soldadesca provoca impunemente sobre los ciudadanos y la obligación, para los habitantes de los pueblos y aldeas que se encuentran en el camino del ejército, de alojar a los soldados en sus casas. Veinticuatro intérpretes, entre actores y músicos pondrán en pie una de las obras más representadas y conocidas de nuestro teatro áureo. Calderón, siempre contemporáneo”.

De nuevo el Lliure nos ofrece la oportunidad para revivir una de las obras más representativas del Siglo de Oro español, y una obra que trata sobre el abuso de poder y de la justicia, hablando, justamente, de su contrario, la injusticia, aquella perpetrada por el capitán de una unidad de tercios españoles sobre una familia de villanos enriquecidos de la localidad de Zalamea. Un claro recuerdo de las injurias que el poder puede cometer y comete sobre los ciudadanos.

Una propuesta teatral de la que uno sale de la sala de representación con un sabor algo amargo en la boca. Y parte de esta sensación la causa la propia adaptación que ha acometido la Compañía Nacional de Teatro Clásico, algo difícil de seguir para alguien que, como yo, no había asistido anteriormente a ninguna representación de la obra. Y puede que allí esté la explicación de todo.

El alcalde de Zalamea_1
La versión de El alcalde de Zalamea de Pimienta ha partido de una selección del texto que seguramente no sea la más acertada, por lo que el espectador se halla en diversas ocasiones intentando situarse en el entorno de la trama. A lo que no ayuda una escenografía presidida por un gran muro en su parte central que aunque artística, minimalista y con elementos de diseño, puede dificultar al espectador, sobre todo si no conoce la obra, la identificación de espacios y lugares.

Por si eso fuera poco la acústica del espectáculo no ayuda demasiado. No hace falta indicar que el texto de Calderón de la Barca está escrito en un castellano antiguo, a lo que se suma lo florido de su estilo. Pues bien, en la representación de la obra el sonido y/o la entonación de los actores y actrices no es la mejor, lo que provoca que parte del recitado se difumine y no llegue con toda claridad a la platea. Otro elemento pues, que no ayuda demasiado a seguir el avance de la obra. La elección del casting puede desorientar, también, al público debido al físico o las edades de los actores. Aún así, entre ellos y ellas destacan, como no podría ser de otra forma, Carmelo Gómez, que encarna al personaje que da nombre a la obra; Jesús Noguero, que interpreta al capitán que comete la bellaquería sobre la hija del alcalde de Zalamea y Joaquín Notario que da vida al Don Lope de Figueroa.

Por lo que respecta al vestuario, Pimienta ha optado por tonalidades en las que dominan los grises y marrones, una elección que nos da cierta idea de lo aciago y sucio de la historia que nos es narrada. A lo que se suma el acierto del acompañamiento musical a cargo de Rita Barber, que dota a la representación del grado de raigambre que la historia requiere.

La adaptación de El alcalde de Zalamea de Pimienta que hemos visto en el Lliure de Montjuïc, no pasará a la historia como la mejor versión posible, si bien deja constancia de lo actuales que pueden llegar a ser los clásicos, mostrándonos que los abusos, la corrupción y las malas artes del poder que vemos u oímos a diario en los noticiarios, no son algo propio de nuestros siglos de modernidad y progreso, sino que forma parte de la grandeza y la bajeza que acompaña a la humanidad desde sus orígenes. ¿O es que les quedaba alguna duda al respecto?

El alcalde de Zalamea” se representa en el Teatre Lliure del 2 al 6 de marzo de 2016.

Autor: Pedro Calderón de la Barca
Dirección: Helena Pimenta
Versión: Álvaro Tato
Reparto: Blanca Agudo, Pedro Almagro, Francesco Carril, Rafa Castejón, José Carlos Cuevas, Alba Enríquez, Alberto Ferrero, Nuria Gallardo, Carmelo Gómez, Álvaro de Juan, David Lorente, Jesús Noguero, Joaquín Notario, Egoitz Sánchez, Clara Sanchis, Jorge Vicedo, Karol Wisniewski y Óscar Zafra
Producción: Compañía Nacional de Teatro Clásico
Cantante: Rita Barber
Guitarra: Juan Carlos de Mulder / Manuel Minguillón
Escenografía: Max Glaenzel
Vestuario: Pedro Moreno
Iluminación: Juan Gómez Cornejo
Producción: Compañía Nacional de Teatro Clásico

Idioma: castellano
Duración: 1 hora y 40 minutos sin pausa

NOTA CULTURALIA: 6,5
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Jorge Pisa