Crítica literaria: El extraño verano de Tom Harvey, de Mikel Santiago

Con septiembre a la vuelta de la esquina y el estío languideciendo irremediablemente, es un buen momento para hacer balance de los libros que los lectores han devorado en sus vacaciones y otorgar el (honorífico) premio de “novela del verano”. Muchas podrían competir en esta categoría, pero para mí, la que será sin duda la novela estival del 2017 es El extraño verano de Tom Harvey, de Mikel Santiago (Portugalete, 1975), un thriller inquietante convertido en una verdadera gozada para los lectores del género gracias a ese argumento que lo emparenta con los relatos clásicos de Agatha Christie: un suicidio con sospechas de asesinato y varios personajes alrededor con motivos más que suficientes para desear la muerte de la víctima.

El escritor vasco confiesa que la trama surgió revisando una libreta donde suele apuntar ideas que le servirán en el futuro; ahí encontró una frase que significaría un punto de partida perturbador: “Un amigo que llama, no cojo la llamada y al día siguiente está muerto”. En la novela, Tom Harvey es quien recibe la llamada del que fue su suegro, Bob Ardlan, pero decide no responder sin imaginar que acaba de desperdiciar la última ocasión de hablar con él. Un par de días después es Elena, su ex, la que comunica a Harvey el suicidio de su padre; decidido a estar a su lado y, de paso, intentar reconquistarla, Tom emprende el viaje al sur de Italia, desconocedor del peligro al que se enfrentará.

El escritor Mikel Santiago, en una imagen promocional

Una vez más, Santiago otorga el protagonismo del relato a un músico, en esta ocasión un saxofonista especializado en jazz que malvive en Roma tocando en tugurios y complementando sus ingresos como guía en la ciudad. Esta pasión musical de Harvey es uno de los puntos fuertes de la historia, en la que constantemente aparecen temas que remiten a los grandes nombres del género, como John Coltrane, Duke Ellington o, por supuesto, Chet Baker, entre otros, por lo que el lector más curioso podrá disfrutar, en paralelo a la narración, de una magnífica banda sonora no oficial.

El extraño verano de Tom Harvey significa un paso adelante en la carrera de su autor, que abandona el thriller psicológico que tan bien le funcionó en sus dos primeros libros (La última noche en Tremore Beach y El mal camino, ambas excelentes) para jugar con éxito al quién-lo-hizo, donde otorga el peso de la investigación a un antihéroe que, a base de sustos y golpes, muy pronto comprenderá que le viene grande: él es un tipo como cualquier otro, sin demasiada suerte en su día a día, pero que confía que, si descubre algo, recuperará a su gran amor; nada importa que no tenga verdaderas aptitudes detectivescas, ni que ignore hasta qué punto deberá arriesgar su vida. Él se convence de que tiene una misión, y hará lo imposible por cumplirla, aunque deba enfrentarse a un buen número de sospechosos del entorno de Bob Ardlan, antiguo fotoperiodista reciclado en acaudalado pintor de fama mundial.

Además, la novela ratifica a Mikel Santiago como un escritor hábil y de mente perversa, especialmente dotado para transmitir la tensión de la acción al lector y capaz de transformar un lugar idílico, auténtico remanso de paz y tranquilidad –esa costa de Tremonte refugio de artistas y millonarios– en el escenario de diversos asesinatos escabrosos, luz frente a oscuridad, bondad frente a maldad. Por todo ello, si aún no la han leído, háganme caso: denle una oportunidad a El extraño verano de Tom Harvey. No les defraudará.

 

Título: El extraño verano de Tom Harvey
Autor: Mikel Santiago
Editorial: Ediciones B
Fecha de publicación: Mayo de 2017
ISBN: 9788466661058
Páginas: 495 páginas
Precio: 20,00 €

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Escrito por: Robert Martínez

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