La Segunda Guerra Mundial es un conflicto sobre el que existe una ingente cantidad de documentación, que atrae a un gran número de investigadores y que cuenta con una legión de ávidos lectores interesados en sus múltiples aspectos. Como consecuencia de todo esto, una verdadera marea de publicaciones, tanto de investigación como de divulgación, inunda cada año los estantes de las librerías de todo el mundo y existe un amplio público con un buen nivel de conocimientos sobre la última conflagración mundial. Es por ello que resulta difícil encontrar un tema que pueda resultarles una completa sorpresa.
Pero precisamente esto es lo que consigue la obra de Bryan Mark Rigg La tragedia de los soldados judíos de Hitler. El libro trata sobre un aspecto hasta ahora prácticamente inédito de la Alemania nazi: el papel de decenas de miles de alemanes de ascendencia judía en la Wehrmacht, antes de y durante la guerra, y sobre las políticas llevadas a cabo por el Estado nazi para hacer frente a esta realidad. El origen del libro se halla en la tesis doctoral del autor, que realizó una concienzuda labor de investigación tanto en archivos alemanes, especialmente el Bundesarchiv-Militärchiv de Friburgo, como entrevistando a más de un centenar de antiguos militares alemanes de esta condición.
Aunque la existencia de estos soldados alemanes de ascendencia judía, denominados mischlinge (‘mestizos’) por las autoridades nazis, ya era conocida, Rigg defiende de manera convincente que la escala de este fenómeno fue muchísimo mayor de lo que hasta ahora se creía, afectando a un mínimo de 150.000 soldados, entre los que se encontraban un mariscal de campo, veintiún generales y siete almirantes.
También repasa las políticas que ejecutó el nazismo ante este problema mischlinge, mostrando cómo se pasó de una inicial tibieza y flexibilidad, motivada por razones simplemente pragmáticas y oportunistas, a un progresivo endurecimiento de la actitud hacia estos “medio-judíos”. Llama poderosamente la atención que junto a las diferentes leyes prohibiendo a los mischlinge alistarse en la Wehrmacht o que obligaban a abandonarla a los que ya servían en ella, se estableciesen medidas de exención, Genehmigung, que permitían al afectado permanecer en el ejército o incluso declararlo oficialmente ario pese a su ascendencia parcialmente judía, la Deutschblütigkeitserklärung.
Uno de los aspectos más sorprendentes del libro es el rol jugado por Hitler. Es lógico que como autócrata y primer antisemita del país tuviera un papel determinante a la hora de definir los principios y las medidas a tomar con respecto a los mischlinge. Lo que no lo es tanto es que se tomara un intenso interés en analizar personalmente todas las peticiones de exención y se reservara la última palabra a la hora de concederlas o denegarlas, así como en las arianizaciones. Tareas a las que dedicó una significativa cantidad de tiempo incluso durante la etapa final de la guerra.

Pero los verdaderos protagonistas de la obra son los desgraciados mischlinge; sus motivaciones para servir en el ejército de un régimen que los despreciaba y discriminaba, sobre todo para proteger a sus familiares judíos y por patriotismo; sus padecimientos, luchando por mantener su condición en secreto, soportando humillaciones hacia ellos o sus familiares; y sus diferentes destinos: muchos fueron finalmente expulsados de la Wehrmacht, otros consiguieron mantenerse en el servicio activo hasta el final de la contienda, algunos murieron en combate otros sobrevivieron a la guerra y algunos incluso fueron internados en campos de exterminio y pasaron a engrosar el terrible número de muertos del Holocausto.
Precisamente, no puede acusarse a Rigg de rehuir el aspecto más polémico y doloroso de la participación de los mischlinge en la Segunda Guerra Mundial y en su grado de conocimiento, o de desconocimiento, del Holocausto aunque, en mi opinión, se muestra demasiado crédulo ante las alegaciones generales de ignorancia por parte de los veteranos de guerra entrevistados. Además hubiera sido deseable que ampliara este apartado para abarcar todos los crímenes cometidos por la Wehrmacht durante la guerra.
El libro está repleto de situaciones sorprendentes y en ocasiones kafkianas y muestra la dificultad de establecer clasificaciones rígidas en el campo de las identidades colectivas e individuales (quién es judío, quién alemán, qué es un mestizo…). Muchos de estos mestizos profesaban la fe cristiana y no se sentían judíos desde un punto de vista religioso, étnico o cultural, pero fueron víctimas de la concepción pseudo-biológica y racista del término por los nazis.
La gran mayoría de ellos se consideraban buenos alemanes, como muchos judíos de hecho, e hicieron lo posible por ser admitidos en el ejército y luchar por su país. Como consecuencia de estas situaciones tan contradictorias los mischlinge experimentaron una gran variedad de sentimientos, desde la confusión por ser considerados judíos, hasta el desarraigo de ser rechazados por las dos comunidades debido a sus orígenes mixtos.
La obra cuenta con un excelente acompañamiento gráfico en forma de varias decenas de fotografías de mischlinge y de documentos originales de la época. En el apartado de las críticas negativas hay que reconocer que el título del libro La tragedia de los soldados judíos de Hitler es algo engañoso, ya que trata básicamente sobre los alemanes de ascendencia judía, aunque aparecen unos pocos casos de judíos “cien por cien”. Así mismo es de lamentar que en la edición española se haya eliminado el índice de la edición inglesa original, con el resultado que, por ejemplo, si el lector quiere conocer la suerte de alguno de los mischlinge que aparecen en las fotografías, la única opción es volver a leer todo el libro.
En cualquier caso, estos pequeños defectos no empañan el interés de una obra original y polémica, que proporciona una perspectiva totalmente nueva sobre la Wehrmacht y el Estado nazi y que, en definitiva, es completamente recomendable.
Título: La tragedia de los soldados judíos de Hitler
Autor: Bryan Mark Rigg
Editorial: Inédita Editores S.L.
Año de publicación: 2009
Nº de páginas: 426
Encuadernación: tapa dura
Formato: 15,5x24cms.
ISBN: 978-84-96364-68-4
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Borja Pelegero Alcaide