Crítica teatral: Perras urbanas, en el Versus Teatre

Hace unos años, los caminos profesionales de Montserrat Lozano y Daniela Jacques se cruzaron cuando rodaban una teleserie en su país, Chile. Un tiempo después Lozano y Jacques han emprendido un nuevo proyecto, junto a las catalanas Adriana Feito y Sandra Gaggiolli, bajo el nombre de Robinson Cecilio, una compañía teatral donde las cuatro actrices elaboran sus textos de forma colectiva y que utiliza las improvisaciones como el ingrediente principal para crear sus espectáculos; de esa forma de trabajar nace su nuevo montaje, Perras urbanas, un thriller de marcado aire cinematográfico que se estrenó en el Versus Teatre el pasado 31 de julio, una historia protagonizada por cuatro mujeres condenadas a buscarse la vida a su manera y que promete ser una de las sensaciones teatrales de las próximas semanas gracias a la naturalidad de sus diálogos iniciales, unas primeras escenas de tanteo que, a medida que la tensión se apodera de las muchachas, desembocan inevitablemente en un clímax despiadado que dejará al espectador clavado en su localidad.

Julia, Penélope, Clarita y Valeria son cuatro amigas que trabajan como azafatas de vuelo en la misma compañía. Su vida transcurre entre viajes profesionales y horas de diversión discotequeras, una existencia prácticamente idílica que tan solo es una tapadera para ocultar su verdadera ocupación: son ladronas sin escrúpulos capaces de pasar por encima de quien se interponga en su camino. Hoy se han citado en un viejo almacén, un lugar carente de comodidades en el que apenas hay una mesa y tres sillas, un escenario donde las chicas conversarán con buen humor sobre las trivialidades propias de su edad mientras preparan su próximo golpe; sin embargo, el alcohol y la cocaína salpimentarán de sarcasmo y humor negro esos diálogos frívolos a medida que pasen los minutos, instantes en los que el espectador conocerá aquellos secretos que las hacen más vulnerables de lo que ellas mismas reconocen, y que nos descubren a unas mujeres frágiles, bajo sus corazas de belleza y seguridad, que saben perfectamente qué es la violencia de género, los celos hacia la hermana mayor que todo lo sabe, las dificultades por salir adelante como madre soltera o el trauma de quien se sabe un bebé robado.

Tras esa primera parte, en la que las risas son frecuentes gracias a la naturalidad y el descaro con los que abordan esos temas tan serios –mérito exclusivo de las cuatro actrices, por supuesto, a quienes hay que felicitar por defender sus personajes con unas actuaciones perfectamente verosímiles y sin histrionismos innecesarios–, un cuidado audiovisual rodado en exteriores por razones obvias abre el tramo final de la función, momentos en los que la acción se acelera sin remedio; esas imágenes muestran cómo un imprevisto convierte la misión en un auténtico baño de sangre que destruye los sueños, las esperanzas y las ilusiones de las muchachas. A su regreso al escenario ya no hay, en ellas, ningún indicio de seguridad, la confianza de la que hasta ese momento hacían gala ha desaparecido completamente, y la desesperación, el odio, la ira y las suspicacias harán el resto.

Así, podríamos definir Perras urbanas como un experimento multidisciplinar que combina teatro convencional, improvisación, horas de ensayo para pulir un texto creado de forma conjunta por las cuatro actrices y un pequeño cortometraje, elementos que Robinson Cecilio convierte en una acertada reflexión sobre la conducta del ser humano que revela el animal que todos llevamos dentro, aquel que cuando se ve amenazado opta por usar la violencia sin importar contra quién la ejecuta, una historia cruenta que superó con nota el difícil examen que, para cualquier montaje, supone el día de su estreno, y que augura un prometedor futuro a la compañía.

Perras urbanas se representará en el Versus Teatre del 31 de julio al 30 de septiembre de 2012.

Autor: Robinson Cecilio
Dirección: Robinson Cecilio
Dirección vídeo: Abel Cunillera
Intérpretes: Daniela Jacques, Adriana Feito, Montserrat Lozano, Sandra Gaggiolli
Actuación especial vídeo: Ferran Vergés, Miguel Cuevas
Producción: Versus Teatre

Horarios: de martes a sábado a las 21:00 horas, y domingo a las 19:00 horas
Precio: 16 €
Idioma: castellano
Duración: Una hora

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Escrito por: Robert Martínez Colomé

Crítica literaria: Tiberio, la amarga herencia, de Vicente Scarpellini, Plataforma editorial.

Como ya he comentado en varias ocasiones en este espacio de crítica literaria, y sin voluntad de hacerme pesado, en el género de la novela histórica ambientada en la Roma clásica, el período julio-claudio, esto es, la primera dinastía imperial, se lleva la palma en lo relativo a la elección por parte de los autores del periodo histórico en el que se ambientan sus tramas. Por eso, muchas de las veces las novedades «tienden a ser repetitivas»: Otra vez Julio César, otra vez Augusto, otra vez Nerón

En el caso de la novela que reseño hoy, Tiberio, la amarga herencia, de Vicente Scarpellini, las cosas son un poco diferentes, y déjenme que me explique. Sí, de acuerdo, Tiberio es un emperador julio-claudio y no uno de los poco conocidos, si es que hay alguno que lo sea, pero su personalidad, la herencia que recibió (no olvidemos que fue el sucesor de Augusto, el creador del sistema de gobierno imperial que se mantuvo en pie en Roma alrededor de 500 años), y la política que llevó a cabo hacen de él un personaje histórico de relieve que ya interesó al científico y médico español Gregorio Marañón, que le dedicó el estudio Tiberio, Historia de un resentimiento publicado en el año 1939.

Pues bien, me pareció una idea interesante leer y reseñar en Culturalia la novela que publicó Scarpellini, el año pasado (2011) en Plataforma editorial, y ver como trataba a este emperador el género novelesco en la actualidad, cuando poseemos más información sobre el personaje y su estudio nos presenta una imagen más definida.

La novela no solo no me decepcionó sino que me sorprendió positivamente. Y la primera sorpresa fue su estructura interna. Uno suponía que el texto se organizaría, como en muchas otras obras del género, a partir de la narración de un anciano Tiberio, o de algún amigo o familiar cercano a él que rememorara la vida y las gestas del personaje. Pero no, Tiberio, la amarga herencia, está estructurada entorno a la visión de varios personajes: la del propio Tiberio claro está, cuyas reflexiones dan inicio a la novela; la de Vipsania Agripina, su primera esposa e hija de Marco Vipsanio Agripa, general capaz y fiel amigo de Augusto; Julia, su segunda mujer e hija del propio Augusto; y Livia, su madre y esposa, también, de Augusto (como ven todo queda en familia). De esta forma la novela desarrolla una visión de Tiberio variada y desde diversos ángulos, principalmente femeninos, de las mujeres que compartieron, de una forma u otra, la vida con él.

Unas visiones que contrastan, a veces, con la imagen histórica que de ellas tenemos, sobre todo en el caso de Vipsania, su primera esposa y a la que Tiberio amó profundamente, tanto que la obligación por parte de Augusto/Livia de que se divorciara de ella para casarse con Julia recientemente enviudada, con el objetivo de asegurar la descendencia de los julios, no hizo más que oscurecer un espíritu ya de por sí sombrío y que despreciaba la inhumanidad y el servilismo propio de las altas esferas del poder romano.

Scarpellini se sumerge pues en la época de la Roma clásica y nos presenta, sin pelos en la lengua, la realidad de un época y un contexto, que por muy fastuoso que nos parezca, en muchas ocasiones no dejaba de ser otra cosa que un sumidero político en el que los intereses y los beneficios personales primaban las más de las veces por encima de todo lo demás (¿les recuerda esto algo de la situación de crisis actual?). El autor no pretende, por otro lado, recorrer novelísticamente toda la vida del emperador, sino que, como en una carrera de relevos, cada uno de los testimonios nos hace avanzar en el conocimiento de su persona y de su forma de pensar, o más bien dicho, de lo que «los otros» creían que era su forma de pensar.

Vicente Scarpellini

Es Tiberio, seguramente, uno de los emperadores más carismático de todo el periodo imperial romano, ya que a su personalidad resentida se suma, como decía anteriormente, un legado, el de Augusto, que sin duda haría empequeñecer y envilecer a cualquier otro. Scarpellini analiza el personaje, en clave novelística, desde su más tierna infancia y nos explica, ya sea desde las propias reflexiones del protagonista o de las mujeres más cercanas a él, la evolución de un carácter y de una forma de actuar a través de las cuales se puede llegar a entender la crueldad en la que acabó su reinado, y por la que ha pasado a la historia. Tiberio ya desde chico aparece como una persona desencantada del poder y consciente de la vileza y la indignidad en la que ha caído la autoridad en Roma. Una personalidad, la de Tiberio, osca y feroz que irá desarrollándose a lo largo de la novela a través de las continuas decepciones que irá sufriendo, debidas, en parte, a la poca consideración política que de él tuvo el propio Augusto, que no lo consideró como un verdadero heredero hasta que los demás aspirantes desaparecieron, hecho éste que queda patente a lo largo de la trama.

Además Tiberio, la amarga herencia, es, y esto es para mí otra grata sorpresa, una novela muy bien escrita, ya que posee algunos párrafos que muestran una auténtica belleza literaria. Es por ello una buena opción para acercarse a la figura, un tanto deslustrada, de un emperador (si bien hay que puntualizar que la novela tan solo cubre sus primeros años de gobierno, no va más allá de la muerte de Augusto, tras la cual Tiberio se convertiría en emperador), y nos permite no solo ver el a veces sórdido día a día de la política imperial sino también la posición y la visión de las mujeres, al menos las de más alta alcurnia, en un mundo que pertenecía a los hombres.

Refrésquense este verano durante los momentos de ocio y de descanso y diríjanse hacia el pasado, hacia la historia de la Roma clásica, de la mano de un autor que demuestra un buen conocimiento de la época y de los personajes históricos sobre los que trata y que, además, nos permite, con un buen estilo literario, gozar de ella y conocer a un personaje, Tiberio, generalmente maltratado por la historia (esa historia basada en los tópicos y los típicos) que se ha cebado, sin duda, en los aspectos más inhumanos y crueles de su gobierno. Una buena propuesta para conocer algo más su personalidad y los engranajes políticos y familiares que marcaron los primeros años del Imperio romano.

Título: Tiberio, la amarga herencia
Autor: Vicente Scarpellini Marichalar
Editorial: Plataforma editorial
Colección: Histórica
Formato: Rústica con solapas
ISBN: 978-84-15115-76-2
Páginas: 306
Precio: 19.00 €

Escrito por Jorge Pisa Sánchez