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Crítica teatro: Burro, en el Teatre Romea

No es habitual que una obra de teatro se titule Burro, y menos todavía que esté basada en relatos literarios que tratan sobre este animal en cuestión. Y esto es lo que nos propone el Teatre Romea de la mano de Carlos Hipólito y de la compañía Ay Teatro, una tragicomedia con música en directo que nos habla de los asnos en la literatura.

«En una finca vacía, un burro atado a una estaca le cuenta su vida a su sombra mientras se acerca un incendio forestal. Se inicia así un viaje tragicómico, divertido, tierno, poético y profundo que explora los grandes textos clásicos sobre el asno y la intensa relación entre el animal y el ser humano.

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Pocas veces se puede contemplar sobre el escenario la «magia del teatro». Y Burro es una de estas ocasiones. La propuesta es muy sencilla pero no por ello descuidada. La dramaturgia viene de la mano de Álvaro Tato y la dirección está a cargo de Yayo Cáceres. Sobre el escenario un actor, Carlos Hipólito y tres músicos. Solo con esto, tan solo, Burro nos hará viajar a través de la literatura, cabalgando sobre fragmentos de obras como las Fábulas de Esopo, El asno de oro de Apuleyo, Misa del asno (anónimo), Disputa del asno de fray Anselmo de Turmeda, Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes y Platero y yo de Juan Ramón Jiménez.

Hipólito lleva a cabo, en solitario, o casi en solitario, la recreación escénica de estos textos clásicos con una delicadeza y sensibilidad que lo impregnan todo. Tan solo su voz, o el juego de su voz, y el acampamiento de tres músicos-actores, Fran García, Manuel Lavandera e Iballa Rodríguez, consiguen recrear unas historias que provienen del pasado, en algunas ocasiones, de un pasado muy antiguo, y nos permiten disfrutar con su interpretación. Hipólito sabe moverse por un escenario casi vacío y darle vida a través de los textos que recita.

Todo en Burro funciona con una gran sintonía, lo que nos permitirá ser conscientes de la importancia de los animales de carga en el pasado y su vinculación con los humanos, en una época, la actual, donde el burro ha dejado de ser una herramienta básica de la economía. Magnificas las referencias de la obra al uso del término burro como insulto, en boca de un asno reivindicativo ante la muerte segura que le depara el incendio que se acerca peligrosamente al lugar donde está atado. Y también a destacar el juego escénico que se produce entre el burro y su sombra, que permite avanzar de forma sugestiva a la representación.

Burro no pretende impactarnos con una escenografía apabullante, ni pretende representar un texto vehemente sobre la condición humana, más bien se nutre de la literatura sobre los burros para trasladarnos un mensaje amigable con el medio ambiente y los animales. Un discurso sencillo pero meritorio en un mundo, el nuestro, en el que la relación de la humanidad con la naturaleza se desarrolla cada vez más de forma trágica y funesta.

“Burro” se representa en el Teatre Romea del 8 de junio al 2 de mayo de 2024.

Dramaturgia: Álvaro Tato
Dirección:
Yayo Cáceres
Intérpretes:
Carlos Hipólito, Fran García, Manuel Lavandera, Iballa Rodríguez
Música original:
Yayo Cáceres
Escenografía:
Ay Teatro y Tatiana de Sarabia
Vestuario:
Tatiana de Sarabia
Iluminación:
Miguel A. Camacho
Producción:
Ay Teatro y Teatre Romea

Horarios:
de martes a viernes a las 20:00 horas-, sábados a las 17:30 horas y domingos a las 18:00 horas
Precio:
a partir de 18,90€
Duración:
80 minutos
Idioma:
castellano
NOTA CULTURALIA: 9

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Jorge Pisa

Estreno teatro: Burro, en el Teatre Romea

Ay Teatro presenta Burro en el Teatro Romea una tragicomedia con música en directo inspirada en las obras maestras de la literatura que giran en torno al asno, dirigida por Yayo Cáceres y protagonizada por Carlos Hipólito.

En una finca vacía, un burro atado a una estaca le cuenta su vida a su sombra mientras se acerca un incendio forestal. Se inicia así un viaje tragicómico, divertido, tierno, poético y profundo que explora los grandes textos clásicos sobre el asno y la intensa relación entre el animal y el ser humano.

La música en directo y el teatro más puro acompañan a este asno sin nombre, de seis mil años de edad, en un recorrido por sus aventuras, desventuras y peripecias a lo largo de la Grecia y la Roma clásicas, la Edad Media festiva y carnavalesca, el Siglo de Oro español e inglés, la Ilustración y la Modernidad. Un relato que lucha contra el olvido mientras se acerca el fuego. Una obra que deja huella… de pezuña.

«Burro» se representa en el teatre Romea del 8 de mayo al 2 de junio de 2024

Dramaturgia: Álvaro Tato
Dirección: Yayo Cáceres
Intérpretes: Carlos Hipólito, Fran García, Manuel Lavandera e Iballa Rodríguez
Música original: Yayo Cáceres
Escenografía: Ay Teatro y Tatiana de Sarabia
Vestuario: Tatiana de Sarabia
Iluminación: Miguel A. Camacho
Producción: Ay Teatro y Teatre Romea
Con el apoyo de Comunidad de Madrid e INAEM (Gobierno de España, Ministerio de Cultura y Deporte)

Horarios: de martes a viernes a las 20:00 horas; sábados a las 17:30 y a las 20:00 horas y domingos a las 18:00 horas. Lunes 10/5 a las 18:00 horas
Precio: a partir de 16,80€
Idioma: español
Duración: 80 minutos

Entradas: Web Teatre Romea

Crítica teatral: El alcalde de Zalamea, en el Teatre Lliure

A principios de marzo tuve la oportunidad de asistir a la representación de la nueva adaptación de El Alcalde de Zalamea, uno de esos clásicos de verdad, de los de antes, realizada por la Compañía Nacional de Teatro Clásico, dirigida en esta ocasión por Helena Pimienta y estrenada en el Teatre Lliure.

“Drama de honor, El alcalde de Zalamea aborda los desmanes que la soldadesca provoca impunemente sobre los ciudadanos y la obligación, para los habitantes de los pueblos y aldeas que se encuentran en el camino del ejército, de alojar a los soldados en sus casas. Veinticuatro intérpretes, entre actores y músicos pondrán en pie una de las obras más representadas y conocidas de nuestro teatro áureo. Calderón, siempre contemporáneo”.

De nuevo el Lliure nos ofrece la oportunidad para revivir una de las obras más representativas del Siglo de Oro español, y una obra que trata sobre el abuso de poder y de la justicia, hablando, justamente, de su contrario, la injusticia, aquella perpetrada por el capitán de una unidad de tercios españoles sobre una familia de villanos enriquecidos de la localidad de Zalamea. Un claro recuerdo de las injurias que el poder puede cometer y comete sobre los ciudadanos.

Una propuesta teatral de la que uno sale de la sala de representación con un sabor algo amargo en la boca. Y parte de esta sensación la causa la propia adaptación que ha acometido la Compañía Nacional de Teatro Clásico, algo difícil de seguir para alguien que, como yo, no había asistido anteriormente a ninguna representación de la obra. Y puede que allí esté la explicación de todo.

El alcalde de Zalamea_1
La versión de El alcalde de Zalamea de Pimienta ha partido de una selección del texto que seguramente no sea la más acertada, por lo que el espectador se halla en diversas ocasiones intentando situarse en el entorno de la trama. A lo que no ayuda una escenografía presidida por un gran muro en su parte central que aunque artística, minimalista y con elementos de diseño, puede dificultar al espectador, sobre todo si no conoce la obra, la identificación de espacios y lugares.

Por si eso fuera poco la acústica del espectáculo no ayuda demasiado. No hace falta indicar que el texto de Calderón de la Barca está escrito en un castellano antiguo, a lo que se suma lo florido de su estilo. Pues bien, en la representación de la obra el sonido y/o la entonación de los actores y actrices no es la mejor, lo que provoca que parte del recitado se difumine y no llegue con toda claridad a la platea. Otro elemento pues, que no ayuda demasiado a seguir el avance de la obra. La elección del casting puede desorientar, también, al público debido al físico o las edades de los actores. Aún así, entre ellos y ellas destacan, como no podría ser de otra forma, Carmelo Gómez, que encarna al personaje que da nombre a la obra; Jesús Noguero, que interpreta al capitán que comete la bellaquería sobre la hija del alcalde de Zalamea y Joaquín Notario que da vida al Don Lope de Figueroa.

Por lo que respecta al vestuario, Pimienta ha optado por tonalidades en las que dominan los grises y marrones, una elección que nos da cierta idea de lo aciago y sucio de la historia que nos es narrada. A lo que se suma el acierto del acompañamiento musical a cargo de Rita Barber, que dota a la representación del grado de raigambre que la historia requiere.

La adaptación de El alcalde de Zalamea de Pimienta que hemos visto en el Lliure de Montjuïc, no pasará a la historia como la mejor versión posible, si bien deja constancia de lo actuales que pueden llegar a ser los clásicos, mostrándonos que los abusos, la corrupción y las malas artes del poder que vemos u oímos a diario en los noticiarios, no son algo propio de nuestros siglos de modernidad y progreso, sino que forma parte de la grandeza y la bajeza que acompaña a la humanidad desde sus orígenes. ¿O es que les quedaba alguna duda al respecto?

El alcalde de Zalamea” se representa en el Teatre Lliure del 2 al 6 de marzo de 2016.

Autor: Pedro Calderón de la Barca
Dirección: Helena Pimenta
Versión: Álvaro Tato
Reparto: Blanca Agudo, Pedro Almagro, Francesco Carril, Rafa Castejón, José Carlos Cuevas, Alba Enríquez, Alberto Ferrero, Nuria Gallardo, Carmelo Gómez, Álvaro de Juan, David Lorente, Jesús Noguero, Joaquín Notario, Egoitz Sánchez, Clara Sanchis, Jorge Vicedo, Karol Wisniewski y Óscar Zafra
Producción: Compañía Nacional de Teatro Clásico
Cantante: Rita Barber
Guitarra: Juan Carlos de Mulder / Manuel Minguillón
Escenografía: Max Glaenzel
Vestuario: Pedro Moreno
Iluminación: Juan Gómez Cornejo
Producción: Compañía Nacional de Teatro Clásico

Idioma: castellano
Duración: 1 hora y 40 minutos sin pausa

NOTA CULTURALIA: 6,5
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Jorge Pisa