Si no me equivoco no es normal que una película de zombis se base en un libro de temática Z. Normalmente lo hacen en guiones más o menos acertados; videojuegos u otras películas del género. Es curioso, pues, ver como un film de zombis se basa en un libro de zombis y que este, además, haya sido un bestseller a nivel mundial como el escrito por Max Brooks. Si el resultado del producto cinematográfico fue bueno, debo afirmar aquí que la novela en la que se basa también lo es, si bien, y ahí reside lo sorprendente del tema, la obra de Brooks es muy diferente al producto cinematográfico dirigido por Marc Forster y protagonizado por Brad Pitt.
La primera y principal diferencia es que la novela de Brooks no es ni pretende ser un relato único, ya que se organiza como un informe técnico realizado por un observador de la ONU tras la victoria humana en la Guerra Mundial Z. Así, pues, el informe no incluye un solo relato o narración lineal, algo típico en otras novelas al uso, sino que pretende recoger el testimonio de diversos personajes que han sobrevivido a la contienda. De esta forma conoceremos de primera mano las experiencias vividas por parte de soldados, políticos y ciudadanos de a pie que narran al técnico/informador sus vivencias a lo largo del conflicto Z, hecho que proporciona a la narración una riqueza y variedad que no poseen otras novelas del género. Además los informes provienen de diversos lugares del mundo, por lo que el estadosunidos-centrismo de otras novelas al uso se desvanece en favor de un relato más universal y proporciona al lector una visión más global del conflicto (una pena, sin embargo, que Brooks no optase por incluir ningún testimonio español en la novela, uno no sabe si porque en la visión planetaria del autor España sucumbía a la hecatombe Z o a la corrupción previa!!). Los informes, además, nos dan una visión de la catástrofe Z desde su etapa inicial hasta el triunfo final humano, mostrando al lector desde el terrorismo de los primeros momentos a la contraofensiva antizombi que llevará a la humanidad a la victoria.
Los zombis que crea Brooks para su novela son de tipo clásico, esto es, no corren ni tienen las capacidades físicas de superhéroes, ni están movidos por una ira sobrehumana, sino que se limitan a moverse torpemente de un lado a otro (recordemos que su carne y sus músculos están en avanzado estado de putrefacción, y su inteligencia, si es que la tienen, está francamente limitada). Hemos de pensar, por lo tanto, que o bien el autor hace una especial cortesía al modelo de zombi establecido por el patriarca Romero, o bien, dentro de la ficción de la novela se deja llevar por un toque de realismo físico. Un aspecto este en el que la novela se diferencia de la película. Olvídense también, por si tienen como referencia el film protagonizado por Brad Pitt, de los extravagantes y furibundos ataques masivos que nos muestra la película, ya que la violencia Z narrada en la novela no lo es tanto ni tan feroz. Así pues, en un ejercicio de originalidad Brooks nos muestra una historia global, primer acierto, narrada desde diferentes puntos de vista, segundo acierto y con un estilo testimonial en el que el autor da paso a los personajes ficticios para que nos narren sus experiencias.
Otro de los aciertos de Brooks es el «realismo» social y político que respira la narración de los acontecimientos. Un ejemplo de ello es la propuesta de defensa y contraofensiva humana llevada a cabo por los Estados supervivientes, en la que la viabilidad pura y dura se impone al humanismo o la compasión. Con esto quiero decir que el lector no debe de esperar ningún grado de humanitarismo en las experiencias ficticias que nos son narradas por parte de los testimonios, sino más bien un realismo feroz y un espíritu de supervivencia pragmática, seguramente una forma realista de narrarnos lo que pasaría en el caso de una hecatombe de este tipo se produjera en nuestro mundo.
Hasta aquí lo bueno, y seguro que me dejo cosas en el tintero. En el lado contrario, el de los yerros, podemos esgrimir que la variedad de testimonios puede provocar, sobre todo hacia el final de la novela, un cierto grado de repetición e incluso hastío, al ser la misma historia a veces narrada desde puntos de vista diferentes. El estilo de la «novela» es, por otra parte, muy agradable de seguir, y es que esta es, como ya sabéis si habéis leído atentamente esta reseña, una suma de relatos cortos entrelazados, que permite que el lector nunca se quede a medias en la narración de una historia en el momento de finalizar la lectura diaria del libro.
Brooks nos presenta, o mejor dicho nos presentaba, una propuesta original sobre una temática que cada vez está más trillada y en algunos casos desvirtuada, proveyendo al lector de género de un suministro de material zombi que le hará disfrutar y que seguro, le dejará con las ganas de ver la película o, si este no es su caso, de engancharse a cualquier otra de las propuestas de lectura Z que devoran, y nunca mejor dicho, nuestra librerías.
Título: Guerra Mundial Z
Autor: Max Brooks
Editorial: Books4pocket
Colección: Narrativa
Formato: tapa blanda bolsillo
Fecha de edición: 2008
Número de páginas: 480
ISBN: 978-8492516087
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Jorge Pisa Sánchez