El verano presume de ser indomable, ataca con pereza ociosa y cuenta después sus víctimas indolentes. Pero no es invencible y hay quien le cosquilleasu talón de Aquiles: El Festiu-Fringe Barcelona, que hasta finales de julio experimenta con el público blandiendo una programación multidisciplinar e imprevisible.
El latido femenino del maltrato encuentra refugio en la Iglesia de Sant Joan. Los espectadores, dóciles y devotos, se desplazan por su interior entre los lamentos de una niña perdida sin que mamá pueda evitarlo y atrapada entre los barrotes protectores de imágenes católicas salvadoras, ironías del arte urbano actual. El violoncelo de Anna Mora dota a la ceremonia de una solemnidad escénica austera, elegante y esencial, lo que COEURS BATTANT COMME DES TAMBOURS ofrece. En la capilla lateral se recorta la sombra de una hembra a punto de ser asesinada, pero llegamos a tiempo de compartir con ella su apasionante agonía. No contenta con eso, Àngels Aymar, sacerdotisa exquisita (por su habilidad eludiendo la afectación, proponiendo un espectáculo rico en puntos de vista y potenciando la sencillez interpretativa) alterna el monólogo sufriente con la parodia amable de la utilización mediática de las víctimas globalizadas (en una escena desternillante a partir de la socarronería de su entrevistadora, el empecinamientode Valeria Cardullo y finalmente el carismático aliento integrador de Adeline Flaun). Más la contundencia vocal de Mehdi Krüger. Adolece, empero, este espectáculo del Collectif Lyon.05 de cierta rigidez en la dirección de actores (cuya expresión es a veces devorada por la trascendencia de las palabras) pero el conjunto (y sobre todo la actuación de la propia Aymar) adquiere una luminosidad excepcional y demuestra la capacidad de sugestión de las lenguas foráneas (en especial, el francés) para que todos recemos unas mismas oraciones, las que ahuyenten el sufrimiento de los más débiles.
Y después llega la danza en el Teatre Akadèmia: Recreada en un dormitorio donde Francisco Gómez impulsa una juguetona lucha entre una bella durmiente que se quiere poco y su Lado Oscuro provocador. Una cama inmaculada que se enturbia con un pasodoble en el que la melena de ella y el puño de él son uno; que convierte a ambos en autómatas emulando la Comedia del arte; y en la que se acelera la angustia con la cámara lenta de los intérpretes; pero además es atormentada por las sombras chinescas que la rodean. Ambos bailarines (delicada y algo blanda Roser Zaurin, seductor y grotesco Yago Morera) intercambian sus roles cuando ella finalmente abandona su indefensión de vigilia para dejar a él como durmiente desvalido. Esta SUITE NÚMERO 2-VARIACIONS D’UN SOMNI de La Companyia es un ejercicio fascinante en lo visual (el aprisionamiento de ella con un manto de plástico), inquietante en lo sonoro y de un tono ambiguo (la claridad de las sábanas, la tenebrosidad del entorno escenográfico) que estimula por la conjunción de distintas disciplinas interpretativas en constante diálogo con la narrativa coreográfica.
Los prejuicios son ahuyentados de nuevo ante la irrupción en el Almeria Teatre de Línea de Tres con LA CANCIÓN DEL CAMINO VIEJO, un testimonio de aires argentinos sobre la impotencia de dos hermanos (gerente de marketing de pacotilla el más espabilado, empleado de planta apocadísimo el más ingenuo) ante la decadencia del negocio familiar de reparación de vehículos heredado. Al gracejo léxico de los actores, se une un entusiasmo entrañable sobre el escenario. La historia, tragicómica y con un poso de melancolía que cubre el histrionismo (excesivo y resuelto con torpeza) así como la expresividad de los momentos más íntimos (vigorosa la retransmisión futbolística con un Severo Callaci electrizante como regateador imparable; sincero el monólogo final de un emotivo Santiago De Jesús velando a su amado compañero de miserias) es un ejemplo más de perdedores hundidos en la invencible batalla del progreso por quedar excluidos del plan urbanístico.
Y el verano, que por ser cobarde también es vulnerable, no puede evitar esbozar una sonrisa de rendición ante este David decidido que es el Festiu.
Por Juan Marea
El Festiu-Fringe se celebra en Barcelona hasta el 27 de julio.
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