Llegó la fecha y llegó la despedida. Tres conciertos y tres éxitos y no solo de taquilla. Ennio Morricone The Final Concerts, recaló en sus tres únicas citas españolas, en Bilbao (4 de mayo, Bizkaia Arena) y Madrid (7 y 8 de mayo, Wizink Center) en un espectáculo musical magnífico.
Y lo del maestro Morricone es algo único: un compositor de bandas sonoras europeo que llena estadios. Y cuando uno disfruta de uno de sus conciertos puede entender el porqué. Morricone es un recorrido por la música de cine. Más de 500 bandas sonoras (según el portal Imdb 518) que van desde 1960 a la actualidad, ya que actualmente Morricone compone la banda sonora de la película de animación The Canterville Ghost, y es, sin duda alguna, uno de los compositores de bandas sonoras más populares del mundo.
El concierto dio inicio con una ovación general a la llegada del compositor al escenario y su ubicación sentado ante la orquesta. No hemos de olvidar que Morricone tiene ya 90 años. El concierto comenzó con la música de Los intocables de Elliot Ness, un inicio enérgico que fue seguido por la interpretación de los temas de Novecento, Átame (un guiño al cine español) y la miniserie Nostromo.
Tras ello Morricone prosiguió con un bloque dedicado a su fructífera relación con Sergio Leone, que incluyó algunos de los grandes temas del spaghetti western como el tema principal de El bueno, el feo y el malo, Por un puñado de dolares y The ecstasy of gold, pieza en la que contó con la habitual colaboración de la soprano Susanna Rigacci. No hace falta comentar que The ecstasy of gold interpretada en directo por una orquesta dirigida por Morricone es un vendaval sinfónico a la altura solo de los mejores.
El concierto continuó con la interpretación in crescendo del tema inicial de Los odiosos ocho y prosiguió con un bloque de cine social que incluyó La luz prodigiosa, La Batalla de Alger, Sostiene Pereira, La clase obrera va al paraíso, Sacco y Vanzetti e Investigación sobre un ciudadano libre de toda sospecha, colaborando en esta sección la cantante Dulce Pontes, también colaboradora habitual de los conciertos de Morricone y que da a los temas del genio un toque desgarrado y peninsular. El bloque finalizó con el tema Abolição del film Queimada, que levantó los ánimos de una concurrida y entregada platea.
Tras ello llegó, como no podía ser de otra forma, la suite de La misión, seguramente uno de los momentos más emotivos del concierto, y una de aquellas bandas sonoras que han conseguido trascender de su binomio audiovisual y convertirse en uno de los temas cinematográficos más famosos de la historia.
Con esta suite Morricone dio por finalizado el concierto y comenzaron los aplausos, las ovaciones y los bises. El primero, la interpretación de Cinema Paradiso, otra de las grandes melodías de Morricone, a la que continuó la reinterpretación de The ecstasy of gold y La luz prodigiosa, acompañada la orquesta de nuevo por Susanna Rigacci y Dulce Pontes.
La edición audiovisual del concierto fue, además, muy correcta, y permitió a los espectadores más alejados poder disfrutar del trabajo de interpretación de la orquesta a través de dos grandes pantallas de video.
Y cómo valoramos, qué nota le ponemos al concierto. Pues en verdad la nota no puede ser menos que un sobresaliente. Asistir al concierto de uno de los compositiores de bandas sonoras más populares de la historia del cine no es cualquier cosa, sobre todo para aquellos que amamos la música de cine. La experiencia valió mucho la pena, y es, si duda, la mejor forma de despedirse del genio, dirigiendo en una última serie de conciertos sus propios temas interpretados por una orquesta y coro inmensa de 200 personas.
Desde Culturalia no podemos más que felicitar y despedir a Morricone y desear que su música siga siempre viva, dentro y fuera de las pistas musicales de las películas a las que dieron forma.
Ennio Morricone ‘The Final Concerts World Tour’
Lugar y hora:
4 de mayo, Bizkaia Arena, Bilbao a las 20:00 horas
7 y 8 de mayo, Wizink Center, Madrid a las 20:30 horas
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Jorge Pisa