No puede extrañar a nadie que en un momento histórico como el que vivimos en el que parece que la corrupción sea la ocupación principal de los políticos, los lectores se interesen por el “hecho” de la corrupción a lo largo de la historia. Y si pensamos en la corrupción en alguna época en concreto, parece claro que el mejor periodo para analizarla sea el de la Antigüedad romana, aquel en el que parece que se materializan de forma más cristalina los efectos de la corrupción política.
Este es el objetivo de Corrupta Roma, la novedad de Pedro Ángel Fernández Vega publicada por La esfera de los libros, que hace un análisis de la corrupción en la Roma republicana en un periodo muy concreto, aquel que se extiende entre el inicio de la Segunda Guerra Púnica (218 a.C.) y el decreto senatorial contra las bacanales (186 a.C.), esto es, en el periodo en el que secularmente se ubica la aparición y consolidación de la corrupción en la República romana.
Fernández Vega, profesor de Historia Antigua en la Universidad de Cantabria, lleva a cabo un recorrido pormenorizado sobre diversos aspectos de la corrupción en la Roma antigua. El libro se organiza en seis capítulos que analizan asuntos como la actividad cuestionable de los generales romanos en el campo de batalla y la gestión política de las victorias, los triunfos y los botines obtenidos en la guerra; los diversos escándalos de corrupción que, como en la actualidad, asaltaban la opinión pública cada vez de forma más cotidiana y en el que se vieron implicados figuras tan insignes como las de los hermanos Publio y Lucio Escipión, considerado el primero el salvador de la patria romana frente a la amenaza cartaginesa; la corrupción a la hora de gestionar las votaciones en las asambleas de ciudadanos para elegir los cargos políticos; el control de la información que como en cualquier régimen se utilizaba para decantar a la opinión pública hacia un lado u otro en cualquier asunto de importancia o la progresiva adquisición, por parte de los miembros de la aristocracia romana, de formas de comportamiento social de cuño heleno, mucho más refinadas que las propias romanas, y vistas como un elemento corruptor de la moral tradicional.
La monografía no trata tan solo los actos de corrupción que llevaban a cabo los políticos y aquellos más cercanos a ellos, sino que nos habla de los equilibrios de fuerza que existieron en el Senado de la época y que Fernández Vega compara con las facciones o partidos políticos actuales, aspecto este que le permite analizar la figura de Catón el censor de forma bastante pormenorizada. Y como no podría ser de otra forma, el autor también nos habla de la respuesta de la ciudadanía ante los abusos de la corrupción, que se instauró rápidamente en Roma en el momento en el que esta pasó de ser una fuerza hegemónica en Italia a ser la potencia política del Mediterráneo. Así, pues, la crítica de la población la veremos plasmada en la actuación de las asambleas romanas, integradas, cabe recordar, tan solo por ciudadanos romanos, y en los actos de reprobación llevados a cabo por las mujeres romanas en el ámbito público, que también tuvieron cabida en el marasmo de la política romana de la época, sobre todo en los momentos más trágicos de la Segunda Guerra Púnica.
La obra de Fernández Vega aunque muy descriptiva resulta, sin embargo, algo incompleta en lo que respecta al periodo histórico que analiza. Si bien la mayoría de los investigadores consideran que fue con la Segunda Guerra Púnica y la conversión de Roma en una potencia hegemónica en el Mediterráneo, cuando las costumbres y las formas de hacer política mutaron en la sociedad romana, gracias a la llegada de grandes cantidades de riqueza generada por las continuas guerras de expansión, el espacio de tiempo analizado en el libro (218 -186 a.C.) resulta algo breve y se nos muestra como una elección algo artificial y no del todo bien argumentada.
La obra, por otra parte, no es propiamente de difusión, ya que no posee un contenido fácil de seguir por la mayoría de los lectores, sino que tiene una forma y una estructura de monografía académica, algo ardua a la hora de leer por parte de aquellos que no posean conocimientos previos sobre la época, sobre todo en el momento de seguir la actividad de ciertos personajes y discernir los hechos concretos de la historia política que engloba el periodo al que hace referencia. Además la división en capítulos temáticos y la reaparición de personajes y acontecimientos en diversos momentos de la obra analizados desde puntos de vista diferentes, puede provocar en el lector poco versado en el periodo un cierto despiste, solo solventado por la consulta del breve índice onomástico situado en las páginas finales del libro.
Aún así, Corrupta Roma nos hace reflexionar a través de la corrupción del pasado antiguo sobre la corrupción del mundo actual y más concretamente de la catalana y la española y nos deja bastante claro que la corrupción ha existido siempre, seguramente desde que el hombre es hombre, y que tan solo hace falta que se dé la ocasión para que una persona o un político cualquiera se dejen seducir por la corrupción, y que se acabe imponiendo la naturaleza bastarda que, seguramente de una forma u otra, todos llevamos dentro. Una ocasión para reflexionar sobre lo que somos fijándonos en lo que fuimos… ¿no creen?
Título: Corrupta Roma
Autor: Pedro Ángel Fernández-Vega
Editorial: La Esfera de los Libros
Colección: Historia
Fecha de publicación: 01/09/2015
Páginas: 456
ISBN: 978-84-9060-446-5
Género: Ensayo
Formato: 16×24 Cartoné
Precio: 23.90 €
Una obra maestra de Fernández Vega , en la cual tuvo hasta el valor de titularla “CORRUPTA ROMA”, título el cual que casi nadie se hubiere animado a insertar. Ensayo muy difícil de construir, dada la extensión de la era de dominio romano,la cantidad de integrantes, las fuentes de consultas complicadas, extensas y controvertidas. Por mi parte, no estoy de acuerdo en que es incompleta. Es suficiente para demostrar lo que fue este imperio, manejado por grandes corruptos, asesinos, perversos y desalmados, donde la vida del “otro”, la hija del “otro”, la madre del “otro”, nada valía. La vejación era consumada bajo toda forma. La obra busca consignar en forma fehaciente, lo que fuer el imperio romano: un núcleo de maldad y corrupción.-
No soy erudito en la materia, pero soy escritor en otras áreas y creo tener suficiente sensibilidad para captar además, la negativa energía que envolvió a esta terrible “civilización” -según dicen- que para mí, fue una “des civilización- .
El trabajo de Fernández Vega, viene a ocupar “un espacio” en la historia develada, donde casi ningún autor o muchos autores ” se animaron a escribir”. Por mi parte, cansado de ver que, siempre se ha hablado de los adelantos “materiales” de esta “des civilización” y no he visto al menos yo, grandes ensayos sobre “su degradación espiritual”, la obra de este gran historiador Fernández Vega, me alcanza y refuerza mis ganas para nunca poner los pies en la ciudad de Roma, desde donde tanta sangre inocente fue moneda corriente y extendida por todo su imperio.El “arco de medio punto”, los “grandes canales”, “catacumbas, etc., no justifican las miles de muertes, torturas y desastres que ocasionó esta gente.
Al menos, también las “energías negativas” aún están vigentes y dispersas por esa ciudad, salvaguardando y respetando -mi parte- a sus actuales ciudadanos y políticos de bien.
La obra de un “grande” que tuvo valor, y a quien felicito desde esta página. La historia la hacen los que dan la cara…. Y este es uno.