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Crítica teatral: Filoctetes, en el Teatre Grec

El Festival Grec llegó y el Festival Grec, como cada año, se fue… En esta edición Culturalia ha asistido a la representación de tres obras. De dos de ellas ya hemos publicado la crítica, y de la última, un poco tarde, la publicamos ahora: Filoctetes, de Sófocles, adaptada por Jordi Casanovas, dirigida por Antonio Simón e interpretada por Pedro Casablanc, Félix Gómez, Pepe Viyuela y Samuel Viyuela.

«Explica la mitología que Filoctetes, uno de los héroes griegos que participaban en la expedición que debía destruir Troya, fue mordido por una serpiente. Y su herida infectada hedía hasta tal punto y sus gritos de dolor incomodaban tanto a sus compañeros de expedición que le dejaron abandonado en la isla desierta de Lemnos. Años después de esta traición, sus compañeros de viaje, entre ellos Ulises, incapaces de vencer la resistencia troyana, deciden ir a buscar a Filoctetes y hacerse con su arco, un arma mágica y definitiva que le había dado Heracles, hijo de Zeus. Intuyendo la resistencia de Filoctetes a los deseos de los compañeros que le traicionaron, Ulises se hace acompañar de Neoptólemo, hijo de Aquiles, que había sido el mejor amigo del guerrero abandonado. El joven aspira a formar parte de la élite por lo cual tendrá que arrebatar su arma a Filoctetes. Pero en esta operación tendrá que enfrentarse a sus propios escrúpulos».

Filoctetes nos habla de principios y de poder y de cómo los primeros se ven presionados y atormentados por el segundo. La última tragedia escrita por Sófocles nos permite reflexionar sobre cómo los principios de los ciudadanos de una polis o (de un país) pueden caer en saco roto ante los intereses de los poderosos. Los primeros están encarnados en la conducta de Neoptólemo (Félix Gómez), hijo de Aquiles y los segundos por el astuto y sin escrúpulos Ulises (Pepe Viyuela) que en sus ansias de vencer en la guerra recurrirá a una de sus argucias para hacerse con el arma que posee Filoctetes, implicando en ella al joven y bienintencionado Neoptólemo.

Filoctetes_teatre grecHe aquí la clave con la que Antonio Simón y Jordi Casanovas actualizan la trama de Filoctetes, interpelando al público sobre cuáles son los límites del poder y hasta qué grado los poderosos imponen su voluntad sobre los ciudadanos. Por tanto la figura clave la hallamos en Neoptólemo, cuya misión le hará dudar sobre lo correcto de su afán de hacerse con el arco de Hércules que está en posesión de Filoctetes y de si los fines justifican los medios.

La propuesta no acaba de acertar en todos los aspectos. Si por una parte las interpretaciones están a un buen nivel, en las que destacan por su centralidad las de Pedro Casablanc (Filoctetes) y Félix Gómez (Neoptólemo), la adaptación de Casanovas no acaba de ser del todo comprensible para un espectador actual. Por su parte la escenografía tampoco ayuda en demasía a esta comprensibilidad, pues se basa en un espacio de naufragio, que hace referencia al abandono de Filoctetes por parte del ejército griego (y posiblemente también a la tragedia de la migración actual en el mediterráneo)  y una iluminación algo escasa.

Es más interesante, por otra parte, la conceptualización del coro, que la obra mantiene pero que transforma conscientemente en femenino, y con el que Casanovas y Simón incorporan la crítica de género a la trama, haciendo constante referencia al comportamiento masculino y sus consecuencias para el ciudadano y la comunidad.

Filoctetes es, pues, otro intento de reflejarnos en los clásicos para observar a través de ellos la actualidad que nos rodea, si bien falla en su concepción como obra y en su relato. Una oportunidad, sin embargo, para ver a Pepe Viyuela en una faceta menos televisiva y para rememorar una tragedia de Sófocles menos conocida.

«Filoctetes» se representó en el Teatre Grec el 31 de julio de 2018.

Versión: Jordi Casanovas
Dramaturgia: Jordi Casanovas y Antonio Simón
Dirección: Antonio Simón
Reparto: Pedro Casablanc, Pepe Viyuela, Félix Gómez, Samuel Viyuela y la colaboración especial de Miguel Rellán
Coro: Arantxa Aranguren, Sandra Arpa, Marina Esteve, María Herrero, Sara Illán, Nahia Láiz y Mónica Portillo
Escenografía: Paco Azorín
Vestuario: Sandra Espinosa
Coreografía: Moreno Bernardi
Música: Lucas Ariel Vallejos
Iluminación: Pau Fullana
Caracterización: Lolita Gómez
Técnico de sonido: Fernando Díaz
Producción: Bitò y el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida

Idioma: castellano
Duración: 90 minutos

NOTA CULTURALIA: 7

Publicación: Odiseo. El retorno, de Valerio Massimo Manfredi

Odiseo, el retornoHoy os queremos traer a la memoria en Culturalia una novedad del 2014, la última novela publicada por Grijalbo del autor Valerio Massimo Manfredi titulada Odiseo. El juramento y que completa la aventura épica que comenzó en Odiseo. El juramento y en la que el mítico héroe del gran poema de Homero vuelve a casa después de diez años en guerra contra los troyanos.

Por fin ha llegado el momento para Odiseo y sus compañeros de navegar rumbo a casa. Durante diez largos años libraron la Guerra de Troya y a lo largo de otros diez surcarán los mares para regresar a su hogar.

Durante el viaje se enfrentarán a enemigos y peligros aún más terribles que los sufridos en todas sus batallas. Odiseo tendrá que luchar contra las fuerzas oscuras de la naturaleza y la oposición de sus propios compañeros, pero sobre todo, contra los crueles caprichos de los dioses que conspiran para destruirlo.

Odiseo el Aventurero, Ulises el Valiente o Nadie el Astuto deberá descender hasta los infiernos antes de regresar a Ítaca, donde le espera su fiel esposa Penélope en un palacio ocupado por sus pretendientes.

Título: Odiseo. El Retorno
Autor: Valerio Massimo Manfredi
Editorial: Grijalbo
Colección: Novela Historica
Fecha publicación: Noviembre 2014
Nº de páginas: 384
Temáticas: Historia, Novela histórica
Edad recomendada: Adultos

Precio:
• E-Book Epub: 12.99 €
• Bolsillo: 9.95 €
• Tapa blanda con solapa: 21.90 €

Fèlix Pons, director escénico: “En el arte no existe la moral.”

Mi grabadora muerde pólvora, engulle pasión y vomita el deseo de no ser. 

ImageFèlix francotirador

Presentaste en el Teatre Tantarantana de Barcelona “Confesiones de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce” a finales del pasado mes de marzo.

Es la adaptación de una novela de título homónimo escrita por Roberto Bolaño y A. G. Porta en 1984. La historia de un escritor frustrado que se deja arrastrar por amor a una escalada de violencia.

¿Qué tiene de especial?

En ella, sus autores dialogan continuamente con las técnicas del guión cinematográfico. Y los personajes, que responden a los arquetipos de la novela negra – la “femme fatale” y el artista frustrado maldito – están imbuidos de la cultura del rock.

¿Qué has hecho tú para adaptarla al teatro?

¡Pues seguramente equivocarme! Vi claro que el eje de la historia eran Ángel y Ana, su relación de pareja y lo que sucedía entre ambos. Ello fue en detrimento de la sucesión de lugares en que se desarrolla la acción de la novela. Por ello, situé a los protagonistas en un único espacio, un piso cercano a la Plaza de Lesseps de Barcelona en los años ochenta. La escenografía es mínima: dos micrófonos, dos actores, una cama y audiovisuales. A los actores, les pedí intensidad física y verbal.

El título parte del poema “Consejos de un discípulo de Marx a un fanático de Heidegger” con el que Mario Santiago Papasquiaro decía cosas como que “la Realidad y el Deseo se revuelcan/se destazan/se desparraman una sobre otra”.

En esta obra, tenemos a dos personajes revolcándose en una cama y sobre una juventud que van dejando atrás. Y se revuelven sobre las cenizas de un amor que se termina. Ángel, además, se revuelca sobre las sábanas de la duda acerca de si tiene talento para ser escritor.

¿Y lo averigua al final?

Asistimos aquí a un fin de semana de una pareja con drogas, alcohol y desamor. Una orgía creativa. Ambos narran los hechos delictivos que van cometiendo de modo que el público nunca sabe si lo han vivido o bien si es algo ficticio. El espectador debe decidirlo. Realidad y ficción se revuelcan en nuestra propuesta.

Para ti hay dos temas-clave: el viaje y la utopía.

Si rascamos el fondo de “Consejos”, más bien encontramos una “distopía”: Se trata de un ejercicio revolucionario y criminal con personajes que no persiguen ni un mundo más justo ni mejor. Uno de ellos está descarrilado por su locura y el otro, por amor.

Tu vinculación al mundo artístico es un viaje a través de las artes escénicas y las visuales.

Siempre me planteo los espectáculos como una propuesta plástica: con la utilización de los colores, el espacio, los volúmenes. Porque los actores no dejan de ser volúmenes en un espacio. Yo estudié escultura y sé que en teatro “esculpes” objetos vivos y llenos de emociones. En nuestras “Confesiones”, conviven teatro, audiovisual y “performance”.

Para Bolaño, la novela habla de la violencia. ¿Cómo se representa esta en un escenario?

El  teatro requiere un lenguaje muy delicado: Las cosas siempre deben sugerirse. Porque si muestras todo al espectador, le quitas algo al mismo tiempo. En “Consejos”, hemos intentado tratar la violencia a través de la palabra, la imagen y, sobre todo, la rabia interpretativa de Clàudia Benito y Nao Albet, los actores que encarnan a la pareja protagonista, que se parece mucho a Bonnie y Clyde, a Sailor y Lula de “Corazón salvaje” o a los dos de “Asesinos natos”.

¿Qué papel juega la violencia en esta historia?

La novela pone el foco en el desencanto de la juventud barcelonesa durante la época de la Transición democrática española. La violencia de Bolaño y Porta es una gran lente de aumento con la que investigar qué hay en cada uno de nosotros, nuestras pulsiones como seres humanos. Utilizan la violencia como vehículo, como juego y en este sentido sus autores se avanzan a Tarantino.

Los autores definen su novela como una “película de aventuras”. E hicieron lo que les dio la gana. ¿Es eso aceptable en el arte?

Por supuesto. El arte es un terreno en el que no existen ni la moral ni el juicio. En él, el artista debe dar rienda suelta a sus neurosis, obsesiones y fantasmas para poder trabajar con libertad, desde la irresponsabilidad que supone ser un ser social. Con los derechos y obligaciones que ello conlleva. Es un terreno donde todo puede ser.

 ¿Qué tienen en común la alta cultura y la cultura pop?

La“alta cultura” la hacen personas que han abordado su arte con voluntad de romper y ahí conecta con la cultura pop, que busca quitar trascendencia a las cosas. Cuando James Joyce escribe “Ulises”, quiere romper con la tradición literaria de la novela inglesa del siglo XIX. Jim Morrison actúa de manera parecida: Utiliza el rock para vehicular su vocación poética, que traslada las fuentes clásicas a la California de los setenta mediante la tradición de la poesía maldita.

¿Qué aconsejaría Morrison a Joyce?

¡Los dos eran irlandeses! Se irían a tomar una botella de whisky y se emborracharían. Como Joyce también interpretaba ópera como barítono, quizás cantarían después unas coplillas de su tierra o bien se meterían un pico de heroína.

Ahora estás enfrascadísimo en nuevos proyectos.

Nuestra compañía Arsènic Art Studio está como residente en el Teatre Tantarantana de Barcelona. Y estrenaremos allí tres piezas cortas, una reflexión sobre tres pintores contemporáneos: Miquel Barceló, Nicolas de Staël y CyTwombly. Las estamos preparando como “work in progress” de menos de un mes. Estrenamos la primera este último fin de semana de abril y podréis ver las otras a finales de mayo y junio.

¿Qué supone para el artista y para su público una obra inacabada?

Yo siempre me planteo mis propuestas como bocetos. Para mí, toda aproximación a la obra de arte no es más que un intento. Además, cada vez hay un mayor público interesado por los procesos, que tiene ganas de husmear en el taller del artista.

Recomiéndame algo que hayas visto últimamente.

Soy muy exigente como espectador. Lo último que me gustó fue “Rosas Drumming live” de Anne Teresa De Keersmaeker en el Mercat de les Flors: ¡una maravilla!

¿Cómo ves el panorama escénico actual?

Barcelona vive un momento muy interesante: compañías jóvenes muy necesarias con nuevos enfoques dramatúrgicos, actorales o de producción. Como una especie de “argentinización” de la escena catalana contra el aburguesamiento… La programación de la Sala Àtic 22 del Tantarantana está dejando oír voces muy interesantes a un ritmo vertiginoso.

Mi grabadora se repondrá. Pero antes prefiere seguir excediéndose.

por Juan Marea

http://arsenic.cat/

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Clàudia y Nao Bien Aconsejados