A estas alturas, el nombre de Nic Pizzolatto (Lake Charles, Luisiana, 1975) es sobradamente conocido entre los adictos a las series norteamericanas gracias a True detective, que le consagró como uno de los guionistas más celebrados de los últimos tiempos. Sin embargo, antes de alcanzar esa merecida fama catódica Pizzolatto ya trenzaba buenas historias en forma de relatos, textos compilados en su primer libro: Between Here and the Yellow Sea (2006); cuatro años más tarde publicó su primera novela, Galveston, que afortunadamente llega ahora a nuestro país, sin duda a rebufo de su éxito televisivo, sí, pero debemos congratularnos por ello: en ella encontramos un notable debut novelístico con personajes a la deriva en busca de segundas oportunidades, una historia en la que reconoceremos influencias de los grandes nombres de la novela negra estadounidense (con guiños evidentes a James Lee Burke, entre otros) y en la que el autor invita al lector a descubrir las cenagosas marismas del golfo de Texas.
Pizzolatto estructura Galveston a lo largo de dos épocas, dos momentos relevantes en la vida de su protagonista que se entrelazan en la narración: el inicio se establece en mayo de 1987, cuando Roy Cady sospecha que será traicionado por los suyos, mientras que la segunda parte se desarrolla en septiembre de 2008, justo en el instante en el que el huracán Ike amenaza la población tejana. Tras la simplicidad de este planteamiento se esconde una novela difícil de etiquetar: su protagonista –un delincuente con tendencia a la violencia excesiva que se dedica a cobrar las deudas que contraen las víctimas con su amo– y su inicio nos hacen pensar rápidamente en la novela negra, una historia más de matones y mafiosos, pero pronto evoluciona hacia un relato similar a una típica road-movie a ritmo de country y rock’n’roll, para finalmente pasar a convertirse en una historia de colegas que ansían sobrevivir en una sociedad que los margina, verdaderos antihéroes sin fortuna que lucharán por redimir sus pecados, pesadas losas enquistadas en sus conciencias a lo largo de los años, y todo ello con la venganza como trasfondo moral de la historia.

Así, y de la noche a la mañana, Roy pasará de ser un sicario al servicio de un jefe despiadado a un fugitivo defenestrado por los médicos y forzado a abandonar su vida en Nueva Orleans si pretende conservar el pellejo un tiempo más, emprendiendo una huida hacia el único lugar en el que fue realmente feliz, aunque solo por una semana: Galveston, una ciudad idealizada en sus recuerdos. Además, en su empresa no estará solo: le acompañará Rocky, una muchacha que tuvo la desgracia de estar en el lugar y el momento equivocado. De esta manera, ambos unirán sus destinos en un camino conjunto en el que deberán cuidar el uno del otro.
A pesar de compartir elementos con su hermana televisiva –ambas se desarrollan en dos momentos alternados y a caballo entre Tejas y Luisiana–, sería injusto hablar de esta novela como un mero sucedáneo de True detective: Galveston tiene personalidad por sí misma, con un poderoso protagonista –ese Big Country con semblante de vaquero– a quien se le acumulan las malas noticias en apenas un único día y que, a lo largo de las casi 300 páginas, experimentará una inevitable evolución personal. Además, Nic Pizzolatto confecciona un fascinante catálogo de perdedores alrededor de Roy Cady, personajes pintorescos que habitan en desvencijados moteles al margen de la sociedad. En definitiva, Galveston es una prometedora primera novela para un autor que, seguro, dará que hablar.
Título: Galveston
Autor: Nic Pizzolatto
Editorial: Salamandra
Colección: Salamandra Black
Páginas: 288 páginas
Fecha de publicación: Agosto 2014
ISBN: 9788416237005
Precio: 18,00 €
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Escrito por: Robert Martínez