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Crítica literaria: Zoombi, El apocalipsis Zombi con Denominación de Origen, de Alberto Bermúdez Ortiz.

Aunque la temática zombi tiene un claro y marcado origen americano, para ser más correctos estadounidense y cinematográfico, era solo cuestión de tiempo para que el asunto de los muertos vivientes traspasara fronteras y se nacionalizara, de alguna forma, para arraigar, cual semilla corrompida, en el espectro creativo de otros países, entre ellos España.

Esto es exactamente lo que ha pasado con la Editorial Dolmen, la cual no tan solo se ha interesado por el género, si no que ha creado una líneaZ, con la que está intentando potenciar la publicación de obras “americanas” y, de forma muy acertada, promover la creación de literatura zombi en tierras hispanas, con una marcada pincelada “made in Spain”. Un ejemplo de esta hornada Z es la publicación de Zoombi, El Apocalipsis Zombi con Denominación de Origen, de Alberto Bermúdez Ortiz.

El libro nos permite “gozar” de una hecatombe zombi aunque lejos de las poblaciones estadounidenses, de las grandes metrópolis y de los enormes y fastuosos centros comerciales. La acción de Zoombi se sitúa en un pequeño pueblo español, en el cual nuestro protagonista tendrá que enfrentarse a un holocausto zombi. Nadie sabe cómo se ha producido, y menos el lector, cuáles son sus causas y menos aún cómo se va a solucionar la debacle. Aún así, los pocos supervivientes se las van a tener que ingeniar para hacer frente a la jauría de muertos vivientes que, como no puede ser de otra forma, sufren de un aterrador apetito de carne humana.

Bermúdez, aunque pueda parecer todo lo contrario, ha creado una obra en clave de comedia. Su principal protagonista es un freaky, un miembro del Núcleo Precognitivo, aquellos adelantados a su tiempo que desde hace tiempo auguraban una catástrofe de este tipo, provocada, por los “experimentos científicos y manipulaciones genéticas incontroladas” a que la sociedad consumista actual se ha aficionado. Gracias a su anticipación y a la suerte en la lotería, ha podido construirse una especie de búnker en su casa y convertirlo en una isla de seguridad y autonomía preparada para resistir el ataque zombi.

Sin embargo, un miembro del Núcleo Precognitivo no puede contentarse con resistir en su madriguera anti Z, sino que tiene la obligación de liderar todos los esfuerzos humanos “nacionales” para imponerse a la amenaza de los apestosos muertos vivientes, para lo cual tendrá que salir al exterior y localizar a la resistencia organizada en el pueblo: un joven policía, una pareja de jubilados y un par de jóvenes mangantes expresidiarios. Con este variopinto grupo nuestro héroe tendrá que organizar la limpieza y defensa del pueblo, ante una amenaza que cada día parece más inminente.

El problema principal, claro está, será el frikismo zombiano que mostrará en todo momento el principal protagonista de la novela, que será además el responsable de la redacción del diario en que se basa la historia. Vecinos zombis violentos e intratables, percepciones fantasiosas de la realidad, un grupo de resistentes faltones y mal avenidos, pocos medios y una voluntad heroica de resistir, bañado todo ello por un gran sentido del humor que nos hará pasar un buen rato con nuestros héroes peninsulares.

Como decía anteriormente, Zoombi se organiza como el diario de un sobreviviente conocedor de la problemática y de los pasos a seguir durante un holocausto zombi, aunque su mente parece que está un poco más allá que aquí. Es así que la diferencia entre la realidad y las percepciones transcritas en su diario producen más de un momento de hilaridad de género en la novela, como el visionado de películas de zombies estudiadas como manuales de supervivencia, la cantidad de errores de principiantes que cometerá nuestro joven protagonista, la relación que se establece entre los miembros de “La resistencia”, la lucha por el poder dentro de ella, e incluso la forma técnica en la que está redactado el Diario (¡con notas a pie de página aclaratorias!), necesaria, según su redactor, para aquellos que la hallen en el futuro.

Alberto Bermúdez Ortiz

Para escribir su aventura hispánica Bermúdez crea un perfil de zombi “hecho a su medida”. Según parece los redivivos mantienen algunas capacidades cerebrales que les permiten actuar en grupo, comunicarse y organizarse en su busca de combustible humano. Además, y no sabemos bien bien  porqué, estos zombis hispanos tienen una peculiaridad que comparten con los vampiros, seguramente uno de sus rivales más poderosos, ya que no pueden resistir la luz diurna, lo que les obliga a realizar sus fechorías durante la noche o en días nublados, a salvo de los traicioneros rayos del sol. ¡¡¡También es mala suerte que esto les pase en un país tan soleado como el nuestro!!!

Nunca sabremos si la crisis es internacional o solo afecta a la península, ya que más que orígenes, causas y acusaciones, a Bermúdez lo que le interesa es describir el día a día, en clave humorística, de un grupo de gente normal (aunque una vez leído el libro uno no sabe si justamente sus protagonistas son “gente normal”) o lo que es lo mismo, como responderíamos cada uno de nosotros, si un día nos despertásemos en medio de una crisis zombi, o de cualquier otro tipo, y no tuviéramos a mano a ninguno de los héroes anti-zombi que acostumbran a dirigir todo el cotarro en las películas de género. ¿Seríamos capaces de sobrevivir?, ¿Sabríamos qué hacer? Y sobre todo, ¿sabríamos qué no hacer?

Gozaremos además de alguna que otra sorpresa final en la trama y de un par de manuales anti-Z que seguro que nos serán muy útiles cuando se produzca una crisis como la descrita en Zoombi, y seamos testigos privilegiados de ese zoo de muertos vivientes que pretenderán destruir todo aquello que nuestra sociedad ha construido y conseguido a los largo de los siglos y que deberemos defender incluso con nuestras vidas. ¡¡Buf!! ¡¡Creo que esto me ha quedado muy americano!! ¡¡Tendré que dejar de ver y de leer tanta película y libro zombi!!

La Resistencia

Es francamente agradable para los degustadores del genero Z poder gozar de una historia de zombis ambientada en nuestro país, en un ambiente y con unas personas cercanas a nosotros, no tan solo geográficamente sino en espíritu, algo que se hecha de menos en la producción internacional (ejem!!! Quiero decir, americana!!). ¿Por qué los zombis siempre atacan en los grandes países, y nunca somos testigos de una amenaza Z en Portugal, Afganistán (pobrecillos, estos ya tiene lo suyo!!) o Andorra (creo que allí ya camina más de uno!!!)?.

Es un acierto, pues, el proyecto iniciado por Dolmen de publicar historias de zombies ambientadas y escritas en territorios y por autores hispanos, para acercarnos un poco más a un género que sigue en boga en la actualidad, y que nos puede aportar agradables experiencias lectoras. Una oportunidad poara cambiar los escenarios de las highways estadounidenses por los caminos de cabra hispanos, algo más propio y más nuestro.

Para finalizar esta reseña solo comentar la carátula del libro: ¡¡Impagable la ilustración de la cabeza de un zombi sujeta a un soporte jamonero!! Que paráfrasis más majestuosamente “horripilante” del argumento del libro.

Para más información: http://www.dolmeneditorial.com/zoombie/

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Escrito por: Jorge Pisa Sánchez

Novedad literaria: Guerra de la doble muerte, de Alejandro Castroguer

La editorial Almuzara, pionera en España por haber provocado el brote y la infección de la literatura zombi a miles lectores gracias a la publicación de los dos títulos más representativos de este género a nivel mundial, Guerra Mundial Z y Zombi. Guía de supervivencia del norteamericano Max Brooks, vuelve a la carga, esta vez con una nueva obra de un autor nacional, Alejandro Castroguer, titulada Guerra de la doble muerte. Una historia en la que el autor logra con su pluma contar de forma magistral una verdadera pesadilla sobre el apocalipsis.
La trama se sitúa a mediados de diciembre de 2009. Unos asesinatos en Hornachuelos saltan a los titulares de los periódicos y los telediarios a pesar del intento de ocultación del Gobierno, quien lanza una cortina de humo en torno a la violencia de los ataques, a pesar de que éstos rozan el canibalismo. La crisis de la doble muerte estalla en toda Andalucía sin que nadie sepa responder a la misma con presteza.
Unos meses más tarde, en febrero de 2010, el estallido de la economía mundial apenas puede disimular la gravedad de lo ocurrido en Andalucía durante las últimas semanas. Se barajan diversas hipótesis como desencadenantes de la resurrección de la carne, pero lo único cierto es que el hambre se ha extendido por las ocho provincias andaluzas.
La Guerra de la Doble Muerte es la historia de Judith, Salvador y Jonás; la lucha de estos tres resucitados que, tras perder la práctica totalidad de sus recuerdos, han de enfrentarse a un mundo que no entienden y del que habrán de huir, aunque desconozcan cómo y hacia dónde. Mientras tanto, la propaganda desplegada por las fuerzas militares habla de la Ciudad Negra como única posibilidad de salvación… y de una supuesta cura de la enfermedad.
La multitud de zombies que transitan por sus páginas personifican en carne viva, nunca mejor dicho, una de las paradojas más terribles del capitalismo: sólo hay vida después de la muerte.

Alejandro Castroguer nació en el año 1971 en Málaga. Es diplomado en Magisterio (Ciencias Humanas). Escribe desde muy pequeño, y con su primera novela, Jeroglíficos de muerte y salvación quedó entre los finalistas del Premio Ateneo de Sevilla del año 1992.
Ha publicado varias novelas como Una raya de tiza, Soñaba que soñaba, Las puertas, Horizonte Marfil, Carcoma El bailarín de claqué y La octava noche. Castroguer pertenece al grupo literario Sevillaescribe con quien aparecerá en una próxima antología de la mano de su relato El noctívago demacrado en el que rinde homenaje a Lovecraft.

Título: Guerra de la doble muerte
Autor: Alejandro Castroguer
Editorial: Almuzara

Crítica literaria: Zombis rubias

Es una suerte para todos aquellos afortunados a los que les gusta e incluso les apasiona la literatura de terror, el que este género se haya puesto de moda no tan solo en las librerías sino también en otras plataformas de comunicación de masas que incluyen a sus más grandes exponentes, como el cine y la televisión. Vampiros, hombres lobos, personajes extraídos de los cómics y de las novelas de terror pueblan y habitan innumerables páginas, metros de celuloide y minutos de capítulos seriales.

Arrastrados por esta moda también los zombis han copado una parte del mercado, y por lo que parece, cada vez con mayor fuerza. Algo de loar ya que los muertos vivientes han sido siempre considerados por sus más famosos y glamorosos compañeros de género, como infectos y nauseabundos acompañantes de viaje.

Una de las novelas que han aparecido últimamente (más concretamente, en noviembre del años pasado) y que trata el tema de las postvida es Zombis rubias, una trama que podríamos catalogar en el género de las historias de teenagers de instituto aunque con un toque algo siniestro y paranormal.

Hannah Sanders llega con su padre a Maplecrest, un pequeño pueblo estadounidense, en busca de trabajo y huyendo de las deudas y las desilusiones de su etapa anterior. Hannah, una adolescente que pasa por una de las etapas más difíciles y decepcionantes de la vida, está harta de abandonar casa tras casa siguiendo a su padre trabajo tras trabajo. Aunque este no va a ser el problema más grave al que tendrá que enfrentarse, pues la llegada al nuevo instituto representará el contratiempo más difícil al que se tendrá que enfrentar. En sus primeros días en él, Hannah descubrirá que el grupo de las chicas populares esconde detrás de sus lindos rostros un terrorífico secreto que amenaza con apoderarse de la totalidad del vecindario.

Como he dicho, una trama que transpone la típica historia de intereses y enfrentamientos entre los alumnos y, sobre todo, las alumnas de instituto al mundo del terror. Si ya de por sí puede llegar a ser terrorífica la competencia y la rivalidad entre los bachilleres más exaltados y dominados por su reciente encuentro con las hormonas y la sexualidad, como ya nos han mostrado cientos de películas, normalmente de origen americano, el asunto se complica cuando la nigromancia y la amenaza zombi se apoderan de la situación.

En este caso los, o mejor dicho, las zombis a las que se tendrá que enfrentar Hannah no son otras que las animadoras del equipo de futbol americano del instituto, que gracias a algún tipo de sortilegio y a las malas artes han conseguido potenciar su belleza y el encanto que ejercen sobre todos los demás. Y estarán dispuestas a enfrentarse a cualquier amenaza, como la que supondrá la llegada de la nueva estudiante al centro. Aún así, Hannah no se hallará sola, sino que conseguirá la ayuda de Lukas, algo parecido al estudiante más freak y rarito del high school.
Por desgracia para un libro que se titula Zombis rubias y que centra su atención en el peligro mortal creado por ellas, aunque las rubias aparecen casi desde el primer capítulo, los/las zombis brillan por su ausencia hasta casi el mismo final de la obra. La mayor parte de la trama se centra en las averiguaciones y sospechas de Hannah que, ayudada por su inseparable amigo de desventuras, acabarán enfrentándose a la caterva de no-muertos que se quieren apoderar de su vida y con ella de la plácida existencia de Maplecrest.

Es así, más que un libro de terror, una novela de suspense y sospecha “juvenil” en la que el lector no puede hacer nada más que ponerse del lado de la recién llegada e intentar avisarla del tremendo peligro al que tendrá que hacer frente. Unos zombis que, por otro lado, nadie nos dice de donde provienen, a dónde van, si es que van a algún lado, y cual es el motivo de su existencia. Además, su naturaleza no queda del todo clara y su creación es muy pero que muy diluida, lo que no es nada más ni nada menos que un sacrilegio para cualquier buen aficionado al género zombi.

Su etiqueta de juvenil no es nada forzada ni gratuita ya que el autor de Zombis rubias, Brian James, posee una reputada carrera en la literatura infantil y juvenil, cosa que le permite trazar de forma precisa y concreta los pensamientos y las actitudes de Hannah y de Lukas, los protagonistas, y todos los temores, decepciones y cambios de temperamentos y compañías que ambos tendrán que soportar.

Zombis rubias es, pues, una obra que seguro que satisfará las demandas de un público joven gozoso de aventuras zombis que emulen, aunque solo sea en parte, a sus vampíricas majestades de la saga Crepúsculo, aunque puede defraudar a todo aquel que busque en sus páginas una historia de terror que le haga mirar debajo de la cama un par de veces antes de cerrar los ojos y disponerse a dormir.

Título: Zombis rubias.
Autor: Brian James
Editorial: La factoría de Ideas (Madrid, 2009).

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Escrito por: Jorge Pisa Sánchez

Publicado originalmente en http://www.revistadeletras.net