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Los casinos en la literatura

La mayoría de nuestros queridos juegos de casino se remontan a una época muy anterior a los casinos online y las aplicaciones móviles. Entramos a portales web tan conocidos como Monopoly Casino para pasar un buen rato, pero se nos olvida que como elemento cultural popular en todo el mundo, han sido representados en distintos ámbitos artísticos como películas o libros clásicos.

Los casinos y los juegos de azar se mencionan en muchas obras literarias, tanto antiguas como nuevas. Siempre representado una temática de tensión y misterio, estos espacios han aparecido tanto en un thriller de espías de James Bond como en una novela más tranquila de Dostoievski. La cuestión es que han sido utilizados por muchos de nuestros autores favoritos como recurso argumental y finalmente, se han trasladado a medios de comunicación más convencionales.

En este artículo, exploraremos distintas obras literarias en la que los juegos de casino han tenido un papel destacado y entenderemos qué valores simbolizan en el ámbito de la cultura popular.

Casino Royale de Ian Fleming

El casino aparece representado en las famosas novelas de Ian Fleming sobre James Bond, y su primera obra, Casino Royale, es quizás el mejor ejemplo. Publicada por primera vez en 1953, la obra narra la misión de Bond para derrocar a Le Chiffre, un financiero de una agencia de contraespionaje soviética, en una arriesgada partida de Baccarat Chemin-de-fer.

Este clásico del género de espionaje muestra las emociones y tensiones durante una partida de Baccarat y presentó a Bond, el espía que se convertiría en un personaje de la cultura popular de todo el mundo. La adaptación cinematográfica de 2006 protagonizada por Daniel Craig es la película de Bond mejor valorada en IMDB, lo que demuestra el valor intemporal del agente 007.

El jugador de Fiódor Dostoievski

Dostoievski, autor de clásicos como Crimen y castigo y Los hermanos Karamazov, presentó El jugador. Esta novela narra la historia de Alexei Ivanovich, que busca construir su estatus y arreglar sus problemas financieros ganando en la mesa de la ruleta. La presencia del interés amoroso de Alexei, Polina, hija de un general ruso, impulsa la motivación del protagonista a lo largo de esta conmovedora obra de ficción.

Dostoievski aborda temas clave como el amor y el dinero en esta novela. Presenta la idea de que el verdadero valor de una persona no se encuentra en la riqueza o el estatus. Aunque la ruleta ocupa un lugar destacado en la novela, el autor explora la idea de que el casino es solo un medio para divertirse con las personas que uno quiere y no para cumplir sueños.

Casino: Amor y honor en Las Vegas de Nicholas Pileggi

Pileggi escribió esta novela de no ficción para contar la pérdida de influencia de la mafia sobre los casinos legales de Las Vegas, que comenzó en 1931. Con este libro, el autor dio una visión inédita del turbio mundo de la mafia, incluyendo el blanqueo de dinero y las batallas con la policía local. La mafia, como era el caso de la conocida familia Genovese, se dedicaba a desvalijar los ingresos de los casinos locales para conseguir su dinero. Esto duró hasta que el FBI se dio cuenta y erradicó la influencia del crimen organizado en los centros de juego de Las Vegas a principios de la década de 1980.

Poco después de que se publicara la novela de Pileggi en 1995, se llevó a cabo una película llamada Casino. La película fue aún más popular que el libro, protagonizada por Robert De Niro, Joe Pesci y Sharon Stone. Con actores así, no nos sorprende que fuera un éxito de taquilla.

21 Blackjack de Ben Mezrich

La novela de Ben Mezrich cuenta la historia real de un grupo de estudiantes del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) que aplican sus habilidades al juego de cartas del blackjack. La obra de 2002 tuvo una fiel adaptación cinematográfica seis años más tarde titulada 21 Blackjack, dirigida por Robert Luketic.

Es importante entender cómo la literatura y los medios de comunicación pueden cambiar la visión que el público general tiene de los casinos. Dependiendo del contexto, puede representar el lujo como en las películas de Bond o simplemente un lugar donde la clase trabajadora acude para ir a pasarlo bien, como se muestra en las viejas películas de cowboys. Pero en algo estaremos de acuerdo, los casinos siempre vivirán en nuestra mente como representación del misterio, las vidas extravagantes y la seducción.

Crítica cinematográfica: La red social, de David Fincher

500 millones de usuarios han hecho de Facebook la red social con mayor éxito en la actualidad. ¿El secreto? Nadie sabe a ciencia cierta cuál es ni qué lo hace tan adictivo, pero ahí seguimos nosotros, comprobando en cada momento el estado de nuestros agregados, curioseando sus fotos y mandando solicitudes de amistad de forma indiscriminada. Sea como sea, un fenómeno de tal magnitud no podía pasar desapercibido a la gran industria, tanto la literaria como la cinematográfica, así que Ben Mezrich decidió escribir la historia del joven genio que creó la web (titulado de forma significativa Multimillonarios por accidente) y, tras el rutilante éxito del libro, el prestigioso David Fincher (El club de la lucha, Seven, El curioso caso de Benjamin Button) se ha encargado de llevarlo al cine bajo el título de La red social.

La red social es el biopic de Mark Zuckerberg (a quien interpreta de forma excelente Jesse Eisenberg), un brillante informático que, en la actualidad, con apenas veintiséis años y gracias a su invención, maneja un patrimonio de 4.000 millones de dólares. El film comienza con la ruptura con su chica, quien harta de la soberbia de la que hace gala el joven decide abandonarlo. Era el año 2004, y aquella misma noche, dolido por la situación, decide crear una web donde votar a la estudiante más atractiva de entre todas las universidades, embrión de su futuro éxito. La película avanza paralelamente entre los momentos iniciales de Facebook y los juicios que mantuvo Zuckerberg con aquéllos que se sintieron estafados por él: por un lado, su por entonces único amigo y socio, Eduardo Saverin, y por otro lado los hermanos Cameron y Tyler Winklevoss, quienes aseguraban ser los padres intelectuales del proyecto.

Para dar vida a Mark Zuckerberg el elegido fue Jesse Eisenberg (Una historia del Bronx, Bienvenidos a Zombieland), actor que aprueba con nota la difícil tarea de interpretar a alguien tan complejo y asocial como Zuckerberg, un personaje que requería una actuación contenida para no caer en la caricatura fácil. Por otro lado, Andrew Garfield interpreta al único amigo de Zuckerberg en Harvard, Eduardo Saverin, mientras que la nota pintoresca del casting, aunque tras ver la película se revela como todo un acierto, la encontramos en la elección del cantante Justin Timberlake para interpretar al asesor del protagonista y fundador de Napster, Sean Parker.

 

Escena de la película

Fincher trata de explicar, de forma dura y sin concesiones que pudieran favorecer al personaje (y seguramente esa visión cruda es la que no ha gustado al mismísimo Zuckerberg, quien ha afirmado que no se reconoce en la película), cómo alguien incapaz de relacionarse, tan inteligente como antipático y egoísta, fue capaz de crear una web que ha cambiado la forma de comunicarse de buena parte de la sociedad del siglo XXI. Para el director era esencial no otorgar a la informática más peso del que fuera estrictamente necesario, y por ello el origen de Facebook no es más que una excusa para hablar de aquellos temas universales que a todos nos interesan, desde la amistad o la traición hasta los celos y las envidias, pasando por la soledad que siente el protagonista en la cúspide de su éxito, y quizás por ello la película atrapa desde el primer instante tanto a los adictos a las nuevas tecnologías como a los que las desconocen por completo. Por otro lado, siendo Fincher el hombre tras la cámara, era de esperar un film de bella factura que no decepciona, construye una obra visualmente moderna e impecable, y eso se nota especialmente en los pasajes que recrean la parte más lujuriosa de la historia. Finalmente, para asegurar el éxito de la película tan solo faltaba contar con un buen guionista que fuera capaz de dar forma al proyecto, y esa figura la encontraron en Aaron Sorkin, de moda en Estados Unidos tras el sonado éxito de la serie El ala oeste de la Casa Blanca.

Así, pues, La red social es una excelente película que narra cuán irónico que resulta que un hombre con tantos problemas para comunicarse con su entorno sea el creador de la exitosa Facebook.

Título: La red social / ‘The social network
Director: David Fincher
Intérpretes: Jesse Eisenberg, Andrew Garfield, Justin Timberlake, Rooney Mara
País: Estados Unidos
Duración: 120 minutos
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Escrito por: Robert Martínez Colomé