No es habitual que una novela histórica ambientada en el pasado antiguo se centre en la vida de un poeta, aunque éste sea Homero, “el aedo más grande de la Humanidad”. Y este es uno de los “puntos positivos” de la novela que Luis Luque Lucas publicó en el año 2006 de la mano de la editorial Belacqua y que título de forma apropiada El ciego que nació en siete ciudades, haciéndose eco de los lugares que reclamaron ya desde la Antigüedad griega el nacimiento del aedo, y que incluían ciudades como Quíos, Esmirna, Colofón, Atenas, Argos, Pilos, Cumas o Ítaca.
La obra de Luque no parece ser, pues, una novela al uso por el personaje escogido ni por la forma de escribirla. Y es seguramente la suma dificultad histórica propia del protagonista, el gran Homero, y la forma de su redactado la que la diferencian de muchas otras.
La complejidad del personaje recae en la poca información fidedigna que disponemos de él, tan poca que los especialistas parece que aún no se han puesto de acuerdo sobre la realidad de su propia existencia como individuo y sobre la naturaleza de su obra. No obstante el debate académico Luque ha optado por personalizar al aedo compositor de la Ilíada y la Odisea y narrarnos su vida. Así pues conoceremos al Homero joven y sus lazos familiares y recorreremos los primeros años de vida del aedo, cosa que sorprende al darnos una visión juvenil e inexperta de un personaje al que se considera siempre desde su imagen de poeta, el primer gran poeta de la cultura occidental. No solo eso sino que conoceremos sus debilidades y sus amores, que marcarán sin duda la vida del protagonista.
Con El ciego que nació en siete ciudades haremos un pequeño viaje por el mediterráneo, al estilo de una breve odisea, de la mano de sus supuestos viajes en la nave comercial de su amigo y mecenas Mentes, que lo llevarán a visitar el Occidente mediterráneo, incluso las tierras de la ancestral Iberia, y el mitológico Oriente, en el que vivirá una pequeña aventura en los territorios dominados por las amazonas. También seremos testigos de sus primeros tratos con la poesía épica y de cómo la “carrera profesional” de Homero se comienza a decantar hacia la composición poética, hecho que lo convertiría, como he dicho antes, “en el poeta más glorioso de la humanidad”.
Aunque la idea es refrescante e inusual (y por ello siempre provechosa) el intento no siempre está a la altura. Luque ha escrito su novela en un estilo que podríamos considerar “forzadamente” épico, lo que puede dificultar y dificulta la lectura amena de la obra. Hace falta demasiada atención para interiorizar el contenido de largas frases y reflexiones si bien este registro permite “mitificar” al personaje y la época a la que hace referencia. Un periodo que, por otra parte, nunca queda del todo establecido, hecho entendible si somos conscientes de las dificultades “cronológicas” que la obra de Homero suponen. Aún así hemos de suponer, por diversas referencias de que nos provee la novela, que la época en la que está ambientada su acción se sitúa poco después de finalizada la Guerra de Troya.
Uno de los aciertos de la novela es la perspectiva desde la cual nos es narrada. Es el propio Homero en primera persona el que relata su vida a ruego de sus hijas, Aurora y Circe, fieles oyentes de la biografía de su padre. Aunque está técnica no permite al autor crear un “filum” argumental claro, al menos en algunos pasajes de la obra, lo que lleva al lector, en alguna ocasión, a desorientarse. En el relato de Homero se entromete, de vez en cuando, la opinión y la voz de un tercer sujeto, algo así como una conciencia atemporal y omnisciente (que podría asimilarse a la del autor) que sobrepasa los límites físicos y temporales del propio Homero y de su época, para situarnos al protagonista en una perspectiva más histórica, o mejor dicho, más referencial, en relación a la trascendencia del personaje. Algo que, a veces, también, puede llevar al extravío del lector.
El ciego que nació en siete ciudades nos presenta, pues, una imagen mítica no solo de Homero sino también de la época en la que, supuestamente vivió (no hace falta aquí insistir en las dudas que existen en al actualidad sobre la realidad de un personaje como el novelizado) y nos permite viajar a un mundo, el homérico, eclipsado, al menos para el gran público, por la época que vendría tras él y que haría brillar a algunas de las ciudades y algunas de las figuras más importantes de la Antigüedad, sabedoras ellas mismas de la relevancia y la trascendencia de la obra del “el aedo más grande de la Humanidad”.
Título: El ciego que nació en siete ciudades.
Autor: Luis Luque Lucas
Editorial: Belacqua
Páginas: 345
Precio: 22 €
Encuadernación: Tapa blanda
Año de publicación: 2006.