De nuevo os proponemos en Culturalia la crítica de un clásico de la literatura de ciencia-ficción que no es otro que La aguja del doctor Costigan, de Jerry Sohl, un autor norteamericano prolífico aunque poco traducido al castellano. La historia que nos ocupa mezcla novela de investigación científica con un alegato en contra de la sociedad consumista occidental de la década de los 50.
“El Doctor Costigan inventa un aparato que parece abrir una puerta a otro mundo. Como su primer modelo no es lo suficiente grande para poder explorarlo, el doctor Costigan busca el apoyo de una empresa de electrónica para construir uno lo bastante grande para que un humano pueda pasar a través de él. Cuando un fanático sabotea la “aguja”, todos los que están en aquel momento en un radio de dos manzanas de la maquina son transportados a ese nuevo mundo. Los viajeros se encuentran en un lugar algo diferente, no contaminado y no poblado. Cada uno de ellos se dedicará a partir de entonces a hacer aquello que mejor saben hacer para convertir el nuevo mundo descubierto en un lugar confortable y para lograr desarrollar de nuevo la tecnología con la que puedan regresar al mundo que se vieron obligados a abandonar”.
La aguja del doctor Costigan es una novela original y optimista. Original por el planteamiento de la historia que nos es narrada, y optimista por la conclusión a la que llega. Una trama que poco a poco va atrapando al lector y que le fuerza sutilmente a avanzar en su lectura.
Podríamos decir que la novela está dividida en dos grandes apartados. El primero nos presenta la naturaleza del ingenio construido por el doctor Costigan y la voluntad de la Inland Electronics por desarrollar la máquina y enriquecerse con los usos que esta pueda generar. En esta parte la novela adopta la forma de un relato de investigación y descubrimiento, esto es, el lector será testigo de los avances en la fabricación de la aguja y de los intentos de averiguar a dónde puede llevar esta.
La segunda parte nos sitúa en el lugar inhóspito al que han llegado los humanos tras el sabotaje de la máquina. En esta parte la trama de la novela da un vuelco, siguiendo el giro de los acontecimientos que sufre la acción, y es aquí donde veremos la capacidad de organización de los humanos afectados por la aguja del doctor Costigan. En esta parte de la novela, una vez desubicado el lector, es donde se ubica la moraleja de la historia, y donde Sohl nos presenta un alegato a la vez anticapitalista y bien mirado también anticomunista, en la voluntad del autor de crear una nueva sociedad para su nuevo mundo. Como es de esperar en una novela de 188 páginas, el relato de los avances, tanto en la construcción de la aguja como en la organización de la nueva sociedad es somera y superficial, aunque permite reflexionar al lector sobre el mundo de 1953 y el mundo que se estructura en la novela, con lo que poder tomar partido al final de la historia.
Sohl y su La aguja del doctor Costigan han sido todo un descubrimiento, uno de esos que solo los clásicos de la ciencia-ficción pueden ofrecer, ya que con un relato sencillo y poco pretencioso no tan solo te proporciona una muy agradable aventura literaria, sino que te permite reflexionar sobre tu yo y tu ahora, hecho este que solo la buena ciencia-ficción permite realizar, aunque en este caso la propuesta se incluya en el ámbito de la novela de entretenimiento, algo que Sohl desarrolló posteriormente realizando guiones para series televisivas de ciencia ficción como Star Trek, Más allá del límite, En los límites de la realidad o Alfred Hitchcock presenta. Asimismo, Sohl dispone de 2 novelas más publicadas en español, Las Haploides (1952), El hombre trascendente (1953).
Por último me apetece hablar de la edición de la novela que he leído. Esta es la de la colección Súper Ficción de la editorial Martínez Roca, que publicó La aguja del doctor Costigan en el año 1981, con una de esas portadas que casi se convierten también en un clásico, debido a su creatividad y expresividad. Por desgracia el libro físico, tras 35 años de existencia, se me iba desintegrando en las manos, algo que si no me equivoco es bastante típico de esta colección de libros publicados en formato en rústica. Aún así, Súper Ficción es una de aquellas colecciones que realizaron un hercúleo esfuerzo por aproximar la mejor ciencia-ficción a los lectores españoles de las décadas de los años 70 y 80.
Título: La aguja del doctor Costigan
Autor: Jerry Sohl
Editorial: Ediciones Martínez Roca
Colección: Super Ficción (1ª época) nº 68
Formato: Rústica 19×12,5 cm)
NOTA CULTURALIA: 7,5
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Jorge Pisa