
El pasado 22 de junio moría en accidente aéreo James Horner, uno de los más celebrados compositores de bandas sonoras de las últimas décadas, responsable de la música de películas como Cocoon, Braveheart, Titanic o Avatar.
Seguramente pocos identificarán el nombre de Horner, que en comparación con otras grandes figuras de la música de cine como Jonh Williams, Jerry Goldsmith o Danny Elfman, puede pasar algo desaparecido. Sin embargo Horner ha sido el responsable de 156 bandas sonoras, tanto de películas como de otro tipo de proyectos cinematográficos.
Horner realizó su primera banda sonora destacada para la película La dama de rojo (1979), pero no fue hasta su trabajo para Star Trek II La Ira de Khan (1982) que no destacó como compositor. A partir de entonces Horner inició una notoria carrera componiendo la música de películas de éxito de los años 80 y 90 como Proyecto Brainstorm (1983), Rocketter (1991), Sneakers, los fisgones (1992) o Leyendas de pasión (1994).
En el año 1986 Horner alcanzó sus primeras nominaciones a los oscars, ya fuera por la banda sonora que compuso para Aliens el regreso, como también por el tema Somewhere out there que escribió para el film Fievel y el nuevo mundo.
Sin duda, muchos de nosotros conocemos su obra gracias a dos películas que representaron dos grandes éxitos de taquilla: por un lado la histórica Braveheart (1995) y sobre todo por Titanic (1997), por la que Horner ganó, esta vez sí, el oscar tanto a la mejor banda sonora como a la mejor canción, por el tema My heart will go on, interpretado por Celine Dion y con el que consiguió el mayor reconocimiento comercial y de la crítica de su carrera.
A partir de aquí Horner dio el paso final en su consolidación como gran compositor de bandas sonoras de renombre y participó en diversos de los éxitos más taquilleros del cine americano del momento como Enemigo a las puertas (2001), Una mente maravillosa (2001), Troya (2004), o Avatar (2009), la película más taquillera de todos los tiempos.
Horner, además, compuso bandas sonoras para diversos géneros entre los que destacan la ciencia-ficción con partituras para Los 7 magníficos del espacio (1980), Star Trek III en busca de Spock (1984), Nuestros maravillosos aliados (1987) o El hombre bicentenario (1999). También se dedicó al cine infantil con bandas sonoras para películas como, En busca del valle encantado (1988), El guardián de las palabras (1994), Jumanji (1995) Mi gran amigo Joe (1998) o Casper (1995). Igualmente compuso partituras para el cine de aventuras con títulos como Krull (1983), El misterio de la pirámide de oro (1988), La máscara del Zorro (1988) o películas históricas y épicas como El nombre de la rosa (1986), Tiempos de gloria (1989), o Apocalypto (2006).
El trabajo de Horner ha sido, por otra parte, criticado al ser acusado tanto de reciclar y reutilizar parte de sus partituras en diversas de sus bandas sonoras, como por plagiar temas de compositores clásicos. Aún así Horner ha creado un sinfín de bandas sonoras que han potenciado, normalmente, la calidad de las películas en las que ha participado, legando algunas de las sinfonías y de los temas musicales más completos jamás escritos para el cine.
Se me hace muy difícil destacar alguna banda sonora por encima de otras de la carrera de Horner, que como Williams y Goldsmith, posee una gran cantidad de temas y sinfonías que nos muestran su estilo y dominio de la composición musical.
Su muerte, a los 61 años de edad, representa una pérdida irreparable para el cine y para todos aquellos que gozamos con las bandas sonoras.
«Requiescat in pace, James Horner»