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Crítica televisiva: Hispania, la leyenda. Capítulo segundo, La liberación de los esclavos

El pasado miércoles 27 de noviembre Antena3 emitió el segundo capítulo de Hispania, la leyenda, aún en medio de luchas contraprogramatoria con la serie de Telecinco Felipe y Leticia, de cuya disputa por la audiencia ha salido vencedora, en las dos ocasiones en las que se han enfrentado, la ficción ambientada en la Hispania antigua.

El argumento de este segundo capítulo, la liberación de los esclavos, se ha centrado en diversas subtramas que, como no, se habían ya originado en el capítulo anterior. El grupo de lusitanos rebeldes liderado por Viriato se ha propuesto liberar a los esclavos que el pretor Galba aún mantiene en su campamento, junto a Nerea, la novia de Paulo. Para ello y tras la captura de un legionario enemigo consiguen introducirse en él, uniformados como soldados romanos. Allí se encontrarán con el enfrentamiento entre Galba y su mujer Claudia, una patricia, por lo que parece de muy alta alcurnia, que está decidida a ponerle las cosas muy difíciles a su marido.

Por otra parte, Marco, el lugarteniente de Galba, prosigue su actuación militar para asegurar la paz en el territorio, después de la entrega de armas de los lusitanos y de la matanza contra ellos perpetrada por el pretor. Es en este capítulo cuando Marco se enfrenta por primera vez con Viriato, y es derrotado. Nerea ha sido separada del resto de los esclavos por el Galba para hacerla suya, aunque la oposición de Claudia le impide concretar sus impulsos sensuales, al menos por el momento.

En Caura, el poblado lusitano, la dominación romana se ha dejado sentir de nuevo, aunque esta vez de forma más personalizada. El Consejo en pleno del poblado ha jurado obediencia a Galba en el campamento romano, aunque no sin que se hicieran notar las posiciones encontrada de sus propios miembros ante la opresión romana. Teodoro se ha visto con el prometido lusitano de su hija Helena, la cual no ha podido acudir a tiempo a la “cita” ya que estaba ayudando a Viriato a curar las heridas del soldado romano capturado, al que era necesario mantener con vida para obtener cierta información sobre el campamento. La ausencia de su hija, no olvidemos que una aristócrata, no ha gustado demasiado a su padre, lo que ha provocado un enfrentamiento entre ellos, debido a las sospechas de Teodoro.

El segundo capítulo de la serie ha mantenido el filum de la historia presentada en el capítulo piloto, mostrándonos un poco más de la vida cotidiana tanto de lusitanos como de romanos. Por ejemplo el hecho de la esclavitud, cuya fuente principal de abastecimiento era la guerra. Lo normal en la Antigüedad romana, y en otras épocas también, era obtener esclavos tras una victoria militar, como sin duda se produjeron en la conquista romana de Hispania, con los cuales se mercadeaba posteriormente para conseguir aumentar el botín conseguido tras el triunfo. Los esclavos eran pues, bienes de elevado valor económico, como nos demuestra este capítulo.

La acción que transcurre en el interior del campamento de Galba nos permite observar el claro conflicto de intereses entre los principales personajes romanos: Galba ha de controlar su crueldad en Hispania tras escuchar de boca de Marco los rumores que corren en el Senado romano sobre su gobierno en Hispania. Por su parte Claudia está decidida a hacérselo pasar todo lo mal que pueda a su esposo ya que la ha “obligado” a salir de Roma y convivir con él en una provincia “asquerosa”. El hecho de que la mujer o miembros de la familia del general de turno viajase con el ejército está bien documentado en la historia de Roma, como en el caso de Germánico, miembro de la familia Julio-Claudia e hijo adoptivo del emperador Tiberio, el cual viajó con su mujer Agripina y con su hijo Cayo mientras dirigía sus tropas en el Oriente romano. De ahí que éste último, recibiera el nombre de Calígula, que hacía referencia a las pequeñas sandalias militares (caligae) que calzaba en el campamento al lado de su padre.

Un error a destacar en los dos capítulos que ya hemos visto es el de los nombres. En principio, lo que tendría que ser normal e histórico es que los lusitanos tuvieran nombres lusitanos, como el de Viriato. Pero en la trama vemos claramente la existencia entre los indígenas de nombres griegos, Teodoro, Nerea, Helena, Héctor, Alejo y Orestes; nombres romanos como Paulo; germánicos como Óscar e incluso un nombre de origen persa, Darío. Craso error ya que una simple búsqueda de nombres lusitanos, los cuales nos son referenciados en las fuentes antiguas, hubieran podido solucionar este problema. Otra errata a tener en cuenta es la de la comunicación entre romanos e indígenas. Si nos fijamos, romanos y lusitanos hablan entre ellos como si platicaran ambos el mismo idioma, cosa que no era real: los romanos hablaban latín o cualquier otro de sus dialectos itálicos y los lusitanos un idioma propio, al que podemos llamar lusitano, hecho que impediría la comunicación entre ambos. En el año 151 a.C., en el que está ambientada la serie, solo habían pasado 67 años desde que los romanos arribaran a la Península en el año 218 a.C., hecho que no había permitido a éstos el dominio de la miríada de lenguas que se hablaban en ella, ni a los lusitanos conocer y entender el idioma de los invasores. Lo más correcto hubiera sido hacer evidente esta problemática idiomática de alguna forma, aunque la serie ha optado por obviar esta cuestión, me imagino que por motivos dramáticos, y no prestarle la más mínima atención. Un ejemplo de lo que habría sido más histórico a la hora de representar el mundo antiguo es la película de Mel Gibson La pasión de Cristo (2004), que se rodó en las lenguas originales que se hablaban en ese tiempo en Judea, es decir, latín, hebreo y arameo, evidentemente con subtítulos.

Nerea es azotada

Otro aspecto en el que nos podemos fijar es en las vestimentas. Si observamos los vestidos que es obligada a llevar Nerea en su cautividad, podemos observar que su sensualidad y su escote, no es ni mucho menos, el más adecuado para mostrar en época antigua. Aunque la visión de cuerpos desnudos no era un aspecto tabú como lo es en la actualidad (solo nos hace falta recordar que en las termas mixtas (que no lo eran todas) hombres y mujeres se bañaban desnudos), no es demasiado creíble que una esclava portara un vestido con un escote tan pronunciado en un campamento militar rodeada de hombres.

Por cierto que también es interesante saber que un campamento romano no se componía tan solo de legionarios, sino que junto a ellos viajaban y cohabitaban miríadas de hombres y mujeres, mayoritariamente comerciantes y prostitutas, que se ganaban la vida los primeros comerciando con los soldados y comprando el botín conseguido en la batalla, esclavos incluidos, y las segundas proporcionando momento de placer a los soldados tras sus aguerridas actividades diarias. Estos campamentos también estuvieron presentes, como era de esperar, en territorio hispano, hecho que no vemos, ni por un momento en la serie.

Tendremos que esperar, pues al tercer capítulo, que si no me equivoco, se emitirá el próximo miércoles 3 de noviembre. Esperemos que la acción se desarrolle y veamos a Viriato más como un rebelde lusitano que como un mero salteador en la montaña.

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Escrito por: Jorge Pisa Sánchez

Crítica televisiva: Hispania, la leyenda. Capítulo primero

Por fin, y después de algún que otro intento fallido, se ha estrenado en Antena3 la serie Hispania, la leyenda, un intento de reconstrucción histórica dramatizada de uno de los episodios más importante de la historia antigua en la península Ibérica: la conquista romana.

Un intento valioso en sí mismo ya que pocas han sido las ocasiones, en comparación con otros países europeos y, como no, con los cinematográficos EE.UU., en las cuales la producción televisiva o cinematográfica española ha recreado su historia, y menos aún la antigua, plagada de momentos y episodios históricos dignos de ser recordados y plasmados audiovisualmente.

Antena3 llevaba tiempo anunciando la producción y el estreno de una de sus series insignia de este año, o eso parece por el despliegue mediático de la misma. E intentaremos cada semana desde aquí, comentar el contenido dramático e histórico de la serie.

Lo primero que tenemos que hacer es ubicarnos temporalmente. La serie está ambientada en el año 151 a.C., momento en el que Roma ya había iniciado la conquista de Hispania. Las primeras legiones romanas habían llegado a la Península en el año 218 a.C. en un intento de cortar la línea de abastecimiento del general cartaginés Aníbal durante la Segunda Guerra Púnica (218-201 a.C.). Una vez vencido Aníbal y sus lugartenientes en la Península, Roma optó por no abandonar el territorio ocupado, sobre el cual inició la conquista del resto del territorio peninsular desde sus bases en las costas mediterráneas.

Servio Sulpicio Galba

Uno de los mayores obstáculos en esta expansión lo constituyó el pueblo lusitano, que habitaba la fachada atlántica central y meridional de la Península. Para llevar a cabo la conquista Roma no escatimó esfuerzos y envió un número ingente de tropas y a sus mejores generales, entre los que estaba Servio Sulpicio Galba, gobernador de la Hispania Ulterior en el año 151 a.C., con el objetivo de reducir a las tribus lusitanas que ofrecían resistencia y establecer la paz.

Aquí nos encontramos con el arranque de la serie ubicada en dos escenarios bien distintos, el poblado lusitano de Caura y el campamento romano, los lugares donde se iniciará la tragedia y la aventura de Viriato.

Como podemos observar en el poblado lusitano la riqueza no está justamente distribuida, ya que algunos, entre ellos el aristócrata Teodoro, poseen tierras y ganadería, este última una de las principales fuentes de riqueza de los lusitanos, mientras otros, entre ellos Viriato, casi no poseen nada. Aunque esta visión clásica de Viriato como pobre pastor lusitano no es seguida por todos los historiadores, ya que algunos lo consideran miembro de una de las familias aristocráticas lusitanas.

Aunque el meollo de la acción se va a decidir en el campamento romano donde el general Galba ha decidido llevar a la práctica de una forma muy personal las instrucciones políticas ordenadas desde Roma: conseguir la paz en las Hispanias. Galba se propone, como muchos otros de los gobernadores de las provincias romanas, conseguir un éxito en la Península que le sirva de trampolín en su carrera política en Roma. Para ello dispone de Marco, un legado militar frío, calculador y sin escrúpulos que le hace el trabajo sucio, y de un ejército, el romano, que era, por aquellos tiempos, la mejor máquina militar del Mediterráneo. Aunque la mujer del pretor, Claudia, parece que no le va a poner las cosas fáciles. Por lo que podemos saber el matrimonio entre Galba y Claudia ha sido, como era la regla entre el patriciado romano, un matrimonio de conveniencia, donde el amor tenía poco espacio. ¡Veremos en que se materializan las tensas situaciones y miradas entre Marco y Claudia!

El rebelde Viriato

Por otra parte, en el poblado lusitano de Caura vemos a la población indígena dividida. Algunos como Teodoro se han puesto de parte de los romanos, hecho habitual entre las aristocracias indígenas que veían su situación consolidarse con el avance romano, que aseguraba su situación de liderazgo en la sociedad provincial establecida por los nuevos dominadores. El consejo del poblado se manifiesta a favor de la colaboración con Galba, más parece por miedo que por voluntad. Sin embargo entre los lusitanos “de a pie” parece que el poder romano y las campañas militares dirigidas por sus generales no son muy bien vistas.

Todo ello llevará a una de las escenas más memorables de este primer capítulo, que no es otra que la trampa urdida por Galba para acabar con la resistencia indígena. Un hecho conocido históricamente como “la perfidia de Galba”. En el año 151 a.C. (que no en el año 156 a.C., como nos indica la introducción) el pretor romano reunió a los lusitanos con la promesa de concertar una paz y repartir tierras entre aquellos que depusieran las armas. Una vez entregadas estas Galba atacó a los indefensos lusitanos matando a gran número de ellos, acción por la cual fue procesado en Roma pero de la que salió absuelto. Algunos lusitanos sobrevivieron a esta matanza, entre ellos se encontraba Viriato, y huyeron a las montañas, desde donde con el tiempo organizarían la resistencia contra el dominio romano que les llevaría a luchar y a vencer a diversos de sus ejércitos.

La escena de Hispania, la leyenda que reconstruye está pérfida acción es, de momento la más épica de la serie, y demuestra un intento por darle grandiosidad al momento, aunque la digitalización de la misma se note en demasía.

Nerea, la esclava lusitana

La unión de los supervivientes de la matanza y de los contrarios al dominio romano será el hilo conductor de los siguientes capítulos donde veremos el resultado de las andanzas de Viriato y los suyos, que conformaron con el tiempo, a nivel historiográfico y también popular, un referente de la resistencia de los pueblos hispanos contra el dominio y la tiranía extranjera.

Aciertos: la rápida y acertada muestra de las diferencias sociales en la sociedad lusitana; la presentación de las élites indígenas (Teodoro) voluntariosas al fin por colaborar con Roma; La relación matrimonial entre Galba y Claudia, donde el amor entre los cónyuges y los escarceos amorosos serán, seguro, cuantiosos y la representación del pretor Galba como un político/general con la única voluntad de conseguir un éxito en la provincia y volver triunfante a Roma.

Desaciertos: El principal, hablar de los lusitanos como hispanos. A mediados del siglo II a.C. no existía aún el concepto de Hispania/España que tenemos hoy en la actualidad. Los lusitanos al no haber sido conquistados aún por Roma e incluidos en su provincia no se podían considerar hispanos, es decir, habitantes de Hispania, sino meramente indígenas o lusitanos. Hispania era el territorio dominado por Roma, no el que se escapaba de su poder. La caracterización de Paulo, un joven aguerrido lusitano. Su entrada en el campamento romano (casi fantástica) y su evasión del mismo, y sobre todo, su interpretación, parece que dejan mucho que desear, al menos en este primer capítulo.

Tendremos que ver un poquito más para poder emitir una opinión clara y justa. De momento solo puedo decir que el capítulo piloto de Hispania, la leyenda deja las cosas abiertas. Será un acierto o un fracaso… eso lo tendremos que ver.

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Escrito por: Jorge Pisa Sánchez