Retorno al hogar en la Sala Tribueñe: Los pecados del hijo pródigo

Crecer es aguantar la mirada de tu padre cuando se dirige a ti y atrapar con tus ojos su cariño. Madurar es abrazar a tus hermanos en cuanto se abalanzan sobre ti para reemplazar tu rencor por su perdón ante lo mucho que les debes. Ser adulto es, en fin, volver al círculo familiar para girar felizmente en él dándote trompazos colectivos.

En RETORNO AL HOGAR, el juguetón Harold Pinter enfrenta a Teddy, un primogénito que creyó haber salido de la ciénaga donde se hunde su clan, con los suyos al volver a casa después de varios años sin atreverse. Y el falso estatus que presume haber alcanzado aquel como prohombre de las letras universitarias se tambalea ante la orgullosa decadencia de los suyos.

Con su obra, Pinter reincide en el artificio de la comunicación familiar lanzando a la platea las entrañas podridas de un matriarcado a la deriva y, además, añade una muy ácida crítica a la misoginia de la mano de una acerada reflexión sobre el sexo como elemento revitalizador de la miseria sentimental.

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La hospitalidad de la carne

Ahora es el escenario de la Sala Tribueñe madrileña el que se transfigura en desangelada residencia del West End londinense. Para ello, la directora Irina Kouberskaya arranca motores con ruido y pericia al enfocar la cosa como un espacio en constante movimiento que permite a los actores una progresión de los personajes muy dinámica: en breves instantes, el cuarteto de despojos sociales en que se han convertido los protagonistas harán un repaso a su historia, entre taxis con pasaje celosamente encubierto y equinos que pasan de competir en hípicas desquiciadas a humanizarse sin espuelas que les sepan enderezar. Y el espectador se hunde con entusiasmo en las procelosas aguas de esta tragicomedia surrealista.

Irina se desenvuelve con eficacia en el uso del lenguaje simbólico y, así, nos engatusa con espléndidas imágenes como la de los personajes defecando sus miserias al tirar la cadena de sus vínculos sanguíneos o la deconstrucción y posterior reconstrucción de Ruth en una hermosa escena en la que es recreada por sus dos cuñados. Irina resulta inspirada, además, en el constante recurso a dar la vuelta a lo que dicen sus actores (el padre casi se desmaya al proclamar con enérgica amargura que su fallecida esposa era la columna vertebral del grupo; el intento del mismo patriarca de acercarse emocionalmente a su hijo benjamín rogándole que le acompañe a ver el partido de fútbol como si estuviese amenazando con los puños contra él en pleno combate de boxeo). Mas Kouberskaya acaba dejándose arrastrar por su empeño de subrayar el acento grotesco de la pieza. Ello le pasa factura en la dirección de actores: las interpretaciones de la mayor parte de su equipo devienen tan sobreactuadas que ahogan a menudo la patética humanidad de los seres que mostrar en escena y el histrionismo (en los hombres) y el manierismo (en la fémina) oscurecen la credibilidad de su montaje exceptuando el retrato que logra de Miguel Pérez-Muñoz alentando a un esperanzador Joey, cuyo retraso psíquico es estupendo reverso de la lucidez con que Pinter llegó a erigirle en rey tuerto de este sugerente país de ciegos.

 Por Juan Marea

RETORNO AL HOGAR se representa en la Sala Tribueñe de Madrid hasta el 18 de enero de 2015.
http://www.salatribuene.com/

Novedad discográfica: Todo es ahora, de Manolo García

Todo es ahora

Con la precisión de un metrónomo, Manolo García mantiene la cita trienal con sus seguidores y publica Todo es ahora, su sexto álbum en solitario, un canto a esa libertad plena que supone no perder el norte de lo que somos y con el que culmina sus ansias de grabar un disco de rock en el que las guitarras tengan todo el protagonismo, sin duda el más rockero del músico de Poblenou desde Los Rápidos y en el que pretende volver a sus orígenes, a la música setentera y el rock sureño que escuchaba en su adolescencia, cuando ser músico tan solo era un sueño.

En esta ocasión su espíritu inquieto le hizo viajar hasta Nueva York (ciudad en la que también ha rodado el videoclip del primer single a las órdenes del fotógrafo Rubén Martín), donde grabó el disco en The Clubhouse Studio, en Rhinebeck, ilusionado por trabajar con músicos de larga trayectoria que anteriormente colaboraron en los discos clásicos de David Bowie, John Lennon, Bruce Springsteen, Patti Smith o Michael Jackson, entre otros, sin conocerlos personalmente pero esperanzado en que la magia surgiera de forma natural. Así, García creó dos grupos: el primero encabezado por los guitarristas Earl Slick y Gerry Leonard, con la sección rítmica de Zachary Alford y Jack Daley, y el segundo, con Sara Lee al bajo, Sterling Campbell a la batería y David Torn y Jack Petruzzelli a las guitarras, a quienes mostró las maquetas que traía bajo el brazo desde Music Lan (Avinyonet de Puigventós, Girona) para iniciar el trabajo conjunto.

Manolo García, en una imagen promocional
Manolo García, en una imagen promocional

Una vez más, las letras son un ejemplo de la modesta filosofía doméstica del cantante, un pensamiento en el que lo primero es creer que todo es hoy, a lo sumo mañana, un canto al Carpe Diem, a vivir la vida sin hacer planes a largo plazo y a afrontarla con mucho optimismo, como muestra la canción que da título al LP –y en la que Juan Manuel Cañizares, con quien García colaboró en los inicios de El Último de la Fila, aporta la calidez de su guitarra–. La elegida para presentar el álbum ha sido Es mejor sentir, melodía pop en la que confluyen hasta cuatro guitarras. Además, en el disco destacan también Esta noche he soñado con David Bowie –homenaje a los músicos de la década de los 70 personalizado en Bowie–, El Club de los Amantes Desairados –la más melancólica–, Volveremos a encontrarnos –recuperada de las sesiones de Los días intactos– y Exprimir la vida –también descartada en su anterior disco, y en la que expresa su alegría por ser músico y tener un público tan fiel–, y así hasta llegar a los catorce temas del álbum.

Todo es ahora se complementa con un segundo CD que contiene las maquetas originales del álbum y cuatro temas exclusivos, una manera de revalorizar el disco como objeto, además de ser una forma de mostrar a sus seguidores cómo trabaja en la intimidad de su hogar, donde pasa horas y horas probando cualquier arreglo antes de darlo por definitivo: “Hay un goce especial en crear música en tu casa. Estar solo con Antonio (Fidel) o Iñigo (Goldacerena), al bajo, y yo debo meter todo lo demás”, confiesa satisfecho.

Título: Todo es ahora
Autor: Manolo García
Discográfica: Sony Music
Fecha de publicación: Noviembre 2014
Precio: 18,00 €
Más información: http://www.manolo-garcia.com/