Por fin, y después de algún que otro intento fallido, se ha estrenado en Antena3 la serie Hispania, la leyenda, un intento de reconstrucción histórica dramatizada de uno de los episodios más importante de la historia antigua en la península Ibérica: la conquista romana.
Un intento valioso en sí mismo ya que pocas han sido las ocasiones, en comparación con otros países europeos y, como no, con los cinematográficos EE.UU., en las cuales la producción televisiva o cinematográfica española ha recreado su historia, y menos aún la antigua, plagada de momentos y episodios históricos dignos de ser recordados y plasmados audiovisualmente.
Antena3 llevaba tiempo anunciando la producción y el estreno de una de sus series insignia de este año, o eso parece por el despliegue mediático de la misma. E intentaremos cada semana desde aquí, comentar el contenido dramático e histórico de la serie.
Lo primero que tenemos que hacer es ubicarnos temporalmente. La serie está ambientada en el año 151 a.C., momento en el que Roma ya había iniciado la conquista de Hispania. Las primeras legiones romanas habían llegado a la Península en el año 218 a.C. en un intento de cortar la línea de abastecimiento del general cartaginés Aníbal durante la Segunda Guerra Púnica (218-201 a.C.). Una vez vencido Aníbal y sus lugartenientes en la Península, Roma optó por no abandonar el territorio ocupado, sobre el cual inició la conquista del resto del territorio peninsular desde sus bases en las costas mediterráneas.

Uno de los mayores obstáculos en esta expansión lo constituyó el pueblo lusitano, que habitaba la fachada atlántica central y meridional de la Península. Para llevar a cabo la conquista Roma no escatimó esfuerzos y envió un número ingente de tropas y a sus mejores generales, entre los que estaba Servio Sulpicio Galba, gobernador de la Hispania Ulterior en el año 151 a.C., con el objetivo de reducir a las tribus lusitanas que ofrecían resistencia y establecer la paz.
Aquí nos encontramos con el arranque de la serie ubicada en dos escenarios bien distintos, el poblado lusitano de Caura y el campamento romano, los lugares donde se iniciará la tragedia y la aventura de Viriato.
Como podemos observar en el poblado lusitano la riqueza no está justamente distribuida, ya que algunos, entre ellos el aristócrata Teodoro, poseen tierras y ganadería, este última una de las principales fuentes de riqueza de los lusitanos, mientras otros, entre ellos Viriato, casi no poseen nada. Aunque esta visión clásica de Viriato como pobre pastor lusitano no es seguida por todos los historiadores, ya que algunos lo consideran miembro de una de las familias aristocráticas lusitanas.
Aunque el meollo de la acción se va a decidir en el campamento romano donde el general Galba ha decidido llevar a la práctica de una forma muy personal las instrucciones políticas ordenadas desde Roma: conseguir la paz en las Hispanias. Galba se propone, como muchos otros de los gobernadores de las provincias romanas, conseguir un éxito en la Península que le sirva de trampolín en su carrera política en Roma. Para ello dispone de Marco, un legado militar frío, calculador y sin escrúpulos que le hace el trabajo sucio, y de un ejército, el romano, que era, por aquellos tiempos, la mejor máquina militar del Mediterráneo. Aunque la mujer del pretor, Claudia, parece que no le va a poner las cosas fáciles. Por lo que podemos saber el matrimonio entre Galba y Claudia ha sido, como era la regla entre el patriciado romano, un matrimonio de conveniencia, donde el amor tenía poco espacio. ¡Veremos en que se materializan las tensas situaciones y miradas entre Marco y Claudia!

Por otra parte, en el poblado lusitano de Caura vemos a la población indígena dividida. Algunos como Teodoro se han puesto de parte de los romanos, hecho habitual entre las aristocracias indígenas que veían su situación consolidarse con el avance romano, que aseguraba su situación de liderazgo en la sociedad provincial establecida por los nuevos dominadores. El consejo del poblado se manifiesta a favor de la colaboración con Galba, más parece por miedo que por voluntad. Sin embargo entre los lusitanos “de a pie” parece que el poder romano y las campañas militares dirigidas por sus generales no son muy bien vistas.
Todo ello llevará a una de las escenas más memorables de este primer capítulo, que no es otra que la trampa urdida por Galba para acabar con la resistencia indígena. Un hecho conocido históricamente como “la perfidia de Galba”. En el año 151 a.C. (que no en el año 156 a.C., como nos indica la introducción) el pretor romano reunió a los lusitanos con la promesa de concertar una paz y repartir tierras entre aquellos que depusieran las armas. Una vez entregadas estas Galba atacó a los indefensos lusitanos matando a gran número de ellos, acción por la cual fue procesado en Roma pero de la que salió absuelto. Algunos lusitanos sobrevivieron a esta matanza, entre ellos se encontraba Viriato, y huyeron a las montañas, desde donde con el tiempo organizarían la resistencia contra el dominio romano que les llevaría a luchar y a vencer a diversos de sus ejércitos.
La escena de Hispania, la leyenda que reconstruye está pérfida acción es, de momento la más épica de la serie, y demuestra un intento por darle grandiosidad al momento, aunque la digitalización de la misma se note en demasía.

La unión de los supervivientes de la matanza y de los contrarios al dominio romano será el hilo conductor de los siguientes capítulos donde veremos el resultado de las andanzas de Viriato y los suyos, que conformaron con el tiempo, a nivel historiográfico y también popular, un referente de la resistencia de los pueblos hispanos contra el dominio y la tiranía extranjera.
Aciertos: la rápida y acertada muestra de las diferencias sociales en la sociedad lusitana; la presentación de las élites indígenas (Teodoro) voluntariosas al fin por colaborar con Roma; La relación matrimonial entre Galba y Claudia, donde el amor entre los cónyuges y los escarceos amorosos serán, seguro, cuantiosos y la representación del pretor Galba como un político/general con la única voluntad de conseguir un éxito en la provincia y volver triunfante a Roma.
Desaciertos: El principal, hablar de los lusitanos como hispanos. A mediados del siglo II a.C. no existía aún el concepto de Hispania/España que tenemos hoy en la actualidad. Los lusitanos al no haber sido conquistados aún por Roma e incluidos en su provincia no se podían considerar hispanos, es decir, habitantes de Hispania, sino meramente indígenas o lusitanos. Hispania era el territorio dominado por Roma, no el que se escapaba de su poder. La caracterización de Paulo, un joven aguerrido lusitano. Su entrada en el campamento romano (casi fantástica) y su evasión del mismo, y sobre todo, su interpretación, parece que dejan mucho que desear, al menos en este primer capítulo.
Tendremos que ver un poquito más para poder emitir una opinión clara y justa. De momento solo puedo decir que el capítulo piloto de Hispania, la leyenda deja las cosas abiertas. Será un acierto o un fracaso… eso lo tendremos que ver.
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Escrito por: Jorge Pisa Sánchez