El próximo 16 de octubre llega a las salas españolas Marte, la nueva película de Ridley Scott, un estreno que aunque nos puede inquietar a primera vista si recordamos los resultados algo fallidos de dos de sus propuestas más recientes, Prometheus (2012) y Exodus: Dioses y Reyes (2014), supone el regreso de un director con ganas de aportar y mucho al género de la ciencia-ficción.
«En el transcurso de una misión tripulada a Marte, el astronauta Mark Watney (Matt Damon) es dado por muerto y abandonado por sus compañeros de tripulación tras una violenta tormenta. Sin embargo, Watney sobrevive y se encuentra solo y abandonado en ese planeta hostil. Con escasos suministros, Watney deberá recurrir a su ingenio, humor y espíritu de supervivencia para subsistir y encontrar una forma de comunicar a la Tierra que sigue vivo».
Scott nos propone una epopeya espacial en la que la superación personal está muy presente. El film está basado en la novela El marciano de Andy Weir, cuya trama nos obliga a realizar un recorrido espiritual a la par que nos embarga con las vistas del enigmático y turbador planeta Marte. Un trayecto que hacemos, principalmente, de la mano de Matt Damon, actor que ha ido consolidando su carrera y su capacidad interpretativa a lo largo de los años y que se desenvuelve en la película con una interpretación casi «en monólogo» capaz de emocionar a los espectadores.
Imagínense, pues, un astronauta abandonado erróneamente en Marte que se ve obligado a idear la forma de sobrevivir una larga temporada en unas instalaciones no diseñadas para ello y que se tiene que comunicar con la Tierra para hacer posible su rescate. Así, pues, en este film de ciencia-ficción no presenciaremos ninguna invasión extraterrestre, no seremos testigos de ningún escenario apocalíptico ni veremos nuevas tecnologías futuras en uso (bueno, algunas sí), sino que nos sobrecogeremos en nuestras butacas contemplando el titánico esfuerzo de un ser humano para sobrevivir en Marte, lo que significa que la acción del film será mucho más realista y cotidiana de lo que podríamos esperar. Un aspecto, este, que potencia el futuro cercano en el que está ambientada la historia.
Es en estas condiciones donde el instinto de supervivencia y el espíritu de superación se hacen más evidentes en la película. Damon tendrá que hacer frente a todos los problemas que se le presenten, algunos de ellos altamente complejos, poniendo en práctica sus conocimientos científicos y su sentido común con el objetivo de regresar sano y salvo a la Tierra. Y es aquí, también, donde Damon da el do de pecho en la interpretación, básica para una película que en gran parte descansa sobre ella.
El film se divide, por otra parte, en dos subtramas para mostrarnos no tan solo los éxitos y sufrimientos de Damon en la superficie del planeta rojo, sino también todos los esfuerzos que se llevan a cabo en la Tierra para salvar la vida del astronauta. Es en esta parte de la trama donde aparece el resto del reparto, en el que destacan Jeff Daniels, como el director de la NASA, Chiwetel Ejiofor, como director de misiones a Marte, y Jessica Chastain como la capitana de la expedición ARES. Y es también en este apartado donde se nos hace evidente la importancia del conocimiento humano, y más concretamente el conocimiento científico, para llevar a cabo el rescate del astronauta dejado atrás.
Marte nos recuerda como espectadores lo mejor de la ciencia-ficción reciente en la gran pantalla. Viendo la película a uno se le vienen a la cabeza escenas y tramas de películas como Apolo XIII (Ron Howard, 1995); Misión a Marte (Brian De Palma, 2000), Gravity (Alfonso Cuarón, 2013) o Interstellar (Christopher Nolan, 2014). Apolo XIII porque nos evoca los esfuerzos de la NASA por recuperar con vida a los tripulantes de la misión lunar; Misión a Marte por su evidente ambiente marciano; Gravity por su adn de superación personal y por la actuación en solitario de Bullock, e Interstellar por esa sensación de lejanía, solitud y vacío insondable que evoca el espacio. A esto último podemos sumar el hecho de que dos de los protagonistas de Marte, Matt Damon y Jessica Chastain, participaron en el film de Nolan, en roles muy diferentes a los que interpretan aquí, por lo que pueden vanagloriarse de haber actuado en dos de las mejores películas de ciencia ficción de los últimos años. Todo un lujo!!
Marte es una experiencia cinematográfica vivificadora. Les puedo asegurar que se sentirán embargados por la historia que se les cuenta, y llegarán a sentir la solitud y el espíritu de supervivencia que emana a lo largo del film. En este aspecto la película puede considerarse, incluso, educativa, sobre todo en relación a lo que los humanos pueden llegar a hacer para alcanzar sus objetivos. No duden, tampoco, de que la película posee cierto grado de moralina yanqui, si bien este aspecto está bastante contenido e incluso mitigado gracias a la globalización a través de la cual se intenta solucionar el problema «marciano» desde la Tierra.
Marte es una película para ir a ver y para sentirla, y nos recuerda que la ciencia-ficción está viviendo un estado de gracia cinematográfica. Si en 2013 se estrenaba Gravity y en 2014 llegaba a las pantallas la grandiosa Interstellar, en 2015 desembarca Marte, cinta que recupera lo mejor de Scott y nos muestra la madurez de un director con un peso importante en el género, aunque parecía algo despistado en los últimos tiempos. Y lo que es más importante aún, la película nos muestra que por muy solos que nos sintamos y por muy lejos de los otros que creamos que estamos, siempre hay una posibilidad. Todo depende de nosotros mismos.
Título: Marte (The Martian)
Director: Ridley Scott
Guión: Andy Weir y Drew Goddard
Reparto: Matt Damon, Jessica Chastain, Kate Mara, Kristen Wiig y Mackenzie Davis
Género: Ciencia Ficción / Superación personal
Nacionalidad: USA
Fecha de Estreno: 16 de Octubre de 2015
NOTA CULTURALIA: 9
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Jorge Pisa